"UNA NOCHE EN EL MUSEO"

 de Shawn Levy

 

Los sagrados pasillos del Museo de Historia Natural están saturados con las cosas más sorprendentes —criaturas prehistóricas salvajes, guerreros ancestrales sanguinarios, tribus perdidas, animales africanos y héroes legendarios de la historia—, todas ellas congeladas para siempre. O…¿acaso lo están? En la comedia de acción y aventuras UNA NOCHE EN EL MUSEO el recién contratado guardia vespertino del Museo de Historia Natural está por descubrir que cuando al final del día los visitantes se retiran a casa, la verdadera aventura comienza —una vez que los residentes disecados, encerados y bien preservados salen a jugar.
La fantástica aventura da inicio cuando Larry Daley (BEN STILLER), un soñador arruinado cuyas ideas creativas nunca le han rendido frutos, se encuentra en una búsqueda desesperada por encontrar trabajo. Larry siempre ha creído que estaba destinado para cosas grandes. Pero no tiene idea cuán monumental y peligroso es el reto al que se tiene que enfrentar cuando acepta a regañadientes el supuestamente tedioso turno de medianoche como guardia de seguridad del Museo de Historia Natural. En su mismísima primera noche de trabajo, a Larry le entregan una gran linterna y un desgastado manual de instrucción, y después es dejado solo en el cavernoso y misteriosamente taciturno museo. Al menos, cree estar solo.
Pero, un momento, ¿qué fue ese sonido? Para su absoluta sorpresa e incredulidad, Larry observa estupefacto y aterrado cómo, una por una, las bestias primitivas y efigies almacenadas que lo rodean cobran vida mágicamente —y el caos total se desata. Ahora, mientras el Tiranosaurio Rex y Atila el Huno dejan una estela de destrucción a través de los pasillos de mármol, y los leones y monos merodean las delicadas exposiciones, Larry no tiene idea de cómo retomar nuevamente el control del museo. Desesperado, Larry deberá pedir ayuda al renombrado personaje histórico Teddy Roosevelt (ROBIN WILLIAMS), sólo para sobrevivir durante la noche. Enfrentado ante la posibilidad de perder su trabajo y defraudar, de nueva cuenta, a su hijo Nick, Larry deberá librar una batalla increíble para salvar el museo, con la esperanza de convertirse en el padre audaz y valiente que siempre ha soñado ser. El hombre que siempre estuvo a la espera de su momento de grandeza, lo acaba de encontrar.
ENTRANDO AL MUSEO:
LA FANTASÍA COMIENZA

La esencia de UNA NOCHE EN EL MUSEO tiene que ver con todo aquel que al visitar un museo con absoluto asombro, ha albergado secretamente un sueño que estimula la imaginación: esa descabellada fantasía donde las bestias disecadas y estatuas del pasado se liberen de sus ataduras y salgan repentinamente de sus exhibiciones para que cobren vida aquí y ahora.
“Creo que la mayoría de nosotros ha tenido la experiencia de caminar al lado de una estatua en un museo y jurar haber visto cómo sus ojos te siguieron”, comenta el director de la película Shawn Levy. “Da un poco de miedo, pero también es fenomenal imaginar qué podría pasar si realmente eso se volviera realidad —y, como director, es justo el tipo de planteamiento descabellado e increíble que me era imposible de resistir”.
Desde el mero inicio, la idea detrás de UNA NOCHE EN EL MUSEO probó ser imposible de resistir. Todo se generó cuando el dibujante croata Milan Trenc ilustró por primera vez un libro infantil en el que un guardia vespertino de recién ingreso en el Museo de Historia Natural de Nueva York se queda dormido, ¡sólo para descubrir que uno de los inmensos esqueletos de dinosaurio, que supuestamente tenía que cuidar, se ha extraviado misteriosamente! De repente, el guardia descubre que está rodeado por estatuas parlantes, irritadas y al acecho, lo que provoca la confusión en el lugar. El humor enérgico y la encantadora historia de un hombre común y corriente que tiene que enfrentarse a las grandes leyendas del pasado, provocó que se convirtiera en uno de los cuentos favoritos entre las familias.
