"DÉJÀ VU"
de Tony Scott

 


NOTAS DE PRODUCCIÓN

“Que alguien me lo diga… ¿esa mujer está viva, ahora?”
Doug Carlin, DÉJÀ VU

Todos hemos experimentado el desconcertante misterio del déjà vu: ese relámpago de la memoria que sentimos cuando al conocer a alguien nos parece que lo hemos conocido toda la vida, o cuando reconocemos un lugar sin haber estado nunca allí. ¿Pero qué pasaría si esas extrañas sensaciones fueran advertencias enviadas desde el pasado o pistas sobre el futuro?
En este cautivante y nuevo thriller de acción del productor Jerry Bruckheimer y del director Tony Scott, escrito por Terry Rossio y Bill Marsilii, el déjà vu guía de manera inesperada al agente ATF Doug Carlin (DENZEL WASHINGTON) a través de la investigación de un resonante atentado. Llamado para recolectar evidencia luego de que una bomba provoca un cataclismo explosivo en un ferry de Nueva Orleans, Carlin está a punto de descubrir que lo que la mayoría de la gente cree que está en su cabeza es en verdad algo mucho más poderoso… que lo guiará en una alucinante carrera para salvar a cientos de personas inocentes.
A medida que la investigación de Carlin se profundiza, no solo se sumerge en la textura misma de tiempo y espacio, sino que se convierte en una innovadora historia de amor que se desarrolla en reversa, cuando Carlin descubre su intrigante conexión emocional con una mujer cuyo pasado guarda la clave para detener una catástrofe que podría destruir el futuro. En una fracción de segundo, sin palabras pero con una total confianza, Carlin opta por la chance de cambiarlo todo.
DÉJÀ VU es una producción de Jerry Bruckheimer de un film de Tony Scott para Touchstone Pictures. Está protagonizada por el dos veces ganador del Premio de la Academia® Denzel Washington (Man On Fire, Training Day, Glory), Jim Caviezel (Passion of the Christ), Val Kilmer (Kiss Kiss Bang Bang, Alexander), Paula Patton (Hitch y la próxima Idlewild) y Adam Goldberg (How to Lose a Guy in 10 Days, Saving Private Ryan).
Jerry Bruckheimer (trilogía Pirates of the Caribbean, Remember the Titans, Pearl Harbor, Armageddon) es el productor, bajo el sello de Jerry Bruckheimer Films y Tony Scott (Man On Fire, Enemy of the State, Domino) es el director. Esta es la sexta producción de Jerry Bruckheimer en colaboración con Tony Scott (luego de Enemy of the State, Top Gun, Beverly Hills Cop II, Days of Thunder y Crimson Tide) protagonizada por Denzel Washington. Bill Marsilii y Terry Rossio son los autores del guión y los productores asociados son Pat Sandston y Don Ferrarone.
La producción ejecutiva es de Mike Stenson y Chad Oman (National Treasure, Bad Boys II, Pirates of the Caribbean: The Curse of the Black Pearl, Pearl Harbor, Black Hawk Down, Remember The Titans), y de Barry H. Waldman (Domino, National Treasure, Pearl Harbor).
El equipo creativo de DÉJÀ VU, de Bruckheimer y Scott, incluye al fotógrado Paul Cameron (Collateral, Man On Fire), al diseñador de producción Chris Seagers (Man On Fire, Domino, Saving Private Ryan), a la diseñadora de vestuario Ellen Mirojnick (Chronicles of Riddick y la próxima The Sentinel), y al editor nominado al Premio de la Academia® Chris Lebenzon (Charlie and the Chocolate Factory, Enemy of the State, Crimson Tide, Top Gun).


