Hace cincuenta años Claude Chabrol ganó el Oso de Oro en la Berlinale por LOS PRIMOS. En la cresta de la Nouvelle Vague, su segunda película, que sentaba las bases de un estilo cínico y tragicómico, lo convirtió en el forense más experimentado de la burguesía pecadora. CHABROL ha concursado en cinco ocasiones más en la Berlinale, pero en esta última edición, con BELLAMY, su primera colaboración con GÉRARD DEPARDIEU, que interpreta a un policía vagamente inspirado en la figura del inspector Maigret, le llegó la hora de los homenajes; el venerable maestro recibió un Oso de Oro honorífico para celebrar una carrera tan prolífica como juguetona, en la que las leyes del género criminal sirven para analizar la compleja y miserable condición humana. Condición que el argumento de BELLAMY, con un detective con alergia a viajar y su medio hermano descarriado, no hace otra cosa que confirmar.
Como todos los años, el inspector Paul Bellamy (GERARD DEPARDIEU) pasa sus vacaciones con su familia en la casa veraniega de su mujer Françoise (MARIE BUNEL), a pesar de que ella añora cruzar los siete mares en un crucero. Paul no puede vivir sin Françoise, pero odia viajar. Y, además, este año tiene dos nuevas excusas para repetir la costumbre: la inesperada llegada de su medio-hermano Jacques (CLOVIS CORNILLAC) , un individuo sin rumbo con problemas con la bebida, y la irrupción de un extraño fugitivo quien se presenta frente a Bellamy exigiéndole su protección. Y Paul termina por brindarle a ambos mucho de su tiempo y sus esfuerzos. Su natural curiosidad investigativa tendrá mucho de qué ocuparse, mientras que su rol de hermano mayor también lo llevará a enfrentarse a desafíos adicionales…
CLAUDE CHABROL llenó hasta más allá del aforo permitido la sala del Festival de Berlín donde se estrenó su último film, el policial BELLAMY. El cine previsto para la proyección, en la sección Berlinale Special, quedó abarrotado de público, dispuesto a encajonarse entre las escaleras o sentado en cualquier rincón, por el suelo, con tal de no perderse la proyección del film, interpretado por GÉRARD DEPARDIEU. “Es la primera vez en mi vida que escribo expresamente para un actor y trato de hacer que el espectador vea a través de mi film el interior de GÉRARD DEPARDIEU”, explicó luego CHABROL, quien considera este film biográfico en cuánto a que también se reconoce en alguna faceta del personaje central, “sobre todo en la relación que tengo con mi mujer”. “Es un policía falible que cree estar trabajando pero en realidad de alguna forma se está construyendo a sí mismo”, agregó. La película, con la que el realizador homenajearía a SIMENON -”aunque sólo superficialmente, en el fondo defiendo mi propio estilo”, aclaró- se une a la larga serie de títulos de serie negra de CHABROL. El realizador recuerda su primer premio en Berlín hace 50 años con su ópera prima LOS PRIMOS, diciendo que no se encontraba presente para recibirlo pero que al oír la noticia se sintió más seguro de sí mismo y advirtió a su equipo: “a partir de ahora seré un dictador, van a hacer lo que quiero”. Además se sintió alagado cuándo uno de los concurrentes alabó su capacidad para manejar el equilibrio entre los diferentes ingredientes de sus filmes, el romance, la tragedia y la comedia: “Es bastante difícil hacerlo, porque tengo cierta tendencia natural al desborde humorístico, pero creo que lo logro partiendo por ejemplo de personajes que se alejen de la caricatura”. Continuó diciendo: “Trato de alejarme lo más posible del patetismo. Y le pido a mi hijo (MATTHIEU, compositor de sus filmes) que la música no sea muy apasionada o redundante, quiero que se mantenga como algo natural, sin subrayados.” La Berlinale aprovechó la ocasión para rendirle homenaje por su prolífica carrera y el realizador, de 78 años, respondió mostrándose vital y sin intención de hablar de retiro. “Sigo planificando mi vida de acuerdo al principio de rodar las películas que me gustan y con los mejores actores del mundo. Es decir, los que me sean accesibles”, dijo CHABROL. “Nunca me preocupé de eso que llaman carrera. Me apliqué lo máximo posible a ir fabricando mis películas, continuar mi obra. Y ahora estoy aquí, de nuevo en el trayecto”, resumió. entecreativo.worldpress.com


