"HOLLYWOODLAND"

de Allen Coulter

 

Sinopsis
Hollywoodland es una singular y sorprendente exploración de la fama y la identidad, inspirada por uno de los misterios más infames y verídicos de Hollywood. El film señala el debut en la dirección cinematográfica de Allen Coulter (nominado a los premios Emmy y DGA por sus trabajos en The Sopranos y en Sex and the City).
16 de junio de 1959. El glamour de Tinseltown se desvanece cuando el actor George Reeves, el heroico Hombre de Acero de Adventures of Superman en TV, muere en su casa de Hollywood Hills. Muerto por una certera herida de bala, Reeves (interpretado por el ganador del Premio de la Academia Ben Affleck) deja a una prometida –la aspirante a estrella Leonore Lemmon (Robin Tunney)– y a millones de fanáticos, sorprendidos por su muerte. Pero es su sufrida madre, Helen Bessolo (Lois Smith), quien no permitirá que las circunstancias misteriosas de su muerte queden sin esclarecer. Helen busca justicia, o por lo menos respuestas. El Departamento de Policía de Los Angeles cierra el caso, pero Helen contrata –a 50 dólares por día– al detective privado Louis Simo (Adrien Brody, ganador del Premio de la Academia). Pronto Simo deduce que el tórrido romance entre Reeves y Toni Mannix (Diane Lane, nominada al Premio de la Academia), esposa del Eddie Mannix, ejecutivo del estudio MGM (Bob Hoskins, nominado al Premio de la Academia), podría ser la clave del misterio.
Pero la verdad y la justicia no abundan en Hollywood. Simo busca información peligrosa en sitios que llegan hasta lo más bajo y, al tratar de subir la temperatura, se arriesga a quemarse. El detective también descubre inesperadas conexiones con su propia vida, a medida que el caso se torna más personal y él conoce más datos sobre Reeves. Detrás del ícono había un hombre complejo que dio su vida a Hollywood en más de una manera.
Hollywoodland es la presentación de Focus Features y Miramax Films de una producción de Back Lot Pictures, protagonizada por Adrien Brody, Diana Lane, Ben Affleck, Bob Hoskins, Lois Smith y Robin Tunney. El reparto es de Joanna Colbert, C.S.A.; el diseño de vesturio, de Julie Weiss; la supervisión musical, de Dan Lieberstein y la música, de Marcelo Zarvos. Michael Berenbaum, A.C.E. es el editor; Leslie McDonald, el diseñador de producción y Jonathan Freeman, el director de fotografía. La producción ejecutiva del film es de Jake Myers, J. Miles Dale y Joe Pichirallo. Glenn Williamson es el productor del film, escrito por Paul Bernbaum y dirigido por Allen Coulter. El estreno es de Focus Features.


La gente real retratada en Hollywoodland
George Reeves nació como George Keefer Brewer el 5 de enero de 1914, en Iowa. Su fecha de nacimiento fue cambiada por el 5 de abril del mismo año, ya que George había nacido antes de los nueve meses después de casados sus padres. Su madre Helen le dijo que había nacido el 5 de abril, hasta que recién de adulto, George conoció la verdad. Fue adoptado por su padrastro y cambió su apellido por Bessolo hasta que finalmente adoptó el nombre de George Reeves como nombre artístico.
Boxeador amateur y músico durante su juventud en Pasadena, California, Reeves se formó como actor en el Pasedena Playhouse y esta vocación prevaleció. Debutó en el teatro en 1935 y participó en numerosas producciones en el Playhouse en los siguientes 18 años. Una de sus interpretaciones llamó la atención de un cazador de talentos de Hollywood, y a fines de 1938 el actor adoptó el nombre de George Reeves y firmó su primer contrato de estudio de cine: el éxito inmediato Gone with the Wind, donde interpretó a Brent Tarleton.
Los años subsiguientes le depararon más trabajo en el teatro y el cine, entre ellos, el papel co-protagónico junto a Claudette Colbert en So Proudly We Hail! (1943), dirigido por su mentor Mark Sandrich. Sirvió en la Segunda Guerra Mundial y estuvo casado durante una década con la actriz Ellanora Leedles. La transición hacia su papel más famoso coincidió con violentos cambios en el mundo cinematográfico y en el nuevo mundo de la televisión. Durante y después de la Segunda Guerra Mundial, el sistema de los grandes estudios comenzó a cambiar debido a la competencia de la televisión: los talentos solían firmar contratos de no menos de siete años con los estudios.
En 1950, sin una perspectiva de trabajo con un gran estudio, el actor acordó interpretar a Clark Kent / Superman en una película de bajo presupuesto de una hora de duración, Superman and the Mole-Men. Kirk Alyn, quien había interpretado recientemente el papel en un par de películas, no fue considerado para esta realización, dirigida por Lee Sholem. George Reeves, junto a la actriz Phyllis Coates en el papel de Lois Lane, causó una impresión tan fuerte en Sholem y en los productores durante los 12 días de filmación que le fue ofrecida otra participación como Superman, esta vez más prolongada.
Así fue que en el mismo año en que el gerente general del estudio MGM Edgar [Eddie] Mannix se casó con su amante de años Camille [Toni] Lanier) Reeves firmó un contrato por poca paga pero de muchos años para protagonizar una nueva serie televisiva, Adventures of Superman. Si bien sabía que la televisión era considerada inferior al cine, pronto adquirió la fama que le había sido esquiva en el cine, aunque no la fortuna.
