"CUARENTENA"

de John Erick Dowdle

 

TÍTULO ORIGINAL: QUARANTINE

Para cumplir con los requisitos de un reality show acerca de la gente que trabaja mientras el resto del mundo duerme, la reportera Angela Vidal (Jennifer Carpenter) y su camarógrafo, Scott (Steve Harris), deben cubrir la jornada nocturna de un par de bomberos angelinos. Tras unas cuantas horas más bien aburridas, una llamada de socorro al 911 los conduce a un complejo de apartamentos en pleno centro de la ciudad. La policía se encuentra ya en la escena a causa de los espeluznantes gritos provenientes de un departamento en el tercer piso. Conscientes de que por fin han tropezado con una historia potencialmente trascendente, Angela y Scott se muestran decididos a capturarlo todo en video.

Tras adentrarse en el complejo de apartamentos con el propósito de realizar una investigación, el equipo encuentra a una anciana en camisón, sola y de pie en la oscuridad. Está cubierta de sangre y su respiración es rasposa y entrecortada. Pareciera que está enferma. Pero cuando un policía se le aproxima a fin de ayudarla, ella lo ataca... con los dientes.

El grupo logra someter a la mujer e intenta obtener ayuda para socorrer al policía herido. Sin embargo, en cuanto deciden salir del edificio descubren que las autoridades han declarado una cuarentena, aislando en el proceso a todos los residentes. Las salidas han sido selladas y se encuentran resguardadas por oficiales armados. El teléfono, la Internet, la televisión y la señal para celulares han sido suspendidos y los oficiales se rehúsan a ofrecer una explicación. Aquellos que han quedado atrapados comienzan a ser rebasados por el horror y el pánico. Mientras intentan comprender lo que ha ocurrido, los habitantes se ven forzados a buscar apoyo en sus compañeros de ordalía.

Pero de pronto surge otro grito desde las alturas. Un cuerpo cae desde el tercer nivel y se estrella contra el piso del vestíbulo, precisamente en donde todos se han reunido.

Y los ataques recomienzan...

Tras la suspensión de la cuarentena, la única evidencia de lo ocurrido viene dentro de la cinta del camarógrafo. Atrévete a ver esta videograbación y entérate de lo que le ocurrió a todos los que se encontraban en CUARENTENA.

Dirigida por John Erick Dowdle y basada en un guión escrito por John Erick Dowdle & Drew Dowdle, CUARENTENA es una cinta estelarizada por Jennifer Carpenter, Jay Hernández, Columbus Short, Greg Germann, Steve Harris y Dana Ramírez, con Rade Sherbedgia y Johnathon Schaech. Basada en la película REC, escrita por Jaume Balagueró & Luis A. Berdejo & Paco Plaza, CUARENTENA ha sido producida por Doug Davison, Roy Lee y Sergio Agüero. Los productores ejecutivos fueron Glenn S. Gainor, Drew Dowdle, Julio Fernández y Carlos Fernández.

El equipo detrás de las cámaras incluye al director de fotografía Ken Seng, al diseñador de producción John Gary Steele, al editor Elliot Greenberg y la diseñadora de vestuario Maya Lieberman.

El tiempo de duración de CUARENTENA es de una hora y 26 minutos.
PREPARÁNDOSE PARA DECRETAR UNA CUARENTENA

“Quarantine” [Cuarentena] es una palabra inglesa que inmediatamente nos hace pensar en otras nociones tales como “miedo”, “enfermedad” y “aislamiento”. Sin embargo, la vida de la película Cuarentena comenzó en otras latitudes e implementó otra lengua. El productor Sergio Agüero descubrió la galardonada cinta española REC durante un viaje por España realizado en enero de 2007 (la cinta ganó algunos premios Goya – el equivalente español a los Premios Oscar – en las categorías de Mejor Edición y Mejor Actriz Incipiente). “Vi una cinta promocional que la compañía productora estaba distribuyendo a fin de realizar una pre-venta de los derechos internacionales”,comenta Agüero. La cinta no estaba terminada, pero “esos primeros cortos me parecieron sencillamente escalofriantes”.


Dada esta cautivante – y terrorífica – premisa cinematográfica, Agüero notó inmediatamente que la cinta contaba con todo el potencial para la realización de una versión en habla inglesa. “Mientras que en España daban los toques finales a REC, le presenté el proyecto a Doug y Roy, de Vertigo Entertainment, compañía estadounidense”, dice. Roy Lee y Doug Davison habían adquirido con anterioridad los derechos para realizar versiones en habla inglesa de algunas cintas extranjeras, entre ellas The Ring, The Grudge y The Departed. A Agüero le pareció que Cuarentena podría encajar perfectamente en el catálogo de Vertigo.

Cuando el productor Lee vio las imágenes promocionales de REC y tuvo oportunidad de leer el guión, sintió una emoción tremenda: “Esa cinta era poseedora de una magia muy particular”, asegura. Poco después de concluida la filmación de la película española, los socios se hicieron de una copia y organizaron una proyección exclusiva para Screen Gems, quienes se entusiasmaron tanto que incluso decidieron acelerar todo el proceso. “La película cobró forma mucho más rápidamente que otras cintas en las que he trabajado”, dice Lee. “Desde el momento en que vimos la versión original hasta el periodo de desarrollo de la fotografía principal de Cuarentena no pasaron más de tres meses”.
La adaptación del guión corrió a cargo de los hermanos John y Drew Doedle. El dúo acababa de escribir el guión para The Poughkeepsie Tapes, un thriller estilo documental asimismo dirigido por John y producido por Drew. A los productores les pareció que los Dowdle sabrían instintivamente qué cosas necesitaría una cinta como Cuarentena para triunfar. Los hermanos fueron invitados a presentar su muy personal versión de la cinta, y, ni tardos ni perezosos, dijeron que sí y aprovecharon la oportunidad.

