"CONSTANTINE"

de Francis Lawrence

 

 

Diseñando, creando y filmando el Infierno sobre la Tierra:
“El Cielo y el Infierno están aquí mismo, detrás de cada pared, de cada ventana. El mundo tras el mundo. Y estamos atrapados entre medio.”
- John Constantine

 

Para crear el mundo de Constantine, según lo veían los ojos de su director Francis Lawrence, se necesitó la colaboración de un equipo de diseñadores de producción, trucos de cine, efectos visuales y digitales, y las criaturas del estudio de Stan Winston.
El mundo de Constantine es un lugar oscuro y cambiante. Visualmente, es la definición propia del negro clásico, con escenas urbanas nocturnas, sombras profundas, luces reflejándose sobre el asfalto mojado de las calles, humo que sube en espirales. Todo filmado con tomas especiales y luz expresionista.
-“La fotografía en general”- comenta Shuler Donner- “está saturada y es hermosa, pero tiene grano. Evoca un período, aunque es totalmente contemporánea.”
La conocida diseñadora de producción Naomi Shohan, recientemente ganó el premio BAFTA (British Academy of Film & Televisión Arts). El director Lawrence, impresionado por el aspecto natural que la diseñadora da a sus trabajos (especialmente en la película dramática Training Day), encargó a la diseñadora la responsabilidad de mostrar específicas de Los Angeles –“no Beverly Hills, no Malibu, sin el centro de Los Angeles. Ella realmente ‘entiende’ a Los Angeles, su etnia y las texturas que tanto me gustan. Inmediatamente nos entendimos.”
Junto a la administradora de Exteriores, Molly Allen, Lawrence y Shohan deambularon por la ciudad en busca de lugares para la película. Entre los lugares elegidos estaba el club nocturno Hacienda Real, ubicado en los sótanos del edificio céntrico Eastern Columbia, que data de los años 30. Dicho edificio, ubicado en el distrito de comercios y teatros, hizo las veces del bar subterráneo de Midnite. El lugar está ambientado en colores rojos, y decorado con madera tallada, y detalles de bronce.
Otros lugares que se usaron en la película son: el mercado de la calle 5th, cuyos interiores y exteriores se utilizaron para hacer el negocio de licores en el cual el Padre Hennessy y Balthasar tienen su última pelea; el hospital St. Mary en Long Beach, que hizo las veces de Ravenscar; y el Parque de la abadía Angeles Memorial en Compton, que se usó como la oficina de Midnite y como caverna de reliquias. La abadía fue construída en 1923, y su interior tiene decorados con rejas de metal y mármol tallado. Shohan y su equipo agregaron más esculturas, tapices, objetos de arte, reliquias y una colección especial de armaduras y armas antiguas, para representar la imponente colección de Midnite.
El departamento que habita Constantine, es inusualmente largo y angosto, y fue ambientado en un lugar ya familiar para Lawrence: el edificio Giant Penny en Broadway, en el centro de la ciudad. Se tiraron abajo las paredes interiores de las oficinas del piso superior del edificio, para obtener un ambiente largo y con ventanas alineadas. Tenía mucho potencial como el hogar/base de Constantine. El le mostró el lugar a Shohan, quien le agregó persianas de metal a las ventanas, y botellas de agua bendita alineadas junto a las paredes, cosa que Constantine guardaba como constante protección.
Se utilizaron seis de los estudios de Warner Bros. durante la producción, para construír escenarios tales como la habitación de hidroterapia del hospital, en donde se ocurren grandes luchas entre las fuerzas del bien y del mal. También se hizo una réplica de una sección de la carretera 101, que ocupaba aproximadamente 22mil pies, y que tomó ocho semanas en ser construída
.