También parecía destinada para el cine —y los derechos del libro pronto fueron adquiridos por Fox, con Chris Columbus y Michael Barnathan, de la compañía 1492 Pictures, vinculados como productores, y Mark Radcliffe, también de 1492 Pictures, como productor ejecutivo. El trío de realizadores, quienes a la postre fusionarían humor contemporáneo y efectos vanguardistas en la ya clásica serie de películas de aventuras modernas de Harry Potter, concibió una historia más prolongada para UNA NOCHE EN EL MUSEO.
Cuando los ejecutivos de Fox le mostraron el libro a los guionistas Thomas Lennon y Robert Ben Garant —quienes, como compañeros de escritura, obtuvieron fama gracias al inesperado éxito televisivo “Reno 911” (y la venidera versión cinematográfica Reno 911!: Miami)—, el dúo apenas y se podía controlar. “Literalmente, brincamos de nuestros asientos”, comenta Lennon. “Digo, los dos provenimos de Nueva York y básicamente pasamos nuestra infancia recorriendo el Museo de Historia Natural. Te podríamos dibujar un mapa de memoria; eso te demuestra lo mucho que nos gustaba pasar el tiempo ahí. Era simplemente el lugar más fantástico de la tierra”.
Garant añade: “Lo que en realidad nos atrapó es que de niños los dos teníamos el mismo sueño de escondernos en el museo y tener la oportunidad de ver qué sucede ahí después de cerrado. Creo que muchos niños, además de una gran cantidad de adultos, han tenido ese mismo sueño. Estar ahí, solo en la oscuridad con todas esas leyendas de la historia e inmensas criaturas sería la aventura máxima”.
Inspirados por esos recuerdos de la infancia, Lennon y Garant comenzaron a generar ideas de manera desenfrenada. “El primer aspecto que necesitábamos descifrar era de dónde provenía este hechizo que hace que todas las exhibiciones del museo cobren vida”, recuerda Lennon. “Los dos estábamos absolutamente asombrados con la sala egipcia en el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York, y en vista de que los egipcios eran muy dados a conservar las cosas vivas para siempre, repentinamente tuvo sentido que todo comenzara con una antigua inscripción egipcia y el inmortal deseo por la eterna juventud”.
Conforme escribían, la esencia de la historia pasó a ser el personaje de Larry Daley, que se desarrolló hasta convertirse en un soñador y maquinador inveterado, incapaz de poner en marcha aunque sea uno de una lista interminable de proyectos excesivamente ambiciosos. Aún más importante, Larry, quien aspira a ser un papá sobresaliente, toma el trabajo de guardia nocturno con la esperanza de nunca más volver a defraudar a su hijo. “Larry es ese tipo que creo que todos conocemos que cree en sus sueños pero que no cree totalmente en él”, explica Garant. “Todo el tiempo tiene estas ideas colosales en su cabeza, pero nunca ha tenido la oportunidad de probarse a sí mismo, o a su familia, que, de hecho, puede tener éxito con algo —y no está seguro de poder, hasta ahora”.
Una vez concebidos los personajes, realmente comenzó la diversión para Lennon y Garant cuando empezaron a considerar exactamente con qué y con quién Larry se podía topar durante su primera noche, que de ser una aburrición total pasa a ser algo completamente increíble. Desde el Salón de las Civilizaciones hasta los Dioramas de Ferrocarriles Estadounidenses, habían innumerables posibilidades. “Comenzamos por hacer una lista de todas nuestras cosas favoritas de todos nuestros museos favoritos —desde las cabezas gigantes de la Isla de Pascua hasta los dioramas”, comenta Lennon. “También queríamos que Teddy Roosevelt fuera un personaje protagónico porque el Museo de Historia Natural en Nueva York está revestido de citas suyas, y en realidad puedes percibir el espíritu de ese hombre ahí —sin dejar de mencionar que él mismo, como famoso naturalista que fue, ¡montó algunas de las exhibiciones que ahí se efectuaron!”. Las famosas palabras de sabiduría de Roosevelt —tales como “es difícil fracasar pero todavía es peor nunca haber intentado sobresalir”— sirvieron todavía de más inspiración para los temas implícitos que se encuentran a lo largo de toda la historia.