El director John Dowdle asegura que “Drew y yo tuvimos que competir con directores mucho más renombrados en esta ocasión. Pero caímos en la cuenta de que juntos podríamos preparar algo mucho más interesante que el resto. Trabajamos noche y día, intentándolo todo a fin de obtener el empleo”.

“Nos pareció un proyecto perfecto para nosotros”, añade Drew. “Contenía muchos elementos realistas, tal y como ha ocurrido con nuestras cintas anteriores, así que realizamos nuestro mejor esfuerzo y lo conseguimos”.

Su estrategia resultó muy exitosa. “Los hermanos Dowdle nos conquistaron con su inefable entusiasmo”, dice Agüero. “Fueron capaces de articular una versión muy norteamericana sobre la base constituida por todas las cosas buenas del guión español, dándole el empuje necesario para las audiencias de este continente”.

Muchas segundas versiones cuentan con la ventaja de un modelo o anteproyecto – la cinta original. Los encargados de la adaptación de un guión pueden ver lo que funciona sobre la pantalla, así como imaginar las modificaciones que lograrían realzar el argumento o el suspenso. En el caso de REC, “Adaptamos Cuarentena incluso antes de ver la versión final de la cinta española. Nuestro trabajo se basó en su guión y en su clip promocional.

“La realización de una segunda versión supone un proceso muy interesante”, prosigue John. “En cierto sentido constituye una actividad mucho más libre y fluida, aunque también representa una especie de constreñimiento en el plano creativo. El material original nos gustó mucho – REC es en verdad una cinta excelente”.

“Fue muy agradable haber contado con un material de tan alta calidad como punto de partida”, añade Drew. “Quisimos mantenernos fieles a la versión original por la sencilla razón de que sus elementos funcionan admirablemente. Me parece que un impulso muy natural suele compelernos a cambiarlo todo y a mejorarlo todo, pero esta vez tuvimos que resistir en muchos planos a fin de no dar al traste con algo de por sí bastante bueno. Nos sentimos muy complacidos con el balance encontrado entre la fidelidad al material original y nuestro propio sello”.

Lee, el productor, sostiene que, “Les otorgamos toda la libertad del mundo, pero ellos prefirieron mantenerse apegados a la línea original por su tremenda eficacia. Jamás les pareció que reinventar la cinta en su totalidad fuera una buena idea”.

Sin embargo, los realizadores sí llevaron a cabo un par de cambios a fin de subrayar los elementos realistas del nuevo proyecto. “La versión española se basa un poco más en lo sobrenatural”, explica Agüero. Los Dowdles, por su parte, decidieron aterrizar esta premisa con un poco de realismo – pero esto, curiosamente, no hizo sino incrementar el horror. “En Cuarentena”, dice Agüero, “los realizadores incrementaron la tensión paranoica mediante el hecho de que el gobierno, que suele estar ahí para ayudarnos, es el enemigo silente, manteniendo a todo mundo en la incertidumbre, sin emitir una sola declaración concerniente al estado de cosas”.

“Fuimos muy cuidadosos. Lo más importante era que todos los detalles tuvieran cabida en el plano de lo posible”, añade John Dowdle. “Las ‘raíces realistas’ de la película son justamente aquello que logra diferenciarla de las demás cintas de horror”.
Al final, los realizadores “se sintieron muy complacidos con el balance establecido entre los elementos originales y nuestro propio estilo”, dice Drew Dowdle.

La premisa central de la cinta señala que se ha “hallado” el video de la cámara utilizada para la grabación de todo lo sucedido al interior del edificio, así que la acción ocurre en tiempo real. Las escenas serpentean dentro y fuera de los departamentos y a lo largo de la escalera principal, y por lo general demoran varios minutos antes de que la pantalla se torne negra o algún movimiento violento e imprevisto nos conduzca a una nueva escena. Las transiciones de escena a escena fueron hechas, en su gran mayoría, mediante cortes invisibles.

“Lo vemos todo desde la perspectiva de la cámara”, comenta el director Dowdle. “Hay algo sencillamente escalofriante en una cinta cuando, como espectador, no puedes ver lo que hay tras el umbral de una puerta o lo que está del otro lado de un muro. Cuando te encuentras confinado a lo que una sola cámara puede captar, la sensación es como estar ahí, en el espacio real”.

“Nos divirtió mucho poder juguetear con iluminaciones y encuadres imperfectos”, añade Drew. “No puedes ver todo lo que quieres ver ni escuchar todo lo que quieres escuchar. Semejante naturaleza imperfecta le confiere una tremenda sensación de realismo a la situación. Hoy por hoy, con toda esta cultura fundada por sitios cibernéticos como YouTube, la gente está acostumbrada a verlo todo grabado en tiempo real. Y esto, desde el punto de vista de la audiencia, legitima la idea de mostrar todo lo que acontece en la cinta desde el punto de vista de una sola cámara”.