Basándose en la premisa del director, de que el Infierno y el Paraíso existen en dimensiones paralelas, y que cada lugar de la Tierra tiene un espacio recíproco en el Paraíso y en el Infierno, Shohan explica: -“imaginé que la transformación dantesca de cualquier paisaje mostraría cataclismos constantes y cambiantes, explosiones, derrumbes, voladuras, incendios y putrefacción. Por suerte Francis y yo estuvimos de acuerdo en que, el modelo ejemplar del Infierno por excelencia en Los Angeles, tenía que ser una parte de su súper carretera.”
Para confirmar que Isabel, la hermana de Angela, tiene vida en el otro mundo, Constantine debe visitar el Infierno. El comienza su jornada en el departamento de Angela. En el instante mismo en que pasa de un mundo al otro, Constantine se encuentra en una versión destruída del departamento de Angela, y desde allí él trepa al nivel de la calle y luego a la autopista. Allí sopla un viento infernal, que hace revolotear las cenizas, y aviva el fuego y el caos por todo el derredor. –“Es imposible una imagen mejor que la de Constantine caminando por el centro de la súper carretera 101 del Infierno”- dice Lawrence, y luego bromeando agrega –“la mayoría de la gente que vive en Los Angeles piensa que la ruta 101 ya es el Infierno.”
La carretera fue diseñada de manera que se vea exactamente como la verdadera, con las mismas medidas legales, a excepción de una de las líneas para autos que de 10 pies se achicó a 8. También, se hicieron tres filas para autos en vez de cuatro.
-“Los guardarieles, las divisiones, los postes de luz y las señales fueron todos construídos según las regulaciones vigentes para autopistas”- confirma Shohan -“La superficie es de concreto sobre armazones de madera, y las divisiones están hechas de concreto sobre bases de esponja.”
Entre los detalles más impresionantes que se muestran, hay aproximadamente 40 vehículos, destruídos y amontonados, en distintos estados de descomposición. Shohan explica: -“Los autos son autos chocados comprados a coleccionistas. Queríamos determinados modelos de autos por su forma particular. Los cortamos, y les cambiamos las formas con esponja para escultura, ya que debían verse como autos del infierno. Les agregamos alambres y estalactitas hechas de esponja, para que parecieran metal fundido. Luego los autos, se recubrieron con pedazos de latex y cáñamo, para darle la apariencia de piel con raíces y venas creciendo desde allí. Por último se envejeció todo el escenario, con toques de herrumbre y marrón, para que se viera como un lugar de desperdicios, putrefacción, y constante transformación diabólica.”


En completa coordinación con Shohan, para utilizar estos escenarios como base y punto de partida, el Supervisor de Efectos Visuales Michael Fink, los copió y amplió digitalmente. Los autos chocados fueron remodelados en el ordenador, para que cada uno pudiera ser erosionado o volado por los aires por el terrible viento. También demonios y almas perdidas creados digitalmente podían moverse alrededor y a través de ellos. Fink describe el aspecto que él meticulosamente quería mostrar como:- “un medio-ambiente desolado, como lo que sería el paisaje en un lugar en el que explotó una bomba nuclear, pero en vez de durar segundos, dura para siempre.”
Finks fue supervisor de efectos visuales desde principios de 1980, para películas de gran categoría, como la película que en 1992 le dio una nominación para el Oscar, Batman Returns. Más recientemente Finks supervisó los efectos de las exitosas películas X-Men y X2, en las que colaboró con la productora de Constantine, Lauren Shuler Donner.
Craig Hayes, supervisor de efectos visuales del estudio Tippett en California del norte (The Matrix Revolutions, Hollow Man), dirigió un equipo de artistas que reemplazó las pantallas verdes de los escenarios, con elementos fotográficos de diseño digital. El los llama “efectos fluídamente dinámicos”. Son objetos injertados en imágenes ya existentes, y sirven para “crear basura, polvo, escombros, rocalla, para quemar palmeras, y en sí, para hacer el paisaje infernal de Los Angeles.”
Además de ampliar y mejorar las devastadas carreteras de la ciudad, la película requería panoramas realistas de Los Angeles versión Infierno, panorama que debía extenderse hacia todas las direcciones, - “comenzando en Hollywood, pasando el edificio de Capital Records a la derecha, todo el camino hasta el centro de la ciudad”- relata Finks – “todo debía verse como es en realidad, pero permitiendo que las maquetas en escala tuvieran detalles que realzaran el sentido de drama.”
Trabajando conjuntamente con Fink, Shohan, y Francis Lawrence, estaba el director de fotografía, ganador del Oscar, Phillip Rousselot (A River Runs Through It), maestro en capturar los distintos ánimos a través de la cámara. Rousselot tiene más de 30 años dentro de la industria del cine, tanto en su Francia nativa, como en los Estados Unidos. Entre sus trabajos se incluyen Interview With The Vampire en 1994, y Big Fish de Tim Burton. La prioridad del camarógrafo es buscar nuevos desafíos.
-“Siempre busco cosas nuevas, distintas, y cuando algo como esta oportunidad llega, algo que yo nunca antes ví o pensé, me inspira”- dice Rousselot.
Mucha de las composiciones visuales y la elección de los estilos, se basaron en las revistas de historietas originales de Constantine. Rousselot explica que él incorporó –“muchas tomas con gran –angulares, altos y bajos, el tipo de perspectiva extrema que se ve frecuentemente en las historietas. Yo creo que era muy importante mantener esa perspectiva. En cuanto a la luz, jugué mucho con los contrastes y colores, utilizando abundantemente los verdes profundos y los naranjas.” Rousselot tuvo mucho cuidado en no copiar exactamente el estilo de los cómics, utilizando en vez un efecto subliminar, inspirándose en varias fuentes, incluyendo una serie de fotos de Cuba, que Lawrence le mostró. –“Uno no puede transferir páginas a imágenes que se mueven. Se trata más bien de dar una idea general de la novela gráfica.” Las imágenes del Cielo y el Infierno tienen la misma sutileza.
Se evitaron las tradicionales luces y sombras. Rousselot optó por la luz natural, basándose en el deseo del director Lawrence de “mantener la luz natural y simple.” Sin embargo simple no necesariamente quiere decir poca, como lo muestran las luces puras que se utilizaron, por ejemplo en la escena de Constantine en el Infierno. Se utilizaron más de 60 lámparas colgadas del techo del galpón de filmación Stage 21. Las luces podían moverse libremente, según soplaba el viento que creaban siete ventiladores industriales, que estaban a lo largo de un costado del escenario de la ruta. El movimiento irregular de las luces dio a la escena un increíble toque dramático. Otro de los trucos de Rousselot, fue correr paralelamente a las cámaras de filmación, especialmente durante los primeros planos, con un largo palo con una lámpara de papel encendida colgando de él. Esa luz, al reflejar por ejemplo sobre Keanu Reeves, le dio un toque especial que permitió al director de fotografía capturar el efecto deseado.
Otra de las escenas que requirió de la experiencia del camarógrafo, fue en el baño, en donde Rachel Weisz, como Angela, es sumergida bajo el agua por Constantine, para que pueda ir al otro mundo. –“Queríamos poder mostrar lo que veía Angela desde bajo del agua, cuando ella abre los ojos y mira hacia arriba. Pero no había suficiente espacio en la bañadera, por lo que tuvimos que filmarlo a través de un espejo”- explica Rousselot. Agregar un espejo a la mezcla, aumentó la dificultad de la toma, dado el potencial de reflejos. Además el agua, no sólo reflejaba la luz, sino también las imágenes.”