El programa (varios de cuyos episodios fueron dirigidos por Sholem) fue el primer programa de televisión acerca de las hazañas del personaje, quien había sido creado para libros de historietas en los años 30 y que resultó un favorito internacional a fines de esa década. El Hombre de Acero también había sido interpretado en la radio (desde 1940 hasta 1951), en 17 cortometrajes animados y en las dos series de películas. Pero con el advenimiento de la televisión, el retrato de Reeves fue el que impactó con más fuerza en la conciencia mundial.
La filmación del programa (con Jack Larson como Jimmy Olsen, junto a Reeves y Coates) comenzó en julio de 1951 y se produjeron 24 episodios. Preparando el terreno para el programa, el film Superman and the Mole-Men se estrenó el Día de Gracias de 1951 con gran éxito. En 1952, Reeves obtuvo un papel en la que sería su última película cinematográfica de envergadura, From Here to Eternity.
Pero una vez que Adventures of Superman (auspiciada por Kellogg’s) comenzó a emitirse en septiembre de 1952, se convirtió instantáneamente en favorita y, para millones de niños, el protagonista fue catapultado hacia el estatus de figura familiar. Un año más tarde, Reeves (retratado en su doble papel de Clark y de Superman) fue tapa de TV Guide (el título fue “George Reeves – Man and Superman” [“George Reeves – Hombre y Súper Hombre”]); la película Mole-Men había sido editada y emitida como dos episodios adicionales de la serie y comenzó a filmarse otro ciclo de 26 episodios de media hora de duración (con Noel Nelly, quien había interpretado a Lois Lane en las películas, reemplazando esta vez a Coates).
La agenda de producción y el presupuesto apretados requirieron que Reeves filmara cinco episodios más en tan solo 12 días. Se agregaron otros 26 episodios, filmados en los siguientes cinco años, esta vez en color. El número total de programas, incluyendo los segmentos de Mole-Men, fue de 104 y Reeves dirigió 3 de ellos. Para ese momento, una generación estaba frente al televisor para ver – y volver a ver – las acciones heroicas de Superman bajo el lema de “Verdad, justicia y el modo de vida americano”.
Por contrato, Reeves debía realizar presentaciones en vivo vestido con el traje de Superman y montones de niños probaban su “invencibilidad” física. En una movida especialmente certera que demostró el impacto de su caracterización en la cultura popular, en 1957 Reeves realizó una aparición como estrella invitada en otro programa enormemente exitoso, I Love Lucy. El episodio que unió a las dos más grandes estrellas de la televisión (titulado “Lucy and Superman”) se centró en el deseo del pequeño Ricky de que Superman asistiera a su fiesta de cumpleaños.
En noviembre de 1957, Reeves completó la filmación de otro bloque de 26 episodios de Superman; en ese momento, la emisora ABC había comenzado a emitir diariamente la repetición de los programas anteriores. Esto generó más espectadores y puso al actor en la mira de la industria como Superman. El último nuevo episodio fue emitido en abril de 1958 y los precedentes continuaron viéndose en todo el mundo.
Cuando la serie empezó a transmitirse, Reeves había comenzado su prolongado romance con Toni, una ex – chica del Ziegfeld Follies. Toni había conocido a su futuro esposo, el gerente general del Estudio MGM, cuando participó en la película de 1936 The Great Ziegfeld y se había convertido en su amante. Ex – gángster de New Jersey, Eddie habís sido sospechoso de varios crímenes y se decía que había mantenido sus conexiones con la Mafia mucho después de su ingreso a Hollywood como “fixer”, empleados de los estudios quienes solían solucionar los “problemas” de las estrellas (ocultaban sus delitos, guardaban sus secretos, cubrían sus escándalos) utilizando los medios necesarios para que sus nombres se mantuvieran lejos de la prensa. El matrimonio de los Mannix fue abierto y no convencional y la relación subsiguiente entre Toni y Reeves se convirtió en un secreto a voces de Hollywood. Por respeto y miedo, la prensa (manejada con experiencia por el jefe de publicidad de MGM, Howard Strickling) nunca hizo pública la relación.
Toni le llevaba por lo menos ocho años a Reeves y aunque él era la celebridad, ella fue quien le pagó su casa en Benedict Canyon (en Hollywood Hills), así como el estilo de vida que él disfrutaba. Pero a mediados de 1958, Reeves la dejó por una mujer más joven, la figura de moda de Los Angeles, nativa de Nueva York y aspirante a estrella Leonore Lemmon. Esto devastó a Toni… y fastidió a Eddie.
Sin ofertas de cine y con sólo un ciclo de otros 26 episodios de Adventures of Superman en los planes, el desempleado Reeves incluso estaba considerando la posibilidad de una exhibición de lucha. Lemmon, para entonces su prometida, organizaba fiestas en la casa de él. Fue durante una de ellas, en la madrugada del 16 de junio de 1959, mientras Leonore estaba en el piso principal de la casa, que George Reeves murió en su habitación de un disparo. Tenía 45 años.
Instantáneamente, se informó que la muerte del actor había sido un suicidio, el típico caso del actor con una carrera en decadencia. Sin embargo, diez días más tarde, salió a la luz que la policía había encontrado dos orificios de bala más, al examinar la alfombra que cubría el piso donde fue hallado Reeves. Estos disparos habían sido efectuados con la misma pistola Luger automática que había matado a Reeves. Una de las balas había atravesado el piso y se había alojado en un panel de la pared del living en el piso de abajo; la otra fue hallada en una viga del techo. Sin embargo, en el dormitorio se halló un solo cartucho y el arma no tenía huellas dactilares.
