"REY ARTURO"

de Antoine Fuqua

 

 

 

Déjenme cantar con inspiración 

Acerca de un hombre nacido en dos naciones, 

La de Roma y la de Bretaña, 

Quien declaró su reinado y su legítimo lugar

Entre los defensores de la Muralla. 

 

Poema celta – S.VI d.C.

 

 

El productor Jerry Bruckheimer (“Pirates of the Caribbean: The Curse of the Black Pearl”, “Black Hawk Down”), el director Antoine Fuqua (“Training Day”) y el escritor David Franzoni (“Gladiator”) presentan, de Touchstone Pictures / Jerry Bruckheimer Films, Rey Arturo, un espectacular relato épico acerca del destino de un hombre que se convierte en rey. 

Durante siglos, los historiadores pensaron que el Rey Arturo era sólo un mito, pero la leyenda se basó en un héroe real, en la disyuntiva entre sus ambiciones personales y el sentido público del deber. Como reticente líder, Arturo (Clive Owen) sólo desea abandonar Bretaña y regresar a la paz y la estabilidad de Roma. Antes de poder hacerlo, una última misión lo lleva a él y a sus Caballeros de la Mesa Redonda - Lancelot, Galahad, Bors, Tristan y Gawain – a la conclusión de que cuando Roma abandone Bretaña, se necesitará a un líder que ocupe el vacío dejado por los Romanos, alguien que no solo defienda a Bretaña de la amenaza de los Sajones, sino que pueda conducir a la Isla hacia una nueva era. Bajo la guía de Merlín, un ex – enemigo, y con la bella y valiente Ginebra (Keira Knightley) a su lado, Arturo deberá hallar en sí mismo la fortaleza para cambiar el curso de la Historia. Aventuras emocionantes, conmovedora acción y grandeza histórica se conjugan en esta mirada única a una de las más grandes leyendas alguna vez contadas. 


 

EL FILM

 

Rey Arturo es la historia definitiva de un líder guerrero surgido de los Bretones y en contra de los Sajones, un hombre que se convirtió en el Rey Arturo”, dice Jerry Bruckheimer, productor de “Pirates of the Caribbean: The Curse of the Black Pearl” y de “Black Hawk Down”.   “Eso fue lo que me entusiasmó del film: es un nuevo abordaje de un relato que pensábamos que nos resultaba familiar. La verdad es que el Rey Arturo vivió en una época mucho más temprana que la que solemos ver en la mayoría de las versiones cinematográficas, La Edad Oscura. David Franzoni trabajó el tema desde una nueva perspectiva, la cual nos ofreció una historia mucho más exacta del Rey Arturo”.

 “Hay un momento de la Historia que podemos fijar”, recuerda  Franzoni.  “Hay un nombre y hay una batalla: ese nombre es el de Lucius Artorius Castus y la batalla es la de Badon Hill, que cambió la cara de Bretaña y dio origen a una leyenda que ha sobrevivido a lo largo de generaciones y que ha sido varias veces reinventada. Pensé que sería una gran oportunidad de ir hacia atrás, intentar ver cómo era esa gente y narrar su historia en forma realista”.

 Me encanta ir al cine a ver grandes filmes épicos, como también hacer filmes que cambien nuestra percepción a través de una narración mucho más realista”, explica Bruckheimer. “Eso es lo que hace Rey Arturo: nos narra la historia verdadera de lo que ocurría en esa época”.

“Esto es Rey Arturo: una ‘turba salvaje’”, afirma Franzoni. “La caballería Sármata representaba la última de las fuerzas especiales de Roma, comandadas por Artorius Castus, y se les encarga la última misión en territorio enemigo. A su alrededor, el Imperio Romano se está desmoronando. Estos hombres han eliminado brutalmente a todos los que se les interpusieron, por el bien de Roma. Están cubiertos de sangre y esa sangre es su vínculo, el vínculo con lo que han hecho y con lo que han conocido”.

Para captar la áspera y nada romántica esencia de Rey Arturo, Bruckheimer acudió a Antoine Fuqua, director de “Training Day”, un crudo y realista drama de policías en las calles de Los Angeles:  ”Durante muchos años fui fanático de Antoine, de sus videos y sus comerciales. Realizó un video para nosotros, para ‘Dangerous Minds’, y desde entonces deseé realizar una película con él”.

Fuqua, nacido en Pittsburgh, creció con los mitos y las películas del Rey Arturo y los Caballeros de la Tabla Redonda. “Crecí viendo historias como Rey Arturo, grandes y épicas películas históricas”, recuerda. “A través de los años, estudié la mitología y los temas relacionados con ella, específicamente la leyenda del Rey Arturo. Cuando era niño, solía jugar a los caballeros con mis amigos y luego, como artista, quería realizar un film como este. Cuando, a través de Jerry Bruckheimer, me llegó la oportunidad de hacer este film, no lo dudé”.