Los guionistas también se enfrascaron en un debate constante, típico de niños, sobre qué criaturas en el museo iban a probar ser más aterradoras una vez que fueran despertadas —y se divirtieron al destruir cualquier noción preconcebida en ese aspecto. Garant declara: “¡Decidimos que las cosas más grandes en el museo podían resultar ser las más impresionantemente adorables, mientras que las más aterradoras podían ser algunas de las criaturas más pequeñas!”.
Como quiera, a lo largo del camino, Lennon y Garant se rehusaron a ponerle límites a su escritura. “Ni siquiera nos detuvimos a pensar si estábamos escribiendo para niños o adultos —todo lo que nos importaba era escribir una película divertida, llena de acción, que a todo mundo pudiera llegarle a encantar”, resume Lennon.
Los resultados emocionaron especialmente a Shawn Levy, director que ha estado detrás de algunos de los éxitos cómicos más grandes de la última década, y quien, irónicamente, había estado buscando una película “más tranquila” cuando le ofrecieron la oportunidad de tomar las riendas de UNA NOCHE EN EL MUSEO. El guión pronto lo convenció de lo contrario. “Lo que me pareció más emocionante fue la mezcla de sentimiento, humor y espectáculo de la historia; todos en una gran aventura”, comenta. “La película, primero y antes que nada, narra una gran historia, pero con un nivel de espectáculo visual que va más allá de lo que podrías esperar de una típica comedia, y, aún más, con respecto a cualquier comedia que haya realizado antes”.
Levy no sólo quedó sorprendido por las audaces secuencias de efectos, sino también conmovido por la situación de Larry Daley —quien, en el fondo, es simplemente un padre haciendo lo mejor posible —aunque torpe y erradamente— por ser un héroe ante su hijo. “Creo que si la historia solamente fuera salvaje y divertida, llena de bombos y platillos, y efectos visuales, perdería parte de su esencia”, indica Levy. “Lo que me encantó de UNA NOCHE EN EL MUSEO es que era claro que iba a ser todas estas cosas, pero también tenía mucho que ver con el alma de este personaje: un padre que descubre que aquel gran momento que ha estado esperando toda su vida —y que siempre le había dicho a su hijo que se iba a presentar— ha llegado finalmente”.
Levy quiso que el estilo de la película fuera realista, dentro del contexto de una gran película con elementos fantásticos. “Suena raro decir esto con respecto a una película en donde las exhibiciones de un museo cobran vida, pero debido a que toda la premisa es desenfrenadamente surrealista, sentí que todo aquello que girara en torno a ella debía sentirse totalmente real —desde las actuaciones hasta la fotografía, a los efectos digitales”, explica. “Creo que las mejores fantasías tiene ese tipo de fundamento en la realidad. En este caso en especial, la diversión estribaba en permitir al público creer realmente que un museo pudiera llevar toda una vida distinta por la noche. Así es que eso es lo que nos dimos a la tarea de hacer”.

EL NUEVO GUARDIA VESPERTINO:
BEN STILLER ES LARRY DALEY

Al instante, los realizadores supieron que querían que Ben Stiller interpretara el papel principal de Larry Daley, el desafortunado, pero a final de cuentas heroico, guardia nocturno de recién ingreso. Stiller no solamente es una de las estrellas cómicas más populares de la actualidad, pero en películas que van desde There’s Something About Mary a Meet The Parents, Stiller ha forjado una reputación por encarnar personajes que se enfrentan a circunstancias exageradamente desfavorables. Su habilidad para representar tanto el humor como la desgracia de ese hombre común y corriente supremo, que debe romper con el molde, lo hacían perfecto para el papel de Larry Daley.
“Larry es un tipo que nunca ha sabido organizarse, que todo el tiempo se le ocurren maneras de cómo hacerse rico al instante, pero que nunca han terminado por funcionar”, explica Stiller. “También está preocupado con perder la relación con su hijo porque su esposa está a punto de casarse otra vez. Como que todo ha llegado a un punto decisivo y ahora, justo antes de la Navidad, tiene que hacer intentar conseguir un trabajo. Desde luego, solamente hay uno disponible: guardia nocturno en el Museo de Historia Natural. Piensa que va a ser el peor trabajo que cualquiera se pueda imaginar, pero resulta ser la cosa más increíble que jamás le ha sucedido”.