Los realizadores asimismo prefirieron filmar siguiendo el orden del guión, una idea que la cinematografía moderna ha desechado por motivos temporales, materiales, geográficos y de talento. “Filmamos la cinta linealmente”, dice Lee. “La primera escena que filmamos es la primera escena del guión, y así hasta el final. Esto contribuyó a incrementar la tensión durante el proceso”.

Además de ayudar a mantener viva una tensión muy real, así como una acción cada vez más intensa, John Dowdle halló una especie de beneficio emocional gracias a dicho orden lineal. “Con la muerte de cada personaje, el actor correspondiente concluía su participación”, dice. “Este hecho le confirió cierto carácter definitivo e irreversible a su deceso en pantalla. Cuando morían, desaparecían realmente”.

Los realizadores cayeron asimismo en la cuenta de que este estilo de filmación lineal les permitía experimentar en el set sin consecuencias adversas. “Nuestros experimentos lograron modificar la apariencia de los actores o incluso la realidad de la situación en la que se encontraban”, dice John. “De haber filmado en desorden, todo esto hubiera tenido que ser planeado por adelantado, haciéndonos perder nuestra espontaneidad. A Drew y a mí nos parecía que debíamos honrar cada momento del proceso. Algo sencillamente imposible cuando cada detalle ha sido bosquejado detalladamente”.






EN CUARENTENA

El proceso de selección del elenco no supuso una tarea sencilla: los realizadores tuvieron que encontrar actores que pudieran mantener la apariencia de un terror constante y pujante (una emoción a todas luces agotadora) a lo largo de una tortuosa filmación en tiempo real. Cada encuadre debía irradiar una inmediatez incuestionable. La película sólo podía funcionar con actores que pudieran convencer a las audiencias de la realidad inherente a las imágenes – una realidad por demás espantosa.

Más específicamente, la selección de Angela Vidal, el personaje principal, resultó clave para el éxito y buen funcionamiento de la cinta. Este papel exige un arco muy sólido. Al principio, el público observa a una mujer alegre y vivaz, una reportera más bien primeriza que trabaja para la televisión local. Conforme la película avanza y el personaje se adentra en el laberinto de Cuarentena, Angela deja de ser una persona optimista y se transforma en una mujer osada y brava, y al final aterrorizada, que debe encarar su propia finitud.

A propósito de Jennifer Carpenter, la actriz seleccionada para desempeñar este papel, Agüero comenta que “[El Presidente de Screen Gems] Clint Culpepper había trabajado previamente con ella en The Exorcism of Emily Rose. Todos la conocíamos gracias a Dexter y nos sentíamos fascinados con su atractivo juvenil y su evidente fortaleza”.


John Dowdle: “A Drew y a mí nos había atraído Dexter, y ambos adoramos Emily Rose, pero no nos habíamos percatado de que se trataba de la misma persona. En cuanto caímos en la cuenta intuimos que su desempeño en la cinta sería maravilloso”.


En cuanto a la cinta misma, Jennifer Carpenter comenta lo siguiente: “Lo que más me atrajo fue la idea de un grupo, conformado en gran medida por desconocidos. Todos ellos están atrapados en un edificio, luchando por sus vidas. La seguridad es alcanzable a través de una ventana. Sólo tenemos que descender por la escalera, atravesar una puerta – la salvación se encuentra justo frente a nosotros. La capacidad para mantener viva esa posibilidad a lo largo de la película me pareció fascinante. Y todo ello aunado a la idea de que mi principal compañera sería una cámara... Vaya, ¡qué asunto tan curioso!”.


“No soy fanática de las cintas de horror”, prosigue la actriz. “Mi estómago no es resistente. Pero la construcción de esta cinta me pareció muy peculiar. Había recibido el guión acompañado de un DVD con la versión original. A los cinco minutos detuve mi aparato e hice una llamada. Les dije, ‘Me interesa. ¿Qué es lo que tengo que hacer?’ El guión me pareció sumamente ambicioso, al igual que las ideas que tenían para concretarlo”.


Carpenter menciona que la representación de este miedo incesante constituyó una muy ardua tarea. “El guión te pide que vayas a cien millas por hora, de principio a fin”, dice. “Es muy importante mantener vivo el pavor, la idea de que posiblemente te queden treinta, veinte, seis minutos de vida. Ha sido un trabajo agotador”.


A fin de preservar la intensidad, Carpenter asegura que echó mano de unos cuantos “trucos muy graciosos”. “A veces, la música logra inyectarme cierta energía”, dice, “o ponerme a gritar antes de una toma, o quizás un respiro que me permita cobrar conciencia de lo que estoy a punto de hacer. Otras veces basta con decirme – ‘uno, dos tres, ¡A la carga!’, sin preocuparme por lo que pueda ocurrir. Sin embargo, el ritmo de mi papel supuso un auténtico reto, al igual que la necesidad de mantener al menos un pie firmemente plantado en la realidad”.


A propósito del trabajo realizado por la actriz en esta cinta, John Dowdle dice que, “Jennifer es una persona asombrosa. Le gusta permanecer en la zona todo el día y, a decir verdad, le insufla una energía excesiva a cada toma. Es muy talentosa, y sus ideas son brillantes. No hay nada que no pueda hacer”.


Drew Dowdle añade que “Jennifer es excepcional. Y no es para menos: es de cepa realista. Fungió como una excelente líder y supo guiar sin problemas al resto del elenco. Fue una suerte haber hallado a una actriz tan diestra y capaz”.


