"PEQUEÑA MISS SUNSHINE"

de Jonathan Dayton y
Valerie Faris

 


 


“Un auténtico fracasado no es aquel que no gana. Un auténtico fracasado es alguien que tiene tanto miedo a no ganar que ni siquiera lo intenta”.
--Abuelo
 

PEQUEÑA MISS SUNSHINE es una comedia familiar estadounidense que rompe con todos los moldes. Desvergonzadamente satírica, pero profundamente humana, la película le presenta al público una de las familias más dulcemente fracturadas en la historia reciente del cine: los Hoover, cuyo viaje a un concurso de belleza infantil trae consigo no sólo un caos hilarante sino la muerte, la evolución y una mirada conmovedora a las sorprendentes recompensas de ser fracasados en una cultura que está desquiciada por triunfar. Un éxito rotundo en el Festival de Cine de Sundance, donde se exhibió ante un público que la ovacionó de pie, la película toca una fibra en todo aquel que alguna vez ha quedado pasmado por la forma en como su atolondrada familia parece salir adelante, después de todo.
Entre los Hoover, no hay uno solo que esté enteramente bien, pero no es por dejar de intentarlo. Richard (GREG KINNEAR), el padre, un orador motivacional exasperadamente optimista, está intentando de manera desesperada vender su programa de 9 pasos para alcanzar el éxito —sin mucho éxito. Mientras tanto, Sheryl (TONI COLETTE), la madre “pro-honestidad”, es molestada constantemente por los secretos excéntricos de su familia, especialmente aquellos que conciernen a su hermano (STEVE CARELL), un académico de Proust, con tendencias suicidas, recién salido del hospital después de haber sido plantado por su amante homosexual. Después están los Hoover más jóvenes con sus sueños inasequibles —la cegatona, ligeramente obesa y posible reina de belleza de siete años de edad Olive (ABIGAIL BRESLIN) y Dwayne (PAUL DANO), un adolescente lleno de ira y lector de Nietzsche, que ha tomado un resoluto voto de silencio hasta que llegue a la Academia de la Fuerza Aérea. La familia la encabeza el abuelo (ALAN ARKIN), un blasfemo hedonista recientemente expulsado de su casa de retiro por inhalar heroína.
Podrán no ser el retrato de la perfecta salud mental, pero cuando un golpe de suerte provoca que Olive sea invitada a competir en el ferozmente competitivo certamen “Pequeña Miss Sunshine”, en California, toda la familia se une en su apoyo. Se apilan en su oxidada camioneta VW para dirigirse hacia el oeste, en un viaje tragicómico de tres días con sorpresas desenfrenadas, hasta llegar al gran debut de Olive —que cambiará a toda la inadaptada familia en formas que jamás pudieron haber imaginado.
PEQUEÑA MISS SUNSHINE presenta el debut como directores de los renombrados realizadores de videos musicales (y equipo de marido y mujer) Jonathan Dayton y Valerie Faris, quienes dirigen a partir de un guión de Michael Arndt. La película es producida por Big Beach y Bona Fide Productions, donde Marc Turtletaub, David T. Friendly y Peter Saraf, y Albert Berger y Ron Yerxa fungen como productores y Jeb Brody y Michael Beugg como productores ejecutivos. El equipo de producción incluye al director de fotografía Tim Suhrstedt, a la diseñadora de producción Kalina Ivanov, a la diseñadora de vestuario Nancy Steiner, a la editora Pamela Martin, al compositor Mychael Danna y a la prometedora banda DeVotchka.

El Camino hacia Redondo Beach: La Historia de PEQUEÑA MISS SUNSHINE
“No tiene caso entrar a un concurso si no piensas que vas a ganar. ¿Crees poder
ganar ‘Pequeña Miss Sunshine’?
--Richard

Cinco años en su realización y con todas las de perder, así como los Hoover, PEQUEÑA MISS SUNSHINE estuvo a punto de ser ignorada, pero finalmente prevaleció gracias a la pasión de sus productores, directores y estrellas. El proyecto dio inicio cuando el guión del prometedor escritor Michael Arndt llegó a las manos de los socios productores Albert Berger y Ron Yerxa. Berger recuerda, “Michael nos envió el guión porque había trabajado en nuestra película ELECTION. Lo leí y me volví loco. PEQUEÑA MISS SUNSHINE era una propuesta más fresca y sombría en las películas de viajes familiares por carretera, que contaba con mucha honestidad con respecto a cómo las familias interactúan entre ellas”. Yerxa añade, “Cada personaje en esta historia sufre una gran transformación —incluso la camioneta VW de la familia”.
