"RESCATE EN LA ANTÁRTIDA"

de Frank Marshall

 

Sinopsis

El feroz invierno del Polo Antártico está recién comenzando cuando un intrépido equipo de exploradores y científicos en una misión de investigación - el guía de supervivencia Jerry Shepard (PAUL WALKER) , su mejor amigo y cartógrafo Cooper (JASON BIGGS) y el duro geólogo Davis (BRUCE GREENWOOD) - prodigiosamente se salva de un accidente fatal gracias a su inquebrantable equipo compuesto por ocho talentosos perros de tiro. Obligados a evacuar, los hombres deberán dejar a sus adorados perros en la congelada tierra agreste - con la promesa de que volverán. Pero cuando la tormenta del siglo se aproxima, haciendo imposible toda forma de desplazamiento, los perros se quedan varados. Ahora, cuando los inteligentes y valientes perros - incluyendo a la noble líder de la jauría Maya, el bullicioso y rebelde Shorty y el joven en ascenso y futuro alfa Max - luchan para sobrevivir el más despiadado invierno del planeta, el descorazonado Jerry es impelido a montar una misión de rescate aparentemente imposible, ayudado por la hermosa y aventurera piloto de avioneta Katie (MOON BLOODGOOD).

COMIENZA LA AVENTURA EN LA ANTÁRTIDA: UNA HISTORIA REAL DE INCREÍBLE SUPERVIVENCIA INSPIRA A RESCATE EN LA ANTÁRTIDA
Cuando hace muchos años el productor David Hoberman se encontró con el gran éxito japonés de 1983 Nankyoku Monogatari (Antarctica), la historia de los perros abandonados y de sus compañeros humanos que se rehusaron a olvidarlos lo dejó pasmado. La narración épica y la apasionante evocación del inquebrantable deseo de sobrevivir de la película se convirtió en la película japonesa más taquillera del momento, y continuó siendo un récord en taquilla durante más de una década. En la gran tradición de las sagas clásicas de aventura, le pareció “emocionante, repleta de suspenso y emocionantemente poderosa a la vez”. Hoberman sintió que los temas esenciales de la historia merecían ser vistos por un público mucho más extenso y visualizó una aventura menos desgarradora y más orientada a la familia que destacara aún más los lazos inspiradores y fortalecedores entre la amistad y la supervivencia.
“Me encantó la historia porque estaba repleta de acción y a la vez se trataba de los épicos temas de amistad, responsabilidad y triunfo del espíritu”, afirma Hoberman. “Permaneció conmigo durante años y años, y yo siempre traté de sacar adelante el proyecto, hasta que por fin un ejecutivo de Disney que había visto la película japonesa y sentía lo mismo que yo estuvo de acuerdo en ponerla en opción”.
David DiGilio, un joven escritor del programa Escritores Nuevos de Disney y ávido entusiasta de las actividades al aire libre, recibió la tarea de escribir un primer borrador del guión. DiGilio no podía creer la inmensa suerte que tenía de que le entregaran una aventura de la vida real tan emocionante para que puliera su talento. “Me enamoré de la historia de inmediato”, afirma. “Siempre me agradaron las actividades al aire libre y soy una persona que adora a los perros, así que me pareció que este podía ser el matrimonio cinematográfico perfecto entre los dos. También me gustó la idea de explorar la amistad. Por supuesto que obviamente se trata del mejor amigo del hombre, pero la película también demuestra cómo personas de distintas procedencias, al ser reunidas, pueden encontrar una base para el entendimiento mutuo al enfrentarse a la adversidad. Cuando colocas a personajes complejos en una fascinante aventura al aire libre, ves cómo verdaderamente la amistad es la clave para la supervivencia”.
Inmerso en la turbulenta y centenaria historia de la exploración de la Antártida, DiGilio trasladó la historia a 1993, el último año en que se les permitió trabajar a los equipos de perros de tiro en el Antártico (a pesar de su imperecedero prestigio como miembros esenciales de numerosas e importantes expediciones, fueron finalmente prohibidos a fin de proteger a las focas del continente de la exposición a una enfermedad llamada distémper). Ideó una misión científica para los hombres, basada en la búsqueda de la vida real de meteoritos de un millón de años de antigüedad en la Antártida, y desarrolló un cuarteto de personajes estrafalarios y aventureros en el corazón de la historia: el ferozmente independiente Jerry, cuya familia es su equipo de perros; Davis, brusco y decidido, quien simplemente quiere dejar atrás la tragedia de la expedición; Cooper, quien con su alegría brinda destellos de humor a la oscura y helada vida en la Antártida; y Katie la notablemente fuerte piloto de avioneta, impulsa a Jerry a realizar su audaz rescate.
También se hizo cargo de una inusual y osada hazaña de la imaginación: la creación de ocho personajes caninos convincentes que demuestran la misma amistad, lealtad y valentía que sus compañeros humanos y cuyas acciones ocupan una gran parte de la historia. Como amo de un perro en su vida personal, para DiGilio esta era una singular oportunidad de explorar el lenguaje, la estructura social y el mundo espiritual de los perros desde una perspectiva verdaderamente profunda. Aunque él ya estaba íntimamente familiarizado con el goce y lo maravilloso que es hacer amistad con los perros, se divirtió mucho investigando aún más el comportamiento de los perros y la singular historia de cómo los seres humanos y los perros evolucionaron juntos – todo con la esperanza de crear un emocionante vistazo al interior de la mente de los perros mientras luchan por sobrevivir y reunirse con sus amigos humanos.