Desde el momento en que leyó el guión, Stiller supo que quería formar parte de la gran aventura de Larry. “Me encantaron las ideas detrás del guión”, comenta. “Crecí a cinco cuadras del Museo de Historia Natural y, de niño, yo sentía que tenía esta aura realmente mágica. No solamente son pinturas en las paredes, sino que también es donde puedes ver en un solo lugar todas las cosas más fantásticas que jamás existieron —leones y ballenas, y egipcios y dinosaurios. Así que el concepto de que todo cobre vida ahí adentro, de noche, no podía ser más atractivo y emocionante. Era algo que sentí que me encantaría ver”.
También era terreno nuevo para Stiller, cuya comedia nunca antes se había desviado hacia una zona mágica tal. “Nunca antes había tenido la oportunidad de trabajar en una película que fuera tan fantástica como ésta, donde como que tienes que intensificar el ‘fantasticómetro’”, indica. “Pero, en serio, para poder hacer que la magia funcionara, pienso que tienes que procurar que sea muy real para que siempre tengas un vínculo emocional con los personajes. Es esa realidad la que te permite creer en la magia en la que Larry se ve involucrado al toparse con todos estos personajes y criaturas de la antigüedad. Para mí, la clave fue sumergirme en la historia y comprometerme completamente con la idea de que en realidad esto está pasando”.
Para ayudar a Stiller a zambullirse en la improbable realidad de Larry, especialmente en las escenas donde iba a interactuar con creaciones totalmente digitales, el director Shawn Levy hizo lo que pudo para contribuir —¡al pretender con frecuencia ser una de las criaturas inanimadas que cobraban vida en el museo!. “Hay material claramente vergonzoso y humillante de mí con garras falsas de Tiranosaurio diciendo ‘Ra-ahh’, y persiguiendo a Ben por un pasillo para conseguir una reacción auténtica”, admite Levy. “Después me borraban en la computadora y ponían al dinosaurio. Y así fue como pasamos nuestros días en esta película”.
Stiller añade: “No sé si Shawn trabajó en una compañía de danza o de mimos, o en un campo donde entrenan animales, pero parecía tener una genuina afinidad por interpretar a animales fuera de cámara —¡vaya que me tenía bastante asustado!”.
De hecho, se presentaron incontables retos físicos para Stiller, muchos de los cuales se exhibieron durante sus diversas y cada vez más hilarantes formas de correr por su vida. “Correr fue un aspecto revelante en el papel de Ben, pero acabó con una gran condición física”, dice entre risas Levy. Pero ya sea que Stiller estuviera huyendo de los leones, los hunos o de los soldados miniatura, o confesándole su angustia existencial a Teddy Roosevelt, personaje que corre a cargo de Robin Williams, o esperanzado en poder mostrarle a su hijo cuán fenomenal su nuevo trabajo podía ser, Levy se percató que la estrella de la comedia estaba llevando constantemente todo a otro nivel —incluso el humor. “La virtud acerca de Ben, que realmente admiro”, comenta el director, “es que siempre está en búsqueda de algo mejor: una mejor actuación, una mejor manera de decir el diálogo, un mejor matiz. Así que siempre hubo mucha improvisación en el set —¡y, por ello, también hubo muchos momentos en los que Ben y los otros actores acababan por desternillarse de la risa entre ellos!”.
Para Stiller, la clave, dice, fue mantener en el núcleo de su actuación esa capacidad infantil de asombro, que experimenta la gente de cualquier edad en un museo —algo que se le dio fácilmente. “Creo que todos los adultos tienen un niño enterrado muy dentro en algún lugar, pero en algunas personas está más cerca de la superficie —en mi caso, mi niño interno está atorado en mi garganta”, dice con semblante inexpresivo. “Pero es ese espíritu el que me llevó a esta película”.


LOS GUARDIAS VESPERTINOS VIEJOS:
DICK VAN DYKE, MICKEY ROONEY Y BILL COBBS FORMARON UN TRÍO DE PROBLEMAS

Cuando Larry Daley toma el nuevo puesto de guardia vespertino en el Museo de Historia Natural, reemplaza a un trío de guardias tan viejos como algunas de las reliquias —pero que, a pesar de ello, resultan tener su propio plan diabólico. Para darle vida al pintoresco trío de Cecil, Gus y Reginald, los realizadores finalmente eligieron a tres actores cómicos que se han convertido en leyendas por derecho propio: el inimitable Dick Van Dyke, el muy querido Mickey Rooney y la prolífica estrella del cine, el teatro y la televisión Bill Cobbs.