Tomando en cuenta el esfuerzo realizado, Carpenter se siente muy satisfecha e incluso emocionada con los resultados. “Creo que es una de esas películas que debes ver una y otra vez. Las audiencias no cesarán de preguntarse, ‘¿Cómo hicieron esto, cómo lograron aquello? Y eso es lo divertido. Si alguien me preguntara qué espero de la cinta, yo les respondería preguntándoles qué esperan ellos mismos, a sabiendas de que conocen la producción gracias a los cortos, a la Red o a sus amigos – sólo entonces les diría que lo que están a punto de ver superará todas sus expectativas”.


Desempeñando el papel del compañero incondicional de Angela, Steve Harris interpreta a Scott, el camarógrafo, quien sólo podrá ser visto de vez en cuando, a pesar de que su voz constituye una presencia constante a lo largo de la cinta. Harris es mejor conocido por su trabajo en la serie The Practice, de David E. Kelley.


“Es fascinante poder participar en una cinta en la que sobre todo eres una voz”, dice Harris. “Me interesé por el papel del camarógrafo desde que leí el guión, aunque en ese entonces creía que la película sería filmada a la vieja usanza”. Cuando se le informó que no aparecería ante las cámaras más que un puñado de veces, “Me sentí aún más atraído y obsesionado con el proyecto”, asegura.


Según el director Dowdle, “Inicialmente habíamos contactado a Steve para otro papel. Pero durante nuestro primer encuentro nos dijo que a él le interesaba la interpretación del camarógrafo. Steve vio algo en el camarógrafo que nadie más había notado”.


Para Harris, el personaje no es sólo un tipo que sostiene una cámara, sino asimismo el compañero y guardián de Angela. “Su intención consiste en mantener a Angela fuera de peligro”, comenta el actor. “El camarógrafo pretende salvar su vida – y la de su compañera- y para ello realiza esfuerzos tremendos”.


El actor también se sintió atraído por “los elementos dentro del marco de lo posible” de la premisa. “Ese es el aspecto más seductor”, dice. “El argumento está basado en algo que podría ocurrir”.


Jay Hernández y Johnathon Schaech fueron llamados para interpretar a Jake y Fletcher, los bomberos cuyo trabajo Angela y Scott pretenden cubrir esa noche. Acerca de su colaboración con Hernández, Schaech comenta que, “Discutimos acerca de la preparación de nuestra camaradería, que en el plano general de la cinta resulta tan importante, además de los aportes de nuestros personajes a cada una de las escenas. Fue grandioso”.


John Dowdle se sintió impresionado con el interés y la capacidad investigativa de Schaech. “Es una persona sumamente carismático – un auténtico roba-escenas”, dice. “Visitó el Cuerpo de Bomberos a fin de compenetrarse totalmente con su personaje. Y se dejó crecer el bigote más grande y loco que haya visto en mi vida”, comenta el director, deseternillándose de la risa.


A propósito de su elección, Schaech comenta lo siguiente: “Pasé algún tiempo con los bomberos, y noté que la gran mayoría porta un bigote muy grueso y masculino. Ese detalle me llamó la atención. Mi mostacho tardó cuatro días en crecer”.


Para su papel, Hernández, una auténtica estrella en ascenso, no tuvo que investigar gran cosa – el actor ya había amasado bastante experiencia en este plano gracias a su participación en World Trade Center, de Oliver Stone. Sus sentimientos acerca de todo lo que hace de Cuarentena una película tan eficaz reflejan, en cierto modo, las opiniones de Harris: “Desde mi óptica, para que algo provoque miedo, sus raíces deben hallarse en la realidad. Cuando logras que otros piensen que una situación así es posible, el miedo ha cumplido su cometido”.


Hernández se siente asimismo muy satisfecho tanto con el proceso de filmación como con los resultados y los efectos que tendrá sobre el público. “Las audiencias se sentirán bajo cuarentena. Sentirán asimismo que están atrapadas dentro de un edificio”, dice. “Como parte de la audiencia sentirás que estás ahí dentro. Experimentarás todo el rango de emociones, el miedo, la excitación, etcétera, por la sencilla razón de que serás colocado en ese lugar. La historia te afectará emocionalmente”.


En cuanto a los residentes de este complejo habitacional maldito, Greg Germann (Ally McBeal) interpreta a Lawrence, un veterinario que ha sido llamado para ayudar a las víctimas de la cinta. “Me convierto en el médico de cabecera. Gracias al trabajo que he realizado con perros y gatos, me siento lo suficientemente autorizado como para trabajar con personas”, comenta Germann soltando una carcajada. Su papel le exige la aplicación de inyecciones. “Esta actividad contribuyó a mi selección durante el proceso de selección”, prosigue. “Soy muy bueno con las agujas”.


Germann se sintió cautivado con el proyecto desde el principio. “Nunca antes había trabajado en una cinta de horror”, dice. “No es mi género predilecto. Pero este guión se aproxima bastante a una thriller- de hecho, lo leí de un tirón. Las cosas ocurren desde el principio, pero la acción nunca amaina”.


También por el lado de los residentes, Marin Hinkle desempeña el papel de Kathy, la ansiosa madre. Su esposo salió del edificio poco antes del caos y el establecimiento de la cuarentena, y ahora ella se encuentra atrapada con su hija enferma... cada vez más enferma. La actriz se sintió muy emocionada por la posibilidad de otro costado de su innegable talento. “Trabajo de planta en una comedia televisiva, y el ambiente ahí es mucho más ligero, incluso bromista”, dice Hinkle. “Un día, mi agente me llamó por teléfono y dijo, ‘¿Te gustaría participar en una película de horror?’ Las cintas de horror tienen algo que por lo general me repele, pero aún así decidí leer el guión. Ahí pude detectar un tremendo realismo, como si el argumento estuviera ocurriendo en alguna parte en este preciso instante. Esa característica me atrapó”.


