"LEONES POR CORDEROS"

de Robert Redford

 

Acerca de la Producción

¿Qué es riesgo? ¿Qué es valor? ¿Qué es compromiso? ¿Y qué es lo que significa realmente adoptar una postura cuando se trata de nuestros medios, nuestros políticos, nuestra juventud? Del director ganador del Premio de la Academia® Robert Redford nos llega LEONES POR CORDEROS, una película nueva y provocadora que aborda de manera directa, pero emotiva, algunas de las cuestiones más importantes con respecto a la vida actual en los Estados Unidos. La película, que se desarrolla en tiempo real, utiliza los eventos furtivos de un solo día para atar cabos y revelar cómo un ambicioso miembro del Senado que hace movimientos audaces en Washington, una reportera bajo intensa presión en busca de una historia fresca, y dos valerosos soldados enviados a una peligrosa misión secreta, están vinculados con un joven a punto de entender el verdadero poder de la libertad, la fe y el compromiso.
La historia se lleva a cabo en tres frentes igualmente tirantes y emotivos, cada uno con riesgos personales significantes. En una oficina del Congreso, el Senador Jasper Irving (Tom Cruise), con firmes aspiraciones a la presidencia, está por divulgar a una inquisitiva reportera de televisión (Meryl Streep) una historia impactante acerca de una nueva estrategia de guerra, conforme los dos se enfrascan en un intenso juego del gato y el ratón, lleno de ingenio, encanto y evasivas. En una universidad de la costa oeste, el otrora idealista Dr. Malley (Robert Redford) se enfrenta a un estudiante privilegiado, pero displicente (Andrew Garfield), que necesita arrojo y está en peligro de nunca explotar su enorme potencial. Mientras tanto, al otro lado del mundo, en el fragor de la batalla en Afganistán, dos ex estudiantes del Dr. Malley, Arian (Derek Luke) y Ernest (Michael Peña), revelan los debates y argumentos de mentores y políticos, en una lucha cruda por la supervivencia, y las desgarradoras consecuencias que resonarán a lo largo de toda su vida.
El director Robert Redford enfatiza que si bien en LEONES POR CORDEROS correlaciona de manera ingeniosa eventos actuales, sus temas emotivos van mucho más allá y la película no es de ninguna manera un drama de guerra. Más bien, es un drama humano que se atreve a pedirle al público que se pregunte, especule y sienta —y los exhorta a que participen de una manera más activa en sus propios destinos, así como en el del país. “Al final, las preguntas que plantean las tres historias de la película son para el público: ¿Qué harías? ¿Cómo te sientes con respecto a esto? Siempre se reduce a eso”, explica Redford.


Seis Personas y una Nación en una Encrucijada:
Robert Redford habla de LEONES POR CORDEROS

A Robert Redford siempre le han atraído historias conmovedoras acerca de la mismísima estructura de la vida norteamericana, historias acerca de gente común y corriente involucrada y afectada por los temas mas profundos que enfrenta nuestra juvenil y democrática nación. Es esta línea, que se ha entrelazado a lo largo de toda su carrera —desde que era estrella de la pantalla a defensor del movimiento del cine independiente—, lo que lo atrajo a LEONES POR CORDEROS, un guión escrito por un relativamente desconocido joven escritor llamado Matthew Carnahan.
Si bien no ha dirigido una película en siete años, cuando el guión cruzó por su escritorio de inmediato le tocó una fibra sensible —que Redford considera un criterio vital. “Llegó de la nada”, dice Redford del guión de Carnahan. “Me sorprendió porque era político y en la actualidad existe tal inseguridad comercial con las películas, que parece que las únicas seguras son las que se hacen. Aquellas que son un poco más inciertas en naturaleza, que quizás te hagan pensar o especular, son más difíciles de hacer. Y, no obstante, esos son los filmes que siempre me ha gustado realizar”.
Como director, Redford había explorado previamente el caos dentro de las familias norteamericanas en la película ganadora del Oscar® “Ordinary People”; las tentaciones de nuestra cultura televisiva en la premiada “Quiz Show”; y las relaciones vitales entre el paisaje, la naturaleza y el espíritu norteamericano en películas tales como “The Milagro Beanfield War”, “A River Runs Through It” y “The Horse Whisperer”. También ha dejado una marca indeleble en la cinematografía estadounidense con la fundación de su Instituto Sundance, el Festival de Cine de Sundance y el Canal Sundance, que, juntos, han cultivado una generación nueva de jóvenes realizadores, para poner en un primer plano historias formidables y arriesgadas.
El riesgo ciertamente no iba a detener a Redford. En todo caso, le serviría de inspiración. Pero, para Redford, LEONES POR CORDEROS no solamente se trataba de correr riesgos —también le atrajo la idea de provocar una verdadera reflexión, incitar el debate y vigorizar a un público joven que no está acostumbrado a ver que se aborden cuestiones tan importantes en una película con personajes universitarios. “Espero que esta película provoque que el público contemple la situación actual de este país y cómo llegamos aquí”, comenta Redford. “Para mí, es una historia que va mucho más allá de los acontecimientos que están sucediendo en la actualidad. Es en realidad acerca de los factores más profundos que yacen detrás de esas cuestiones y cómo son experimentados a nivel personal por individuos reales. Creo que es una película acerca de la responsabilidad, acerca de que la gente joven acepte el papel que desempeña para moldear el futuro y acerca de cómo cada uno de nosotros lidiamos con nuestras decisiones en la vida e intentamos hacer un mundo mejor”.
Redford se sintió todavía más obligado a emprender el proyecto por la rigurosa narrativa y por los significantes retos artísticos. “No me interesan las películas de corte político sólo por la historia. La historia tiene que estar espoleada por los personajes, como, por ejemplo, fue en su momento ‘All The President’s Men’. Lo que me gustó es que todas las personas en la tres historias de LEONES POR CORDEROS tienen un interés personal —y en algunas ocasiones no coexisten de manera muy armoniosa”, comenta. “También tienes tres historias, dos de las cuales se llevan a cabo en oficinas —y el reto es cómo hacer esto dramático y cinematográfico. Entre más pensaba en ello, más desafiante se volvía y más me atraía el reto”.
Las películas de Redford siempre han girado en torno a temas estadounidenses fundamentales, incluso populistas, debido en gran parte a que tiene un gran afecto por el país que ama —y esto se evidencia claramente en LEONES POR CORDEROS. “Creo que en esta historia había melancolía”, señala Redford, “porque ¿cómo no estar triste si amas este país y creciste con ideales de democracia y libertad de expresión, y ves cómo todo eso ha sido devastado?”.
Pero también añade: “Tampoco me gustaría hacer algo que fuera propaganda despreciable. Existen muchos puntos de vista y tienes que respetarlos todos. Quería que el público tuviera una reacción democrática en cada una de estas historias”.
Lo último que le atrajo a Redford, que pasó a ser irresistible, fue el hecho de que Tom Cruise ya había expresado interés por formar parte del proyecto —no solamente para interpretar el papel del mañoso pero apasionado Senador Irving, sino también para fungir como productor ejecutivo del filme junto con su socia Paula Wagner, en lo que representaba su primer proyecto en el renacimiento de United Artists. Y también se rumoraba de que Meryl Streep tenía el guión en sus manos.
“De no haber sido por Tom, creo que la película no se hubiera hecho”, comenta Redford. “La idea de Tom interpretando a un Senador me parecía tan diferente e intrigante; realmente capturó mi interés. Después le llamé a Meryl y le dije, ‘Me interesa hacer esto, ¿y tú?’ y me dijo, ‘Si tú lo haces, yo lo hago’, y así fue como se armó todo tan rápido”.
De hecho, cuando Streep leyó el guión todavía no venía en él la aprobación de Redford. Más bien, fue la simple importancia del tema lo que la atrapó y no la dejó ir. “Es una historia acerca de tomar las decisiones correctas, pero también es una película de cuán fácil es no tomar decisión alguna”, comenta la actriz. “Es una película que dice que no importa lo que pienses o sientas si no haces nada al respecto, si no das la cara y lo arriesgas todo”.
Para Tom Cruise, LEONES POR CORDEROS era exactamente el tipo de historia arriesgada e impredecible que él y Paula Wagner estaban esperando para sentar las bases del nuevo United Artists; compañía que se fundó originalmente en 1919 para darle a los artistas principales de Hollywood el control creativo de su trabajo.
Cruise indica: “Me pareció un guión muy poderoso, una historia muy intensa. Es una gran película para dar inicio al nuevo United Artists, especialmente con Robert Redford, un auténtico director estadounidense de vanguardia que ha ayudado a cambiar y definir en gran medida el cine contemporáneo gracias a la defensa que ha hecho del cine independiente. También es un narrador sobresaliente y siempre había soñado trabajar con él”.
Asimismo, Cruise sintió firmemente que la historia era una que tenía el potencial para estimular e inspirar, más que solamente emocionar, como sucede con muchos thrillers o dramas de acción que abordan eventos actuales. “Nunca pensé que esta película fuera una de guerra”, explica. “Sí creo que es una que promoverá a toda costa el diálogo y una que cambiara algunas ideas del público, sin importar cuál sea su punto de vista. Es acerca de temas perdurables que son los cimientos de nuestra nación —la libertad de expresión y la libertad de ideas—, pero invita a las audiencias a que interpreten los eventos que presencian. Incluso durante la producción, todos, desde Bob hasta el reparto y el equipo de producción se sintieron constantemente obligados a tener conversaciones complejas acerca de estos temas. Así que la veo como una película tremendamente entretenida que también es emocionante porque promueve la participación”.