Berger y Yerxa le llevaron el guión a los socios productores Marc Turtletaub y David T. Friendly, de Deep River Productions, —y quedaron desarmados de manera instantánea por la inusual pero distintiva familia norteamericana que era la esencia de la comedia. “Terminé de leer a la 1 de la mañana, lo puse en mi mesa de noche y me dije, ‘tenemos que hacer esto”, comenta Turtletaub. Friendly añade: “Mi instinto me dijo que tenía que hacer este guión. Es muy raro encontrar una película como ésta que realmente te haga reír y después dé un giro de 180º y te haga llorar”.
En el 2004, Marc Turtletaub fundó Big Beach Productions con su socio Peter Saraf para poder producir y financiar películas independientes. Marc le mostró a Peter el guión de PEQUEÑA MISS SUNSHINE y ambos estaban entusiasmados en hacer la película bajo los auspicios de Big Beach. Saraf indica, “Lo que realmente nos llamó la atención fue que había algo en cada uno de estos personajes con lo que la audiencia se podía identificar”. Una vez que los otros productores estuvieron de acuerdo, Big Beach comenzó la producción a principios de 2005.
Al buscar un director que tuviera un punto de vista tan distintivo como la agudeza cómica del guión, Berger y Yerxa sugirieron al atípico equipo de marido y mujer de Jonathan Dayton y Valerie Faris. Conocidos en el medio por ser premiados directores de videos musicales y comerciales, Dayton y Faris habían estado buscando durante años enamorarse de un proyecto cinematográfico…con poca suerte. Pero tan pronto y leyeron el guión de PEQUEÑA MISS SUNSHINE, supieron que éste era el bueno. De inmediato comenzaron a verter ideas de cómo capturar las desenfrenadas vicisitudes emocionales del viaje por carretera de la familia en formas nunca antes vistas, lo que impresionó aún más a los productores.
“Había 14 directores que consideramos para este proyecto, pero, desde el inicio, Jonathan y Valerie tenían una propuesta tan apasionada de la película que inmediatamente se ganaron nuestra confianza”, comenta Turtletaub, “y realmente estuvieron junto a nosotros a lo largo de todo el proceso”.
Albert Berger señala: “Ya teníamos mucho tiempo queriendo trabajar con Jon y Val. Siempre tuvimos un buen presentimiento sobre ellos porque sus videos tienen tanto elegancia visual como humanismo. Son vanguardistas pero también tienen sabiduría y un lado sincero —y finalmente, creo que no pudieron haber sido más adecuados para el proyecto”.
Dayton y Faris, mejor conocidos como íconos en la vanguardia de la cultura, no esperaban necesariamente hacer su debut con una comedia familiar —pero, luego, tampoco esperaban toparse con la todo menos típica familia Hoover.
Jonathan Dayton indica, “Mucha gente nos había abordado con proyectos estilísticos, pero nos gustó que PEQUEÑA MISS SUNSHINE se sentía muy distante a ese mundo. Desde luego que queríamos hacer algo con estilo, pero nos encantaron estos personajes y ese fue el punto más importante. Queríamos que la experiencia se originara a partir de lo que más nos gusta en las películas, una que exalte las excentricidades humanas”.
Valerie Faris añade: “Nos identificamos inmediatamente con la historia. Siempre habíamos querido hacer una película que contara con muchos tonos; que tuviera una vida emocional intensa, además de mucho humor. Sentimos que PEQUEÑA MISS SUNSHINE era una historia que se mueve en gran medida de la misma manera en como se mueve la vida, que va del drama a la farsa, a la reflexión y nuevamente de regreso a la farsa”.
Pero a pesar de todo el fervor grupal por la historia, el proyecto seguía topándose con pared, especialmente porque nadie quería arriesgarse en una película familiar con un ingenio tan sobriamente matizado y sardónico —hasta que Marc Turtletaub dio un paso adelante para ayudar a financiar la película de su propio bolsillo.
“Si dejamos a un lado las cosas que nos encantaron de ella —su lenguaje vulgar, el comportamiento extravagante— hubiera sido una comedia familiar perfecta”, dice entre risas Faris. “Pero queríamos hacer una película que no se tratara de valores familiares, sino acerca del valor de la familia”.