RESPONDE CLAUDE CHABROL

Esta es la primera ocasión en que trabaja con GERARD DEPARDIEU. ¿Por qué sus trayectorias no se habían cruzado antes?

Nos encontramos en casa de unos amigos en Nimes, donde precisamente se desarrolla la película, y nos dijimos que era ridículo no haber colaborado nunca antes, así que nos comprometimos a hacerlo en el plazo de dos años.
JEAN-PAUL RAPPENEAU ha comparado el trabajo con DEPARDIEU a medirse con un león por su acercamiento instintivo a los personajes…Me habían advertido, pero en este filme no se ha comportado como una fiera. Todo lo contrario, ha tenido una actitud adulta. Siempre ha llegado a su hora, su móvil no ha sonado durante el rodaje, se sabía su papel al dedillo, todo el equipo ha pasado muy buenos ratos con sus bromas

¿A qué responden los homenajes a GEORGES BRASSEN y a GEORGES SIMENON en su película?

A que los dos se llaman Georges. Es una forma también de reivindicar a dos figuras que con el tiempo se han sumido en el olvido. Hay gente que a la salida del cine me pregunta quiénes son. El personaje del comisario Bellamy guarda cierta similitud con Maigret.
Tras rodar más de medio centenar de películas, ¿considera el cine una forma de vida?Es mi forma de expresión. No puedo considerarlo un trabajo. Rodar, preproducir, es para mi un juego. Es el momento en que me siento más vivo, cuando menos me fatigo. Seguiré realizando películas hasta que me muera.

¿Considera que los efectos de la tecnología digital podrán desembocar en una renovación del séptimo arte del nivel de la Nouvelle Vague?

Nouvelle Vague era una definición que nos hacia reír en aquel entonces, porque no éramos conscientes del movimiento que estábamos protagonizando. Era una ruptura necesaria en el cine y coincidió con la eclosión de cineastas nuevos en todo el mundo. Desde luego, tuvo que ver con la renovación de equipos y con el hecho de poder rodar con mayor espontaneidad, pero la era digital me ha decepcionado, es una pena, porque sólo está permitiendo mover la cámara con rapidez. No obstante, estoy seguro de que en un futuro va a procurarnos una revolución.

¿Cual es su recuerdo más vívido de aquella época?

El recuerdo mas entrañable es personal. Estaba trabajando en LA DÉCADA PRODIGIOSA (1971), con ORSON WELLES, que resulto un fiasco, y estábamos celebrando mi 21 aniversario con una gran fiesta. Normalmente sólo bebo en ocasiones especiales, y esa vez estaba totalmente ebrio. Frente a mi tenía a una mujer por la que me sentía atraído hacía tiempo. Le confesé que estaba enamorado, y ella, que estaba borracha perdida, me dijo que también me amaba. Ahora que lo pienso, es preocupante que mi mejor recuerdo de la Nouvelle Vague sea un episodio sexual.

Por qué acostumbra a responsabilizar a las mujeres de la locura de los hombres en su cine?

Las carencias son de tipo masculino, las sufren los hombres. No creo que las mujeres sean peligrosas per se; más bien diría que no hay peor venganza que la femenina.

¿Con qué película de su trayectoria se siente más satisfecho?

Mis películas son como mis hijos, así que no puedo decantarme por una. La que voy a elegir siempre va a ser la última, pero porque estoy en plena promoción. Es más sencillo elegir cuál es la que mas detesto: FOLIES BOURGOISES.