Demonios, Semi-Demonios y Seplavitas:
“Cuando era niño, podía ver cosas. Cosas que los humanos no deberían ver” - John Constantine
El mundo que ve Constantine, está lleno de semi- demonios que viven entre los humanos. Para el resto de la gente, ellos parecen personas normales, ya que no pueden ver sus horribles caras verdaderas – las cuales los semi-demonios pueden transformar a voluntad -, ni darse cuenta de quiénes son.
Mientras tanto, en el Hades mismo, demonios y seplavitas (come-almas) merodean los desolados alrededores. Seplavitas son una sub-especie demoníaca, presentada en la película como carroñeros sin ojos y sin almas, que se guían por su sentido del olfato para perseguir y comerse a las nuevas presas del mundo subterráneo. No es raro que para representarlos, el director se haya inspirado en fotos de cadáveres descerebrados.
-“Era una imagen apestosa”- dice Lawrence – “quise darles a los seplavitas un toque humano, porque no son completamente monstruos. Alguna vez fueron humanos. Pero ahora no tienen alma, ni cerebro, ni ojos, sólo agujeros de nariz y bocas, cuerpos larguiruchos medio doblados, que se arrastran para conseguir comida”. Y en eso, son insaciables.
En la película hay cientos de seplavitas. Todos son reproducciones de un títere prototipo original, creado por la conocida empresa titiritera Stan Winston Studios. John Rosengrant (Terminator 3: Rise of the Machines) fue el supervisor de los efectos de las criaturas. Basándose en dibujos de Lawrence, Naomi Shohan y el director de conceptos artísticos de Stan Winston Studios, Aaron Simms, diseñaron en ordenador el primer carroñero del Infierno. A partir de ese punto, Rosengrant cuenta: -“ya teníamos la base de la figura como para comenzar a hacer las esculturas. Les pusimos poros, textura y arrugas, y luego hicimos un molde. Más tarde lo montamos sobre una estructura con articulaciones, que tenía movimientos mecánicos para operar la cabeza. Le dimos una terminación de piel de silicona muy realista.” Armar el títere completamente, requirió el trabajo de 7 técnicos y 12 pies de cable, para operarlo.
Rosengrant, señalando al grotesco monstruo que tiene un mecanismo que lo hace respirar e hincharse rítmicamente, dice: -“¿no es horrible?”