DÉJÀ VU: COMIENZA LA HISTORIA
La escalofriante sensación del déjà vu ha intrigado a la humanidad durante siglos. La sensación acomete en los momentos más extraños: cuando instantáneamente nos enamoramos de un desconocido, cuando llegamos a un nuevo lugar y sentimos que lo conocemos como la palma de nuestra mano, cuando ocurren cosas que inexplicablemente percibimos que nos han ocurrido antes, en algún momento de nuestra vida. Desde los filósofos hasta los cineastas, todos nos hemos preguntado de dónde proviene esta sensación, si es de la mente o desde una realidad más profunda, por qué ocurre y, lo más importante, qué significa.
“Estas fascinantes áreas grises son las que yacen en el corazón de nuestro film”, señala Denzel Washington, la estrella DÉJÀ VU.
Dos veces ganador del Premio de la Academia®, a Washington se le ofrecen regularmente los más selectos guiones, y por cierto, el actor se sintió atrapado cuando se encontró con el de DÉJÀ VU: singularmente fracturado en el tiempo, con una estructura en reversa y una provocativa exploración de una de las experiencias más inexplicables de la vida a través de la lente de una historia de amor y de un thriller de resolución de un crimen. “Creo que todos hemos tenido la sensación de que hemos estado antes en algún lugar”, admite Washington. “Solía soñar con un lugar en particular en Brooklyn; un día fui y no pude evitar sentir que ya había estado allí antes. Es uno de esos grandes misterios de la vida que creo que a todos nos gustaría resolver”.
En verdad, todos los que tomaron contacto por primera vez con DÉJÀ VU se sintieron inmediatamente intrigados. No es usual que un guión llegue a la oficina del productor Jerry Bruckheimer y que sea adquirido en cuestión de horas; sin embargo, DÉJÀ VU, escrito por Terry Rossio y Bill Marsilii, fue la excepción a la regla. Bruckheimer, quien se ha convertido en una marca debido a la cantidad de filmes que constituyen los más populares e influyentes de las dos últimas décadas, de inmediato sintió que este guión era algo especial. El guionista Rossio (junto a Ted Elliot) ya había escrito el entretenido y fenomenalmente exitoso guión de la serie Pirates of the Caribbean para Bruckheimer, como también los éxitos Aladdin, Shrek y Zorro, entre otros. Pero en el caso de DÉJÀ VU, tanto él como el debutante Bill Marsilii se habían aventurado en un territorio nuevo, al llevar a un aceitado thriller moderno y a una conmovedora historia de amor hacia los límites de la comprensión del tiempo de la física moderna.
Recuarda Bruckheimer: “El concepto de DÉJÀ VU era completamente original, realmente atrapante de leer y diferente de cualquier otra historia de amor que yo hubiese leído. Tuvimos la suerte de ser los primeros en verlo, de modo que lo compramos a las 48 horas de haberlo recibido”.
Rossio y Elliot configuraron su inusual sociedad en la escritura de la manera más moderna: a través del cíber-espacio. Hace aproximadamente 10 años, Rossio estaba en una sala de chat de America On Line, conversando con diversos aspirantes acerca de sus carreras, cuando se encontró con Marsilis. Inmediatamente se sintió impresionado por su inteligencia y su percepción de las películas.
Entre ambos pareció surgir un rapport inmediato, pero Terry vivía en Los Angeles y Bill en Nueva York, así que comenzaron a intercambiar ideas y conceptos sobre guiones vía correo electrónico a lo largo de varios años. Una de ellas era la de un thriller/ historia de amor intrincado y no convencional que ocurriera más allá de las leyes usuales de la temporalidad. Comenzando en una atroz tragedia, un agente federal debería seguir su sensación de déjà vu y, utilizando tecnología ultra secreta, desandar su camino hasta el momento en el cual podría haber alterado el curso de la catástrofe; y con ello, su propia chance de vivir el amor de su vida.
La idea parecía poseer un enorme potencial, pero también era inusualmente compleja, dado que llevaba al thriller hacia zonas donde normalmente no llega. Pronto, Rossio y Marsilii estaban desarrollando en forma simultánea los matices de un romance en reversa, mientras que exploraban la tecnología futura de vigilancia y conversaban con expertos sobre la avanzada Teoría de las Cuerdas y los universos paralelos.
Con el tiempo, Terry y Bill habían escrito diferentes escenas que eran fragmentos de DÉJÀ VU, pero no habían aún intentado ensamblarlas en una continuidad narrativa. Entonces, Rossio se enteró de que Jerry Bruckheimer Films estaba buscando realizar un nuevo proyecto a gran escala y tuvo la sensación de que esta historia de amor, delito y viaje en el tiempo encontraría eco en el productor. Junto con Marsilii emprolijaron el material y le enviaron a Bruckheimer el primer borrador de DÉJÀ VU, algo totalmente distinto del típico thriller de Hollywood, y esto a Bruckheimer le encantó. Recuerda el productor: “Sentimos que DÉJÀ VU contenía una enorme carga dramática porque se desarrolla en torno de una historia de amor. La idea de hacer volver atrás la vida de una persona es un maravilloso concepto. Esta es una historia riesgosa, entretenida y romántica. Y al contar con Tony Scott en la dirección, sabíamos que estaría llena de excitante acción”. Bruckheimer sabía que Scott aportaría su sello distintivo con visceral emoción al film… pero con algo más.
“Tony, Denzel y yo trabajamos juntos en Crimson Tide”, dice Bruckheimer, “pero Tony y yo no habíamos hecho juntos una historia de amor desde Top Gun. DÉJÀ VU presentaba los mismos elementos de acción y de drama, pero con el soporte de un bello romance con increíble misterio. Era el proyecto justo para reunirnos”.
Scott aportaba a DÉJÀ VU una bien merecida reputación por ser no solo uno de los más consumados directores de Hollywood, sino también uno de los más trabajadores. Es famoso por sus ideas específicas, tan bien diseñadas que se levanta a las tres de la madrugada para dibujar sus propios storyboards del día, estableciendo cada pulgada de las escenas de acción antes de que nadie se despierte. Con su gorra de béisbol rosada, sus shorts caqui y su cigarro cubano, su fama también es hacer que un thriller de acción de ritmo imparable parezca fácil al elenco y al equipo. Y lo más importante, Scott es reconocido por su habilidad única de generar emoción visual y fuegos de artificio dramáticos en la pantalla.
Así lo resume Bruckheimer: “Tony aporta su sorprendente rango artístico a cada aspecto visual de la película. Es por eso que lo contratas. Es un gran narrador, extremadamente dedicado a su oficio. En este film, los dos compartíamos un mismo objetivo: hacer que el público se olvidara de todo durante dos horas para perderse en la magia de la pantalla… y que cuando las luces se apagaran, estuvieran en otro mundo, el mundo de DÉJÀ VU.”


