Comedia de enredos jurídicos dirigida por Reginald Hudlin donde la excusa principal es reunir a dos figuras taquilleras de la industria hollywoodense como la ex modelo devenida en actriz y productora, Elizabeth Hurley ("Austin Powers") y el muy conocido integrante de "Friends", Matthew Perry. Los que vieron "El amor cuesta caro" de los Hnos. Coen, pueden encontrar en este film una insólita vuelta de tuerca sobre los problemas maritales y el tipo de solución legal que tienen en los EEUU. El tema de los notificadores de divorcios y sus prisas por llegar a sus clientes en el entorno de la clase alta americana se convierte en el principal detonante para que la película se recepcione con más frescura y espontaneidad. En los países como el nuestro, donde la división de bienes se resuelve de un modo más ortodoxo, hasta puede representar un hallazgo humorístico. Una nota curiosa es la presencia, tanto en el film de los Coen como en esta realización, de un comediante desconocido en Argentina pero de peso en el circuito de los 'comedy clubs' de allá apodado 'Cedric, The Entertainer' que hasta cumple con un rol idéntico en una como en otra. Es innecesario argumentar que los que buscan con cierta habitualidad propuestas destinadas a un franco esparcimento, van a llegar a disfrutar de "Infielmente casada". Para los cinéfilos, uno de los roles secundarios se encuentra a cargo del siempre histriónico Bruce Campbell, actor emblemático de las primeras películas de Sam Raimi que, en esta oportunidad, no realiza tantas piruetas.

Silvia G Romero