El prototipo aparece en las tomas de primeros planos durante la película. El y otros modelos de demonios, también creados en los estudios Stan Winston, sirvieron al equipo de Craig Hayes, de los estudios Tippett, para reproducir toda una horda.-“Los escaneamos para crear réplicas en el ordenador, los pintamos y los pusimos a actuar, a volar, a correr, o a saltar sobre autos”- dice Hayes-“llega un punto en la película en que el aire es denso, de tantos demonios que hay.”

El maquillaje y el vestuario: La Alimaña y otros desafíos
La visión del infierno, es un panorama desolado y deteriorado de nuestro propio mundo. Sus habitantes, se ven exactamente como se veían en el momento en que entraron allí, aunque similarmente deteriorados.
La vestuarista Louise Frogley (Traffic, Spy Game) mostró perfectamente el concepto del director Francis Lawrence, de que la gente se va al Cielo o al Infierno en la ropa que están usando al morir. Al ir al Averno, la ropa se ensucia y se arruina. Allí no hay agua, por lo que nada puede lavarse, y todo se ensucia, se reseca, se quiebra y se rompe. Y la gente también.
Para obtener ese aspecto, Frogley y el supervisor de vestuario Robert Q. Mathews, hicieron que toda la ropa fuera “lavada con piedras” (como el proceso que se les hace a las ropas de jean), para sacarle su aspecto nuevo, y que parecieran gastadas. Luego, los especialistas en telas las envejecieron aún más, aplicándoles gasas deshilachadas finas, pelo enredado, relleno de poliéster, y latex líquido. También aplicaron distintos tipos de tierra, para que pareciera polvo depositado y mugre. Después pusieron todo a secar, hasta que quedara bien reseco. Cada prenda tuvo un proceso de 48 horas para darle este terminado.
Frogley trató de acomodar la personalidad de cada personaje al vestuario: –“Midnite es colorido, casi chillón. Chas en vez, es joven y tranquilo, mientras que Rachel tiene una apariencia atlética, profesional, y no abiertamente sexy. Constantine por su lado es clásico, serio, despierto, bien masculino, definido en blanco y negro.
Frogly resaltó los elementos negros en el aspecto y las maneras de Constantine. “Dejé ver la influencia de la moda inglesa de 1960. Utilicé para su vestuario un impermeable de esa época. Su apariencia es delgada y compacta, lo que le permite moverse con la gracia propia de él.”
Dado que el personaje de Reeves requería escenas de mucha acción – inclusive varias con lluvia y agua, Frogely tuvo a mano 25 impermeables iguales para Keanu Reeves, y 50 pares de zapatos.
Para la aparición de Gabrielle, Frogley preparó un traje ricamente confeccionado, el cual Swinton dice que le da el aspecto de - “de representante de la casa de remates Sotheby, eso sí” –agrega la actriz- “tengo un hermoso par de alas. Pienso que todas las chicas deberíamos tenerlas.”
Frogely y su equipo, en conjunto con los Estudios Stan Winston, crearon el vestuario para el repugnante monstruo que ellos llaman “La alimaña”. Es un monstruo con forma semejante a la humana, que ataca a Constantine en la calle, y luego explota y se vuelve pedazos que se transforman en serpientes, cucarachas y escorpiones. La vestuarista comenta:-“Mike Fink tuvo la idea de que la tela fuera de termitas. Nuestra diseñadora de telas, Marieta Lange, estuvo meses desarrollando muestras para Mike y Francis. Finalmente hicimos algo con piel, gasa y lana. Le pusimos lentejuelas, mostacillas, plumas, pelos e insectos. Honestamente, el resultado fue “completamente asqueroso.”
El famoso maquillador Ve Neill, ganador de múltiples premios de la Academia, (Beetlejuice, Mrs. Doubtfire, Ed Word) se juntó al equipo de producción, complementando el vestuario de Frogley, y trabajando muy de cerca con el equipo de efectos visuales de Stan Winston. El dirigió un equipo de 15 maquilladores, que realizaron los maquillajes de los actores, en una gama que iba desde “tenue” a “una pesadilla”. Ellos dieron el aspecto a los humanos, a los semi-ángeles y a los semi-demonios para varias batallas. También dieron el aspecto de enfermo que Constantine tanto trataba de ocultar con su actitud y sus acciones.
La escena en especial, del encuentro de Constantine, Chas y una gran cantidad de demonios, en la habitación de hidro-terapia del hospital Ravenscar, fue un verdadero esfuerzo conjunto, tanto de los actores como del equipo de producción. A las 3 de la mañana, comenzaban a llegar los dobles de acción, para que les dieran su aspecto aplicándoles prótesis bajo el maquillaje. En otro camarín, iba preparándose un gran grupo de actores que esperaban el momento en que sus falsas caras humanas se derretirían, para revelar su verdadera cara de semi-demonio.