 “Creo que, para Jerry, yo era el tipo ideal para hacer este film porque la película tiene una textura áspera – verdaderamente se puede paladear y oler la violencia y la muerte, sentir el frío y la desesperanza. Es muy apocalíptica. En el mundo de la época no existían muchas esperanzas: la esperanza es lo que representa Arturo”.

Esta sería la base de Rey Arturo: un drama de acción que exhibiera las sangrientas aventuras del Rey Arturo y de su grupo de caballeros. “Está mucho más basada en la realidad, todo lo contrario de la fantasía”, dice Fuqua. “Me entusiasmaba porque es el Rey Arturo como nunca antes lo hemos visto y me atraía que estuviera basada en un sentido de la realidad. Se realizó un trabajo de investigación y se descubrieron algunos hechos que antes no se conocían. Es emocionante descubrir que este héroe con el que hemos crecido realmente existió. Sí, emocionante”.

A pesar de su antiguo interés por Arturo y sus Caballeros, Antoine Fuqua nunca había oído sobre Castus, hasta que leyó el guión de Franzoni: “No sabía  nada sobre Artorius o los Caballeros Sármatas, pero luego de leer el guión, Jerry y yo nos reunimos y realizamos bastante trabajo de investigación. Volamos a Inglaterra, visitamos la Muralla de Adriano y hablamos con algunos expertos en Arturo, como John Matthews. También visité los museos para ver cómo vestían los caballeros. A medida que investigaba, descubrí que las personas de cualquier nación conquistada por los Romanos podían convertirse en caballeros; también descubrí que la caballerosidad no existía entonces: para estos tipos había sangre y tripas, nada de gloria. Peleaban día a día en el barro, en medio del frío. Deben de haber sido los tipos más rudos con vida”.

 “Creo que Rey Arturo le brindará al público un sentido de la realidad del hombre, de la persona detrás de la leyenda”, dice Antoine Fuqua. “Arturo no era sólo una leyenda, era el hombre real, alguien que se sacrificaba para ser un líder y que se ganó el derecho de ser llamado Rey”.

 “La realidad es que sólo se necesita de una persona para enfrentar y luchar contra el mal”, continúa el director. “Rey Arturo trata esencialmente del bien contra el mal, es mitología básica. Hay que enfrentar a los demonios, matar a los dragones y no se puede huir. Para mí es importante que nos afirmemos como individuos, como seres humanos. Tenemos que enfrentar al mal. No se puede huir de uno mismo. Se necesita sólo una persona para dar un paso adelante, lista para presentar batalla, y nos sorprenderá ver cuántas personas siguen su ejemplo. Es por eso que yo reacciono ante esta clase de material. Tomemos por ejemplo ‘Training Day’ y al personaje de Ethan Hawke: en algún momento, alguien tiene que enfrentarse a Alonzo, porque de otro modo, uno es vencido y vienen los dictadores. Como actor, Clive Owen llega al corazón de Arturo”. 

“Arturo es aquel que siente la injusticia, que tiene el sentido de la responsabilidad para intervenir y hacer del mundo un lugar justo. Los caballeros, que le son leales, son más como máquinas militares: desean hacer lo suyo y proceden en consecuencia”, describe Owen. “Es por eso que Arturo es el líder: todos reconocen que hay en él algo diferente y no pueden evitar seguirlo. En el film, Arturo dice las siguientes palabras: ‘Tú tienes tus acciones, pero éstas nada significan si no sirven a un propósito superior’. Esto es lo que da realmente el perfil de Arturo: todo lo que hace debe ser por un bien superior”.

 

 

LA HISTORIA

 

La historia de Rey Arturo comenzó hace muchos años, cuando el guionista David Franzoni escuchó por primera vez sobre el comandante romano Lucius Artorius Castus.  “Fue antes de que me convirtiera en guionista profesional”, recuerda Franzoni. “Solía pasar tiempo en la biblioteca y tomé una monografía de un estudiante que lo mencionaba como el posible origen de la leyenda arturiana. Siempre lo recordé”. Castus fue enviado a Bretaña por Marco Aurelio, líder de Roma, que ejercía el control del mundo occidental.

“Normalmente, cuando hay un gran mito, hay una gran fuente”, agrega Franzoni. El guionista se involucró en forma desacostumbrada en la realización del film: cada día, en el set, estaba preparado para las preguntas de los actores sobre sus personajes o para verificar la autenticidad de los planos de los diseñadores.