EL REPARTO DE DÉJÀ VU
Desde el comienzo, Jerry Bruckheimer sabía exactamente a quién quería para el papel protagónico de DÉJÀ VU, el agente ATF Doug Carlin, el estructurado investigador obligado a seguir directivas alocadas en busca de las respuestas a un tremendo crimen. El productor pensó instantáneamente Denzel Washington, no solo porque es uno de los actores más elogiados de hoy (con papeles ganadores del Oscar® como el policía corrupto en Training Day o el soldado de la Guerra Civil en Glory), sino también porque le atraía su habilidad para forjar indelebles retratos de fuertes personajes en filmes como Man on Fire, The Pelican Brief y más recientemente, como el investigador en el aclamado film de Spike Lee The Inside Man.
Bruckheimer describe así al actor:”Denzel es uno de esos actores con los cuales uno siempre se identifica, que vemos perfecto en su papel. Como agente federal, se enfrenta a una increíble situación, al poder cambiar el pasado. Hay un parlamento a mediados de la película donde su personaje dice: “… toda mi carrera estuve tratando de atrapar a alguien después de que cometiera algo horrible. Por única vez en mi vida, me gustaría atrapar a alguien antes de que cometa algo horrible ¿Puede entenderlo?” Ese es el momento en que uno siente empatía por este rudo agente ATF que lo ha visto todo y nos atrapa por completo. Sabíamos que Denzel le daría vida a esta historia y que el público desearía emprender el viaje junto a él”.
Agrega el director Tony Scott: “Doug Carlin tiene una gran intuición y Denzel es un actor muy intuitivo, así que la coincidencia parecía estar dada”.
A Washington lo atrajeron no solo los aspectos de thriller de la historia, sino una relación diferente, la de Doug y Claire Kuchever, quien en un bizarro giro, típico de este film por lo inesperado, resulta que se muere antes de que él la conozca. “Me encantó que gran parte de esta historia sea una historia de amor al revés. Mi personaje se encuentra con una joven que ha muerto y luego tiene la oportunidad de verla con vida. Al principio suena complicado, pero estando Jerry Bruckheimer y Tony Scott, yo sabía que sería un viaje grandioso”, comenta Washington.
Para interpretar a Claire Kuchever, una mujer con una atracción tan fuerte que obliga a Doug a resolver su misterio, los realizadores deseaban una cara nueva. Eligieron entonces a la estrella en ascenso Paula Patton, quien recientemente protagonizó a la diva que desarrolla un espectáculo teatral y un romance con Andre Benjamín, Outkast en el musical Idlewild.
Para Patton, la oportunidad de trabajar con Washington fue un sueño hecho realidad. Y también le brindó una sensación de déjà vu: “La relación entre Denzel y yo fue algo que ocurrió de manera tan orgánica que me hizo pensar más en lo que significa la sensación de déjà vu, “señala. “La experiencia de conocer a alguien e inmediatamente sentirte cómoda y conectada con esa persona: eso es lo que ocurrió instantáneamente entre Denzel y yo”.
Y continúa: “Trabajar con Denzel es como hacerlo con un músico de jazz. Sigue el guión, pero puede irse hacia otro lado. Confía profundamente en él mismo y en sus instintos y te mantiene en ascuas porque nunca sabes en qué dirección va a seguir”.
Washington sintió la misma afinidad por la interpretación de Patton: “Mi personaje termina observando cada movimiento que realiza Claire Kuchever a través de un metraje de vigilancia satelital que conduce hasta su muerte. Es un poco voyeurista, pero no fue nada difícil, dada la belleza de Paula Patton. La cámara la adora y todos en el foro mueren por ella”.
Patton disfrutó en especial el convertir a Claire en una inolvidable heroína: “Tony Scott es un verdadero amante de las mujeres, y si ves sus películas, todos sus personajes femeninos son fuertes, independientes y únicos”; observa. “Todos poseen vulnerabilidad y atractivo, pero son sólidos. Aun siendo una víctima – como es mi personaje de Claire en este film – sigue conservando una poderosa fortaleza”.
Al reparto de DÉJÀ VU también se une como el principal sospechoso Jim Caviezel, quien causó una rica impresión en el público en un papel muy diferente: el notable retrato de Jesucristo en sus días finales en The Passion of The Christ de Mel Gibson. Aquí interpreta a un personaje oscuro y perturbado; simplemente, el actor no pudo resistirse a la rara mezcla del guión de emociones imprevistas y fuertes interrogaciones acerca de la naturaleza de la realidad.
“La historia es definitivamente compleja, pero nadie puede hacer mejor las complejidades que Jerry Bruckheimer y Tony Scott y convertirlas en una extraordinaria experiencia cinematográfica” opina el actor. “Me encanta que sea un thriller que trata tanto de lo visible como de lo invisible”.
A Caviezel lo entusiasmaba especialmente la chance de trabajar con referentes poderosos de Hollywood, como Jerry Bruckheimer y Tony Scott. “Recuerdo haber visto Top Gun en los primeros años de la escuela secundaria y gracias a ese film me presenté tres veces a la Academia Naval de los Estados Unidos. Era mi film favorito y de pronto pensé que mi destino era pilotear jets. Tener la chance de trabajar con ellos en este film fue un placer: Jerry y Tony son verdaderamente buena gente”.
También Val Kilmer se une a Jerry Bruckheimer y a Tony Scott en DÉJÀ VU, muchos años después de haber trabajado junto a ellos –y de haber resultado una revelación– en Top Gun. Desde entonces, Kilmer ha forjado una carrera diversa, protagonizando a Jim Morrison en The Doors, de Oliver Stone, trabajando con Michael Mann en la aclamada Heat, colaborando con David Mamet en Spartan, y recientemente junto a Robert Downey, Jr. en la comedia de acción Kiss Kiss Bang Bang. En este film, Kilmer tuvo la oportunidad de asociarse a Denzel Washington en el papel del agente del FBI Andrew Pryzwarra. Esto, más la chance de trabajar con Bruckheimer y Scott por segunda vez, significó un atractivo convincente.
Dice el actor: “La magnitud de la imaginación de Jerry y de Tony es enorme y satisfactoria, y su paleta de aventura y acción es imparable. Tony Scott es una de mis personas favoritas, no solo como director. Saluda por su nombre a cien personas del equipo y su entusiasmo mantiene a todos cohesionados en la filmación. Lo que me encanta de Jerry y Tony es que son muy genuinos. Les gusta la vida que llevan, son generosos y nos hacen vivir una gran experiencia”.
EL elenco se conforma también con Adam Goldberg, como el inteligente físico Denny, quien ayuda a Denzel Washington a comprender la ciencia más avanzada detrás de la extraña concatenación de eventos que le ocurren. Goldberg es conocido por sus papeles en la comedia de NBC Joey y por su trabajo en filmes como Keeping Up With The Steins y Stay Alive, pero nunca antes había interpretado a un personaje como Denny.
Modelando a su personaje conforme con los físicos líderes de hoy, Goldberg la pasó fantástico con su papel, aun cuando el cerebro le explotaba con todas las cosas que estaba aprendiendo. Dice el actor: “Interpreto al científico loco que conoce todas las teorías acerca de los “wormholes” [atajos] y los túneles del tiempo, así como las maneras de quebrar el tiempo y el espacio. A veces era bastante difícil, porque realmente no se puede improvisar un diálogo cuando se interpreta a un físico. Después de todo, ¡ellos lidian con las leyes del Universo!”