Forjando una Familia Inadaptada: El Reparto de PEQUEÑA MISS SUNSHINE
“¡No quiero ser tu familia! ¡Los odio a todos! ¡Los odio! ¡Divorcio! ¡Bancarrota! ¡Suicidio! ¡Son unos fracasados!”
--Dwayne

Desde el inicio, la clave de PEQUEÑA MISS SUNSHINE recaía claramente en encontrar a un reparto que pudiera hacer divertido a los Hoover y a toda su disfunción, pero al mismo tiempo hacerlos devastadoramente reales. Dayton y Faris sabían que podía ser un reto intimidante para directores primerizos. “Necesitábamos encontrar no sólo a seis actores excepcionalmente intensos, sino también a seis actores que pudieran compartir la pantalla y convertirse realmente en una familia muy unida a pesar de ellos mismos”, comenta Dayton. “Requeríamos del tipo de actores que son tanto honestos como divertidos”.
Con el guión en mano, los realizadores se dieron a la tarea de tocar a la puerta de su reparto de “ensueño” —y encontramos de manera instantánea respuestas positivas. “Para cada uno de los papeles conseguimos a los actores que siempre fueron nuestra primera opción”, indica el productor Peter Saraf.
El casting dio inicio con el patriarca de la familia Hoover: Richard, que se encuentra en la irónica posición de ser un orador motivacional fracasado que ni siquiera puede motivar a alguien para que lo contrate. Sin embargo, a Richard nunca le falta un aforismo agresivo con aires de sicología pop para cada situación, a pesar de la constante mortificación de su familia. Para darle vida a la inusual mezcla de optimismo superficial y angustia implícita de Richard, no parecía existir una mejor persona que el actor nominado al Premio de la Academia® Greg Kinnear, que comenzó su carrera como comediante pero ha evolucionado hasta convertirse en uno de los talentos más diversos de Hollywood, con papeles que van de AS GOOD AS IT GETS hasta WE WERE SOLDIERS, a la reciente MATADOR. “Greg es excepcionalmente capaz en aportar una auténtica simpatía a incluso los personajes más desagradables”, explica Saraf, “así que era perfecto para Richard”.
David Friendly añade: “Desde hace mucho tiempo soy amigo de Greg, así que sabía que contaba con ese lado hilarantemente cáustico que podía aportarle a este personaje de una manera en la que ningún otro actor hubiera podido”.
Kinnear quedó enganchado con el guión. “Creo que todo mundo en este película se sintió atraído al guión”, comenta. “Tienes a esta familia que aparentemente va a emprender este viaje muy simple y de repente destapas toda esta compleja dinámica familiar que los lleva hacia el cambio. Es una película con humor muy negro, pero al mismo tiempo también es positiva y alentadora. Toma giros inesperados que son muy refrescantes”.
Al abordar a Richard y su filosofía “negada a perder”, Kinnear se visualizó como un tipo de Tony Robbins venido a menos —un tipo que quiere creer en manifestaciones más descomunales, despampanantes y triunfadoras del Sueño Americano, pero termina frecuentemente en el lado fracasado de la vida. “Richard está lleno de filosofías erróneas”, dice entre risas Kinnear. “Realmente cree en la idea que tienes que intentar ganar en todo, pero cuando se trata del concurso de belleza ‘Pequeña Miss Sunshine’ repentinamente se percata que todas sus creencias están entrando en conflicto con la felicidad de su hija”.
Uno de los elementos más emocionantes de PEQUEÑA MISS SUNSHINE para Kinnear fue tener la oportunidad de trabajar con Alan Arkin, quien interpreta a su diametralmente opuesto padre. “Alan es muy divertido y también es un actor verdaderamente fantástico”, comenta. “Fue interesante explorar nuestra relación porque mientras el padre de Richard es este viejo excéntrico y espontáneo, que le gusta experimentar con la heroína, Richard es este gurú muy tenso, que cree en la autoayuda y en asumir responsabilidades, que quizás y fue su manera de rebelarse. La clave fue balancear las excentricidades de los personajes, pero hacerlos accesibles”.