Leonore Lemmon sostuvo que ella había disparado una bala hacia la viga del techo algunas semanas antes, para demostrarle a un amigo lo ruidoso que podría ser un disparo. El amigo corroboró la historia y Lemmon partió inmediatamente de Hollywood hacia Nueva York. Abandonó su incipiente carrera y murió muchos años más tarde, en 1990.
La madre de Reeves, Helen Bessolo, no creyó que su hijo se había suicidado. Pronto encargó una investigación por su cuenta, pero la autopsia determinó que las circunstancias eran coherentes con un suicidio. Helen murió en 1964.
Toni enviudó de Eddie Mannix en 1963 y vivió cómodamente en Beverly Hills hasta su muerte en 1983.
A casi cincuenta años del episodio, la especulación continúa rodeando la muerte de George Reeves. El caso sigue siendo uno de los misterios sin resolver de Hollywood, una de las instancias más crudas de la vida de un dotado actor y de una carrera trágicamente segada.

La producción
El camino a Hollywoodland
La muerte de George Reeves, uno de los íconos de millones como Superman, en 1959, es un misterio de Hollywood que continúa despertando interés luego de casi cincuenta años. A pesar de su notoria falta de resolución, el caso está tan bien documentado que el guionista de Hollywoodland Paul Bernbaum pudo utilizar por igual la investigación de los hechos y su inspiración para diseñar su original guión.
Bernbaum reflexiona: “De niño, vivía para las Adventures of Superman. Leí las historietas, vi los dibujos animados, pero Reeves tenía algo. Yo sabía que él era actor, sabía que era un programa de televisión, pero también sabía que si Superman hubiese existido, habría sido exactamente como Reeves. Él se conectaba conmigo y con cualquier otro niño que lo viera. Como adulto, recordando mi permanente pasión por el programa (que incluye haber comprado el traje original del programa de televisión en un remate) sigo pensando que debía de haber algo especial en ese tipo… Y sí, lo había”.
“Durante años había jugado con la idea de escribir un guión sobre él: la vida de Reeves fue colorida, poderosa y finalmente trágica”, continúa. “Pero también deseaba dramatizar la ansiedad que él sintió por ser Superman y por el terrible impacto que el personaje provocó en sus fanáticos. Un actor que quiso ser estrella, que se convirtió en una estrella más gigantesca que lo que imaginó… pero sólo para los niños. Sin embargo, pese a vivir con esta desilusión, con el resentimiento de saber que ser Superman le bloquearía toda chance de lograr lo que él consideraba una carrera legítima, siempre reconoció el lugar que había logrado en los corazones de millones de niños. Nunca los defraudó: para ellos, siempre fue Superman, y para mí eso lo hace un verdadero héroe”.
Glenn Williamson, el productor de Hollywoodland, comenta: “Lo original de Paul fue construir el guión en torno del detective Louis Simo. Esto le permitió ser muy auténtico con la historia de George Reeves. Entonces uno es llevado por el famoso misterio, sostenido por una historia de personaje de muchas capas y muy humana”.
Williamson comenzó a trabajar en el guión cinematográfico en el otoño de 2001. Dice: “Enseguida supe que estos eran papeles que cualquier actor desearía interpretar; era un guión con un tema universal y poderoso: todos nos fijamos en lo que no tenemos, sin ver lo que sí tenemos”.
“Desde un punto de vista histórico, la muerte de George Reeves significó la pérdida de la inocencia para toda una generación e impactó en millones de personas. Cuando uno mira los titulares posteriores a su muerte, casi todos decían ‘Muere Superman’ o “Muere Superman en Televisión’, pero no ‘Murió Georges Reeves’. Vemos fue segada la vida de un actor que interpretó a un personaje invencible. Nosotros deseábamos mostrar quién era la persona, lo cual demuestra la creciente conciencia de un hombre acerca de su identidad”.
El director Allen Coulter leyó el guión un año más tarde. “Me pareció inteligente e increíblemente bien escrito, una historia de dos hombres (Reeves y Simo) que querían ser alguien diferente de lo que eran. También era un abordaje singular de una gran época – desde el pináculo de las películas hasta el impacto del inicio de la televisión – que no se había explorado realmente en una historia seria. En cuanto terminé de leerlo, llamé a mi agente”. Poco después, el mismo Coulter se comprometió a realizar el proyecto, debutando en la dirección cinematográfica.
Cuando reflexiona sobre la fuerza de la historia y de los personajes, señala el director: “La historia reverbera en cada uno y ambas líneas narrativas se enriquecen como resultado de ello. Ambos hombres están tan atrapados por el sueño de Hollywood que no pueden apreciar lo que tienen y qué es lo auténtico en sus vidas. En sus respectivos campos, son menos estrellas que lo que desearían ser. Piensan que un éxito legitimaría su propio ser ante los ojos del mundo, y ante los suyos propios. El viaje de descubrimiento de George que hace Simo finalmente le brinda una nueva perspectiva de su propia vida. Para Simo, al comienzo es solo un trabajo por dinero, pero a medida que el film progresa, se ve más y más absorbido por la vida de Reeves… y comienza a importarle el hombre. También se da cuenta de que eso podría haberle ocurrido a él”.
Habiendo trabajado en Hollywoodland durante varios años, el director y productor Coulter desarrolló creciente respeto y compasión por el fallecido actor. Señala: “En mi opinión, Reeves sufrió por sentir que nunca había llegado a realizarse en sus posibilidades de actor. Lo preocupaba la percepción de sí mismo: no era un actor serio, sino simplemente ‘el muchacho que hace de Superman’. Esperamos que al sacar a la luz esta historia, la gente advierta el lugar que él ocupa en la historia de Hollywood”.