La historia de la audición que Hinkle realizó para esta Cuarentena es memorable, por toda clase de motivos, tanto humorísticos como nefastos. “Tengo un hijo”, dice, “y en la cinta tengo asimismo una hija pequeña, así que, por ese lado, existía una conexión. Pero para mi prueba de selección no había pensado qué podía hacer en lo concerniente a le necesidad de aparecer con un niño. Así que se me ocurrió utilizar mi bolso – mi bolso se convirtió en mi hija. En cierta escena más bien tortuosa, mi hija y yo somos separadas, así que, durante la audición, mi bolso y yo tuvimos que romper nuestra unión violentamente. Al separarnos, caminé de espaldas y me estrellé contra una pared de ladrillos. Yo gritaba y gritaba, como Meryl Streep en Sophie’s Choice. Al terminar pensé, ‘¡Demonios! Eso fue muy realista’. Esa noche me fui a dormir, pero cinco horas más tarde desperté aquejada por un intenso dolor, un dolor aún más fuerte que el alumbramiento. Resultó que mi loca prueba de selección había aflojado una piedra de riñón”. Así, este dolor terminó convirtiéndose en el más intenso de toda su vida. Según Hinkle, “Si alguna vez sientes ganas de participar en una película de horror, lo único que tienes que hacer es pensar en la trayectoria de una piedra de riñón, y esta imagen te permitirá gritar con todas tus fuerzas”.


En lo concerniente a la película, Hinkle asegura que le complace el hecho de que los realizadores hayan podido extraer un poco de humor de todo ese horror. “Es increíble, pero esta cinta contiene detalles cómicos”, dice. “Existe una cierta yuxtaposición – algo muy severo está ocurriendo en las vidas de estas personas, su horror no puede ir más allá, así que lo único posible es dirigirlo todo hacia un lugar en el que las bromas afloran. Es justo lo que suele ocurrir en la vida real. Cierta vez, mi padre sufrió un paro cardíaco, y durante su estancia en el hospital no cesó de llamar a esta institución ‘el hotel’. Me decía, ‘Este hotel es precioso’, y yo le respondía, ‘Papá, me parece que nos encontramos en un hospital’. Chéjov suele insertar unas cuantas carcajadas en mitad del horror – el dolor propicia esa reacción, y creo que este detalle, incluido en el guión mismo, logró seducirme”.






EL EDIFICIO


Para REC, el equipo español decidió filmar en locación echando mano de un complejo habitacional verdadero. Los realizadores de Cuarentena, por otro lado, tenían en mente el famoso Edificio Bradbury de Los Ángeles. Pero el acceso a dicho edificio hubiera sido exclusivamente nocturno. Y, además de las dificultades que una filmación nocturna entraña, el guión exigía que los interiores de los departamentos estuvieran vinculados con las tomas que debían realizarse en la escalera principal. Los realizadores hubieran tenido que alterar y manipular cada toma, ‘disfrazar’ las oficinas todos los días o incluso rentar algunas oficinas para los trabajadores del edificio durante algunos meses. Finalmente, a todo mundo le pareció más sensato construir un set. Así, un departamento de tres pisos fue erigido en el escenario 23 del lote de Sony Pictures. De 15,000 mil pies cuadrados y 35 pies de altura, el monstruoso escenario se convirtió en la locación perfecta e incluso permitió que los realizadores construyeran un set a la medida del guión.


“La construcción del set se complicó con toda suerte de detalles mañosos”, comenta Drew Dowdle. “Queríamos meter tantas cosas en la cinta que al final terminamos dependiendo excesivamente del set, pero nuestro equipo consiguió una gran cantidad de detalles de la acción y del guión en el diseño del mismo”.


“El equipo del diseñador de producción Gary Steele realizó un trabajo excelente”, dice Agüero a propósito del diseño del complejo habitacional. “Es un set sumamente elaborado y detallado, que requiere de una cierta cantidad de apartamentos pequeños ubicados en torno a un atrio y una escalera central. Esto permitió que el director filmara algunas tomas largas, subiendo y bajando por la escalera, entrando y saliendo de los departamentos, y todo ello de manera orgánica y por ende convincente. Asimismo, esto nos hizo más fácil la existencia – pudimos trabajar a horarios razonables y en condiciones controladas”.


En resumen, este set de tres pisos (o cuatro, tomando en cuenta otros arreglos y escenarios) ostentaba seis habitaciones así como tres unidades completas, con estancia y comedor. El edificio aprovechó el ‘espacio muerto’ (algunas puertas falsas que no conducían a ningún lado) para encubrir una auténtica ‘aldea’ repleta de tecnología digital y erigida ahí mismo, sobre el set, así como un poco de trabajo burocrático y algunos almacenes. La construcción del set y demoró seis meses y requirió diariamente de un equipo conformado por cuarenta personas. La estructura colgaba de cables y vigas de acero, y la producción pudo contar incluso con una herrería propia para la creación de estructuras y detalles decorativos.