En cuanto a la progresión de la enfermedad de Constantine, cáncer terminal, Neil cuenta que –“el detalle de la poca luz en los escenarios, dan un tono amarillo-verduzco pálido a las paredes, lo cual hace que Keanu se vea cetrino y enfermo”. Neil trató de evitar que Reeves –“se viera muy terrible al principio, para no quitar futuras posibilidades. Por eso traté de que sólo pareciera levemente enfermo. Hacia el final de la película, Keanu comienza a desmejorar cada vez más, no sólo por el avance de su enfermedad, sino por todos los golpes que se supone recibe, y por la fatiga que debería tener tras las luchas. Por eso su maquillaje cambia.”
 

Dobles y batallas
“Un demonio acaba de atacarme en Figueroa, en plena calle”
- John Constantine
-“Una acción repetida en la película es abatir al héroe, y ver si puede volver a levantarse”- comenta bromeando amargamente Reeves, sobre el aspecto físico de su papel. –“Cada vez uno puede ver a Constantine pensando ‘Ok, ¡aquí vamos otra vez! A lo largo de la película, me ahorcan, me estrangulan, me aplastan, y me patean por todos lados. En verdad fue muy divertido.”
Constantine vuelve a reunir a Reeves con el coordinador de dobles R.A. Rondell, quien ya había trabajado con él en las películas The Matrix Reloaded y The Matrix Revolutions. Inclusive había trabajado mucho antes con él en 1991, en Point Break. Reeves tiene profunda admiración por Rondell y su equipo. A su vez, Rondell admira la capacidad atlética y la ética del actor: -“El nivel de participación de Keanu es alto y consistente. Para un coordinador de dobles, eso es una bendición. En general podemos hacer casi todo con Keanu, llevar todo al límite de lo que un actor es capaz de hacer.”
Al respecto Reeves piensa que, mientras más partes pueda actuar auténticamente él, mejor.
-“En vez de cortar y que otro tome mi lugar, hacer estas escenas riesgosas me permite adentrarme aún más en el personaje. En los momentos de peligro, es cuando más se deja ver su vulnerabilidad.”