Quizás el personaje menos excéntrico de la película es el único cimiento de la familia Hoover: Sheryl —una mujer divorciada que intenta desesperadamente hacer que su segunda familia funcione, a pesar de sus agobiantes peculiaridades. El papel acabó en manos de la estrella australiana Toni Collette, quien recibió una nominación al Premio de la Academia por su trabajo en THE SIXTH SENSE (El Sexto Sentido) y ha logrado hacerse de papeles muy diversos pero sumamente aclamados en películas tales como THE HOURS, ABOUT A BOY y JAPANESE STORY, apareciendo más recientemente en IN HER SHOES. Faris y Dayton recurrieron a Collette porque sabían que tenía una amplia gama de habilidades cómicas —pero también la destreza para aportarle una auténtica profundidad y honestidad a la típica madre atormentada estadounidense, tal como Sheryl. “Es una actriz de talla mundial que tiene una habilidad sobresaliente para aportarle algo especial a todo lo que hace”, dice David Friendly.
Al igual que Kinnear, Collette quedó seducida por la familia Hoover y sus intentos vergonzosos por alcanzar el éxito. “Todo el guión me encantó y me fascinó esta familia disfuncional, que está aprendiendo a llevarse por primera vez”, comenta. “Me involucré por completo con ellos. Sus frustraciones y sus anhelos me parecieron muy genuinos y también bastante universales. Conforme lo leía, no dejaba de reír y de llorar”.
Collette también se identificó con el dilema al que se enfrenta Sheryl, una vez que intenta constantemente hacerse la diplomática, la intermediaria y la feliz ama de casa, mientras su familia se desmorona. “La familia significa todo para Sheryl”, indica. “Así que siente que haría cualquier cosa para suavizar las cosas y hacer a todos felices —sin importar que tenga que hacer para lograrlo”.
Se requiere de mucho cuando se trata del hermano de Sheryl, quien recientemente intentó suicidarse después de una caída estrepitosa que dio inicio con una mezcla de amor no correspondido, su fracaso por obtener una Beca “Genius” MacArthur y perder su autoproclamado puesto como el mejor académico de Proust en los EEUU. La felicidad no se da de manera natural en Frank, pero el popular comediante Steve Carell le aporta un toque de irreverencia a la interpretación que hace del abatimiento.
Si bien Carell se ha vuelto en una de las estrellas cómicas más populares de Hollywood, cuando fue elegido para interpretar el papel en la película, era un virtual desconocido. “La inteligencia de Steve como intérprete es lo que nos convenció”, comenta el co-director Dayton acerca de Carell. “Es hilarante pero también puede hacer absolutamente cualquier cosa —es sorprendente en ese sentido”. El productor Albert Berger añade: “Fuimos realmente afortunados porque cuando le otorgamos el papel, el público cinematográfico no conocía en realidad a Steve. Su trabajo en THE 40-YEAR OLD VIRGIN cambió todo eso. Para nosotros fue la elección perfecta en todos los sentidos”.
Carell siente que los Hoover —a pesar de sus flaquezas y fracasos cómicos— no son tan distintos a la gran mayoría de las familias. “Existe una corriente implícita de amor entre estos personajes”, señala, “que finalmente los mantiene juntos y termina por unirlos. En cualquier familia, creo que hay ocasiones en las que puedes detestar a otra persona, pero nunca puedes escaparte del hecho de que siempre estás vinculado por la sangre y que vas a terminar por unirte cuando realmente haya una crisis, como en la que se encuentran los Hoover cuando se dirigen a California”.
Incluso a pesar de que el viaje de la familia comienza rápidamente a irse en picada, Frank comienza, de mala gana, a unirse a las hazañas de su familia. “Creo que al principio Frank está lleno de porquería”, dice entre risas Carell. “Es este autoproclamado experto en Proust quien cree ser un gran intelectual, pero cuando se enfrenta a una relación verdadera, es totalmente deficiente”.
Fue la transformación de Frank —de ser un tipo depresivo y obsesionado hasta el intento de iniciar una relación— lo que le pareció a Carell un reto fascinante. “Comienza en un lugar muy oscuro pero lo que me encantó acerca del papel es que en unos cuantos días, ves cómo se recupera gentilmente, cómo se desvanecen sus facetas oscuras conforme se involucra cada vez más con la familia”, comenta. “Comienzas a ver cómo el amor comienza a fluir, pero la película nunca se vuelve cursi o sentimental. Siempre te regresa a la gracia y a la comedia que la envuelve”.
El prospecto de trabajar con un grupo de actores tan talentoso fue otro bono adicional para Carell. “Cuando me enteré quiénes iban a interpretar los demás papeles, me sentí un poco intimidado y sorprendido”, recuerda. “No dejaba de pensar, ¿qué estoy haciendo aquí? ¿Cómo encajo en esta mezcla? Fue realmente emocionante tan sólo conocer a esta gente, imagínate haber trabajado con ellos”.