No Ignorarlo:
La Inspiración de Matthew Carnahan para LEONES POR CORDEROS

El origen de la inspiración para LEONES POR CORDEROS se presentó con el titileo inconsciente de un control remoto. Mientras una noche veía tranquilamente la televisión, el joven guionista Matthew Carnahan le cambió de un perturbador reportaje acerca de Irak a un canal de deportes…después se preguntó por qué. ¿Por qué, en una época en la que tanta gente expresa su preocupación con respecto a la dirección que está tomando nuestro país, nos sentimos tentados a ignorarlo? ¿Por qué no estamos viendo y hablando de estas cosas directamente, apasionadamente, con todo el fervor y emoción que evocan las ideas de libertad, la esperanza para el futuro y el sacrificio idealista?
“Es como si me hubiera pegado una tonelada de ladrillos; aquí yo estaba sin prestarle atención a lo que está sucediendo en el mundo que me rodea, sin prestarle atención a mis compatriotas que están dando sus vidas, y de cuán aislados estamos la mayoría de nosotros, detrás de las apariencias placenteras de nuestra vida diaria, con respecto a lo que está sucediendo realmente. Así que me senté y comencé a escribir acerca de esta idea del compromiso personal —qué es, de dónde viene, qué puede generar”, explica Carnahan.
Al principio, Carnahan pensó que estaba escribiendo una obra de teatro, pero después se dio cuenta que la historia podía y quizás debía ser una película —una que pudiera romper el tabú actual contra la conversación sustantiva, en esta época en el que las películas han abandonado el diálogo en aras de aturdir con pura acción. Quería nadar contracorriente y tenía la intuición de que muchos otros jóvenes estaban ansiosos por hacer lo mismo.
“Estos son temas de peso y realmente no les puedes hacer justicia sin hablar a detalle de ellos”, refleja Carnahan. “Asimismo, para contar esta historia, me pareció importante yuxtaponer realmente estas oficinas limpias y seguras, donde la gente no hace mas que tener conversaciones —conversaciones importantes, pero conversaciones a final de cuentas— con este desierto en Afganistán, donde vidas reales están en peligro”.
Carnahan dividió en cuatro áreas principales el análisis que hizo de la manera en cómo personas distintas enfrentan nuestros tiempos difíciles —los políticos, los medios, el ejército de voluntarios y la juventud privilegiada y muy bien educada. Como resultado, nacieron los personajes de la película: dos jóvenes soldados leales que han dejado atrás la pobreza y están determinados a servir al país que lo hizo posible; un político ambicioso quien va tras sus creencias verdaderas con fervor y con misiones secretas; una influyente reportera cada vez más insegura de su papel en un mundo donde los mismos reporteros han pasado a formar parte de los esquemas políticos; un profesor desgastado pero idealista, cuya última gran esperanza para el mundo es dejar un impacto perdurable en sus estudiantes; y un joven universitario sobresaliente y arrogante que nunca en su vida ha tomado partido —pero que quizás y tenga mucho potencial para hacer una gran diferencia.
Después, Carnahan representó sólo un día significante en sus vidas, en el que todos se ven inextricablemente vinculados con el destino de los demás. “Realmente quería que el público sintiera que los eventos de LEONES POR CORDEROS podrían estar pasando en este mismo momento”, explica, “porque en un día cualquiera, mientras la gran mayoría de la gente está platicando con sus co-trabajadores, todas estas cosas se están llevando a cabo en diferentes partes de nuestro país y del mundo”.
Cuando Carnahan, quien también escribió el thriller de acción “The Kingdom”, a ser estrenado este otoño, terminó su guión, le dijo de broma a la productora Tracy Falco que quizás debería mandárselo a Robert Redford. No lo podía creer cuando la broma rápidamente se tornó en algo serio —y después se convirtió en realidad. “Una vez que mencionaron su nombre, sembraron la semilla en nuestra cabeza y comenzamos a pensar que quizás y no era tan descabellado”, recuerda Carnahan. “Hablé con Bob por primera vez en septiembre y unos cuantos meses después ya estábamos en producción. Es simplemente asombroso la cantidad de energía y entusiasmo que le aportó a esto”.
Falco, quien había conocido a Carnahan cuando le pidieron que hiciera la adaptación cinematográfica de la serie de la BBC “State of Play” a ser dirigida por Kevin MacDonald, le había pedido a Matthew que le enviara cualquier cosa en la que estuviera trabajando. Carnahan le envió LEONES POR CORDEROS, incierto de cuál iba a ser su reacción.
Para Falco, era intenso e inmediato. “Me dio la impresión de ser como ningún otro guión que haya leído”, comenta. “Aborda eventos que están sucediendo conforme hablamos, pero también aborda cuestiones más vastas que están en juego en nuestras vidas. Sentí que nunca antes se había hecho algo similar, que aportara este tipo de propuesta íntima y personal con respecto a eventos y política actuales”.
Falco continúa: “Mucho más que de política, es una película acerca de la apatía, acerca de las diversiones, acerca de todas las razones por las cuales no prestamos atención a lo que realmente está sucediendo en la actualidad. Creo que eso, a final de cuentas, es lo que atrajo al proyecto a gente como Tom Cruise, Meryl Streep y Robert Redford. También es interesante que todos los personajes en la película están intentando inspirar a otro personaje. El Senador Irving intenta inspirar a Janine a que escriba la historia correcta porque cree que los Estados Unidos necesita una victoria. Ernest y Arian inspiran a otros porque salieron de una zona pobre de Los Ángeles y ascendieron a un lugar al que muchos nunca pensaron que podrían llegar. El Dr. Malley intenta inspirar a Todd a que elija un mejor camino, para que éste pueda inspirar a futuras generaciones con sus propias acciones y vida. Así que toda la película me pareció acerca de la inspiración —acerca de tomar una decisión de hacer algo y no solamente estar sentado a esperar que otros mejoren el mundo”.
Pero Falco también entendió que la producción tenía que trabajar a marchas forzadas —y ya— para poder fomentar los tópicos del momento a los que la película hace frente. “Estábamos conscientes de que teníamos que hacer la película de inmediato para estar a la par de los eventos actuales”, explica. “Por esta razón, nunca creímos que pudiéramos conseguir a Robert Redford, pero entonces Matt y yo nos reunimos con él en Chicago y resultó ser una gran junta —pasamos un tiempo maravilloso hablando de política, arte y de la vida, y, repentinamente, dijo que sí. En ese momento, nos estábamos dando de patadas para ver si esto no era un sueño”.
No lo era, y las estrellas continuaron alineándose para la producción una vez que un reparto verdaderamente estelar pronto se congregó alrededor del proyecto.











La Reportera y el Senador:
Meryl Streep y Tom Cruise Ponen a Prueba su Ingenio en Washington D.C.