“Mucha gente no sabe que la relación humana-canina se remonta a 14.000 años atrás. Pero si eres amante de los perros, lo has visto de primera fuente. Existe una conexión con nuestros animales que es casi primitiva en su pureza y fuerza. Es un verdadero entendimiento y un amor incondicional”, afirma el guionista. “Escribir acerca de los perros de RESCATE EN LA ANTÁRTIDA fue mi parte favorita de todo el proyecto. Creo que todas las personas que tienen un perro los ven más como personas que como mascotas. Y esta era una oportunidad para explorar verdaderamente las maravillas de la personalidad canina y la dinámica de las jaurías. Estos son perros domesticados que se ven forzados a volver a su raíces salvajes al ser dejados solos. Vemos historias de ‘el hombre en contra de la naturaleza’ todo el tiempo, y tenemos ese elemento en esta película, pero también exploramos una idea nueva de ‘naturaleza en contra de la naturaleza’. Es cautivante y conmovedor ver cómo los perros se adaptan a su nuevo entorno”.
Mientras los perros luchan por permanecer con vida en medio de las más duras condiciones imaginables, el equipo de perros depende de la estrecha cooperación de la jauría y la aparición de un nuevo y sorprendente líder: Max, quien de ser el más tímido y sumiso del equipo, encuentra su fuerza en la adversidad. “En cierta forma, la historia de Max es análoga al viaje emocional de Jerry”, afirma DiGilio. “Al comienzo, Max está al final de la jauría y se desarrolla hasta ser un verdadero alfa, aprendiendo a lo largo del camino a aceptar responsabilidades. Jerry es un gran guía, pero se ve obligado a madurar y enfrentar el hecho de que no puede hacer las cosas solo. Ambas son historias de madurez acerca de descubrir tu verdadero potencial”.
El ambicioso guión de DiGilio para RESCATE EN LA ANTÁRTIDA podría haber sido catalogado como una gran idea, pero demasiado desafiante para crear en la pantalla... pero el guión llegó a manos de uno de los realizadores más aventureros de Holywood, Frank Marshall, quien reaccionó de manera instantánea y profunda a la historia. Sin siquiera darse cuenta de que estaba inspirada en un incidente real, Marshall encontró que era un conmovedor ejemplo de cómo las historias de aventuras pueden revelar el valor, la amistad y los sacrificios que nos ayudan a salir adelante en los momentos más difíciles.
“Me encantaron todos los temas diferentes que se tocan en RESCATE EN LA ANTÁRTIDA”, afirma Marshall. “Me encanta la aventura, me encantan los perros, me encanta el aire libre, me encantan las historias de supervivencia y esperanza... y especialmente me encanta abordar historias que son un verdadero reto para llevar a la pantalla”.
Marshall continúa: “Creo que me sentí atraído por RESCATE EN LA ANTÁRTIDA porque siempre me atrajeron las historias sobre la grandeza del espíritu humano, sobre la voluntad de seguir adelante y de seguir intentándolo bajo las condiciones más extremas. Esta es una historia acerca de lo que sucede cuando personas y animales comunes enfrentan eventos extraordinarios que exigen lo mejor de cada uno. Tenemos la singular historia de la lucha de los perros, como una especie de familia que trabaja unida para superar lo imposible, pero también se trata del derrotero que tienen que hacer los humanos – el de madurez y superación de Jerry Shepard, el de Davis para descubrir que la vida es más que investigación – y todos estos viajes se unen en una forma muy emotiva”.
Una vez que Marshall se enteró de la expedición japonesa original en 1958 y de la aclamada película acerca de ella, se sintió aun más fascinado. Se reunió con el productor Masaru Kakatani, quien originalmente produjo la película japonesa Antarctica, y escuchó sus apasionantes y emotivas historias de las entrevistas con los miembros originales de la expedición. También contactó a su amiga Susan Butcher, cuatro veces ganadora de la carrera de trineos tirados por perros más importante del mundo, la Iditarod, para aprender cuanto le fuera posible acerca de las vidas, las mentes y las asombrosas habilidades de los perros esquimales al realizar el trabajo para el cual tienen una aptitud natural. “Susan me dio mucha información acerca de cómo los perros trabajan juntos como una manada para sobrevivir”, afirma Marshall. “Aprendí mucho de ella acerca de cómo darle vida al mundo de los perros de tiro”.
Pero mientras Marshall realizaba su investigación inicial, anticipaba el más grande de los retos: la extraordinaria tarea de recrear de alguna forma la remota majestuosidad, el esplendor glacial y los peligros relacionados con el extremo clima de la Antártida en locaciones de filmación tan difíciles como la ciudad norteña de Smithers, Columbia Británica, y la fría y oscura isla de Groenlandia, que cuenta con una población muy reducida.
“La producción de RESCATE EN LA ANTÁRTIDA está entre las más desafiantes que jamás haya experimentado”, resume el director. “Estábamos en medio del Sahara para Raiders of the Lost Ark y estuvimos atrapados en un glaciar a diez mil pies de altura en Alive, pero esta película está entre las tres primeras. Lo que fue muy gratificante en RESCATE EN LA ANTÁRTIDA es que la mayoría de los elementos de la película se lograron a pesar de los grandes desafíos del entorno. Contamos con un reparto maravilloso, perros excepcionales, locaciones fantásticas y, a lo largo de cada minuto de la producción, nos sentimos inspirados por esta inolvidable historia de humanos y animales que triunfaron en contra de las probabilidades”.