“Todos tenemos planes de vida”, continúa el director, “hasta que la vida misma los cambia. El plan de Reeves fue alterado por la Segunda Guerra Mundial. El suyo fue un comienzo muy fortuito, con Gone with the Wind como primera película. Pero cuando regresó de la Guerra, no conseguía que su carrera se reencauzara en el sistema de Hollywood. Con poco más re 30 años, ya era percibido como ‘un poquito viejo’ para Hollywood. Creció agigantadamente en otro medio, pero esto no significó demasiado para él… y ciertamente no hacía los millones de dólares que los actores de hoy hacen al interpretar a los súper héroes”.
Coulter se maravilla: “Millones de niños lo veían a este hombre –quien en la vida real no tenía hijos– como una figura paterna fuerte que todo lo sabía. El pequeño guiño que él agregó al personaje era para los niños; cada uno pensaba que Superman le guiñaba un ojo. A esa edad, no necesariamente se separa al actor del personaje”.
Agrega Williamson: “Como talento creativo, Reeves quería hacer cosas diferentes. Irónicamente, el éxito fenomenal del programa lo hizo imposible. Reeves era el elemento clave de algo muy significativo para toda una generación, pero esto no le bastó en su vida personal. Si uno se toma el tiempo de ver los programas, verá que son entretenidos, pero que también transmiten mensajes de tolerancia y valores como la justicia y el honor”.
A fin de honrar el legado de George Reeves, los realizadores sabían que la elección del actor quien mejor pudiera transmitir el costado personal y el profesional de Reeves sería crucial. “El respeto de Ben Affleck por George Reeves como ser humano es enorme”, afirma Coulter. “Realmente se comprometió al investigar a Reeves desde el comienzo, al interpretarlo y al rendirle un homenaje”.
Affleck revela: “Para mí, la responsabilidad era mayor que la de interpretar a una persona real. Él fue un hombre que en su vida personal no recibió créditos por su persona. Me enteré de que una vez estuvo en un accidente de automóvil y sufrió una especie de desmayo. Los diarios entonces dijeron: ‘Superman se desmaya ante su propia sangre’. La gente era muy irrespetuosa y despreciativa con él. Una conducta bastante degradante, cuando él merecía algo mejor”.
“Ese contraste me intrigaba”, continúa Affleck. “Él se sentía muy frustrado y triste, pero la gente pensaba que debería ser muy feliz. Tomó ese trabajo para ganarse la vida y para mantener continuidad y se convirtió en uno de los primeros actores en experimentar la verdadera frustración del encasillamiento. Todos los que veían Superman sentían una especie de propiedad, de familiaridad con él, lo cual creo que lo hacía sentir incómodo y muy pendiente de sí mismo, dado que se esperaba que él fuese realmente Superman. Para mí, Hollywoodland nos habla de cómo nosotros, como cultura, veneramos y luego devoramos a nuestros íconos”.
“Yo había trabajado con Ben y nunca lo había visto tan felizmente concentrado en su trabajo como en Hollywoodland”, afirma Williamson. “Había muchos actores que deseaban interpretar a Reeves, pero yo sabía que Ben se identificaría con el papel y que sería el actor perfecto”.
“Ben entendió ciertas cosas de George Reeves y comparte con él algunos rasgos”; agrega Coulter. “De acuerdo con todo lo que escuchamos o leímos, Reeves era un hombre agradable y encantador. Ben también lo es… y conoce un par de cosas acerca de ser un actor vulnerable en Hollywood”.
Reflejando lo que averiguó acerca de Reeves en su investigación, Affleck señala: “Era conocido como ‘George el Honesto’ y dedicaba mucho tiempo a hacer que la gente se sintiera bien, en parte para autoafirmarse. Era generoso y, por lo que se sabe, prestaba mucho más dinero que lo que probablemente tuviera. También era charlatán y divertido, tocaba la guitarra y hablaba varios idiomas. Un hombre, en el sentido de la palabra de aquella época. No era perfecto: era muy ambicioso e impaciente, quizá demasiado interesado en lo superficial. Pero creo que vivió su vida con una tremenda dosis de carácter”.

La Gran Película
“Creo que los personajes más interesantes son aquellos que nos cuentan algo sobre nuestras propias luchas”, opina Adrien Brody, quien interpreta a Louis Simo en Hollywoodland. “Como actor, busco que mi personaje y el escenario me conmuevan y también busco papeles que no he tenido la oportunidad de interpretar antes. Este guión lo tenía todo y más: era muy fluido”.
“En Hollywoodland, Simo ha llegado a un lugar en su vida donde se encuentra mucha gente: quiere ver los resultados finales, pero probablemente no ha realizado los pasos necesarios para llegar hasta allí. Simo es un poco infantil en sus relaciones con otras personas y debe crecer. Trata de verse bien, pero está actuando. Con el tiempo debe detener ese frenesí y comenzar a enfocarse en lo que es importante. Es un viaje grandioso para explorar”.
Allen Coulter razona: “Hay una secuencia en un restaurante donde un ex – asociado lo llama a Simo intentando parecerse a Ralph Meeker, un actor entonces conocido por interpretar a detectives en el cine. Simo intenta con esfuerzo ser un detective completamente moderno y también interpreta el papel de detective, lo contrario a ser simplemente un detective, como si las cámaras lo estuviesen filmando”.
Agrega el director: “El papel de Simo requería un actor que fuese sexy y encantador, con un aire de intensidad y peligro. Adrien es el actor excepcional que necesitábamos”.