El reparto de LEONES POR CORDEROS lo encabezan dos de las estrellas de cine más populares y elogiadas de nuestra época: Meryl Streep y Tom Cruise, quienes nunca antes habían actuado juntos en pantalla. Al personificar a la reportera televisiva Janine Roth y al Senador de los EEUU Jasper Irving, en medio de una junta breve pero con todo el potencial para cambiar el mundo, cada uno tiene la oportunidad de poner en un primer plano a dos seres humanos evidentemente reales enfrascados en una de las más intensas y serias batallas de nuestra época: la libertad de los medios contra el poder político.
Janine Roth, interpretada por Streep, llega a la oficina del Senador Irving sin saber bien a bien qué quiere. Años atrás, un artículo que escribió ayudó a que el ambicioso y joven político fuera considerado como el salvador de su partido, y desde entonces ha estado agradecido. Ahora, él espera obtener su apoyo para una historia que posiblemente tendrá un impacto mucho mayor —tanto en la “Guerra contra el Terrorismo” como en sus propias aspiraciones por convertirse en presidente. El único problema es que en esta ocasión, Roth, quien ha visto cómo los medios pueden inmiscuirse en los esquemas políticos, no es convencida tan fácilmente.
Ganadora en dos ocasiones del Premio de la Academia® y nominada casi de manera perenne, Streep ha tenido la oportunidad de trabajar con muchos de los mejores escritores y directores de la actualidad —no obstante, fue el guión del relativamente neófito Matthew Carnahan lo primero que le llamó la atención de LEONES POR CORDEROS, mucho antes de que supiera que Robert Redford estaba involucrado. “Creo que Matthew tiene un gran oído para los diálogos inteligentes y agresivos. Es, hasta cierto punto, como David Mamet, pero no lo es. Es diferente, es en gran medida su propia voz y es bastante inusual encontrar eso”, indica. “El guión me pareció una gran obra, que tenía tanto inmediatez como poder. Es una mirada intensa a cuestiones importantes, pero tiene el impacto emocional de ser acerca de gente por la que te preocupas”.
Streep continúa: “Estaba muy interesada en la manera en como aborda el compromiso, la participación y la responsabilidad personal —la idea de yo que soy el guardián de mi hermano. También le inquieta la pregunta de cuál es la responsabilidad de tomar partido como ciudadanos de una democracia que somos, y lo difícil que es hacer eso realmente”.
En especial, el dilema moral de Janine Roth fue algo que la cautivó: colaborar o no con un político que la quiere utilizar para “vender” de manera cuidadosa su historia acerca de una operación militar mortal. Streep entendió de inmediato todo lo que pasa en el proceso mental de Roth bajo circunstancias muy excitantes pero peligrosas. “Es una mujer célebre de cincuenta y tantos años con deberes familiares, y sabe que no la contratarían fácilmente si la despidieran”, explica Streep. “Así que hay muchas cosas que pueden influir en su contra si dice lo que realmente piensa”.
También claras para Streep, como también lo están para Janine Roth, son las consecuencias de una prensa indispuesta a arriesgarlo todo para buscar la verdad en una sociedad democrática. “Dependemos de la libertad de prensa para que nos dé la información correcta, y así tomar decisiones muy emocionales”, señala.
Streep, quien se considera una “adicta a las noticias”, indica que siempre ha estado fascinada por las vidas de la mujeres reporteras. “Christian Amanpour es mi héroe”, repara. “Realmente admiro a la gente que sale a la línea de frente y nos trae la historia —quienes no se dejan llevar por sus emociones hacia un lado o hacia el otro. Pero lo que tal mujer no te quiere decir es lo más difícil de descubrir —y eso es lo que la hace un tipo de personaje muy intrigante de interpretar”.
Streep complementó su actuación con matices que revelan el caos debajo de la apariencia apaciguada de Roth. En especial, disfrutó involucrarse de lleno en la batalla de ingenios con el astuto Senador, interpretado por Tom Cruise. “Quería aportarle al personaje un tipo de inteligencia dialéctica —donde nunca estás seguro realmente si ella o el senador están a la cabeza”, comenta Streep. “Janine está haciendo algo ladino donde lo ideal sería que ella tome la delantera, pero sin querer que eso parezca. Para ella, todo es acerca de cómo obtener las respuestas ocultas sin antagonizar a la persona que las tiene”.
Una vez que llegó al set, Streep se inspiró todavía más al apoyarse en la actuación de Tom Cruise —en la que una agudizaba e intensificaba a la otra. “Me recordó a una amalgama entre Rick Santorum y John Edwards ”, indica. “Tom le aportó a su personaje un fuerte sentido de alguien que tiene una oportunidad genuina de convertirse en el futuro de su partido. Nuestras escenas fueron como un duelo, con amagos y estocadas, y dos argumentos bien razonados que se enfrentan entre sí. El trabajo de Janine es ocultar lo que siente para poder obtener la historia, y el trabajo del Senador es subsumir quién es en realidad para poder exponer la manera en como le gustaría ser conocido —así que es muy interesante ver cómo eso se desarrolla”.