Elegir a las estrellas octogenarias y septuagenarias fue un festín para Shawn Levy. “Tuve la gran fortuna de llevar a cabo audiciones a casi todo gran actor mayor de 65 años”, recuerda. “Fue sorprendente —digo, Dick Van Dyke, de hecho, se presentó en la audición. No tenía por qué hacerlo, pero él, Mickey Rooney y Bill Cobbs vinieron y demostraron realmente lo que podían hacer con este material”.
Levy continúa: “Una vez que vi a estos tres grandes actores juntos supe que iba a ser un lujo contar con ellos para interpretar a estos personajes. Dick Van Dyke con su cualidad esbelta y refinada; Mickey con su cualidad encantadora y ‘chaparrita’, y Bill, que cuenta con una profundidad enigmática, trabajaron muy bien juntos y encarnaron auténticamente el espíritu retozón de Cecil, Gus y Reginald”.
Además de ser uno de los comediantes más populares del mundo, Dick Van Dyke está también indeleblemente vinculado a películas familiares clásicas, tales como Mary Poppins y Chitty Chitty Bang Bang. Van Dyke, a quien le encantó de inmediato la historia, estaba emocionado por interpretar el papel de Cecil, ex guardia de seguridad vespertino que ayuda a reclutar y “entrenar” a Larry Daley. “Con todos los dinosaurios y hunos y animales, pensé que iba a ser una rebelión”, comenta Van Dyke. “Cuando leí el guión supe que era esa cosa rara: una gran película para todo el público. Así que me dije, ‘Tengo que formar parte de esto’. Es una de esas historias que no puedo esperar a que la vayan a ver mis nietos. Y junto con Mickey Rooney y Bill Cobbs, al ser los tres de la misma época, tuvimos una gran química como estos tipos viejos que están dispuestos a hacer cualquier cosa para volver a ser jóvenes”.
Para Ben Stiller, tener la oportunidad de actuar con —y ser embaucado por— Van Dyke fue un placer. “Creo que en realidad Dick tiene un tablero egipcio en su casa que es la fuente de la eterna juventud, porque casi me dobla la edad y tengo la mitad de su energía”, bromea Stiller. “Es un actor maravilloso y divertido que realmente sabe su oficio, así que fue un gran placer verlo trabajar”.
En cuanto a Mickey Rooney, Stiller comenta: “Nunca pensé que iba tener la oportunidad de trabajar con el gran Mickey Rooney—¡mucho menos ser vapuleado por Mickey Rooney!”.
Rooney, quien comenzó su carrera en la década de los 20 como niño, ha crecido literalmente con las películas. “Cuando llegué a Hollywood, casi no había nada aquí”, recuerda. “Me encontraba justo en sus inicios y desde entonces ha sido una delicia”. A pesar de todos los cambios que ha sufrido la producción cinematográfica, Rooney sigue siendo fiel a lo que él cree es el alma y corazón constante del cine: una gran historia —que fue lo que lo atrajo a UNA NOCHE EN EL MUSEO. “Creo que necesitamos más películas como ésta”, comenta. “Algo que toda la familia pueda ver; histórico, inteligente y divertido. No hay muchas películas como ésta, que puedan reunir a toda la familia en un solo entretenimiento”.
El sorprendentemente desleal trío lo redondea Bill Cobbs —un rostro familiar gracias a incontables papeles para el cine y la televisión— en el papel de Reginald. Le encantó tener la oportunidad de colaborar con Van Dyke y Rooney. “He tenido cualquier cantidad de buenos momentos en el cine, el teatro y la televisión, pero ésta fue una de esas experiencias verdaderamente grandiosas donde no sólo tienes la oportunidad de combinar la comedia, el drama y la improvisación, sino que además puedes ver a maestros generar ideas fantásticas”, comenta.