LOS PERROS DE TIRO: LOS OCHO HÉROES EN EL CORAZÓN DE RESCATE EN LA ANTÁRTIDA
Mientras que el reparto humano era clave para las emociones y el humor de RESCATE EN LA ANTÁRTIDA, no habría historia que contar a menos que los realizadores pudieran encontrar a ocho actores caninos capaces de mostrar el viaje valeroso, emocional y repleto de acción de los perros atrapados en la Antártida. Los perros tendrían que darle vida a esta espeluznante aventura, de modo que para reunir a uno de los repartos animales más talentosos jamás requeridos para una película cinematográfica, el director Frank Marshall recurrió a los servicios de Birds & Animals, una de las empresas de entrenamiento de animales más destacadas de Hollywood.
Marshall afirma: “Sabíamos que uno de los elementos más importantes sería la selección del reparto de perros. Era tan importante para nosotros que cada perro tuviera su propia característica individual y su propia imagen física – y verdaderamente sus propias y diferentes historias – que teníamos que encontrar ocho perros que fuesen totalmente distintos. Comenzamos temprano con el proceso de selección debido a que era algo vital”.
Finalmente, Birds & Animals y los realizadores de RESCATE EN LA ANTÁRTIDA reunieron a un ecléctico reparto canino que incluyó tanto a estrellas antiguas de cine como a pequeños cachorritos, cada uno elegido por su especial imagen y comportamiento. Las estrellas caninas incluyen a: Koda Bear, de siete años, que interpreta al alfa de la manada Maya; D.J. de seis años, que interpreta a Max, un líder en potencia; Noble, de tres años, que interpreta al perro de color gris Shadow; Conan, de dos años, que interpreta al rojizo Buck; Floyd, de cuatro años y Sitka, de tres años, quienes interpretan a los perros mellizos Dewey y Truman; Jasper, de tres años, que interpreta al bullicioso y rebelde Shorty; y el perro de cuatro años de edad Apache, que interpreta al veterano de la manada, Old Jack.
“Vimos a muchísimos perros, pero mis dos favoritos fueron Koda Bear, que interpreta a Maya, y D.J. que interpreta a Max, el perro que toma el liderazgo del grupo durante el viaje”, afirma Frank Marshall. “Koda Bear tiene una talla muy noble que resultaba perfecta para la maternal Maya, la Gran Dama de todos estos perros con su belleza plateada; y D.J. era evidentemente muy fuerte pero también juguetón y no se parecía a ningún perro que hubiera visto jamás, con unos profundos ojos azules fantásticamente expresivos”.
Marshall incluso le tomó afecto al rebelde Shorty: “Jasper, quien interpretó a Shorty, era igualmente rebelde hasta la médula. A veces iba corriendo y dando brincos y seguía de largo hasta salirse de la toma. Era verdaderamente travieso pero también era perfecto para su papel”.
En todo momento había docenas de perros en el foro de grabación: los “perros actores” (varios de los papeles fueron interpretados por varios perros) y sus “perros de tiro dobles” que estaban listos para la acción en las más complicadas escenas de tiro de trineos con perros. Cada uno de los perros recibió entrenamiento especial para las destrezas que demuestran en la película, desde sacarse los collares hasta llevar aves vivas en sus bocas y luchar con un leopardo marino de animatrónica. Este trabajo recayó en las manos del entrenador principal de animales Mike Alexander, quien tuvo uno de los trabajos más agotadores en la película. Alexander afirma: “Cuando leí el guión por primera vez pensé: ‘¿Cómo diablos vamos a hacer todas estas cosas?’ Había muchísimos retos y muchos de ellos ni siquiera los podíamos prever cuando comenzamos”.