La última vez que Streep trabajó con Robert Redford fue como su co-estrella en la aclamada película “Out of Africa”, aunque desde entonces los dos desarrollaron una amistad, alimentada por su mutua pasión por el ambiente. En esta ocasión, trabajar con Redford como director fue una revelación. “En aquel entonces, era como este tipo de estrella inmensa y yo estaba, no sé, como que asombrada de él”, admite. “Pero ahora nos veo a los dos como veteranos. Como director, fue muy inteligente y estaba tan instruido con respecto a los temas que recaí completamente en él. Esto no se parece a nada que él haya abordado antes, pero siempre tiene un cierto tipo de integridad con el material que toca. Yo estaba asombrada al ver cómo hizo que esto se sintiera como una historia y no como tres, y con la manera en como le imprimió tanta intensidad y profundidad”.
Redford estaba fascinado en trabajar como director con su buena amiga —y dice que su único remordimiento con Streep fue no haber compartido ninguna escena con ella. “Hubiera sido agradable trabajar con ella como actor en esta película porque realmente lo disfruto, pero ésta era una relación diferente”, comenta el director. “La buena noticia fue que, al dirigirla, ya había mucha confianza forjada a partir de lo que antes habíamos experimentado entre nosotros como artistas”.
Continúa: “Trabajé con ella a manera de colaboración porque es muy inteligente, y la invité a que contribuyera en lo que quisiera en cuanto a improvisación, así que fue un absoluto placer”.
La contraparte de Streep es interpretada por Tom Cruise, como el ferozmente motivado y profundamente ideológico Senador Irving. Desde el inicio, Redford estaba emocionado con la idea de Cruise para el papel, precisamente porque sabía que el personaje no iba a ser totalmente blanco o negro, sino que iba a estar en algún lugar en medio de ese fascinante limbo. Cruise también le aportó una mezcla de cualidades innatas —inteligencia, carisma, persuasión, sin dejar de mencionar una sonrisa de un millón de dólares—, con las que Redford hubiera colocado fácilmente a un candidato en la vía rápida hacia el poder político.
“Hubiera sido muy fácil hacer del Senador el típico villano, pero eso hubiera sido un desastre. Tiene una perspectiva legítima y eso tenía que establecerse de una manera genuina”, indica Redford. “Lo que me pareció tan interesante de Tom es que tiene una intensidad y una energía tan poderosa que magnifican la idea de un hombre que cree realmente lo que está haciendo —pero también la de un hombre que guarda sus propios intereses”.
Aunque es conocido como una de las estrellas taquilleras más grandes que hay en la actualidad, Cruise también ha forjado una reputación por aceptar papeles inesperados y desafiantes. Ha sido nominado en tres ocasiones al Premio de la Academia por actuaciones sumamente diversas: como un veterano de Vietnam paralizado en “Born on the 4th of July”, de Oliver Stone, como un agente deportivo en medio de una crisis moral en “Jerry Maguire”, de Cameron Crowe, y como el gurú Frank Mackey en “Magnolia”, de Paul Thomas Anderson. Aún así, el papel del Senador Jasper Irving llevó a Cruise a lugares a los que nunca antes había estado.
En el papel de Irving, interpretaría a un hombre realmente incitado por convicciones personales acérrimas para arriesgar vidas norteamericanas. “Como actor, fue muy retador para mí, y no se parece a nada que haya interpretado antes”, explica Cruise. “Jasper Irving es alguien que conoce a fondo el gobierno y el ejército, y es alguien que realmente cree que ésta es la mejor manera de ayudar. No lo podía interpretar simplemente como un personaje. Más bien, sentí que tenía que convertirme en este tipo para entender lo que sabe; analizarlo de adentro hacia afuera. Era un papel en el que realmente tenía que investigar y estudiar”.
Para profundizar todavía más en los fervientes argumentos a favor de intensificar la agresión militar, Cruise se sumergió en un periodo intensivo de lectura y aprendizaje. “Pasé mucho tiempo repasando el gobierno contemporáneo, la historia del pensamiento conservador y los asuntos exteriores actuales”, indica. “Me tenía que convertir en Irving al ahondar en lo que él sabe. También tuve la suficiente suerte de platicar con algunas personas en niveles muy altos, que fueron muy sinceros conmigo en compartir su punto de vista”.
También tuvo que encontrar la manera más dinámica de interactuar con el personaje de la reportera, interpretado por Meryl Streep —generar un vaivén sumamente entretenido que se lleva a cabo en solamente unos cuantos metros cuadrados de oficina. “Estaba ansioso por interpretar estas escenas con ella, llevar a cabo este maravilloso juego de ingenios e intelectos”, admite Cruise. “Ya todo se ha dicho acerca de Meryl que probablemente se pueda decir de un artista —y creo que todo es verdadero. Es una mujer tremendamente poderosa y una actriz increíblemente generosa. Fue un verdadero sueño haber trabajado con ella”.
Para Cruise, la clave de sus escenas con Meryl fue hacer que el público sintiera la tensión vibrante que había entre ellos. “Creo que la dinámica entre el Senador y el personaje de Meryl es muy emocionante, porque estás yendo de un lado al otro entre diferentes ideas en conflicto. Este diatriba intelectual fue muy retadora y, como actor, fue muy divertido interpretarlo”, comenta.
De paso, a Cruise también le pareció preciso el estilo como director de Robert Redford. “Su trabajo siempre está basado en los personajes, pero también hay una atención genuina hacia la historia y a la estructura para que lo que veas no solamente tenga veracidad, sino también drama y tensión”, señala Cruise. “Me sentí tremendamente honrado en haber trabajado con él”.