Cobbs disfrutó especialmente interpretar a un personaje viejo deshonesto, y que está lejos de ir con el geriatra. “Tenerme a mí, a Dick Van Dyke y Mickey Rooney interpretando a los tipos malos es bastante improbable, así que tienes los ingredientes para, a partir de esa idea, hacer algo muy divertido. Nos vemos como un grupo de inofensivos viejos pero somos todo lo contrario —y eso es lo que lo hace tan divertido”, recapitula.
Los guionistas Thomas Lennon y Robert Ben Garant estaban especialmente agradecidos con el casting de los viejos guardias nocturnos. Lennon comenta: “Estábamos encantados con este trío —¡es como una pequeña cápsula del tiempo de todo actor cómico, desde que comenzaron las películas habladas!”.

LOS RESIDENTES DEL MUSEO:
ROBIN WILLIAMS ENCABEZA EL REPARTO DE PERSONAJES FUERA DE LO COMÚN

Una vez que los viejos guardias nocturnos le pasan la batuta a Larry Daley, éste pasa su primera noche en el museo —una velada que prueba ser descabelladamente inolvidable cuando las exhibiciones de cera, de piedra y disecadas, que lo rodean en la oscuridad, cobran vida. En medio de pieles voladoras y el caos total, Larry descubre algunas personas sorprendentes de quienes requerirá ayuda si quiere sobrevivir hasta la mañana siguiente.
El mejor consejo que recibe Larry proviene de ni más ni menos uno de los estadounidenses más elogiados en la historia y un hombre que creía verdaderamente en el grandioso poder inherente del “hombre común y corriente” —el 26° presidente de los Estados Unidos, Teddy Roosevelt.
Para interpretar a Roosevelt, los realizadores sabían que iban a necesitar de alguien que pudiera sacarle provecho a todos los grandes momentos cómicos de la situación, y, al mismo tiempo, sacar a relucir la personalidad pintoresca e inspirante del hombre verdadero. La persona que les vino de inmediato a la mente fue el ganador del Premio de la Academia® y nominado en cuatro ocasiones al Oscar® Robin Williams, cuya carrera ha serpenteado entre la comedia desenfrenada y las actuaciones dramáticas intensas. Cuando le ofrecieron la oportunidad de interpretar a Roosevelt —quien, al igual que Williams, tenía un amplio interés en historia, política, ciencia y naturaleza— no pudo dejarla pasar.
“En la vida real, fue una figura fuera de lo común”, comenta Williams, “un hombre extraordinario y una persona excesivamente independiente, que luchó básicamente por lo que él llamaba ‘el hombre pequeño’. Al leer acerca de él, me quedó claro que era tanto una persona ética como carismática. Fue maravilloso haber podido encarnar ese tipo de personalidad”.
Al igual que el resto de sus compañeros de reparto, Williams, quien previamente protagonizó la exitosa fantasía familiar Jumanji, no pudo resistirse ante la creatividad de UNA NOCHE EN EL MUSEO. “Los museos se prestan naturalmente a que te preguntes qué es lo que sucede en su interior durante la noche, y a que la historia cobre vida —y se enfrente a ti…increíble”, comenta. “Me encantan este tipo de historias que son en parte fábula y en parte una gran aventura. En especial, me encantó cómo cobraron vida los dioramas, porque yo coleccionó miniaturas y la idea de algo a esa escala que cobre vida es como, ‘¡Fantástico!’. Y es muy divertido tener nuevamente a neandertales y hunos corriendo por todos lados —siempre le vienen bien a una fiesta”.
Williams, quien se dio a la tarea de investigar al hombre, estaba cada vez más fascinado con Roosevelt, y, en especial, con su actitud incansable e imbatible, que intenta transmitir a Larry Daley. “Su mensaje a Larry es ‘tú puedes hacerlo, muchacho, y si logras ordenar nuevamente este lugar, imagina lo que no podrías hacer’. Le ofrece aquella vieja pero gran idea de que puedes recuperarte por esfuerzo propio”.
Una vez en el set, Williams estaba totalmente en su ambiente. “Para mí, todo esto fue como Halloween”, comenta. “Una minuto estas con Tiranosaurio Rex y después ves pasar a un Rey Egipcio, y al siguiente te estás enamorando de Sacajawea. Fue como viajar en el tiempo”.