Glenn Williamson, por su parte, comenta: “Adrien aporta un matiz y una complejidad a cada una de las escenas que interpreta. Está estupendo como Simo”.

Y cuenta Brody: “Al principio, Simo va simplemente tras el caso para hacer olas y llegar hasta otro nivel en su terreno. Luego, a través de la investigación, comienza a ver la tristeza de George Reeves”.
Tal como es dramatizada en Hollywoodland, la investigación de la muerte de Reeves explora más de una teoría. “Hay mucha especulación acerca de qué –o quién– provocó su muerte”, remarca Brody. “¿Fue un juego sucio o fue un suicidio? Allen y yo lo discutimos y deliberadamente elegimos dejarlo sin resolver para mí como actor, dado que mi personaje no lo sabe y está tratando de averiguarlo”.
“La muerte de Reeves siempre fue polémica”, dice Paul Bernbaum. “Ha habido tres teorías en particular: 1) suicidio; 2) a propósito o accidentalmente, Leonore Lemmon fue quien le disparó; 3) Reeves fue asesinado por orden de Eddie Mannix. Al escribir el guión quise dramatizar cada una de las opciones, así como también darles la suficiente credibilidad como para que el público salga del cine dividido entre las tres posibilidades que pudieron haber ocurrido esa noche”.
Comenta Coulter: “Jugaos con las tres y tratamos de darles a todo y a todos, en las respectivas teorías, una completa medida de dramatización”.
Dice Williamson: “Todos discutimos –también con el elenco– acerca de cómo queríamos que el público hablara de la película y debatiera lo que pensaba que había ocurrido”.
Algunos de estos debates entre en elenco y los realizadores quedaban truncos. Como señala Brody: “de cualquier manera, lo que ocurría era trágico”.
Aun más enfática es la protagonista femenina del film, Diane Lane, quien reflexiona: “Eran discusiones terribles. Todo es tan triste... Realmente me identifiqué con los sentimientos de Toni, con su sensación de pérdida”.
Durante mucho tiempo, Lane había reflexionado sobre su abordaje del papel de la antigua amante de Reeves. “Diane fue fanática del proyecto durante años, siguiendo el progreso del guión”, recuerda Williamson.
De lo que la actriz no se dio cuenta era de que el guión había estado detrás de ella. Así lo explica Bernbaum: “Escribí el papel teniendo en mente a Diane, ¡de modo que todo resultó perfecto!”
Coulter señala: “En varias de sus películas, Diane ha interpretado a mujeres llevadas por sus emociones, más allá de su control. En Hollywoodland, podríamos decir que esto también se aplica a Toni, pero esta mujer es mucho más dura y desinhibida. Diane ha demostrado una cualidad de fortaleza en algunas de sus otras películas y en este papel tiene la oportunidad de explorarla en más profundidad. Es una actriz muy fuerte”.
Dice Lane: “La relación entre Toni y George me resultaba muy interesante. Ella tenía una gran confianza para ser una mujer de esa época. Era toda una dama, no necesariamente una buena chica, pero alguien con muchos colores sorprendentes. Ben y yo leímos libros acerca de George que señalan cómo Toni encajó en su vida y hablamos con Jack Larson [compañero actor de Reeves en la serie de televisión], quien adoraba a ambos, así como a su relación”.
Continúa la actriz: “Toni era una mujer vibrante, mayor que George; ella era quien manejaba los números y no temía hacerlo. La relación entre ellos era sexy, divertida, robusta y muy adulta. Podría haber sido superficial pero no lo fue: creció hasta ser algo más y había entendimiento entre ellos. Ella se sentía agradecida de que él estuviese en su vida”.
Ben Affleck agrega: “En el momento en que Toni entró en la vida de George, ella representaba lo que él deseaba: un nuevo comienzo, sentirse más joven y vivo. En cierta forma, ella utilizaba el hecho de darle dinero –le pagaba sus gastos con el dinero de sus esposo– para controlarlo. Aunque yo pienso que realmente se amaban, en definitiva ella llegó a representar para él algo que lo hacía infeliz. Pero una vez que ella salió de su vida, la de él se desbarrancó”.
Al evaluar el final de la relación, Lane afirma: “Como toda relación, la de ellos tenía el potencial de seguir su propio curso si sus integrantes no evolucionaban, y Toni no quería que George evolucionara hasta ser alguien diferente sino que quería que él siguiera siendo como cuando ella lo conoció. Lo amaba y no creo que alguna vez haya estado por encima de él”.
Al lograr finalmente interpretar el papel que había estado siguiendo durante años, Lane de ninguna manera se proponía serle infiel a Toni al interpretarla sin autenticidad. “Soy actriz, no historiadora, pero sentía una responsabilidad hacia ella. Y también la pasé muy bien interpretando a alguien mayor que yo: ¡fue liberador! No tenía que preocuparme por verme joven, algo tan limitante… Aunque fue lindo estar bien iluminada, algo que Toni habría exigido…”
Affleck comenta: “Fácilmente puede decir que Diane es una de las mejores, si no la mejor actriz con la que he trabajado. Es extraordinaria, verdaderamente amable y una profesional. La mitad del tiempo me la pasaba pensando: ‘Cuando lo recuerde, estaré orgulloso de esta película porque he trabajado con alguien que logró semejante interpretación’. La manera en que ella interpretó nuestras escenas fue honesta y real”.
Hace dos décadas, Lane había trabajado con Bob Hoskins, su esposo de la ficción en Hollywoodland, en The Cotton Club. La actriz se maravilla: “Sentimos una camaradería instantánea por haber pasado juntos por la misma experiencia… ¡realmente nos unía! Fue fabuloso compartir nuevamente una película con Bob, quien es tan dulce”.