UNA CARRERA EXPLOSVA: DENZEL WASHINGTON SE ENTRENA COMO UN AGENTE ATF
Para mantener el énfasis en la acción realista, fundamental en DÉJÀ VU, Jerry Bruckheimer y Tony Scott convocaron a un grupo de asesores del U.S. Bureau of Alcohol, Tobacco and Firearms (ATF), la agencia que en la vida real se encarga de la investigación de todos los atentados con bombas federales – incluyendo por ejemplo los infames eventos de la trágica explosión del edificio Alfred E. Murrah en la ciudad de Oklahoma y la bomba del World Trade Center de 1993. Entre los asesores del film se encontraba el agente retirado Jerry Rudden, quien durante veinte años estuvo involucrado en estas y otras investigaciones post-explosiones de alto perfil.
Rudden trabajó estrechamente junto a Denzel Washington para entrenarlo en el protocolo de la ATF y también ayudó al actor a forjar los matices emocionales de un agente federal típicamente dedicado. “Denzel y yo conversamos mucho acerca de las investigaciones en las que yo había estado involucrado, y especialmente sobre las percepciones y sensaciones de esos momentos”, recuerda Rudden. “Me preguntó cómo me había sentido en la escena del bombardeo de la ciudad de Oklahoma, y yo le dije que lo más difícil es no involucrarse de manera personal en la investigación. Uno trata de manejarse con objetividad, pero precisamente por sus características, uno sigue siendo humano”.
Para Washington, trabajar con verdaderos agentes ATF resultó invalorable: “Ayudó realizar trabajo de investigación con personas verdaderas como Rudden, quien trabajó en la investigación de la bomba al Pentágono, el primer bombardeo al World Trade Center y el de la ciudad de Oklahoma. Él estuvo allí y conoce verdaderamente cómo es. Me ayudó a comprender que, como especialista en bombas, Doug no es tan bueno en lidiar con personas como lo es cuando lidia con evidencias”.
Además de informar y de entrenar al reparto, Bruckheimer logró que Rudden agregara algunas notas al guión, brindándole toques de autenticidad y asegurándose de que el film representara la manera real en que se trabaja en los lugares donde ha ocurrido el desastre. Dice Bruckheimer: “Una de las cosas que Jerry Rudden mencionó y que realmente nos sonó verdadero fue que cuando hay un ataque de bomba y cientos de personas mueren, cada una de ellas es tratada como una víctima individual de homicidio. Este abordaje es uno de los puntos cruciales del guión de DÉJÀ VU, así que sabíamos que estábamos en la senda correcta. Queríamos que el público supiera inmediatamente que esta explosión era un acto criminal, no un accidente”.
Rudden también colaboró con Bruckheimer, Scott y Jim Caviezel en la creación de un retrato veraz de un peligroso criminal de bombas en el personaje de Oerstadt. También asesoró al diseñador de producción Chris Seagers y a la diseñadora de vestuario Ellen Mirojnick en los detalles de los foros, de la utilería y del vestuario para que DÉJÀ VU resultara aun más auténtica.
Dice Mirojnick: “Teníamos libros y libros para investigar cuándo filmar las grandes escenas de desastre. Tony fue muy específico: no quería que los extras parecieran actores. Jerry Rudden resultó una gran ayuda al distinguir los aspectos que estábamos buscando. Todo era tan real que a veces, en DÉJÀ VU, sentíamos como si estuviéramos haciendo un documental”.


EL MISTERIO DEL DÉJÀ VU: ¿QUÉ SABEMOS?
Mientras que los elementos de acción de DÉJÀ VU apuntan todos al realismo, el soporte no convencional del thriller es una pregunta sobre qué es realmente la sensación del déjà vu, y qué es lo que podría revelar acerca del funcionamiento del Universo.
A pesar de ser un fenómeno común, el déjà vu se ha resistido a las fáciles definiciones de biólogos, psiquiatras, neurólogos y físicos. Las teorías actuales, como lo han descubierto los realizadores, van desde la psicología hasta lo más fantástico. Veamos algunas de ellas:
 Algunos neurólogos creen que el déjà vu ocurre cuando el cerebro se centra en un simple detalle –un olor, una visión o un sonido– cuya familiaridad provoca la confusión entre el pasado y el presente durante una fracción de segundo.

 Los médicos señalan que muchos pacientes con lesiones en el lóbulo temporal experimentan la sensación del déjà vu; entonces, esta podría originarse a partir de una estimulación inesperada de esa parte del cerebro.

 Algunos psicoanalistas creen que el déjà vu es una forma de “concreción del deseo”, en la cual profundos deseos psicológicos surgen, como en los sueños, pero en vigilia.

 Quienes suscriben a la teoría de la reencarnación creen que los episodios detallados del déjà vu son evidencia de recuerdos de vidas pasadas.