“Si David sólo nos hubiera provisto su excelente guión, habría sido suficiente... pero fue mucho más allá”, afirma Bruckheimer.  “Estuvo en las trincheras, en el set. En esta película realizó una inversión muy personal: fue generoso con su tiempo y con la información que poseía. Creo que esa clase de compromiso realmente inspiró al resto del elenco y del equipo para lograr algo grandioso”.

Las palabras de Fuqua son un ejemplo de esto: “El guión de David – su abordaje de la leyenda del Rey Arturo – fue lo que despertó mi interés por el proyecto. Creo que para el guionista es importante involucrarse en el film y me alegra que David fuera tan entusiasta. Contribuyó con la calidad de la producción”.

 “David Franzoni es una combinación de genio loco con historiador”, afirma Mike Stenson.  “Habíamos estado hablando sobre varias ideas durante un año y, de pronto, me preguntó si me interesaría la verdadera historia detrás de la mitología del Rey Arturo. ¡Fue todo un gancho!”

“Trabajar con David Franzoni es un sueño hecho realidad”, dice Chad Oman.  “Es un incansable investigador, un escritor talentoso y es increíblemente generoso con su tiempo, siempre dispuesto a brindar su opinión o a responder a una pregunta. Su increíble guión hizo que la producción fuese muy fluida”.

Franzoni tomó el esquema de su historia de la Historia: en Europa del Este, en lo que hoy es Rusia, existía una raza guerrera que servía a uno de los más constantes y formidables adversarios de Roma, los Sármatas. Habitaban los confines del Imperio Romano hasta que, en el año 175 d.C. fueron vencidos por Marco Aurelio en una batalla crucial en la zona de lo que hoy es Viena. Marco Aurelio ofreció a los sobrevivientes una opción: pelear por Roma o morir. Los Sármatas, entonces, optaron por aliarse al Imperio y así fueron incorporados al ejército romano. Una unidad fue enviada a Egipto; la otra, a Bretaña. Estos expertos jinetes y soldados profesionales patrullaron estos puestos durante años, y los padres legaron sus funciones a los hijos, a cambio de paz con el gobierno. 

Alrededor del S.V d.C., la luz de Roma había empezado a apagarse. Las hordas bárbaras atacaban los confines del vasto imperio. En Bretaña, los Sajones se preparaban para atacar desde el Norte y el Este. Una unidad de caballería Sármata, bajo las órdenes de Lucius Artorius Castus -mitad romano, mitad bretón- fue destinada a proteger a Bretaña de los bárbaros Sajones, quienes comenzaban a hostigar por detrás de la gran línea divisoria de la Muralla de Adriano. Los hombres de Castus  -incluidos Lancelot, Gawain, Galahad, Bors, Tristan y Dagonet- eran un grupo duro y despiadado, odiados y temidos por los Woads nativos (guerrilleros pictos, llamados así en alusión al tinte vegetal azulado - woad’- con que pintaban sus rostros), quienes respondían a las órdenes de un misterioso chamán guerrillero llamado Merlín.

En este contexto, Franzoni teje la historia  de una última y mortal tarea para Arturo y su tropa endurecida por las batallas, una audaz misión de búsqueda y rescate antes de regresar a la seguridad de Roma. Junto a sus tropas, Arturo viaja hacia el norte a través del país de los Woads, a lo más profundo del territorio enemigo. Su misión es la de rescatar a Marius, un noble romano, y a su familia, de las tropas de los Sajones que avanzan. Tras el rescate, el convoy humano, que incluía a Ginebra y a un número de mujeres y niños bretones, se encamina hacia la Muralla de Adriano, en el sur –el límite del Imperio Romano-, siempre un paso delante de los Sajones, comandados por el despiadado Cerdic. En el camino, Ginebra persuade a Arturo de que tanto él como sus caballeros son los únicos que median entre los saqueadores Sajones y la masacre de cientos de inocentes.

Finalmente, Arturo y sus caballeros oponen resistencia a los Sajones en una crucial batalla que decidirá el futuro de Bretaña: la Batalla de Badon fue un feroz y sangriento encuentro entre las masivas fuerzas sajonas, provenientes del norte, y Arturo, al frente de los Caballeros Sármatas y los Bretones. El resultado de esta batalla demostraría ser crítico para el futuro de Bretaña. También sería el momento en el que Arturo concretaría  su propio destino, dando lugar al nacimiento de una leyenda.

 

 

ARTURO Y GINEBRA

 

Desde el comienzo, Jerry Bruckheimer y Antoine Fuqua tuvieron la idea de reunir un reparto internacional que respondiera a las líneas históricas requeridas por el film. “Me parecía que, dado el tema, lo más apropiado era que fuéramos lo más auténticos posible, y una manera de lograrlo sería si contábamos con representantes de varios países”, afirma Bruckheimer.