Los perros comenzaron su entrenamiento en California y luego, tres meses antes de comenzar a filmar, los perros y un equipo de 20 entrenadores se trasladaron a una granja en el campo cubierto de nieve cerca de Smithers para aclimatarse al frío y al hielo. El entrenamiento básico inicial era totalmente orientado a transmitir emociones. “Frank quería tantos movimientos pequeños y expresivos como pudiéramos lograr, de modo que les enseñamos muchos movimientos de cabeza junto con gruñidos y sonrisas”, afirma Alexander. “También pasamos mucho tiempo trabajando con los perros que interpretan a Max y a Maya para que interactuaran en forma íntima, dándose besos y chocando hocicos todo el tiempo”.
Con el progreso del entrenamiento de los perros, éstos comenzaron a desarrollar toda una nueva colección de habilidades, desde perseguir pájaros en el aire (que se logróa lanzando juguetes con un cable para atraerlos) hasta arrastrarse sobre delgadas capas de hielo. Los perros incluso tuvieron que soportar ser enterrados bajo montones de nieve. “Tuvimos que enseñarles eso muy lentamente. Primero trabajamos para que con una orden se hicieran un ovillo y se echaran”, explica Alexander. “Luego comenzamos a ponerles un poquito de nieve encima y a recompensarlos por permitirlo. Cada vez que lo hacíamos poníamos más nieve sobre los perros, ¡hasta que se sintieran cómodos cuando estaban totalmente enterrados!”
Algunos de los comportamientos más simples fueron los más difíciles de entrenar. “Tuvimos que enseñarles a los perros a observar a Paul, que en la película parece algo muy natural, pero en realidad es algo muy difícil”, señala Alexander. “Los perros han pasado mucho tiempo con sus entrenadores y están en sintonía con ellos, de modo que en forma natural es a ellos a quienes quieren mirar. Paul trabajó con nosotros, preparando y alimentando a los perros, acariciándolos y hablándoles para desarrollar un verdadero vínculo con ellos. Al mismo tiempo nosotros trabajamos con los perros para que miraran a Paul cuando de hecho hay un entrenador fuera de cámara diciéndolas cosas como ‘saca la pata’”.
Cada perro tenía dos entrenadores que trabajaban con ellos siempre que las cámaras estaban rodando – otro inmenso reto porque en los espacios abiertos del norte de Canadá era muy difícil esconder a estos extraños humanos de la cámara. Incluso tirar el trineo podía ser un reto para los perros, porque en lugar de correr a toda prisa sobre la nieve durante varias millas, de acuerdo con su instinto, estos perros actores con frecuencia tenían que tirar el trineo sólo cinco pies para luego parar en seco para una escena dramática.
A lo largo del proceso, los perros desarrollaron sus propios vínculos animales. “Estos perros son seres muy sociables, ¡pero lo interesante es que formaron su propia jerarquía social de tal forma que básicamente era igual a la de los personajes en la película! Simplemente encajó con el guión, algo que me pareció increíble”, afirma Alexander.
Para Marshall, trabajar con el reparto canino tuvo sus tribulaciones y sus recompensas. “En cierta forma, son iguales que los actores en tanto que tienen que estar preparados y listos para sus escenas, ¡pero también se los tiene que alimentar, sacar a caminar y entrenar! Y la forma de trabajar es totalmente distinta porque tienes que descifrar no solamente lo que tus actores y perros están haciendo en la escena, sino también dónde estarán los entrenadores, porque el entrenador tiene que estar lo suficientemente cerca para dar las órdenes y mantener la atención de los perros. Requiere una atención adicional a los detalles”.
Y continúa: “Por momentos fue absolutamente divertido en el foro, con ocho entrenadores que gritaban diferentes órdenes a sus perros mientras la cámara estaba rodando. Los entrenadores hicieron un trabajo magnífico: en general, existió una asombrosa dedicación, disciplina y pasión que nos permitió narrar la historia de los perros en una forma muy divertida y conmovedora”.
 

IR A LA CONTINUACIÓN

 

 

 

 

 FESTIVALES RETROSPECTIVAS ESTRENOS Y NOVEDADES  

 ENTREVISTAS INFORMES CRITICOS CONTACTENOS