 Los científicos que trabajan con los nuevos descubrimientos de la física cuántica han sugerido que el déjà vu podría ser el resultado de la intersección accidental de universos paralelos cuando se quiebra la textura de espacio-tiempo.


Esta última teoría es la que juega un papel vital en el desarrollo de los giros de suspenso e intriga de DÉJÀ VU. A fin de manejar mejor lo que creen los físicos pioneros acerca de cómo el tiempo realmente opera, Jerry Bruckheimer y Tony Scott fueron directamente a la fuente: eligieron los súper cerebros de varios físicos de primera línea, como el Dr. Brian Greene, experto en la Teoría de las Cuerdas y profesor de Física en la Universidad de Columbia, quien ha publicado populares investigaciones sobre la relatividad general y la mecánica cuántica como The Fabric of the Cosmos y The Elegant Universe.
Dice Bruckheimer: “Queríamos explorar lo mejor posible lo que hacen los diversos personajes de DÉJÀ VU, incluidos los científicos en nuestro Laboratorio de la Ventana del Tiempo. Yo hice una carrera de contar historias que llevan al público a un mundo del cual nunca han formado parte; en esta película hemos logrado que el público forme parte de este. El equilibrio entre la ciencia-ficción y los hechos científicos puede ser traicionero y complejo, pero nosotros queríamos comenzar este diálogo en DÉJÀ VU y abrir los ojos ante las posibilidades que quizás no son tan absurdas como parecen”.
Para sumergirse en el sorprendente mundo de la física cuántica, Bruckheimer y Scott se reunieron con el Dr. Greene y le pidieron que les explicara algunas de las teorías acerca de los viajes en el tiempo y de los universos paralelos, de la manera más simple que le fuera posible. Greene, entonces, simplificó los conceptos en un pizarrón para Bruckheimer y Scott. Explicó que vivimos en un mundo en el cual no siempre somos conscientes de los trucos que nuestras mentes nos juegan cuando se trata del tiempo. Por ejemplo, señaló que cuando nos miramos en un espejo que está a 8 pies de distancia, creemos que nos estamos viendo en ese momento, pero en realidad estamos viendo cómo éramos ¡hace 16 billonésimos de segundo! (el tiempo que la luz tarda en reflejar nuestro rostro en el espejo y volver). Así es que, en cierto sentido, estamos viendo el pasado. Y esto lo hacemos todo el tiempo, por ejemplo cuando miramos el cielo para admirar la Estrella Polar: aun cuando parece estar titilando en ese momento, en verdad estamos viendo cómo titilaba hace 630 años. Entonces, de lo que estamos seguros es de que el tiempo no es siempre lo que parece ser.
Adentrándose en conceptos más alucinantes, Green explicó cómo algunos físicos ahora creen, basados en las últimas evidencias, que existe un número infinito de universos paralelos en el cosmos, y que nosotros vivimos en uno de ellos, sin registrar los otros. Lo que fuera considerado ciencia-ficción ahora ha sido directamente señalado por recientes observaciones cosmológicas. Aunque hay muchas visiones diferentes acerca de cómo podrían operar los universos paralelos, una de las explicaciones más elegantes proviene de una emocionante nueva frontera de la física contemporánea: la Teoría de las Cuerdas. Esta teoría sostiene que el universo consta de delgadas fibras o membranas que vibran en 11 dimensiones. En esta teoría de un cosmos multi-dimensional, los universos paralelos podrían estar separados de los nuestros por una fracción de milímetro. Greene usa la analogía de que nuestro universo y todo lo que hay en él podría ser simplemente como la fina rodaja de un inconcebiblemente vasto pan.
Aunque la mayoría de estas teorías todavía dejan muchas preguntas sin respuesta, el potencial que sugieren para el viaje en el tiempo y para la manipulación del pasado o del futuro es apasionante. Como dice el Dr. Greene: “La comprensión de que hay más que el universo que nosotros concebimos nos ayuda a apreciar nuestro lugar en el cosmos”:
Continúa Bruckheimer: ”Enteneder los universos paralelos fue uno de nuestros mayores desafíos al desarrollar la historia de DÉJÀ VU. A partir de la consulta con expertos del área, quisimos saber cómo podríamos convencer al público de que realmente hay universos paralelos: aun cuando yo esté sentado aquí ahora, podría haber otro Jerry en otro lugar, diciendo algo totalmente diferente. ¿Y cómo se unen estos universos paralelos? Esa es otra área que exploramos en DÉJÀ VU.”
En el Laboratorio de la Ventana del Tiempo, las cosas se vuelven más peculiares cuando los científicos utilizan “wormholes” para viajar a través de la brecha entre el pasado y el futuro. Los “wormholes”, conocidos también como “Puentes de Einstein-Rosen” (basados en un trabajo de Albert Einstein y Nathan Rosen donde proponían un puente que podría viajar entre un agujero negro y un agujero blanco a una velocidad más rápida que la luz) y los “túneles espaciales” son una presentación hipotética del espacio y el tiempo que podría brindar una vía de atajo entre uno y otro punto en el tiempo. Estos “wormholes”, parecidos a los agujeros negros, son creados por fuentes de intensa gravedad que hacen que la textura del espacio y tiempo se arrugue o distorsione. Del mismo modo en que un gusano puede pasar al otro lado de una manzana viajando por su centro, los “wormholes” podrían proveer un rápido pasaje hacia un lugar alternativo en este o en otros universos.
¿Podemos entonces alterar eventos que ya han ocurrido? ¿Puede nuestro futuro cambiar nuestro pasado? Las respuestas están abiertas al debate… y eso hace que DÉJÀ VU sea más divertida.
Dice Tony Scott: “Quiero que el público se vaya del cine pensando que esta clase de viaje a través del tiempo realmente es posible. SI la tecnología aun no ha sido perfeccionada, los científicos ya lo harán el día de mañana. Cuando el público pegue ese salto con nosotros, será arrastrado por la historia”.