Entre los actores con los que Carell estaba más emocionado por conocer era Alan Arkin, veterano estrella del teatro, el cine y la televisión, que realmente se sumergió en la interpretación de uno de los abuelos más inusuales vistos en pantalla —un viejo de aproximadamente 70 años de edad sin pelos en la lengua, adicto a la heroína y aficionado al cine porno, que, no obstante, es fuente de inspiración para su inadaptada nieta.
“Fue muy divertido conseguir al actor para interpretar el papel”, comenta Dayton. Faris añade: “Siempre hemos amado a Alan. Para nosotros, trabajar con él fue como haber trabajado con los Beatles”.
Así como sus compañeros de reparto, lo que le llamó la atención a Arkin fue el guión conmovedoramente cómico. “Me encantó que no telegrafiaba nada”, enfatiza. “Deja un espacio para que el público haga uso de su propia imaginación”.
En cuanto a su interpretación del desafiantemente bohemio abuelo, Arkin disfrutó la libertad de ser capaz de llevar su personaje más allá de los límites usuales para un personaje de cierta edad. “Es un gran papel, porque el abuelo es un descarado en todo. Está completamente al descubierto, no tiene nada que ocultar, y esa fue una de mis cosas favoritas de él”, indica. “Es un tipo que siempre dice lo que siente —pero lo que siente también cambia de minuto a minuto”.
Arkin continúa: “Toda la familia es muy inusual y sorprendente. No obstante, de alguna manera, con toda la adversidad que hay entre ellos como individuos, existe un amor genuino que los mantiene unidos”.
Con el reparto de adultos completado, el problema más grande de la película fue encontrar a los dos niños Hoover —ambos papeles sumamente complejos para actores jóvenes, que tenían que ser tanto divertidos como conmovedores. Para interpretar a Dwayne, el hijo adolescente, los realizadores necesitaban encontrar a esa persona inusual que pudiera hacer su personaje intrigante sin decir nunca una sola palabra; y, en cambio, escribir la mayor parte de sus diálogos en una pequeña libreta blanca. Encontraron lo que estaban buscando en la prometedora estrella Paul Dano. Ya con una reputación establecida como un adolescente de versatilidad excepcional en papeles que van desde los programas “The Sopranos”, para HBO, al drama urbano L.I.E., hasta THE BALLAD OF JACK AND ROSE, al lado de Daniel Day Lewis, los realizadores estaban impresionados con la habilidad de Dano para expresarse de una manera tan matizada, como una estrella del cine mudo.
“Paul estuvo realmente impresionante porque va mucho más allá del trillado adolescente a disgusto”, comenta Jonathan Dayton. “Nunca hubo un paso en falso de su parte”.
A Dano le encantó el guión, pero el trato quedó cerrado para él cuando supo más de los directores Dayton y Faris. “Cuando me enteré que hicieron algunos de los videos de Smashing Pumpkins, que algunos de ellos son mis favoritos de toda la vida, supe que quería trabajar con ellos”, comenta. “Creo que son realmente talentosos”.
No obstante, Dano se enteró al poco tiempo que interpretar un personaje inmerso en el nihilismo y el silencio era el más grande reto de su carrera a la fecha. “De hecho, fue mucho más difícil de lo que creí que iba a ser”, admite Dano. “Tienes que estar reaccionando de manera constante y encontrar maneras completamente originales de expresarte. No te puedes quedar ahí sentado sin hacer nada —eso sería totalmente aburrido”.
Para ver cómo sería en realidad la vida silente de Dwayne, Dano se impuso por voluntad propia un voto de silencio para experimentar durante varios días la sensación. “Esto fue verdaderamente difícil”, comenta. “Fue especialmente complejo con mi familia porque a ratos me estaban volviendo loco, pero también fue benéfico para ver cuán frustrante se sentía en realidad”.
A pesar de las peculiaridades inusuales de Dwayne, Dano también lo ve en muchas maneras como un típico joven estadounidense que está intentando entender quién es y qué es lo más importante en la vida. “Creo que Dwayne es alguien con quien mucha gente se identificará de inmediato”, acota. “Todo mundo pasa por un periodo en el que realmente no les agrada su familia, pero también sabes que siempre tendrás un tipo de vínculo con ellos. Cuando tienes 15 años, creo que empiezas a perder tu inocencia y ves que esta gente a tu alrededor está un poco loca y no estás seguro si quieres ser parte de ello, razón por la cual Dwayne hace su voto de silencio. Pero luego, cuando finalmente cede, cuando está en su momento más vulnerable, su familia está ahí para ayudarlo y me parece que realmente es capaz de absorber eso”.