Para John Constantine, el peligro se esconde detrás de cada puerta o en cada rincón: debe realizar violentos exorcismos, pelearse a trompadas con los demonios, e inclusive ser arrojado a través de las habitaciones como si fuera una bola de algodón, o colgar cabeza abajo, por los poderosos soplidos de la semi-angel Gabrielle.
La escena de más acción, y también la más compleja, es una pelea en la que aparecen Constantine y Chas, peleando contra una legión de semi-demonios, en una habitación del hospital Ravenscar. La orquestación logística de la lucha fue un gran desafío, ya que los trucos debían hacerse entre un laberinto de cables colgados de techos muy bajos, en un lugar muy limitado, en donde debía actuar demasiada gente. Además Francis Lawrence quería filmar la escena de una sola vez- un estilo de toma con la cual Rondell estaba completamente de acuerdo. –“Todo debía fuír de manera pareja, con buena cadencia, sin quebrar la acción”- comenta el coordinador de dobles. La toma requería una docena de dobles, que volaban por los aires, mientras que otros se lanzaban al aire también, y peleaban simultáneamente por debajo de ellos. Lawrence pudo lograr la escena que había imaginado.”
La actriz Rachel Weisz, en el papel de la intrépida detective policial Angela, tuvo también su parte de acción peligrosa. Weisz tuvo que forcejear con Reeves, que la debía mantener bajo el agua. Rondell advirtió a los actores sobre lo engañisco de la acción, que podía tornarse mortal si alguno de los actores confundía la actuación con el verdadero instinto de conservación de vida. Todo dependía de algunas señales pre-arregladas y del instinto de Reeves.
En otra escena, Angela lucha por su vida en la pileta de hidroterapia del hospital. Weisz cuenta:-“Me metí allí y me golpeé la cabeza contra el fondo. Cuando terminamos de filmar todas las escenas en el agua, yo tenía moretones por todo el cuerpo, que me duraron semanas, pero por suerte, nada roto.”
Hasta Shia LaBeouf tuvo su parte de acción. El luchó contra los semi –demonios, y sobre ellos Rondell cuenta: -“Lo pusimos en un arnés, y lo hicimos volar a través del techo, y luego debía caerse al piso. Al principio lo hicimos con un doble, y preparamos un techo y un piso blando para la escena. Pero después lo hizo Shia mismo. Es impagable ver al actor mismo hacer sus propias escenas peligrosas.”
Pero Rondell no paró allí. El no estuvo satisfecho hasta que pudo poner al director mismo en un arnés, para que tuviera una visión “a vuelo de pájaro”, sobre el escenario.
-“No era un truco para una escena de acción”- aclara Lawrence con modestia- “yo simplemente hice el recorrido que haría la cámara, desde un punto alto, en donde se mueve la plataforma. Me alzaron con cables y me hicieron volar a través de la habitación. Fue muy divertido.”


El arsenal de Constantine: agua bendita y super balas
Constantine utiliza un variado arsenal para defenderse de los entes que el atacan durante su trabajo. Estos distintos objetos, lo mantienen vivo. Entre ellos hay botellas con agua bendita, amuletos y piezas religiosas.


La mayoría de estos elementos, se los consigue su amigo Beeman, erudito historiador, que los encuentra a través de un cartel de truque, entre agentes clandestinos alrededor del mundo. Beeman puede conseguir cosas tan raras como fragmentos de piedra del camino a Damasco, partes de la bala del atentado de asesinato del Papa, un escarabajo chillador de Amityville, un retazo de la mortaja de Moisés, variadas cruces y símbolos religiosos, bendecidos por altos clérigos de todas las épocas, y mucho más. Quizás el más exótico y misterioso de todos los objetos, sea un frasco que encierra el altamente inflamable respiro de un dragón. Ese elemento, es capaz de producir y arrojar una llama abrasadora de 3 metros de largo.
Kirk Corwin, experto utilero, al igual que Beeman el personaje de la película, juntó esa cantidad de objetos de una manera más usual. Sin embargo, se valió de extensa investigación histórica, y especialmente estudió profundamente el idioma latín clásico, ya que la mayoría de los objetos anti-demoníacos tenían alguna inscripción en la antigua lengua.
Un pieza en especial es el orgullo de Corwin, entre toda la colección de objetos exóticos que se muestran en la película: la pistola santa de Constantine, supuestamente construída a partir de un crucifijo hueco, adaptado para hacer un arma de fuego, cuyo disparo puede vaporizar a los peores demonios, y hacerlos volver al Infierno.





Sin duda, la pistola es el objeto de utilería más complicado de la producción. El arma debía disparar una serie de balas, manteniendo el aspecto de una de las reliquias de la colección de Beerman. Corwin comenzó por buscar pistolas verdaderas. Encontró una en especial, de nombre “Street Sweeper”, que podía servir excelentemente como modelo. El trabajó junto a Lawrence y Shohan para refinar su apariencia. Entre todos decidieron que la apariencia del arma debía basarse en dibujos de Leonardo Da Vinci.
Una vez diseñada el arma, el utilero especialista tenía que armarla y hacerla funcionar. Armó dos pistolas que disparaban de verdad, otras dos réplicas de plástico, y otras cuatro más de goma, para los ensayos.
Ocho artesanos, tardaron aproximadamente unas siete semanas en construírla, y el resultado fue un arma brillante y temible, hecha de bronce y oro. Se le hicieron inscripciones grabadas en latín: “a cruce salus” (de la cruz viene la salvación), “decus it tutamen” (un adorno y una vía de salvación) y “dei gratia” (por la Gracia de Dios).
Keanu Reeves estaba tan impresionado con el arma de fuego, que ordenó otra para regalarle a Frances Lawrence, al terminar de filmar.

 

 

 

 

 

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