UNA FILMACIÓN MUY PARTICULAR


La premisa de la cinta señala que las audiencias deben observar las imágenes desde el punto de vista de una cámara de video. Así, los realizadores pensaron que resultaría muy ventajoso filmarlo todo en Alta Definición [HD, por sus siglas en inglés]. Según el productor Lee, “Escogimos este formato por la sencilla razón de que así podríamos manipular las imágenes más tarde a fin de otorgarles una apariencia como de noticiario, como de ‘toma realista’. Este detalle fue medular para nuestra obra”.


Los realizadores eligieron una cámara Sony F-23. El director de fotografía Ken Seng asegura que la F-23 posee ciertas características especiales: “Pudimos filmar tomas prolongadas y repetirlas una y otra vez. Además, la cámara nos permitió darle a la filmación una apariencia periodística o de documental sin perder el estilo ni la cinematografía propia de la película”.


Sin embargo, hubo que tomar en consideración ciertas desventajas: “La cámara pesa cincuenta libras”, dice Seng. Para subrayar la apariencia realista de la cinta, todas las imágenes fueron filmadas a mano... convirtiéndolo todo en una carga muy pesada. “Con la cámara cargada y lista, nuestro operador tuvo que recorrer la escalera con una viga de setenta libras al hombro. Los resultados son maravillosos, pero fue todo un reto.


“Todos los involucrados han dicho que esta cinta no se parece en nada al resto de sus filmaciones”, prosigue Seng. “Cada toma constituyó un problema. En ocasiones tuvimos que filmar diez tomas de una secuencia de cinco minutos alrededor del edificio. Trece actores, el operador, un asistente de cámara y un coordinador de dobles y acróbatas – y todos debíamos sincronizarnos para el buen funcionamiento de una toma. Esto hace que la observación de las secuencias finales sea de lo más emocionante. Mientras corríamos por una habitación teníamos que panear a 180 grados. A veces el encargado de cableados tenía que correr a toda velocidad y deslizarse debajo de la cámara en mitad de una escena. El responsable del dolly tenía heridas en la cara y moretones en los hombros. Todo mundo estaba mancillado de sangre falsa. En resumen, una prueba de resistencia física para el equipo de cámaras”.


Incluso la cámara tuvo que someterse a una prueba de resistencia. Como cuando “[el operador de cámaras] Columbus salió corriendo y tropezó con un cable: su cámara, valuada en $300,000 dólares, voló por los aires al parecer en cámara lenta y se estrelló contra el piso de terra cotta”, dice Seng. “Creo que habla muy bien de ese artilugio el que la hayamos recogido sin más a fin de seguir filmando”.


“A causa del ritmo frenético de la cinta, y con la cámara – que es también un personaje – en medio de la acción, pronto caímos en la cuenta de que para evocar una sensación de realismo debíamos golpear la cámara e incluso permitir que los actores la empujaran o la arrebataran”, comenta el director Dowdle. “En un par de ocasiones tuvimos que detener la filmación para pegar algunas piezas sueltas y ponerla a funcionar otra vez”.

En lo concerniente a las dificultades de la filmación, John Dowdle comenta que, “Nuestra cámara debía filmar a quince actores, además de los dobles, los efectos y todo el resto – pasamos muchos días filmando una sola toma. Una escena de cinco minutos realizada en una sola toma requería de ensayos extenuantes. Muchas veces no podíamos comenzar a filmar sino hasta el atardecer, pero entonces nos dedicábamos a hacer tomas, tomas y más tomas, sin descanso. Nuestro tratamiento de la cinta fue sumamente atípico. Por ejemplo, hubiera sido imposible ocultar algunas cosas en la edición, así que todo lo hicimos en el set, extremando precauciones”.


Lo mismo es aplicable a la impresionante coordinación de dobles y acrobacias. Este plano fue crucial, y toda la acción fue integrada sin fisuras palpables a las escenas filmadas en una sola toma. “Las acrobacias no podían ser filmadas por separado, como por lo general ocurre durante la elaboración de una cinta”, dice John Dowdle. “Por el contrario, tuvieron que ser añadidas a un todo orgánico. La gente actuaba, pero de pronto insertábamos una acrobacia y los actores tenían que proseguir su actuación”.


“Arrojar niños al pavimento, arrojar a la gente por encima de los barandales y hacia el vacío – esto es algo superior a nuestra escala acostumbrada, pero ha sido maravilloso”, comenta risueña Drew.


La iluminación supuso asimismo un reto. “En cada toma debíamos iluminar todos los aspectos al unísono: los planos medios, los planos generales los close-ups”, dice Seng, “porque todos los ángulos debían cubrirse de un plumazo. Utilizamos un sinnúmero de artilugios LED y Kenos, así como calgunas lámparas pequeñas, a fin de crear una luz ambiente capaz de esparcirse a todo el set, cuidando al mismo tiempo que la construcción en sí no pareciera iluminada. Para ello utilicé muchas lámparas de mano. La imagen resultante es muy cruda y granulosa, y estas características logran realzar la historia admirablemente”.


El preciso trabajo de iluminación supuso horas y horas de preparación. Sin embargo, Drew Dowdle asegura que, “El elenco fue muy paciente con nosotros”.


Jay Hernández, por ejemplo, señala que, “Es todo un reto por la sencilla razón de que hay que echar a andar demasiadas cosas al unísono. Es como en la música: los instrumentos deben ser tocados simultáneamente. Todo tenía que acontecer al mismo tiempo, sin dilaciones, al menos una vez”.