NO HAY LUGAR COMO NUEVA ORLEANS: LA PRODUCCIÓN DE DÉJÀ VU
La producción de DÉJÀ VU debía comenzar en el otoño de 2005, en medio de la belleza acuática y la inimitable atmósfera emotiva de Nueva Orleans. Pero en agosto de 2005, sobrevino la fuerza increíble del Huracán Katrina, el cual devastó la ciudad y sacudió a la nación. Cuando comenzaron las tareas de recuperación, el film entró en un compás de espera indefinido. Al principio, Jerry Bruckheimer y Tony Scott consideraron buscar una locación adecuada en otro lugar en los Estados Unidos, pero en algo estuvieron de acuerdo: desde la arquitectura única del French Quarter hasta los olorosos pantanos, no había ningún lugar en la tierra como Nueva Orleans. Y parecía que Nueva Orleans necesitaba de gente que la apoyara más que nunca.
“Yo ya estaba enamorado de Nueva Orleans, ya que allí había realizado varios filmes”, cuenta Bruckheimer. “Tony nunca había estado, pero se enamoró de las influencias francesas y españolas. La ciudad tiene una cultura distintiva que es inolvidable, y tanto Tony como yo sabíamos que era la apropiada para la historia de DÉJÀ VU. Merecidamente, Nueva Orleans se convirtió en un personaje del film”.
Sin renunciar al sueño de filmar en la ciudad, los realizadores se mantuvieron en estrecho contacto con la Comisión de Cine de Nueva Orleans mientras avanzaban las tareas de recuperación, esperando que pronto llegara el momento de regresar a salvo. A comienzos de 2006, la ciudad había empezado a reconstruir su infraestructura y la producción de DÉJÀ VU no perdió ni un instante: fue el primer film que comenzó a filmarse en Nueva Orleans pos-Katrina, y sentó un ejemplo para otras producciones: Nueva Orleáns estaba otra vez lista para filmar.
El director Tony Scott continúa: “Habíamos adaptado el guión de DÉJÀ VU para que la historia se desarrollara en algunas de las locaciones más interesantes de Nueva Orleans y para que se mostrara el increíble paisaje en las persecuciones de automóviles y en las secuencias del ferry. DÉJÀ VU se sitúa en una ciudad en un giro temporal, muy bello, como Nueva Orleans”.
Los habitantes de Nueva Orleans apoyaron especialmente el hecho de que DÉJÀ VU llevara nuevamente el entusiasmo de las películas a la ciudad. “Todos los días, mientras filmábamos en las calles de Nueva Orleans, los lugareños se nos acercaban y nos agradecían que ayudáramos a revitalizar a la ciudad, que tanto lo necesitaba”, recuerda Bruckheimer. “Tony y yo, así como el reparto y el equipo, nos sentimos muy orgullosos de formar parte del renacimiento de la ciudad y del retorno de la industria cinematográfica a este lugar”.
Cuando la producción organizó una selección abierta de extras en un mall en Metarie, la comunidad demostró un abrumador interés, ya que más de 5.000 personas se presentaron. La producción también consiguió el apoyo de numerosas organizaciones gubernamentales locales, como la Guardia Costera, la Guardia Nacional, el Departamento de Policía de Nueva Orleans, el Departamento de Bomberos de Nueva Orleans, el EMS; el Departamento de Transportes, el Puerto de Nueva Orleans, el Ejército y otras, que prestaron asistencia cuando fue necesario, ya sea cerrando un puente par filmar una persecución en automóvil o asegurando un área debido a una gran explosión de pirotecnia.
El solo hecho de estar en Nueva Orleans en esos primeros días de recuperación fue extremadamente conmovedor para el reparto y el equipo. Dice Denzel Washington: “Verdaderamente me sentí inspirado por esa gente que conocí en Nueva Orleáns, que estaba luchando por volver a sus vidas normales. Katrina fue una tragedia que no se puede imaginar. Todos los días, yo daba una vuelta por la ciudad y veía la devastación, milla por milla. Nunca olvidaré lo que vi”.
Además de brindar oportunidades laborales y de impulsar la economía local, DÉJÀ VU dejó su marca de maneras más sutiles. Cuando estaban filmando por la noche en el ferry de Algiers, el departamento de arte debió colocar iluminación adicional sobre el Puente Missisippi para que se viera la silueta de Nueva Orleans en su gloria. Muchos lugareños comentaron que el puente nunca había lucido tan lindo desde antes de Katrina. En los docks se colocaron nuevos carteles, y tanto les gustaron a sus dueños que finalmente las dejaron allí.
La producción también coincidió con el emotivo primer Mardi Gras que tuvo lugar después del Katrina. Se tomó la decisión de filmar uno de los desfiles de noche y el 26 de febrero, el equipo de DÉJÀ VU se encaminó a la famosa Canal Street para captar el desfile de Endymion Krewe con múltiples cámaras. Durante la secuencia nada fue alterado: el Mardi Gras fue filmado tal cual lo era, una celebración aun en medio de tiempos muy duros.
Para el misterio y la acción de DÉJÀ VU es crucial el bombardeo del ferry que da inicio a la investigación de Doug Carlin, de modo que, una vez en Nueva Orleáns, los realizadores alquilaron el Alvin Stumpf Ferry, una masiva embarcación de 225 pies de largo, 75 pies de ancho, 50 pies de altura que corre entre Canal Street y Algiers en el Río Mississippi.
Durante un poco más de un mes, el elenco y el equipo de DÉJÀ VU trabajaron a diario en el ferry y en el Rio Mississippi. Los automóviles explotaban, las armas se disparaban y cientos de operarios re-creaban el caos de un desastre de gran envergadura. Luego llegó el momento crucial: una explosión de pirotecnia con llamas que alcanzaban los 350 pies de altura, en medio del Río Mississippi, bajo el puente Crescent City Connection, mientras que Tony Scott y su departamento de cámaras ubicaban a 15 de ellas en el cataclismo (a fin de evitar la alarma ante el espectáculo de fuego, los medios de Nueva Orleáns advirtieron al público sobre esta situación con anterioridad).
Las consecuencias de la mortal explosión fueron igualmente complejas de captar, y los momentos clave de acción fueron filmados en el Turning Basin del Río Mississippi. Los elementos adicionales de las consecuencias de la secuencia del ferry se filmaron en aguas más calmas, en un tanque gigante en estudios, donde los realizadores y los dobles de riesgo pudieron controlar todos los elementos, se hundieron automóviles y los actores principales fueron filmados en acción con cámaras subacuáticas.
Dice Bruckheimer: “Fue digno de ver a 20 dobles de riesgo saltar desde el ferry a niveles diferentes, algunos desde una altura de 25 pies. Algunos dobles se prendieron fuego antes de saltar. Se veía tan realista que era increíble”.