A fin de reunir a algunos de los mejores actores de Irlanda, Inglaterra, Europa y Australia, Bruckheimer y Fuqua contrataron los servicios de la veterana directora de reparto Ronna Kress (“Pirates of the Caribbean: The Curse of the Black Pearl”, “Remember the Titans”). “Quería una idea fresca y nueva en la pantalla, reflejada a través de los actores”, recuerda Fuqua. “Muchachos europeos, familiarizados con la historia y el tema. Rey Arturo es su historia, la de un hombre mitad bretón, mitad romano. A veces pienso que hiere ver cuando una cara famosa interpreta un papel como el del Rey Arturo, cuando hay gente tan talentosa que puede brindarle al papel una determinada autenticidad. SI tienes a una gran estrella para el papel, esperas que Arturo haga lo que hace. Con rostros un poco menos conocidos, uno no sabe qué Ies ocurrirá. Son mucho más humanos”.

El actor británico Clive Owen fue elegido como Arturo, el comandante de los caballeros Sármatas. “Lo vi en ‘Croupier’ hace algunos años y me pareció un actor realmente interesante y talentoso”, recuerda Bruckheimer. “Quería idear algo para trabajar con él y, cuando esto apareció, pensamos que era el actor justo. Posee autoridad y presencia en la pantalla, perfectas para Rey Arturo”.

“Clive aporta mucha intensidad, lucha interna y un poco de misterio, todo ello perfecto para Arturo”, describe Fuqua. “Yo quería a un protagonista con presencia, poder, gracia y la habilidad de demostrarlo. Desde que lo conocí a Clive, no pude sacármelo de la cabeza”.

El interés de Owen despertó no sólo por la dimensión épica y el ritmo narrativo de Rey Arturo, sino también por los detalles del personaje y, en particular, su naturaleza ambigua. “Esta película es un viaje que recorre los cambios experimentados por Arturo hasta que se convierte en un hombre de su pueblo”, dice Owen. “En otras palabras, Arturo descubre quién es. Siempre vi el final de este film como el comienzo del mito. La gigantesca batalla del final del film señala el punto en que Arturo se convierte en líder y a partir de allí comienzan las historias. El recorrido del personaje es el de un hombre que enfrenta quién es y asume la responsabilidad de sí mismo y de su gente”.

“Me intriga la crianza dual de Arturo”, continúa Owen. “Él se siente un romano, pero a medida que Roma se retira, él se va identificando más y más con su sangre bretona. Cambia de acuerdo con los desafíos a sus creencias y a su fe”.

La actriz inglesa Keira Knightley (“Pirates of the Caribbean”) interpreta a Ginebra, una dura y tenaz bretona que en gran medida es un producto de su época. Jerry Bruckheimer sugirió inmediatamente el nombre de Keira para interpretar a una guerrera: “En ‘Pirates of the Caribbean’ demostró ser una maravillosa actriz, con frescura y una enorme belleza. Su trabajo fue sorprendente; para nosotros fue un éxito y quisimos volver a contar con su presencia”. Para le productor, la joven era la actriz ideal para interpretar a la bella y maquiavélica Ginebra, una mujer impulsada por la arrolladora ambición de liberar a su pueblo que hará lo que sea necesario para lograr sus objetivos.

 “Keira es sorprendente”, concuerda Antoine Fuqua. “Simplemente ilumina la pantalla. Jerry me había hablado de ella porque ya había trabajado en ‘Pirates of the Caribbean’. La conocí y resultó ser tosca y divertida, además de una gran persona. Y cuando la filmé me terminó de sorprender: es increíble su transformación de la muchacha valiente a esta mujer. Y es más dura que una piedra: realizó la mayoría de sus escenas de riesgo. Se entrenaba cada día para estar en forma y nunca se quejó, ni siquiera de los chichones y moretones. Yo estaba más preocupado que ella: le preguntaba si estaba bien o si necesitaba a un médico. Paro ella me decía: ‘¡Estoy bien!’ y luego volvía al set. Sorprendente”.

Knightley admite que Ginebra es tan diestra para manipular a Arturo por su causa como en el arte de la arquería o del garrote. “No es la damisela en apuros”, dice Knightley. “La única Ginebra que hemos visto era alguien que pasaba de mano en mano y que no tenía mucho para decir. Nuestra Ginebra es mucho más ruda y eso está basado en hechos históricos: en esa época, las mujeres peleaban de igual a igual con los hombres. Eso nunca antes había sido mostrado”.