Por su parte, Hoskins opina: “Cusndo descubrí que Diane estaba en Hollywoodland, pensé: ‘¡Estupendo!’ Ya de adolescente era una extraordinaria actriz. Tenía –y aún tiene– la increíble habilidad de quedarse dormida en un instante. Simplemente entra en su trailer y lo hace… Asombroso. Fue una linda emoción volver a trabajar con ella con este guión tan bello”.
Como actor que a lo largo de los años ha retratado en pantalla a diversos personajes de la vida real, Hoskins declara: “La única responsabilidad que me cabe es la de nunca juzgar a un personaje. Leí sobre Eddie Mannix, pero no quise hacer demasiada investigación ni retratarlo de una manera única: quería que Allen lograse de mí lo que deseara”.
Respecto de su personaje, dice: “Mannix era un muchacho complicado. Un hombre poderoso, el segundo en MGM. Pero también estaba muy enfermo y creo que la pasión había abandonado su matrimonio hacía mucho: la relaciónentre él y su esposa era casi como una relación de hermanos”.
Lane murmura: “Por cierto, Toni y Eddie conocían los romances del otro. Habían llegado a la madura conclusión de desearse mutuamente la felicidad, pero al mismo tiempo sin sacrificar el acuerdo y los beneficios mutuos de su matrimonio”.
Señala Hoskins: “Él era muy rudo, pero también podía ser tierno con Toni. Se dio cuenta de que si iba a quedarse con ella como esposa, ella tenía que vivir su propia vida sexual. Básicamente era así: ‘Puedes dormir con mi esposa, pero si la haces llorar eres hombre muerto’. Era una época extraordinaria en la que los estudios se adueñaban de las personas y les decían cómo debían vivir sus vidas”.
Brody destaca el siguiente aspecto: “Todos recordamos el glamour de Hollywood –en esta película recreamos una época increíble y fascinante–, pero también estaban todas esas oscuras circunstancias subyacentes”.
Agrega Coulter: “La nuestra es una versión más oscura de esa época que lo que normalmente vemos. Leí una enormidad al investigar para Hollywoodland, y me di cuenta de que parte de la pátina del glamour era alentada por los estudios, para crear un mundo de fantasía que todos pudieran admirar. Nosotros quitamos esa patina para mostrar a personas que sufrían dramas personales… Por cierto, sus bellas ropas no los protegían del sufrimiento”.


Los Hollywoods de Hollywoodland
El término “Hollywoodland”, de donde proviene el título del film (Hollywoodland) alude al letrero original y mundialmente famoso. Más tarde, las letras fueron reducidas hasta formar la palabra “Hollywood”, tal como hoy se ve.
Aun siendo un lugar que alternativamente –y a veces simultáneamente– reverencia y destruye su propio pasado, el Hollywood de principios de los 50 era muy diferente de lo que fue una década después. La sensación de formalidad tradicional y de inocencia dio lugar a un abordaje más moderno e informal y esto se reflejó en el entretenimiento, la moda y al arquitectura. Dado que Hollywoodland transcurre a lo largo de una década, para Allen Coulter era esencial la constante colaboración de su equipo, integrado entre otros por el fotógrafo Jonathan Freeman, el diseñador de producción Leslie McDonald y la diseñadora de vestuario Julie Weiss.
Señala Coulter: “Jonathan estuvo extraordinario al brindarles dos estilos diferentes a las dos épocas. Su cámara es más formal y contenida cuando muestra el Hollywood de George Reeves, con más colores saturados. En el Hollywood de Louis Simo, el color parece haberse desteñido por la acción del despiadado sol de California. Para enfatizarlo, filmamos con una exposición que da la sensación de demasiado calor, con movimientos de cámara más inquietos y desestabilizados”.
Adrien Brody comenta: “Allen filmaba las escenas de Simo con ritmo rápido, al cual estoy acostumbrado por la enorme cantidad de filmes independientes que realicé. Eso nos mantenía siempre en ascuas, pero Jonathan siempre estaba listo para brindar el tipo de estilo y de energía requeridos por cada escena en particular”.
Agrega Coulter: “El Hollywood donde reside Simo está caracterizado cada vez más por la informalidad, tanto física como en otros aspectos. George se forma en un Hollywood donde la elegancia estaba a la orden del día; la gente se manejaba con cierta formalidad y aun –podría decirse– con dignidad. Nosotros hicimos explícito este contraste en otras opciones creativas. El mundo de Reeves tiene bandas en vivo que tocan música de repertorio y jazz en clubes y restaurantes. El de Simo tiene radios, grabadores y tocadiscos a monedas donde suena el rock-and-roll”.
“Es más”, describe el director; “la vida de George transcurre entre suaves sonidos –el ligero silbido del océano, solo interrumpido por una lejana banda de jazz; el silencio de una habitación donde él y Toni discuten su futuro– mientras que la vida de Simo se desarrolla en medio de una constante cacofonía”.
Reflejando cómo un equipo de filmación que realiza una película de época debe tener en cuenta lo que verá el público, Coulter declara: “Evitamos a propósito las tomas estilo de postales, del tipo ‘nos costó mucho dinero alquilar estos autos y vestuarios de época; vamos a mostrarlos’. Queríamos que todo se viese real; hay autos y vestuarios grandiosos, pero vamos más allá. Constantemente yo recomendaba: ‘Que los automóviles no estén limpios’, a no ser que fuese en el funeral o en las secuencias de la propiedad de Mannix”.