Finalmente, llega el personaje que hace que se reúnan de manera inesperada todos los Hoover para su improbable sueño por convertirse en la “Pequeña Miss Sunshine”: Olive. En cuanto a Olive, los realizadores emprendieron una inmensa búsqueda nacional para encontrar a una niña de siete años de edad con la madurez y talento para llevar gran parte de la comedia de la película —sin dejar de ser una pequeña común y corriente. Parecía ser un hueco extremadamente difícil de llenar hasta que se toparon con Abigail Breslin, quien hizo un prometedor debut cinematográfico como la hija de Mel Gibson en SIGNS.
“Vimos por primera vez a Abigail en una cinta donde está haciendo una audición y después la vimos en Jay Leno”, recuerda Valerie Faris. “Lo que realmente nos impresionó es que estaba totalmente ajena al público. Contaba con una concentración realmente intensa que sabíamos era perfecta para Olive”.
En diversas conversaciones con Abigail, al poco tiempo se volvió evidente que incluso a su temprana edad, ya tenía un gran discernimiento en cuanto al comportamiento de los Hoover. “Son una familia que en realidad no ves todo el tiempo”, dice la chiquilla de siete años. “No son la familia perfecta que usualmente ves en las películas y revistas. Pero creo que en este viaje aprenden cosas acerca de ellos mismos que nunca creyeron iban a lograr. Y de lo que se trata la película es que a pesar de que no todas las familias son perfectas, incluso la familia imperfecta se puede amar de igual manera”.
Breslin incluso utilizó un traje de obesidad tamaño infantil para poder representar la gordura de Olive, que se vuelve particularmente aparente cuando la irreprimible Olive se encuentra en medio de esbeltas, emperifolladas y diminutas reinas de belleza, en California. A lo largo del proceso, Breslin también se encariñó mucho, que incluso llegó hasta admirar, con la habilidad que tiene su personaje para mantenerse en su propio mundo. Se refiere a Olive como una niña “realmente valiente”. “Quizás y no esperes que ella vaya a ser una reina de belleza, pero en realidad creo que es muy buena onda”, comenta, “porque realmente cree en ella”.
Fue la habilidad de Breslin para darle vida al personaje lo que inspiró al resto del reparto. Greg Kinnear habla de su actuación: “Todo lo hace de manera imperceptible. Es como si ni siquiera estuviera actuando. Lo que ves en cada escena es pura honestidad y verdad, y no hay nada mejor que eso”.
Una vez que el reparto quedó conformado, Faris y Dayton comenzaron a buscar formas que los ayudaran a desarrollar el inefable cariño, los conflictos, las peculiaridades y la compleja dinámica de una verdadera familia, dejando a un lado una cantidad considerable de ensayos. “Antes de filmar, estuvimos juntos durante toda una semana, durante la cual hicimos mucha improvisación entre nosotros”, recuerda Arkin. “Realmente comenzamos a sentir lo que los personajes sienten con respecto a los otros y quiénes éramos como familia”.
Parte del proceso de vinculación fue un auténtico “día de campo familiar” que le dio al reparto un cariz de lo que estaba por venir. “Todos nos subimos a una camioneta, manejamos un rato y después nos paramos a comer, manteniéndonos en personaje todo el tiempo”, explica Steve Carell. “Alan Arkin estaba sentado detrás de mí y se la pasaba diciendo ‘ooohhh, uhhhhh, tengo que ir al baño’. Tan sólo intentar mantenerte en personaje fue casi imposible porque cada cinco minutos escuchabas ‘uuuuhhhh, ahhh, ohhh’ – y nos estaba matando. Finalmente, tuve que darme la vuelta y no verlo porque era demasiado divertido”.


EN LA CAMIONETA VW: LA PRODUCCIÓN DE LA PELÍCULA
“¡¿Qué es esto?! ¡¿Pollo?! ¡Todos los días es pollo! ¡Por Dios Santo! ¡¿Sería posible, por tan sólo una vez, que pudiéramos cenar algo que no sea el maldito pollo?!