“A mí me aterrorizaría”, continúa Keira. “El realidad, aterrorizaría a cualquiera, aunque también mostramos que hay en ella un aspecto más tierno. Tiene que haberlo, pero lo reprime cuando hay una causa para luchar”.

Además de ser un papel inusual, el hecho de trabajar con sus co-estrellas también la atrajo: “Clive Owen es notable”, dice la actriz. “Estuvo grandioso, al igual que Ioan Gruffudd. En verdad, todos son los apropiados para sus papeles. Tengo siete machos vestidos de cuero... ¿Qué más puede pedir una chica?”

 

LOS CABALLEROS

 

El actor galés Ioan Gruffudd interpreta a Lancelot, mano derecha de Arturo y temible asesino. “Lancelot no conoce nada más que entrenarse para asesinar”, dice Gruffud. “Es increíblemente leal, apasionado y arrogante y sabe que es muy hábil con sus espadas. También creo que es honesto, que demuestra su miedo, y que se siente profundamente desilusionado y desgarrado entre su lealtad a Arturo y su libertad, en el momento en que tienen que ir a su última misión. Debido a su amor por Arturo, se aferra a su misma causa y se compromete a encarar esta última misión”.

“Lancelot es el caballero de caballeros de Arturo”, dice Owen, “y es quien está más cerca de él. Si Arturo está siempre pensando en su mundo ideal, Lancelot es quien tiene los pies en la tierra, el realista que lo cuestiona. Incluso llega a cuestionar si Arturo debería pedirles a los caballeros que emprendan la última misión. Sin embargo y pese a todo, termina siguiendo a Arturo”.

Ray Winstone interpreta al pugilista Bors, un luchador feroz, el más veterano del grupo. “Su especialidad es el combate cuerpo a cuerpo”, describe Winstone. “Está sucio y lo suyo es la lucha; pelea con el hacha y con los puños. Le gusta estar allí, pero se está poniendo viejo, así que está un poco más lento (como yo) y recibe más heridas. Bors tiene cinco hijos y tres esposas y podría ser un personaje importante en su pueblo”.

Para la elección de los restantes caballeros, los realizadores optaron por Hugh Dancy (“Ella Enchanted”) como Galahad, Joel Edgerton (“Ned Kelly”) como Gawain, Mads Mikkelsen (“Wilbur Wants to Kill Himself”) como Tristan, y Ray Stevenson (“At Home With the Braithwaites”) como Dagonet.  ”Todos estos muchachos son grandes actores”, observa Antoine Fuqua.

Para Jerry Bruckheimer y Antoine Fuqua, estos caballeros son la semilla de la historia: máquinas especializadas en matar, preparados para dar sus vidas por el otro y por Arturo. Cada uno tiene su propia historia, pero como conjunto son virtualmente imparables.

“En esa época, en el S.V, los caballeros eran lo más cercano a una fuerza policial”, describe Antoine Fuqua, “ya sea que fueran llamados los ‘Magníficos Siete’ o los ‘Sucios Doce’. Estos caballeros eran tipos muy rudos e impredecibles. Andaban todo el tiempo armados, sin saber lo que podría ocurrir a cada momento. Vivían en un mundo iluminado por el fuego, en contacto con los elementos exteriores. Cuando llegó Roma, civilizó el área al construir esos fuertes y la Muralla de Adriano, pero fuera de la muralla, todo era barbarie”.

El actor Ray Stevenson, nacido en Newcastle, fue elegido para interpretar al formidable Dagonet, un tradicionalista con un poderoso sentido del honor. “Dagonet proviene de la antigua orden de los caballeros”, dice el actor. “Sabe que Arturo es el futuro; sin él como líder, sólo serían una banda de mercenarios. Es el callado observador y posee un sentido del lugar y del momento. Sabe que están llegando a un punto crítico de la Historia, pero no sabe cuál es. Dagonet es un consumado luchador hasta en las ropas que viste. Golpea directo a la cara con gran efecto en la lucha cuerpo a cuerpo”.

El actor danés Mads Mikkelson tiene el papel del misterioso Tristan. “Tristan es un lobo solitario”, explica el actor. “Es el explorador, lo cual implica pasar mucho tiempo en soledad, tan solo con la compañía de su halcón.  No cree en ningún dios, le gusta matar –lo considera interesante- y quizás por eso, algunos de los caballeros lo consideran un poco molesto. Es casi un psicópata, pero eso se encuentra en casi todas las guerras. Si durante veinte años de tu vida te la has pasado matando, creo que ya no eres noble. Él se preocupa por la gente de su grupo, pero tampoco tanto: primeramente se preocupa por la lucha”.