Continúa el director: “En términos de hitos como Ciro’s y Cocoanut Grove, intentamos captar y re-crear la sensación que brindaban. ¿Nuestra arquitectura de Ciro’s es la misma? No, pero reprodujimos la luz, las lámparas, la manera en que la gente vestía… y creo que es adecuado. Fuimos lo más veraces posible en cuanto a la esencia de estos lugares”.
McDonald explica: “Muchos de esos lugares ya no existen, de modo que tratamos de captar cómo eran los entornos. No puedo imaginarme cómo era vestirse cada noche para ir a clubes nocturnos como esos, pero George y esta gente lo hacían. Allen fue muy específico en cuanto a ciertas cosas, como las paletas de color. Julie, Jonathan y yo hablamos de esto con él”.
“Para Simo”, continúa, “debimos hallar una locación para un edificio de apartamentos en Hollywood. Queríamos algo que, al igual que Simo, tuviera diferentes costados o ángulos. Era difícil de encontrar en el Hollywood actual, pero finalmente dimos con este lugar en Long Beach donde el tiempo se ha detenido. Un detalle interesante es que tenía una piscina en forma de ataúd. Perfecto, porque queríamos asegurarnos de que en cuanto el público viera el entorno, tuviera la sensación de cóno era la relación con su esposa”
La agenda de siete semanas de filmación de Hollywoodland incluyó también el rodaje en locación en Hancock Park y en Parkwood Estates. Esta última, que fue la casa del fundador de General Motors Canada, Sam McLaughlin, se convirtió en la mansión de los Manix en Hollywood porque brindaba una representación singular y completamente intacta de la época pasada de posguerra.
La fiesta donde Reeves y Toni se conocieron fue filmada en un piso de los años 30, restaurado para que luciera como en sus épocas de gloria.
Glenn Williamson se sorprende: “Un día en el foro, me impactó ver que todas las extras mujeres usaban guantes, pero así era esa época, muy formal. Diane Lane es bellísima en persona, pero luego de la primera prueba de guardarropas, estaba transformada: el cabello, las cejas depiladas, la ropa…”
Lane murmura: “El glamour de los actores de Hollywood era exclusivo de esa época. Hoy no queda nada de eso, lo que es una vergüenza, y con más razón es apreciado por lo que fue. Cada departamento de esta película realizó los máximos esfuerzos e invirtió energía para recrear la época, y eso se ve. Aunque pienso que fue más, porque más que simplemente realizar una película sobre Hollywood, respondieron a la historia y a la maravillosa dirección de Allen. Ciertamente, Julie Weiss y su departamento se superaron con el vestuario y el guardarropas”.
Weiss, la diseñadora de vestuario dos veces nominada al Premio de la Academia, estaba detrás del proyecto desde hacía dos años. Cuenta: “Deseaba formar parte de este film, que le recuerda a la gente que aplaudimos a un ídolo y luego nos vamos y olvidamos regresar… y la persona sigue en el escenario. Podemos ser mucho más amables con la gente que nos ha ayudado a soñar que lo que el público fue con George Reeves. Los personajes de Hollywoodland están en el camino de averiguar quiénes son y esa era una época en la que la ciudad estaba creciendo: desaparecían los árboles naranjos y aparecían las casas. Habiendo crecido en Los Angeles, sé que puedes agradecer el proceso o fingir que estás donde te gustaría haber estado”.
Y continúa: “Mi responsabilidad era ayudar a los actores a encontrar algo pequeño que los convirtiera en el personaje que estaban interpretando: es el momento en el cual el vestuario se transforma en su ropa. El público ve moverse a los personajes y tiene la sensación de que ha ido hacia atrás en el tiempo. Esperemos que cuando vean el film, no distingan entre lo que fue confeccionado y lo que fue prestado”.
Bob Hoskins confiesa: “Todas mis piezas de vestuario son artículos genuinos de esa época, ¡grandiosos! Vestí prendas que Edward G. Robinson pudo haber vestido, quién sabe…”

Detrás de la Escena
Luego de una prolongada preparación para debutar en la dirección con Hollywoodland, Allen Coulter declara: “Cada día, al llegar al foro, sabia cada toma, desde el principio hasta el final. Pero eso no significaba que hubiera cambios… ¡constantemente!”
Dice el guionista Paul Bernbaum: “La elección de Allen de dirigir me emocionaba, y más aún luego de conocerlo. Durante la filmación nos mantuvimos en contacto y pasé algunos días con él en el foro. Es muy inteligente y reflexivo, un estupendo director”.
El productor Glenn Williamson agrega: “Ya que había trabajado tanto tiempo en este proyecto, me hacía muy feliz ver cómo se iban dando las cosas. He trabajado con muchos realizadores y Allen sabía lo que quería, pero también sabía lo importante que era crear en el foro una atmósfera donde la gente estuviese cómoda y sintiera que podían hacer su trabajo de la mejor manera. Esto se dio especialmente en nuestro dotado grupo de actores”.
Coulter dice: “Me gusta el proceso de imaginar junto a los actores quiénes son los personajes y cómo podemos hacerlos creíbles. Comencé a enviarle a Ben Affleck material sobre George Reeves ni bien él aceptó hacer el film. Vio muchísimos más episodios de Adventures of Superman que yo. Encontramos una cinta donde Reeves habla como persona, no como personaje y Ben estaba fascinado. La escuchaba en el foro y también vería fragmentos de las películas o de posprogramas de televisión de Reeves. Y antes de comenzar con el rodaje, aprendió la voz, la postura y los modales de Reeves”.