El Profesor y el Estudiante:
Robert Redford y Andrew Garfield Tienen una Conversación Estimulante en Berkeley

Mientras que Janine Roth y el Senador Irving están enfrascados en una intensa y hábil discusión en Washington, en la costa opuesta un diferente tipo de duelo se está llevando a cabo en la oficina de un profesor universitario. Aquí, en escenas que son la esencia de LEONES POR CORDEROS, el Dr. Malley, profesor de historia, se enfrenta a un estudiante al que considera que tiene lo necesario para hacer la diferencia —si tan sólo el muchacho pudiera encontrar una razón en su interior para verdaderamente tomar una postura.
Desde el primer minuto que leyó el guión de LEONES POR CORDEROS, Redford se vio interpretando el papel del Dr. Malley, en parte, porque siempre ha estado fascinado por los profesores y la educación, y, en parte, para darle a las nuevas generaciones una oportunidad de ser escuchados —un aspecto de la propia personalidad de Redford que lo llevó a fundar el Festival de Cine de Sundance.
También vio a Malley quizás como parte de una clase que trágicamente está en extinción, un disidente solitario que lo conmovió. “Ya está por llegar a su límite”, comenta Redford. “Es un profesor que cree que la educación es una herramienta muy importante para la fuerza y el crecimiento democráticos, pero también ve cómo se está evaporando todo ese compromiso de vida por el que tanto ha luchado. Este estudiante, Todd, se vuelve simbólico en ese sentido. Aquí tienes a un alumno, con un enorme potencial, que parece estar desperdiciando esa capacidad a favor de una vida fácil —y para Malley es casi un esfuerzo desesperado poner a este muchacho contra la pared para que se enfrente a esa decisión”.
La conversación de Malley con Todd se sumerge de lleno en la esencia de uno de los temas más vitales y reflexivos de la película. “El Dr. Malley ha visto a lo largo de los años a jóvenes encaminados hacia la apatía y el cinismo —muchachos que se preguntan ‘¿por qué debería de involucrarme? ¿por qué no debería optar por una vida buena y fácil?’. Existe la sensación de que es ridículo involucrarse con un sistema que está tan dañado. Y Malley ve en Todd a alguien ciertamente capacitado para tener una buena vida, si eso es lo que quiere hacer —pero también es alguien que podría imponerse e intentar hacer algo más riesgoso”.
Para interpretar a Todd, el despreocupado pero talentoso estudiante universitario que al principio intenta evadir al Dr. Malley, y después comienza a sincerarse con él, Redford le dio el papel a un excitante actor neófito: Andrew Garfield, actor de teatro inglés de padre estadounidense, que también protagoniza “The Other Boleyn Girl”, a estrenarse este otoño. “Es muy nuevo pero es muy talentoso”, comenta Tracy Falco. “Para el papel, conocimos prácticamente a todo actor joven de entre 18 y 30 años, y todos sentimos que sin duda alguna encontramos al mejor hombre para el trabajo”.
Redford reconoce que la oportunidad para que Garfield se quedará con el papel era remota, y más porque era de Inglaterra y nunca antes había tenido una experiencia colegial norteamericana. “No era estadounidense, así que las probabilidades estaban en su contra, pero era tan inteligente e ingenioso que realmente me pareció el tipo de persona adecuada con el que mi personaje se podía enfrascar en un duelo”, explica el director. “Fue un verdadero descubrimiento y, a nivel personal, muy divertido trabajar con él”.
A pesar de sus antecedentes, Garfield entendió completa e inmediatamente a su personaje. “Todd es básicamente súper inteligente y súper haragán”, señala el joven actor. “Es elocuente, juicioso y tiene mucho potencial, pero le gusta la buena vida —las mujeres y las fraternidades, vaya, sólo divertirse. Es algo que muchos chicos de su edad están haciendo porque a pesar de que actualmente el mundo un lugar bastante desordenado, creo que es muy difícil ir en contra de ello”.
El hecho de entender a Todd no necesariamente lo hacía un papel fácil de interpretar. “En realidad, me pareció complejo”, admite Garfield, “ponerme detrás de ese tipo de apatía. Tenía que ir completamente en contra de mis instintos”.
Pero Garfield estaba muy emocionado con el intenso ir y venir del diálogo, que se presenta cuando Todd es enfrentado por el Dr. Malley —y se desarrolla una extraordinaria conversación acerca de lo que realmente vale en la vida. “El Dr. Malley realmente sacude y cimbra a Todd”, señala. “Se le presenta un gran reto porque este hombre se está introduciendo en su alma y diciendo, ‘mira, no estás haciendo nada con los dones que te han dado’, por lo que se ve obligado a mirarse a sí mismo de una manera mucho más profunda, como nunca antes lo había hecho. Creo que la puerta que Todd quería que permaneciera cerrada se abre ante él, y sabe que en cuanto esto suceda, se verá obligado a adoptar una postura”.
Al aceptar el papel, el mismo Garfield tenía que enfrentarse en su primer rol cinematográfico de envergadura a la desafiante propuesta tanto de actuar con Robert Redford como dejarse dirigir por él. “Al principio, ésa era una espada de doble filo”, confiesa el actor. “Por un lado, ¡era la cosa más emocionante y por el otro era la cosa más aterradora! Me tomó entre tres y cuatro horas creerlo por completo. Parecía ser una fantasía. Pero, tan pronto y lo conocí, de inmediato se convirtió en un ser humano. Para ser esta sorprendente leyenda de la pantalla, no es nada presuntuoso. Es como trabajar con un actor fantástico pero sin ningún ego impuesto. Es sumamente festivo cuando actúa, y cuando dirige es extremadamente tranquilo, callado y generoso”.
La difícil misión de ambos hombres fue sostener lo que es esencialmente una prolongada discusión, espetada con la tensión intensa de una disputa y la emoción de pasar la antorcha de una generación a otra —y que se viera en pantalla con dinamismo y espíritu. “Platicamos mucho con respecto a las maneras en la que podíamos mantenerla fluida y en movimiento”, explica Garfield. “Las escenas son definitivamente retadoras porque son, de manera innata, muy estáticas y también son muy serias y tensas —así que siempre estábamos intentando imprimirle toda la agilidad y energía que podíamos”.
Finalmente, Garfield piensa que lo que sucede en ese breve periodo de tiempo en la oficina del Dr. Malley resonará a lo largo de toda la vida de Todd, en formas que nunca antes pudo haber imaginado. “Lo que está haciendo Malley realmente es plantar las semillas”, resume Garfield. “Está diciendo mantente atento, sigue leyendo el periódico, sigue enojándote y no dejes de pertenecer al mundo. No le está dando respuesta alguna a Todd, simplemente está diciendo ‘no olvides que tienes todo este potencial que puedes usar a tu manera’”.