El más joven de los caballeros es Galahad, un luchador que sueña con regresar algún día a su tierra natal. Hugh Dancy cree que eso es lo que impulsa a su personaje: “Galahad es el más joven, el más apasionado por regresar a su tierra porque es quien más la recuerda - todavía está fresca en su corazón. Probablemente no tenga el mismo sentido de familia, de pertenencia al grupo que los mayores, como Bors. Bors tiene una familia propia en Inglaterra y para Galahad esa es una traición a su sueño de regresar a su hogar, el sueño que él ha estado alimentando para sobrevivir a la situación en la que se encuentra”.

Gawain no sueña con su tierra. Para Joel Edgerton, la patria de Gawain es el campo de batalla: “Cuando Gawain entra en el campo de batalla, quiere llevarse cuantas vidas sea posible, pero si muere, da igual. El único dato histórico que me llegó, a través de otra fuente, fue que Gawain tenía dos hermanos. Yo imaginé que estos dos hermanos habían muerto en el campo de batalla y que las vidas que Gawain se cobra son a cambio de sus muertes. Y si muere en el campo de batalla, estará nuevamente con ellos. Así que en él hay una cierta aceptación de su destino”.

 

 

LOS ANTAGONISTAS

 

El aclamado actor sueco Stellan Skarsgård (“Insomnia”) fue el elegido para interpretar al despiadado Cerdic, el comandante de las invasoras fuerzas sajonas. “Antoine es un director muy talentoso, no sólo en cuanto a lo visual, sino también en cuanto al desarrollo de los personajes y el trabajo con los actores”, dice Skarsgård. El actor se sintió intrigado por Cerdic, un hombre para quien el fin siempre justifica los medios, aun cuando tenga que matar a su propio hijo. “Cerdic es inteligente, pero también muy pragmático y malévolo. Pero en esa época, en la Edad Oscura, si alguien tenía algo de poder y quería sobrevivir, debía ser despiadado. Faltaban casi mil años para la llegada de Maquiavelo; eran tiempos bastante duros”.

Stephen Dillane (“The Hours”) fue elegido como Merlín, el misterioso líder de los Woads, quien finalmente une fuerzas con Arturo y sus caballeros en contra de un enemigo común. Merlín es un maestro de la guerrilla, un líder que ha entrenado a sus luchadores para confundirse en su entorno natural luego de cada breve y salvaje ataque.

 

 

DISEÑO DE PRODUCCIÓN Y VESTUARIO

 

Para  Bruckheimer, Fuqua y Franzoni resultaba imperativo, al narrar este capítulo mítico en la vida del Rey Arturo, que todos los detalles fueran fieles a la época y al lugar. Teniendo esto en mente, la búsqueda de locaciones se realizó en Irlanda, en los condados de Kildare y Wicklow. Los detalles del set se ajustaron a la Bretaña del S.V d.C., se utilizaron muy pocas imágenes generadas por computadora (CGI) y el vestuario fue diseñado de acuerdo con la moda de la época.

“Siempre tratamos de basarnos cuanto fuera posible en la verdadera evidencia histórica”, dice Jerry Bruckheimer. “Al recrear la Batalla de Badon Hill, era imprescindible hacerlo lo mejor que pudiéramos. Dado que era la Edad Oscura, no había mucho material escrito, pero basándonos en la información de la que disponíamos y junto a nuestros diseñadores de set, nuestro fotógrafo y nuestros coordinadores de dobles, encontramos la forma de fotografiarla y esperamos que recree la manera en la que realmente ocurrió”.

Para corroborar el énfasis histórico del guión, la prioridad en términos de diseño de producción de Rey Arturo fue el realismo. Debía ser un set que reflejara el crudo naturalismo del S.V en Bretaña, con detalles exactos en las piezas mayores. Uno de los pilares del diseño de producción fue la Muralla de Adriano, la masiva división construida por el hombre entre la Bretaña romana y el Norte bárbaro que se extendía 73  millas a lo ancho del país, desde  Wallsend-on-Tyne al este, hasta Bowness-on-Solway al oeste.

Para preparar la construcción del set más grande alguna vez realizado en Irlanda, Antoine Fuqua y el diseñador de producción Dan Weil viajaron al norte de Inglaterra para estudiar la verdadera Muralla de Adriano. Desde el comienzo, ambos intentaron acudir lo menos posible en el CGI. Su muralla, que ocupa el 50% de la película, sería real. “Tenía que ser real”, dice Fuqua. “Todos utilizan mucho el CGI, pero nosotros queríamos hacer lo posible para que los actores sintieran la realidad cuando caminaran en el set. Yo quería que se pudiera caminar sobre la muralla y poder ubicar allí la cámara”:

La recreación de la Muralla de Adriano fue construida en Ballymore Eustace, Condado de Kildare, con 950 metros de longitud y 35 pies de altura, en su punto más elevado. Es una estructura de dos lados con una pasarela de 10 pies de ancho, que permitía a los soldados patrullar la muralla. La estructura está jalonada por una serie de torretas y contiene una masiva fortaleza militar que albergaba a los legionarios romanos y a los Bretones locales. Su enorme puerta principal tiene 20 pies de ancho y 16 pies de largo. “El detalle comienza al principio de la muralla y finaliza al final de ella”, describe Dan Weil.