CARRERAS A TRAVÉS DEL TIEMPO: LA CREACIÓN DE LAS INVENTIVAS ESCENAS DE ACCIÓN DE DÉJÀ VU
Comenzando con la explosión del ferry, la tensión de DÉJÀ VU se sustenta en dos niveles: el psicológico y el físico. La historia va en in crescendo y también la acción, con innovadoras secuencias de persecución que no solo se desarrollan en las rutas, sino también en el tiempo.
Para los actores, los desafíos fueron intensos. Como Oerstadt, el principal sospechoso de haber colocado la bomba, Jim Caviezel fue una y otra vez puesto a prueba. En una fascinante escena, Oerstadt es aplastado por un automóvil, para lo cual era necesario qeu Caviezel filmara la realista escena dentro de una jaula de acero, por su propia seguridad. El actor señala: “Me pusieron en una jaula y luego dos autos vinieron hacia mí. Me costó mucho no negarme a hacerlo; me la pasaba pensando que si la jaula colisionaba, ¡adiós!”
Caviezel también tuvo que disparar ametralladoras NP-5, de gran exigencia física. Para prepararse, se entrenó durante la pre-producción con agentes ATF quienes le enseñaron cómo manejar la potencia de sus descargas. “Sabía que tenía que verse creíble para que la escena lograra la intensidad que merecía. Aun cuando en el film yo tenía blancos, quería mostrar esa torsión y esa presión realistas, especialmente contra Denzel Washington. Debía estar preparado al más alto nivel”.
Washington también tuvo que enfrentar momentos de miedo. “Un día estábamos filmando bajo el Puente Mississippi y para llegar al foro teníamos que trepar por sobre estrechas planchas a 350 pies en el aire”, recuerda. “Vi a Tony Scott pasar, pero él tiene experiencia de alpinista. Fue entonces cuando mi ego comenzó a funcionar: mi fe se puso a prueba, pero fue divertido y excitante”.
Entretanto, la debutante Paula Patton no solo fue atada, amordazada y golpeada, sino que debió filmar una escena sumergida en el traicionero Río Mississippi, con las manos atadas a un timón de 5 libras. Así lo explica: “no tenía protección, solo este liviano solero y una chaqueta de cuero. No tenía elementos de flotación. Tony quería que se viera real. De pronto, estaba pataleando en las pesadas corrientes del río: literalmente, pataleando por mi vida. La Guardia Costera y los dobles de riesgo estaban allí por si surgía algún problema. Tenía miedo, pero no quería decirle que no a Tony, y finalmente logramos la toma”.
A Scott lo enorgullecen particularmente las persecuciones en automóvil, con una intrincada coreografía, las cuales espera que eleven hasta un mayor nivel las escenas de velocidad a las que tiene acostumbrado al público: “Las persecuciones de esta película nunca antes han sido vistas. Debido a los elementos de viaje en el tiempo, verán cómo la persecución ocurre en el presente y cuatro días atrás. Esta ocurre por la noche en un tren, y la del presente de día, durante el tráfico. Denzel se da vuelta y de pronto está conduciendo en contra del tráfico. Creo que en un momento 5 choques en 15 segundos. Sorprendente”
La mayoría de la acción con automóviles se llevó a cabo en el Puente Mississippi, el cual conecta las orillas este y oeste de Nueva Orleans. Tiene 300 pies de altura, así que no había espacio para ningún error. El coordinador de escenas peligrosas Chuck Picerni, de Stunts Unlimited, comenta: “Todo tenía que ser preciso. La persecución sobre el puente tenía que ser emocionante, pero al mismo tiempo había que pensar en la seguridad. Creo que en un momento había conductores de precisión, profesionales de riesgo y un grupo de 50 personas orquestando las secuencias de persecución en automóvil”.
El veterano fotógrafo de acción Paul Cameron, quien trabajó previamente con Denzel Washington en “Man on Fire,” enfatizó la emoción visual de las persecuciones con una cámara especial llamada Ultimate Arm, que posee un largo brazo que puede hacer oscilar la cámara 360 grados alrededor de un automóvil en 5 segundos.
Sin embargo, no todas las persecuciones de DÉJÀ VU son en automóvil. Jim Caviezel debió ponerse a prueba en una escena de persecución a bordo de botes inflables que surcan los pantanos, mientras tres helicópteros captan desde arriba con imágenes cenitales.
“¡Hombre, eso sí fue bravo!”, expresa Caviezel. “Uno no quiere ir a velocidad máxima en un bote inflable porque se da vuelta con facilidad. En un momento teníamos un helicóptero encima, había dos botes inflables más en el agua, y tres botes de la policía. De pronto había olas de 12 pies, y además, disparos de armas. Tuvimos la suerte de que nuestro equipo de dobles estaba formado por grandes atletas, de modo que controlaron la situación y me la hicieron más fácil. Estoy seguro de que en el film se verá grandioso”:


SECRETOS DE VIGILANCIA: LA CREACIÓN DEL LABORATORIO DE LA VENTANA DEL TIEMPO
La búsqueda de Doug Carlin para entender los que ocurrió en el momento en que explotó la bomba en el ferry y su conexión con sus pasado y futuro, finalmente lo lleva a una de las locaciones más misteriosas de DÉJÀ VU: el laboratorio secreto de la ventana del tiempo en la que Doug puede ver metraje de vigilancia de eventos pasados.
El laboratorio fue construido en un escenario de los Angeles bajo la dirección del diseñador de producción Chris Seagers, a quien Tony Scott le encargó una singular misión: la de darle al laboratorio una sensación de crudeza y alta tecnología donde todo es digital y de última generación, pero con cables y ductos a la vista. Dice Seagers: “Tony deseaba que la sensación fuera la de un trabajo continuo, que todos los días los científicos y el Servicio Secreto llegaran y mejoraran por ensayo y error. Además, deseaba que se brindara la sensación de que esa gente pasaba el día entero trabajando intensamente en el Laboratorio, de modo que también hay una sensación de caos en este espacio claustrofóbico”.
El concepto general del Laboratorio de la Ventana del Tiempo refleja un nuevo mundo en el cual la vigilancia visual se utiliza cada vez más para ver el tráfico humano en aeropuertos, gasolineras, cajeros automáticos, negocios, oficinas y autopistas, así como para reconstruir la actividad delictiva. En realidad, antes de Katrina, ya Nueva Orleáns contaba con un sistema de vigilancia con seis cámaras satelitales en varias locaciones, si bien éste fue destruido por el huracán. La vigilancia también ocupó el primer plano en el episodio reciente del bombardeo al metro de Londres, ya que los culpables fueron atrapados gracias a las pistas brindadas por las cámaras instaladas en el sistema de subterráneos.
Es así que, en el centro del diseño de este laboratorio se encuentra la pantalla principal de vigilancia, compuesta por 72 imágenes, de modo que en un momento determinado, una de ellas puede ser ampliada desde un pie hasta 20 pies más grande. Un equipo a cargo de la unidad especial de video tuvo la tarea de capturar cada imagen. Finalmente, se filmaron más de 500 pies de metraje que luego sería editado y proyectado en este equipo del laboratorio de la Ventana del Tiempo.


ALTA VELOCIDAD Y ALTA DEFINICIÓN: EL DISEÑO VISUAL DE DÉJÀ VU
El aspecto de DÉJÀ VU es tan innovador como su línea argumental. Dice Jerry Bruckheimer: “Los filmes de Tony Scott llevan su sello, con rápidos cortes y ángulos de cámara inusuales. En DÉJÀ VU, utilizamos numerosas técnicas visuales para realzar la narrativa”.
Más que el apego a una forma de equipo de cámara, en DÉJÀ VU se utiliza una fusión de alta tecnología de varios, incluida la cámara Genesis de alta definición, la cual provee la posibilidad de filmar con poca luz manteniendo la alta calidad, y también es increíblemente móvil. El fotógrafo Paul Cameron se sintió emocionado de usarla: “No podríamos haber filmado DÉJÀ VU sin las cámaras Genesis porque nos brindaron un montón de flexibilidad”, comenta. “Conceptualmente, la razón principal de la utilización de Genesis en DÉJÀ VU es nuestro foro de Laboratorio de Ventana del Tiempo que ve el pasado y debió ser fotografiado en escena con una proyección. Deseábamos una imagen absolutamente nítida, de modo que cuando re-fotografiáramos la Ventana del Tiempo con los actores frente a ella, fuera lo más nítida y 3D posible”.
La visionaria cámara Time Track de Digital Air, utilizada frecuentemente en el cine para crear la apariencia de stop-motion congelada, en DÉJÀ VU fue utilizada como efecto. Al filmar los exteriores de la casa de Claire, el movimiento de Paula Patton fue seguido con estelas para producir una fantasmagórica sensación con 160 pequeños lentes de cámara filmados en secuencia. Una cámara Lydar, originalmente fabricada para los militares, se utilizó para escasear estructuras como la casa de Claire, para mostrar diagramas y crear la sensación de lugar en el Laboratorio de la Ventana del Tiempo. La tecnología Lydar no puede escanear seres humanos, así que Tony Scott le pidió a Asylum, la firma de efectos especiales de DÉJÀ VU, que creara una versión Lydar de una persona generada por computadora. Asylum creó 100 tomas adicionales de efectos visuales para el film.
Además, se utilizaron varias técnicas militares, como infrarrojo, imágenes térmicas e imágenes visuales por impulso de calor, para aportar aun más realismo.
Para Tony Scott, la utilización de diferentes cámaras fue otra forma de llegar al corazón de la historia: el amor y la acción ocurren en fracciones de segundos que parecen estar divorciados del marco usual del tiempo. “Para mí, las cámaras con como herramientas diferentes que se utilizan en una investigación”, resume. “Todas las imágenes utilizadas en DÉJÀ VU hacen que la historia sea una mezcla más convincente de romance, investigación de un delito y viaje en el tiempo”.

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