Dos Soldados en una Cresta:
Derek Luke y Michael Peña Luchan por sus Vidas en Afganistán

Los múltiples aspectos de LEONES POR CORDEROS se entrelazan en un clímax conmovedor, cuando dos soldados leales y mejores amigos luchan por sobrevivir en una remota montaña, lejos de las conversaciones más estimulantes de la película. Aquí, Arian y Ernest, dos notables ex alumnos del Dr. Malley, han sido enviados a una misión secreta en un esfuerzo por cambiar el curso de la guerra en Asia Central —y están preparados para sacrificar todo por su país y por sí mismos. Sus actos y heroísmo revelan el inexorable lado humano de los debates que ocupan aquellos en puestos más poderosos.
Al buscar a los actores para los papeles de Arian y Ernest, Robert Redford esperaba encontrar intérpretes que pudieran entender de inmediato cuáles son los orígenes de estos muchachos y cuán duro han trabajado para hacer que sus sueños se hagan realidad. “Tenías que sentir realmente que los dos provenían de vecindarios difíciles, de los que habían podido ascender a través de sus éxitos”, comenta el director. “Además de sus logros académicos y sofisticación, todavía debían tener algo de esa actitud desenfrenada del gueto”.
Como resultado, el realizador eligió a Derek Luke y Michael Peña, dos prometedoras estrellas juveniles de orígenes humildes, pero con considerables tablas en la actuación para conseguir representar una singular amistad en un momento de apuro fatal. “Para mí, la cosa más interesante acerca de Derek y Michael fue su profundidad emocional”, comenta Redford. “Ambos son individuos fuertes y también tienen una auténtica dignidad personal y un sentido de humanismo que me pareció importante”.
Derek Luke, que alcanzó la fama después de haber obtenido el papel que le da el nombre al título en “Antwone Fisher” y que representó su debut cinematográfico bajo la dirección de Denzel Washington, se ha convertido desde entonces en una gran presencia en pantalla, que lo llevó a participar más recientemente en el thriller político “Catch a Fire”, de Philip Noyce.
Cuando Luke leyó LEONES POR CORDEROS le intrigó de inmediato porque el personaje era uno con el que podía sentirse identificado a un nivel muy personal. “Para interpretar a Arian, fui capaz de recurrir a mis propias experiencias, ya que provengo de un lugar sin recursos donde pasé hambre, que me llevó a cambiar. Ya estaba familiarizado con ese sentimiento: cuando trabajas mucho por llegar a cierto lugar donde ya no hay diferencia entre tú y el sueño”, comenta.
También sintió que estaba leyendo algo verdaderamente único entre historias de Hollywood. “Me pareció realmente distinto”, comenta Luke. “Lo que me gustó es que tienes la oportunidad de ver la realidad desde un montón de perspectivas distintas —la de un político, una reportera, un estudiante, dos soldados— y cada una desempeña un papel diferente en la idea de defender la libertad”.
En particular, Luke estaba obligado a entender de la mejor manera por qué Arian toma esas decisiones difíciles en la vida. “Quería descifrar por qué un joven de origen humilde y que trabaja tan duro para ir a una gran escuela, después toma la decisión de ir a luchar a la guerra”, explica. “Creo que Arian se percata que en esta prestigiosa escuela muchos de los chicos tienen grandes oportunidades, pero que básicamente no las están aprovechando. A final de cuentas, llegué a creer que Arian vio un propósito más grande y después actuó acorde”.
Luke también siente que el Profesor Malley tuvo un profundo efecto en Arian, incluso si fue uno que Malley no hubiese esperado realmente. “Creo que las palabras son motores y tienen mucho peso, y en algunas ocasiones cuando a alguien le dices las palabras correctas, éstas hacen que esa persona reaccione”, comenta. “Y creo que eso fue lo que el Dr. Malley hizo con Arian. Le comunicó esta idea de que él realmente tenía una responsabilidad de intentar ayudar al mundo, y Arian lo interpretó a su manera”.
Luke continúa: “Eso fue lo que inspiró a Arian y también lo que me inspiró a mí a tomar el papel —el reto importante que el Dr. Malley le comunica a esta generación para que no se conforme, no se duerma, sino que realmente sea consciente y contribuya”.
Además de su preparación mental, Luke se sometió a un entrenamiento de armas y combate, y tuvo que alcanzar una condición física óptima, de un soldado elite, para poder cargar los 20 kilos de equipo militar que Arian porta en la montañas de Afganistán. La experiencia fue reveladora. “Después de entrenar un par de días con los comandos, fue como si el mundo exterior ya no existiera más”, recuerda Luke. “Solamente existía la hermandad —un hermano a mi derecha y otro hermano a mi izquierda. Realmente tuve esa sensación de honor, compromiso y sacrificio de lo que ser un soldado significa”. El entrenamiento también sirvió para compenetrarse más con Michael Peña, quien interpreta a su mejor amigo y camarada de armas. “Hubo mucha camaradería y muchas similitudes entre nosotros”, comenta Luke. “Ambos llegamos a la película con un deseo auténtico de ser creíbles y eso provocó que se generara un vínculo genuino que se ve reflejado en pantalla”.