En el apogeo de la construcción, el número de operarios llegó a 300. A mediados de julio de 2003, la muralla y la fortaleza estaban terminadas y entraron las cámaras. La fortaleza es una amalgama de varios diseños y es esencialmente un cuartel militar, más la infraestructura que ese complejo requiere: comercios, posadas, puestos de mercado y alojamientos.

Todos los aspectos del diseño del set requirieron una asidua atención. Además del set de la Muralla de Adriano, se construyeron por completo dos pueblos para los nativos en Glenmalure, Condado de Wicklow: uno en la cima de la montaña y el otro, propiedad de Marius, en un valle. Para las viviendas se utilizó paja auténtica, así como piedra verdadera para las viviendas de los campesinos. “Toda vez que pudimos utilizar material que existiera en la época, lo hicimos”, dice Dan Weil.

La pieza central del Salón de los Caballeros fue la legendaria Mesa Redonda, un símbolo de la igualdad. Tiene 28 pies de diámetro con un espacio en el centro para ubicar un brasero. La mesa está rodeada por cuarenta asientos, cuya superficie está fabricada con cobre prensado y finamente ornamentada.

 

 

Para la diseñadora de vestuario Penny Rose (“Pirates of the Caribbean: The Curse of the Black Pearl”), el desafío de Rey Arturo fue el de la Edad Oscura. Se conoce muy poco sobre las vestimentas del S.V en Inglaterra: “No en vano se la llama la Edad Oscura: hay poquísimos registros visuales de esa época”, explica Rose, “pero utilizamos el famoso libro danés The Bog People, de PV Glob, que consigna la vestimenta que data de alrededor del año 400 d.C. en Dinamarca. Esa fue una muy buena orientación”.

Rose empleó a tres investigadores que trabajaron durante seis semanas en la investigación de material en el British Museum y, más significativamente, en Suttom House, un museo en Yorkshire. 

La diseñadora también trabajó estrechamente junto a Antoine Fuqua y al escritor David Franzoni, quien le sugirió que se pusiera en contacto con un profesor de la Universidad de California, especialista en tribus anteriores al S.V. Luego de estas investigaciones, Rose y su equipo empezaron a trabajar. Viajaron a Italia y a España para investigar diversas vestimentas y pieles. Algunas, como las de los centuriones romanos estándar, podían conseguirse fácilmente en comercios; otras implicaron una cierta dosis de ingenuidad y magia con la máquina de coser.

Rose debió vestir a cuatro facciones: los Sármatas, los Romanos, los Sajones y los Woads. Cuenta la diseñadora:  “Partí de la premisa de que debía darle a cada grupo una identificación muy definida. Por ejemplo, cuando compraba pieles, decidí qué pieles usaría exclusivamente cada grupo. Pieles de oso, jabalí y lobo para los Sajones y pieles más pequeñas para los Woads”.

En la película, el grupo clave es el de los Sármatas: el Rey Arturo y sus caballeros, quienes, según palabras de Rose, lucen un poco como “estrellas de rock del S.V”. Los caballeros tenían dos conjuntos básicos: las ropas de diario y los trajes de batalla. En cambos casos, la apariencia resultaba un híbrido entre los romanos y los pobladores de sus tierras natales en Europa Oriental. “Lo que tratamos de lograr en cada individuo es que mantuvieran algo de su propia historia, pero que fueran incorporando otras cosas de su vida de adultos”, explica Rose. “Los siete son una especie de estrellas de rock del S.V. Debían lucir atractivos, fuertes, dinámicos e interesantes. Cada uno de ellos es completamente individual en su interpretación y en su apariencia. Son como los ‘Magníficos Siete’ pero muy, muy individuales”.

Vestir al Rey Arturo le planteó a Rose un problema particular: “Arturo y Ginebra siempre han sido retratados en un contexto medieval y, obviamente, yo debía despojarlos de esa apariencia. En términos de fidelidad histórica en el cine, quizás estuvimos más cerca de ‘Braveheart’, pero no estoy segura de que ese film sea lo suficientemente sucio. Estas personas no tenían ropas diferentes, así fuesen reyes o pobres. Sólo tenían cinco o seis prendas que usaban durante años”.