“Ha sido un reto muy emocionante: todo dependía de nosotros, de nuestro empuje”, comenta Germann, mostrándose de acuerdo con la declaración de Hernández. “Cuando alguien se equivocaba, la toma tenía que ser filmada de nuevo desde el principio. La experiencia fue realmente gratificante y divertida”.


“Tienes que ser parte del momento, sin excusas”, dice Johnathon Schaech. “Tienes que ser uno con tu personaje. Por eso investigué a los bomberos con tanto ahínco y por eso leí tanto acerca de lo que se suponía que debía hacer en cada una de las situaciones”.


Columbus Short, quien interpreta al policía Wilensky, se muestra de acuerdo: la película pedía de los actores que éstos estuvieran en óptimas condiciones. “Esta cinta se asemeja al teatro en varios planos”, dice. “Se trata de una sola toma, o de varias tomas prolongadas, y los actores deben de retarse unos a otros constantemente. Esto pone en juego la improvisación, cosa que me encanta. Esta clase de trabajo es un placer. Es actuar de verdad, y ese el sueño de todo actor que se precie”.


Sin embargo, tanto la improvisación como el uso de una sola cámara pueden enrarecer las cosas. En realidad, no hay manera de acumular tomas para una posterior selección/edición. La cobertura es inexistente. Cuando se esposo le preguntó que significaba la no-cobertura, Hinkle respondió con una carcajada: “Significa que nadie sabe si aparecerás en la versión final de la película. Puede que tu actuación sea apasionada y que contribuya al trasfondo de la historia y al ambiente mismo, pero al final resulta inevitable pensar, ‘Oh, me parece que [en cierta escena] nunca actué frente a la cámara’. La actuación debe ser veraz, y para ello el ego debe ser anulado”. Pero este estado de cosas fue asimismo muy emocionante porque “los accidentes lograron convertirse en la parte más suculenta de la historia”.


Jennifer Carpenter resume la experiencia de la siguiente forma: “Al prinicipio, John nos dijo lo siguiente: ‘Si los sorprendemos actuando, tendremos que reanudarlo todo’. Creo que el resultado final dará la impresión de una cierta facilidad. No me refiero a que la cinta sea fácil de ver, de ninguna manera, pero el público creerá seguramente que todo lo logramos sin mayores esfuerzos. Pero justamente esa impresión constituirá una especie de reconocimiento a las dificultades y ordalías que tuvimos que padecer, atravesar y superar”.


Por su parte, los hermanos Dowdle confiesan que lo único que pueden esperar de las audiencias es que la cinta “les parezca implacable. Cuarentena retorcerá, romperá la mente del público”.






ACERCA DEL ELENCO


JENNIFER CARPENTER (Angela Vidal) es la estrella de la innovadora serie Dexter (nominada para un Emmy), en donde interpreta a Debra Morgan, la hermana de Dexeter Morgan, el forense profesional que se ha transformado en asesino en serie. Este otoño, la actriz podrá ser vista junto a Charlize Theron y Woody Harrelson en Battle in Seattle, del director Stuart Townsend. Anteriormente, Carpenter había desempeñado el papel principal en The Exorcism of Emily Rose, cinta en la que también participan Laura Linney y Tom Wilkenson, y, en 2002, encarnó en Broadway a Mary Warren, personaje de la obra The Crucible, de Arthur Miller. Esta puesta en escena contó asimismo con las actuaciones de Liam Neeson y laura Linney.


Carpenter logró graduarse de Julliard.




JAY HERNÁNDEZ (Jake) fue visto recientemente en el thriller Lakeview Terrace, dirigido por Neil LaBute y co-estelarizado por Samuel L. Jackson. También desempeñó un papel muy importante en World Trade Center, estelarizada por Nicolas Cage y dirigida por Oliver Stone. Este año se espera el lanzamiento de la comedia independiente Live!, en la que la estrella compartirá pantalla con Eva Mendes.


Sus créditos cinematográficos incluyen asimismo cintas como Hostel, de Eli Roth, Crazy/Beautiful (coprotagonizada por Kirsten Dunst), The Rookie, Torque, Ladder 49 y Friday Night Lights.


En el ámbito de la televisión, Hernández estelarizó Six Degrees, de JJ Abrams.




COLUMBUS SHORT (Danny Wilensky) apareció el año pasado en la taquillera comedia navideña This Christmas, coprotagonizada por Regina King y Chris Brown. Recientemente concluyó su participación en Whiteout (con Kate Beckinsale) y en Armored (con Matt Dillon).


Sus créditos previos incluyen el papel de DJ en Stomp the Yard, así como algunas apariciones en War of the Worlds y Save the Last Dance 2. Su trabajo en televisión incluye las series ER, Judging Amy y un papel recurrente en Studio 60 on the Sunset Strip.




GREG GERMANN (Lawrence) protagonizó hace poco tiempo la serie televisiva In Case of Emergency, en donde comparte pantalla con David Arquette y Johnatha Silverman. Asimismo apareció en la taquillera Talladega Nights: The Ballad of Ricky Bobby y en la independiente Friends with Money, estelarizada por Jennifer Aniston, Frances McDormand y Catherine Keener.