Sin embargo, ningún entrenamiento pudo preparar a Luke para el reto de filmar días prolongados y emotivos mientras estaba enterrado bajo nieve real, helada, que le dejaba entumecidos los dedos de los pies. “Hicimos unas primeras pruebas con Poly-Nieve, pero cuando llegamos al set, decidieron que la nieve real se vería mejor”, recuerda Luke. “En realidad, tengo que decir que trabajar bajo esas condiciones, enterrado en nieve real con mis piernas acalambradas, verdaderamente me demostró de qué estaba hecho Arian en esta situación. Fue muy difícil, pero aprecié la clase de carácter que se necesita para enfrentar con dignidad este tipo de retos”.
Al igual que Derek Luke, la prometedora estrella Michael Peña proviene de un origen similar a aquel de su personaje, Ernest, después de haber crecido en un rudo vecindario de Chicago. Ha alcanzado un primer plano en los últimos dos años gracias a sus papeles en películas que van desde la ganadora del Oscar® “Crash” a la aclamada “Babel”, hasta “World Trade Center”, de Oliver Stone, y el éxito de acción “Shooter”.
Peña comenta: “Me gustó mucho el viaje de Ernest, además de que tengo muchas cosas en común con él. Provengo de un vecindario que no era el más ideal para crecer, y sé lo que se siente trabajar arduamente para poder hacer que las cosas sucedan. Sé lo que es tener un sueño que parece ser intangible y, no obstante, y al mismo tiempo, piensas que puede suceder. Me sentí identificado con estos tipos, sus orígenes, su viaje a la universidad y el que se hayan dado cuenta que realmente necesitaban hacer algo para ir a contrapelo e involucrarse en el proceso”.
A Peña también le impresionó la estructura intrincadamente entretejida del guión. “Me encantó cómo las historias se entremezclan y después alcanzan un fin común. Existe mucho balance y armonía en la narrativa, y me fascinó la manera en cómo necesitas tener una perspectiva para entender las demás. Creo que ‘Crash’ también lo hizo de una manera espléndida”.
Otro aspecto de la historia con el que Peña se sintió identificado fue la idea de que un mentor puede tener un impacto avasallador en un joven. “Una razón por la que quería hacer esta película es porque recuerdo a gente que realmente me inspiró cuando iba en la escuela, gente que, de hecho, creía en mí; mentores como el Dr. Malley”, comenta, “y quería rendirle un homenaje a eso”.
A Peña le atrajo el guión por sí mismo, pero cuando escuchó la lista de sus co-estrellas, se preguntó si debía pellizcarse para ver si no era un sueño. Recuerda: “Pregunté quién iba a dirigir y me dijeron que Robert Redford, y dije ‘perfecto’. Pregunté quién la iba a protagonizar y me dijeron que Robert Redford, y dije ‘perfecto’. Y me dijeron que también iban a actuar Meryl Streep y Tom Cruise —y entonces les dije que debían de estar bromeando. Fue impresionante”.
Tan atractivo como era el proyecto, Peña todavía tenía que encontrar la manera de asimilar y adentrarse en las razones emocionales y filosóficas implícitas detrás del voluntariado de Ernest, justo en un momento en el que una oportunidad finalmente estaba tocando a su puerta. “Creo que todo se reduce al hecho de que Ernest y Arian tuvieron un profundo sentimiento de lealtad hacia su país”, comenta. “Y realmente querían marcar una diferencia en el mundo. Creo que piensan, ‘si hay una guerra que tiene que pelearse, seamos nosotros los que tengamos que hacerlo —con orgullo. Seamos los mejores soldados que podamos ser’. Para ellos, fue más allá de querer ir a la guerra. Simplemente querían ayudar de la mejor manera en que les fuera posible”.
Para el papel, Peña se unió a Derek Luke en el intenso entrenamiento militar. Pero, al igual que con Luke, ninguna cantidad de ejercicio riguroso o habilidad con las armas pudieron prepararlo para las emociones y la agonía física de trabajar en la nieve. “Recuerdo haber estado sentado en un fango de nieve que me daba hasta el pecho y haberme dicho, ‘esto es por una buena razón, esto es para una buena película’”, recuerda.
No obstante, Peña también estaba profundamente conmovido por el valor y el destino de su personaje —y todas las preguntas difíciles que esto plantea. Resume: “Para mí, esa escena excelente es cuando recuerdas el diálogo que el Dr. Malley le dice a Todd —‘nunca dejes que tales leones sean liderados por tales ovejas’—, lo que hace que realmente te obsesiones y te pongas a meditar al respecto”.