-Abuelo

Una vez que estaban en el plató de PEQUEÑA MISS SUNSHINE, el reparto no sólo tuvo que acostumbrarse a cada uno de los personajes, sino también a la situación relativamente inusual de tener a dos directores. “Al principio, estaba un poco nervioso al respecto”, comenta Alan Arkin. “Pensé que se iba a duplicar la cantidad de direcciones que estaba recibiendo. Pero fueron maravillosos. Parecen hablar el mismo idioma y es casi como estar tratando con una sola persona”.
Debido a los años de experiencia en los escenarios de los comerciales y videos musicales, Dayton y Faris han pulido su sociedad. “El hecho de que seamos dos significa simplemente que siempre debemos tener una idea clara de lo que queremos y estar todavía más preparados”, comenta Dayton. “Nuestro trabajo es la intersección de nuestras dos sensibilidades”, añade Faris.
Pero, ¿cómo un matrimonio puede sobrevivir la intensidad y el estrés del rodaje de una ópera prima? “Intentamos no pensar en el hecho de que estábamos juntos 23 horas al día”, señala Dayton. “Hay un respeto mutuo”, comenta Faris, “y no se ha deteriorado, creativa o personalmente”. Quizás Dayton tiene el sentir más importante: “No me puedo imaginar ir a casa con alguien que no tiene idea en qué estaba trabajando ese día”.
Para el productor Peter Saraf sólo hubo una desventaja de que hubieran dos directores en el plató: “Era más difícil ver el monitor”, dice entre risas.
La producción de PEQUEÑA MISS SUNSHINE estuvo limitada a treinta días intensos, esparcidos en locaciones al sur de California y en los desiertos de Arizona, en el cálido verano de 2005. “Fue un rodaje extenuante”, comenta Dayton. “Pero queríamos el realismo que te da estar afuera en la carretera”.
Una vez que dio inicio el viaje, los realizadores tornaron su atención al diseño visual y atmósfera del filme. Una de sus metas principales fue encontrar el balance correcto entre el sentido del humor, frecuentemente perverso, y el realismo que necesitaba la película, para mantener unida la historia. “Sabíamos que lo más importante eran las actuaciones”, comenta Jonathan Dayton, “así que intentamos establecer una delicada línea entre crear tomas bellas e interesantes y nunca opacar las actuaciones dentro del encuadre”.
Dayton y Faris colaboraron estrechamente con el director de fotografía Tim Suhrstedt —quien había fotografiado previamente mundos cómicos, tales como la vida corporativa en OFFICE SPACE y la estilizada fantasía BILL AND TED’S EXCELLENT ADVENTURE— para crear imágenes excéntricas y frescas que permitieran que las personalidades de los Hoover destacaran. “No había reglas, excepto utilizar lo que sintiéramos que fuera correcto para un momento dado”, comenta Suhrstedt. “Utilizamos una mezcla de todo, con algunas tomas que se planearon con anticipación y con otras que se nos ocurrieron in situ”. Para apoyar este bohemio estilo de trabajo, Suhrstedt decidió filmar la película en Súper 35mm, en vez de utilizar lentes anamórficos. “Te permite utilizar equipo más ligero y tienes una mejor profundidad de campo, que se acoplaba perfectamente al horario de rodaje”, explica.
Suhrstedt también quería mantenerse alejado de los típicos tonos brillantes y soleados asociados con las comedias familiares. “No soy un gran partidario de la idea de que las comedias necesitan estar intensamente iluminadas”, comenta Suhrstedt. “Para esta película, quería iluminar a los actores de manera natural, y después tratar de conseguir los ángulos correctos para capturar las actuaciones”.
Cuando se trató de encontrar ángulos, el reto mayor fue filmar adentro de lo que se convierte en el denso hogar de los Hoover durante gran parte de la historia: su golpeada y deteriorada camioneta VW. Para poder encontrar vistas interesantes desde el interior del vehículo, Suhrstedt primero utilizó una cámara de video para experimentar con distintos ángulos, que lo llevó finalmente a compilar las tomas que mejor funcionaban.
A lo largo del rodaje, Suhrstedt también trabajó de cerca con la diseñadora de producción Kalina Ivanov, quien también centró su atención en un naturalismo familiar en contra del caos y catarsis bajo los cuales se desarrolla el viaje. “No quisimos exagerar, no quisimos forzar las cosas, siempre procuramos que las imágenes fueran sutiles y realistas”, explica Ivanov.
Ivanov comenzó por hacer el viaje en carretera desde Albuquerque a Redondo Beach, mientras recababa una gran cantidad de fotografías e imágenes que encontró a lo largo del camino, y que compartió con el reparto y el equipo de producción. Una vez que llegó a California, también se puso a buscar el hogar de la familia Hoover, que encontró en Burbank. “Tenía justo la apariencia que queríamos, pero terminamos construyendo paredes falsas para achicar los espacios y que de esta forma se viera más atiborrada”, comenta Ivanov.