El resto de sus créditos cinematográficos incluye Down to Earth, de los hermanos Farrelly; Sweet November, con Keanu Reeves y Charlize Theron; la cinta independiente The Last Producer; y una memorable actuación como estrella invitada en Jesus’ Son, protagonizada por Billy Crudup. Otros créditos incluyen Committed, Caught in the Act, Down & Derby, Once Around, Clear and Present Danger, así como el papel principal en el corto Culture, nominado en 1999 para un Premio de la Academia.


Germann se granjeó el cariño de millones de televidentes gracias a su interpretación de Richard Fish en la serie Ally McBeal, de David E. Kelley. Otros créditos en este mismo plano incluyen la serie Ned & Stacy y las películas Darrow (American Playhouse), con Kevin Spacey, y Conduct Unbecoming.




STEVE HARRIS (Scott Percival) fue visto recientemente en las series de televisión Eli Stone y Heist. Otros créditos televisivos incluyen Grey’s Anatomy, Law & Order, Murder One, New York Undercover y Chicago Hope.

Su trabajo cinematográfico incluye cintas como Bringing Down the House (con Steve Martin y Queen Latifah) y Minority Report, de Steven Spielberg, así como Diary of a Man Black Woman, de Tyler Perry, Sugar Hill, The Rock y The Skulls.


Sobre el escenario, Harris ha estelarizado las puestas en escena de Heliotrope Bouquet, Macbeth, Henry IV Parte 1, Julius Caesar y Richard III.




DANIA RAMÍREZ (Sadie) ha logrado muchas cosas desde que hizo su arribo en Estados Unidos proveniente de República Dominicana. Este otoño podrá ser vista en la tercer temporada de Heroes, serie de televisión en la que interpreta a ‘Maya Herrera’, una mujer condenada por una habilidad que ha provocado su expulsión y la de su hermano de República Dominicana, lo que los ha hecho buscar refugio en los Estados Unidos. Asimismo, recientemente se desempeñó en la filmación de la independiente Brooklyn to Manhattan, dirigida por Jessy Terrero.


El verano pasado, Ramírez apareció en X Men: The Last Stand, dirigida por Brett Ratner. Su debut cinematográfico lo hizo con The Subway Stories, película dirigida por Spike Lee y producida por HBO. Este trabajo la condujo a otros dos proyectos de Spike Lee: 25th Hour y She Hates Me. El resto de sus créditos incluye la independiente Cross Bronx, así como el papel de la amada en la comedia Fat Albert. También apareció en la muy aclamada The Sopranos.




RADE SHERBEDGIA (Yuri Ivanov) apareció recientemente junto a Keifer Sutherland en la exitosa serie de televisión 24, interpretando a Dmitri Gredenko en un total de ocho episodios. También participó en Shooter, de Antoine Fuqua.

Sherbedgia ha disfrutado de una prolífica carrera tanto en Europa como en América, destacando sobre todo en la cinta Eyes Wide Shut , del director Stanley Kubrick (en donde interpreta al Señor Milich, el padre de Léelee Sobieski), y en Snatch, de Guy Ritchie. Sherbedgia desempeñó asimismo algunos papeles memorables en cintas como Mission: Impossible II, Stigmata, Memento y The Saint.


Nacido en Bunic (Korenica) en 1946, Sherbedgia es croata y descendiente de serbios. Se graduó de la Academia de Arte Dramático de la Universidad de Zagreb. Además de setenta créditos cinematográficos como actor, Sherbedgia ha escrito y publicado cuatro libros de poesía, lanzado cuatro discos y dirigido doce obras teatrales.




JOHNATHON SCHAECH (George Fletcher) se mudó a Los Ángeles y estudió actuación con Roy London – una auténtica leyenda viviente – durante cuatro años. Fue entonces cuando fue seleccionado para interpretar el papel principal en Storia di una Capinera, del director Franco Zefferelli. Más adelante desempeñó algunos papeles maravillosos en How to Make an American Quilt, cinta dirigida por Jocelyn Moorhouse y estelarizada por Wynona Ryder, y The Doom Generation, un clásico-de-culto-en-ciernes del maestro Greg Araki. Tom Hanks lo seleccionó para interpretar al rockero principal en That Thing You Do e incluso protagonizó el thriller Hush, en el que comparte pantalla con Gwyneth Paltrow y Jessica Lange.


Inmediatamente después, Schaech apareció en algunas cintas independientes, entre ellas Splendor, de Greg Araki, y Welcome to Woop Woop, de Stephen Elliot. Trabajó con Kenneth Branagh en la película Neighbor’s Dog, con Harvey Keitel en Finding Graceland, y en Woundings junto a Ray Winstone y Guy Pearce. Más tarde desempeñó papales estelares en las cintas Houdini, de Pen Densham, y Judas, de Tom Fontana. Asimismo compartió pantalla con Christina Applegate en Suzanne’s Diary, de James Patterson, y con Heather Locklear en Angel’s Falls, dirigida por Nora Roberts.


Schaech se asoció con su gran amigo de toda la vida, Richard Chizmar, con el propósito de fundar Chesapeake Films, y el par se ha hecho famoso por su costumbre de adaptar las novelas de autores como Stephen King y Akiva Goldsman. Actualmente, Schaech se encuentra adaptando otra obra de Stephen King e incluso se alista para dar inicio a la pre-producción de From a Buick 8, también de King, y para la postproducción de The Poker Club, la primera producción solista de Chesepeake. Como actor, recientemente fue visto en las galardonadas e independientes Sea of Dreams y Little Chenier. Asimismo coprotagonizó Prom Night, la cinta de horror más taquillera de la primavera pasada.

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