Alrededor del Mundo en el Valle Simi:
Filmando LEONES POR CORDEROS

Si bien LEONES POR CORDEROS se lleva a cabo en ambas costas de los Estados Unidos y al otro lado del mundo, en Afganistán, para poder filmar rápidamente, toda la producción tuvo que pasar por un itinerario vertiginoso, al más puro estilo del cine independiente, que se llevó a cabo totalmente en el sur de California. Al trabajar con un sobresaliente equipo de producción artístico que incluyó al director de fotografía ganador del Premio de la Academia® Philippe Rousselot, al diseñador de producción Jan Roelfs y a la diseñadora de vestuario Mary Zophres, Redford fue capaz de transformar el Rocky Pick del Valle Simi en las montañas rocosas de la frontera de Afganistán.
En su previa colaboración con Redford, Rousselot ganó un Oscar® por el lirismo que le imprimió a su fotografía exterior en “A River Runs Through It”. Pero para LEONES POR CORDEROS, la labor fotográfica requeriría de un estilo diametralmente opuesto. “Esta película se centra menos en paisajes y mucho más en las actuaciones de los actores”, indica Rousselot. “Así que el reto fue, en parte, cómo hacer visualmente interesante a dos personas que están platicando en un escritorio, y, al mismo tiempo, mantener la fotografía completamente al servicio de los personajes”.
Rousselot y Redford comenzaron a conversar acerca del diseño visual de la película al ver imágenes que pudieran reflejar cada una de las principales virtudes de los personajes —el riguroso poder del Senador Irving, el idealismo marchito del Dr. Malley, el alarde y valentía juvenil de Arian y Ernest, la elección de Todd entre un estilo de vida complaciente y sacar la cara por algo. Rousselot también comenzó a desarrollar una paleta que entrelaza como un eslabón todas las historias para intensificar el clímax angustiante de la película. “A lo largo de la película, utilizamos mucho el color rojo, desde la oficina del Senador al helicóptero Chinook . Es un color intenso, y también el color de la sangre”, señala.
Si bien gran parte del filme se desarrolla en reuniones que se llevan a cabo en oficinas, donde el realismo es el punto central —en las expresiones faciales y en la energía de las ideas discordantes que están en el aire—, Rousselot optó por una apariencia distinta en las secuencias que se desarrollan en un cresta helada en Afganistán, bajo control enemigo, durante una noche iluminada por la luna. Para esto, Rousselot tuvo que ser creativo con su iluminación y recrear la sensación de una oscuridad inquietante, a gran escala, para permitirle al público ver a detalle el bregar de Arian y Ernest. “Estas fueron las escenas más interesantes desde un punto de vista visual”, comenta Rousselot, “pero también son acerca de una tragedia terrible”.
Redford y Rousselot trabajaron de manera estrecha con el diseñador de producción Jan Roelfs, quien Redford contrató después de haber visto lo que hizo en “World Trade Center”, de Oliver Stone. Roelfs llenó las oficinas del Dr. Malley y el Senador Irving con detalles sutiles que daban todavía más indicios de sus personajes e historias personales. También fue pieza clave para hacer que el Valle Simi se viera como Afganistán. “Hubo una tremenda cantidad de trabajo al momento de recrear una cresta en Afganistán, a mitad del invierno en California, pero realmente lo logramos”, comenta Redford. “En este proyecto, disfruté haber trabajado con mucha gente con la que nunca antes lo había hecho —especialmente porque lo que nos unió a todos fue el haber estado enamorados del tema de la película”.
Mientras tanto, la diseñadora de vestuario Mary Zophres tenía el retador mandato de “¡asegurarme que la ropa que iba a diseñar desapareciera!” Explica: “El vestuario en esta película es totalmente acerca de encarnar a los personajes y tenía que ser parte intrínseca de ellos y no sobresalir. Tom Cruise es emblemático del gobierno, así que porta lo que esperarías que porte un senador bien vestido de los Estados Unidos; un traje azul marino de tres piezas. Lo mismo con Meryl Streep. Es reportera, así que no usa nada que pueda llamar tu atención. En cuanto a Robert Redford, quería que su ropaje se viera profesional, muy bien puesto y muy orgánico”.
Para Arian y Ernest, Zophres investigó los uniformes actuales que usan tanto dentro como fuera del campo de batalla en Afganistán e Irak. Señala que haber vestido a Andrew Garfield, como Todd, fue una de sus transformaciones más grandes, sin que haya dejado de ser sutil. “Andrew es inglés y mucho más sofisticado en un tipo de estilo urbano inglés. Creo que nunca antes había usado sandalias, ¡así que le dimos un par para que pudiera practicar con ellas! La camiseta hawaiana que usa provino directamente del guión de Matthew Carnahan, y está basada en un playera similar utilizada por una fraternidad en la USC”.
La banda sonora de Mark Isham, quien ha trabajado con Redford en dos previas ocasiones, en “A River Runs Through It”, por la que obtuvo una nominación al Oscar®, y en “Quiz Show”, le añade los toques finales sutiles a la película. “Mark es un hombre que realmente vive su profesión”, comenta Redford. “Una de las características más atractivas de Mark es que sabe cómo hacer que las cosas se mantengan simples. Me gusta la música sutil, pero que apoye el drama y que esté ahí por una razón, y Mark lo logró de una manera espléndida”.
Para Redford, todos los elementos de LEONES POR CORDEROS —desde las actuaciones a la banda sonora, a las imágenes— fueron colocados cuidadosamente para fusionarse y dar pie a las conmovedoras escenas finales de la película, de tal manera que conmuevan al público. Asimismo, espera que tan pronto y deje las salas cinematográficas, la gente hable más acerca de lo que acaba de suceder y de cómo todo está vinculado.
“No me gustaría hablar mucho acerca del final de la película, sólo decir que mi intención durante el momento final es introducir un aspecto ligeramente más abstracto”, explica Redford. “En realidad, la intención es que sea una culminación de todas las cosas que se han estado desarrollando a lo largo de la última hora, hora y media, y que llegue el punto en el que tú sientas algo de manera intensa —de una manera u otra— acerca de lo que acabas de experimentar”.

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