Después, Ivanov consiguió cuatro camionetas clásicas VW —el excéntrico vehículo, que se volvió popular a finales de la década de los 70, en el que viaja la familia. Si bien sus interiores fueron remodelados para acoplarse a las necesidades de producción, no había nada como filmar las escenas en una camioneta caliente y abarrotada en medio del desierto. “Fue probablemente una de las experiencias más fraternales que un actor pueda tener”, dice entre risas Toni Collette. Paul Dano es más franco: “Fue un infierno. Estaba increíblemente caliente y confinado”. La joven Abigail Breslin lo resume: “Al estar así en una pequeña camioneta VW, en realidad llegas a conocer a los demás —es difícil que sea de otra manera”.
Eventualmente, el viaje en carretera termina con la culminante escena del concurso de belleza, que balancea una especie de impactante autenticidad con el estilo cómico general de la película. La clave fue darle los papeles a auténticos participantes del muy serio, e incluso despiadado, mundo de los concursos de belleza infantiles. “Hicimos hasta lo imposible para conseguir auténticos niños de concurso y sus padres para aquellas escenas”, comenta Valerie Faris. “Casi no vestimos o dirigimos a estas pequeñas”.
La diseñadora de producción Ivanov también investigó los típicos concursos de belleza infantiles para crear un plató que fuera tan realista que provocara una intensa reacción de los extras. “El mejor elogio que recibí fue que muchas de las personas del concurso tenían lágrimas en sus ojos al ver el lugar, porque sus pequeñas estaban tan emocionadas en salir a desfilar en él”, comenta Ivanov.
Después de terminada la producción, los directores centraron su atención en otro elemento vital de la película —la música— que, dados los años de experiencia de Faris y Dayton en el área de videos musicales, fue considerado algo especialmente importante. Forjaron una sociedad sinérgica entre el aclamado compositor Mychael Danna y la ecléctica banda DeVotchka, originaria de Denver, encabezada por el compositor y cantante Nick Urata, cuyo sonido y música sirvió de inspiración para gran parte de la banda sonora.
El exótico cuarteto musical, cuyo aventurado trabajo fusiona ritmos folclóricos y melodías de todo el mundo, estaba listo para hacer la transición a un estilo estadounidense más tradicional para el viaje en carreteras del sudoeste de PEQUEÑA MISS SUNSHINE.
“Los escuchamos y pensamos que tenían el tono perfecto y la cualidad melódica perfecta. Existe una emoción auténtica en lo que hacen”. De los instrumentos inusuales de la banda, incluyendo el ‘sousaphone’, el ‘theremin’ y el ‘bouzouki’, Faris comenta: “Estábamos buscando música que se asemejara a esta colección excéntrica de personajes. Lo que es verdaderamente difícil es revelar el humor, sin que la misma música sea ‘humorosa’, y esto en realidad pareció funcionar”.
Para aprovechar cabalmente el sonido de DeVotchka, Faris y Dayton no solamente le pidieron a la banda que escribiera canciones para la película, sino que también le solicitaron a Mychael Danna que compusiera una línea musical para reflejar la singular mezcla instrumental del grupo. “Mychael escribió melodías bellas”, comenta Dayton. “En realidad, entendió a lo que le estábamos apostando creativamente”.
Sufjan Stevens, el joven cantautor estadounidense considerado como una de las nuevas voces más vitales en la escena musical actual, también contribuye con dos canciones en PEQUEÑA MISS SUNSHINE. Su oda a los viajes por carretera, “Chicago”, y la emotiva “No Man’s Land” le añaden a la mezcla musical de la película el sentido singularmente moderno del artista de melodías suntuosas y letras conmovedoras.
De la fotografía a los escenarios, de la música a la mismísima complejidad de las actuaciones, toda la producción se dio a la tarea de capturar a los Hoover con toda su absurdez, angustia y cariño. Steve Carell lo resume: “La razón por la cual la gente reacciona tan profundamente con los Hoover es porque están estresados, porque son torpes, pero porque también son muy reales. Así es como son las familias. No todo el tiempo es jugar con los cachorritos e ir a comer helado. En ocasiones, puede ser feo, puede ser triste y puede ser divertido, y es así como en realidad es la vida”.

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