Rose trabajó estrechamente junto a los actores, viendo qué prendas les resultaban más cómodas y escuchando sus sugerencias. Como el Rey Arturo, Clive Owen sólo hizo un pedido para su guardarropas: “Yo quería que Arturo usara pantalones de cuero negro”, recuerda Owen. Y Rose se los dio. 

En lo restante, la vestimenta de Arturo fue decidida de acuerdo con su historia. “Asumimos que Arturo se identificaría visualmente con su padre y que sería muy romano”, explica Rose, “de modo que su apariencia es muy al estilo romano, Su armadura está dividida en secciones y tiene mucho cuero. Lleva también una gran capa color borgoña que es como su prenda de identificación. Cuando está vestido con la armadura de batalla, luce definitivamente como un romano”.

Aunque Lancelot y Galahad están a tono con la vestimenta romana de Arturo, Rose concede que la decisión que tomó respecto de la vestimenta de Bors y Dagonet fue el resultado directo de su encuentro con los dos actores. “Los dos Ray (Winstone y Stevenson) no tienen pelo y son muy corpulentos. Podrían provenir de pueblos similares”, dice Rose. “Físicamente se veían parecidos, así que decidimos que llevaran menos metal y elementos rudos. En realidad, el más rápido para decidir fue Ray Winstone. Probamos con tres trajes e inmediatamente dijo: “Este está bien”.

Los dos caballeros restantes, Tristan y Gawain, también reflejan una apariencia completamente diferente: “Del tipo hippie, con cabellos y vestiduras largos”, describe la diseñadora. Tanto Joel Edgerton como Mads Mikkelson fueron caracterizados para lucir como asesinos de largos cabellos del S.V.

Rose había trabajado previamente con Keira Knightley en “Pirates of the Caribbean: The Curse of the Black Pearl”. “Fue un placer trabajar con ella”, recuerda Rose, quien trabajó junto a la actriz eligiendo varias combinaciones que definieran efectivamente a Ginebra. “La primera vez que la vemos a Ginebra es en la mazmorra de al propiedad de Marius, vestida con harapos. Luego, la esposa de Marius le da un vestido. Y después viste su traje de batalla, de una especie de princesa guerrera con pantalones, un conjunto de arneses de los Woads y muchos brazales. Lleva muchas armas, incluidos un arco y un garrote, pero no lleva ni una armadura pesada ni un peto”.

Para lograr la clásica apariencia del soldado romano, Rose sólo tuvo que comprar los trajes. “Los Romanos están mostrados de manera muy histórica”, explica. “En la película hay diferentes tipos de Romanos. Realicé una adaptación de los soldados romanos que cuidan el fuerte donde vive Arturo porque están viviendo en un clima frío, así que les agregamos pantalones y prendas en el cuello para señalar la diferencia en la temperatura. También están los mercenarios que cuidan al grupo de Marius. Y nuevamente hallamos leves diferencias porque por un lado, son mercenarios; por otro,  nos parece que son más como el ejército privado de un matón, así que no era necesario que se asemejaran tanto a los Romanos. Y el último grupo es el de los genuinos Romanos, los que acompañan al Obispo que son la versión absolutamente clásica del soldado romano”.

Para los Sajones, la apariencia elegida fue más salvaje y desaliñada: un cóctel bárbaro que refleja el tamaño de estos hombres. “Los Sajones son muy corpulentos y feroces”, describe Rose. “Los vestimos con cuero fuerte, con muchas capas y grandes pieles. Confeccionamos cerca de cien de estos equipos, alquilamos otros y los combinamos de diferentes maneras”.

En franco contraste con los Sajones se encuentran los Woads, guerrilleros que atacan de improviso y luego desaparecen rápidamente en la maleza. Son una unidad altamente móvil que opera a través del camuflaje, que vive de la tierra y que utiliza el abrigo natural provisto por ella. Para crear su apariencia tan funcional y distintiva, Rose decidió utilizar pintura azul para el cuerpo y vestimentas rústicas y minimalistas. “Los Woads tenían el cuerpo pintado con intrincados diseños, todos ellos manufacturados por mí”, dice Rose. “Pero hay una leve diferencia que hace que no parezcan cavernícolas ni bárbaros. Comenzamos a combinar arneses, tiradores, pantalones, todos confeccionados en forma rudimentaria en cuero. Yo quería que el material básico fuese algún producto del bosque, pero al final terminamos utilizando principalmente gamuza y cuero. Lo llamábamos ‘la línea comer y usar’: lo que mataban, lo comían y luego utilizaban sus pieles para vestirse”.

 

 

 

 

 

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