Affleck admite: “Esta fue la película para la que realicé más investigación. Engordé como 20 libras… (‘Sí, ya me voy a la cama, pero primero me comeré otro trozo de pizza’). Al hacer una película, uno recibe algunos regalos de la producción y afortunadamente, en este caso recibimos i-Pods, así que pude crear una base de datos de audio de la voz de George para sumergirme en su voz. También vi 104 episodios de Adventures of Superman y su trabajo en películas. Fue muy inspirador porque él era muy buen actor, natural y ganador. Interpretaba con mucho entusiasmo a Clark Kent y a Superman porque entendía que el espectáculo se trataba del que el público compartiera con el personaje una identidad secreta que los demás personajes no conocían. Mientras que George se sentía indigno al vestir el traje de Superman, para mí fue muy divertido trabajar con Allen en la recreación de las escenas de Superman”.
Coulter confirma: “A Ben le encantaba vestir el traje y también vestir como Clark Kent e improvisar como Reeves en esas escenas. Por conversaciones con Jack Larson, sabíamos que Reeves era un gran bromista en el foro”.
Matt Birman, el coordinador de escenas de riesgo, revela: “Ben realizó todo su trabajo con los cables y arneses, incluida la recreación de un accidente ocurrido cuando los cables de los aparejos de los arneses se cortaron y cayó al piso desde 10 pies de altura. Salió ileso, pero nunca más utilizó los cables”.
Coulter alaba el trabajo de Leslie McDonald y su equipo al re-crear el set del programa “Daily Planet”: “Excepto para los aficionados que saben incluso dónde estaba cada lápiz, creo que hemos sido muy exactos”.
Y McDonald explica: “Ese set fue cambiando con el devenir del programa, así que debimos tomar algunas decisiones acercad e lo que era importante. Definitivamente, ¡fue divertido re-crear la mala pintura del Puente de Brooklyn detrás del personaje de Perry White!”
Muchos de los integrantes del equipo del supervisor de efectos visuales Dennis Berardi deseaban formar parte de Hollywoodland: “Tenemos artistas que son fanáticos de las historietas de Superman y de la serie de televisión original”, explica Berardi.
Agrega asimismo que para re-crear la secuencia de la apertura en blanco y negro de Adventures of Superman en sus primeros años, “decidimos que lo mejor sería filmar a Ben con un fondo de pantalla verde y todo en color: eso nos brindaría el rango de exposición para combinar de manera digital la antigua filmación en post-producción. Volver a acostumbrarse a algunas técnicas básicas de esa época resultó un proceso fascinante”.
Pero un desafío mayor para el actor y el equipo de efectos fue insertar a Reeves personificado en la película original From Here to Eternity, precisamente en el mismo cuadro que la estrella Burt Lancaster. Cuenta Berardi: “Filmamos a Ben con un fondo de pantalla verde, brindándole la correcta línea visual y trabajando cuidadosamente bajo un ángulo de cámara combinado. Ben escuchaba por audífono las líneas de Burt y decía las de Reeves como si Burt estuviera con él en la toma. Hizo un trabajo estupendo”.
El equipo de efectos también debió encuadrar la película dentro del contexto de Hollywoodland, ya que From Here to Eternity se proyecta en una sala de cine. Señala Berardi: “Las películas se proyectaban en un radio diferente del de hoy, así que tuvimos que trabajar con las lentes y la geometría de la escena a fin de que se viera bien”.
Otra secuencia más ambiciosa desde el punto de vista físico fue aquella en la que Reeves realiza una presentación promocional vestido como su personaje en una “ciudad de frontera” ante un público infantil. Recuerda Birman: “Fue divertido hacer escenas tradicionales de los westerns, así como trabajar con niños y caballos. Pero en la película es una escena atemorizadora y agridulce, porque en la vida real fue lo que impulsó a Reeves a tener un arma de fuego en su casa”.
Para filmar la secuencia, se seleccionaron más de 100 niños y luego fueron ubicados como extras en la locación. En una tienda cercana, la diseñadora de vestuario Julie Weiss y su equipo vistieron a cada niño con ropas de la época. Cuando una de las niñas ingresó al foro con una pulsera muy moderna, Weiss captó el desliz antes de que fuese tomado por la cámara. Al respecto, reflexiona: “Podríamos decir que no importa, pero sí importa. Los que recordamos el día en que Superman murió, sabemos que nunca debería haber muerto. Éramos demasiado jóvenes para lamentarnos y para ser escuchados. Formar parte de Hollywoodland me entusiasmó mucho. Sentí que Ben se había convertido en George Reeves: cuando hablaba conmigo en el foro, lo hacía con la voz de George”.
Comenta Bernbaum: “Todos los actores de la película han realizado un grandioso trabajo. Esperamos que el público aprecie lo mismo y que le brinden a George Reeves el respeto que siempre buscó”.
Dice Williamson: “Nos gustaría que el público que vea la película comprenda más profundamente que George era una persona y que, a través de la historia de Simo, se conmueva como para reflexionar sobre lo que es bueno en su vida”.
Señala Coulter: “Podríamos decir que Hollywoodland intenta combinar dos elementos contradictorios: el aire de nostalgia y la naturaleza empática del aquí y ahora. Espero que hayamos expresado cómo los desafíos y el autodescubrimiento que enfrentan George Reeves y Simo nos afectan en nuestros días. Creo que cualquiera puede vincularse con la historia de nuestro film: la de George, con sus sueños de estrellato; la de Simo, con su impulso de protagonismo… Todos vivimos en Hollywoodland”.
 

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