Para Ben Stiller, haber trabajado con Robin Williams hizo que la fantasía fuera todavía más real, y mucho más divertida. “Robin Williams era realmente la única persona que podía interpretar este papel, porque es incomparable”, comenta Stiller. “Es un artefacto cómico icónico —que suena como si fuera un grifo o algo así—, pero también es un estudiante genuino de historia, lo que lo hacía perfecto para interpretar a Teddy Roosevelt. Le aporta la realidad y espiritualidad a este hombre, que, reconozcámoslo, es sólo una figura de cera —y también es increíblemente divertido. Al final, Teddy se convierte en el verdadero amigo de Larry, una vez que lo ayuda a abrirse paso entre el museo y sobrevivir todo el desenfreno”.
Otras figuras históricas en las que Larry Daley debe confiar en su misión por salvar el museo incluyen a Sacajawea, la famosa guía Shoshone, que desempeñó un rol invaluable en la histórica expedición de Lewis y Clark a través del noroeste del pacífico. En UNA NOCHE EN EL MUSEO utiliza sus renombradas habilidades para ayudar a Larry a retomar el control del museo. “Es una rastreadora”, comenta la prometedora actriz juvenil Mizuo Peck, quien, en esta película, interpreta su primer gran papel en Hollywood, “así que es inteligente e ingeniosa, y buena, realmente buena, para encontrar cosas”.
Peck estaba especialmente fascinada con la oportunidad de intercambiar coqueteos con nada más ni nada menos que Robin Williams, quien interpreta a Teddy Roosevelt, el compañero de exhibición en el museo que llama la atención de Sacajawea. “Todavía no lo puedo creer”, comenta. “En nuestra primera escena juntos, Robin tiene que acercarse a mí todo torpe y tímido e incapaz de hablar. Fue tan tierno, y vulnerable y cariñoso, que me facilitó mucho las cosas. De inmediato me sentí a gusto a su lado. Esta película fue realmente todo lo que había soñado acerca de la magia de Hollywood —con todos los sets gigantes, con esfinges y animales salvajes corriendo por todos lados, además de Robin Williams. No pudo haber sido más emocionante”.
También emocionado por explorar el pasado antiguo estaba Rami Malek, el joven actor egipcio que actualmente puede ser visto en el programa de televisión “The War at Home”, quien interpreta al Faraón Akhmenrah, la momia egipcia y rey adolescente que ha dormido por siglos, sólo a la espera de una oportunidad para gobernar. Ni siquiera la audición de Malek fue mediocre —en vez de leer simplemente diálogos, ¡tuvo que exhibir sus propias técnicas creativas para emerger de un sarcófago!
Malek disfrutó especialmente el retrato alejado de los clichés de un rey egipcio. “Esperas que salga esta presencia austera de un faraón que es parte de este gran hechizo, pero, a cambio, tienes a alguien que emerge con toda esta exuberancia juvenil, que básicamente es un adolescente en busca de una gran aventura, así que es una propuesta distinta que es realmente fresca y divertida, pero basada en la tradición”, comenta Malek.
Uno de los personajes más problemáticos de las exhibiciones del museo no es para nada humano, aunque es primate —el diminuto mono capuchino Dexter que provoca un caos inversamente proporcional a su tamaño. Dexter tampoco es digital—, es interpretado por un auténtico mono capuchino llamado Crystal, entrenado por Mike Alexander y Tom Gunderson, de Birds & Animals Unlimited. “Dexter es un pequeño mono muy travieso, pero Crystal es bastante buena”, indica Alexander.
Esas fueron buenas noticias para Ben Stiller, quien en una escena tiene que soportar cómo Dexter le muerde la nariz, un truco que requirió de un entrenamiento bastante delicado. “Fue importante que antes de esa escena Ben estuviera completamente a gusto con Crystal y que Crystal estuviera a gusto con él —así que fuimos a la casa de Ben y trajimos a Crystal con nosotros para que pudieran conocerse. Para suerte de todos, a Crystal le gustó mucho”, comenta Alexander. “Para ser honestos, ¡lo vio más como un pedazo de utilería!”.
Mientras Larry Daley está evadiendo por las noches a animales con colmillos y a miembros de tribus con lanzas en mano, durante el día está luchando por conservar su trabajo —tarea nada fácil considerando que tiene como jefe a una pesadilla viviente: el ridículamente entrometido Dr. McPhee. En el papel de McPhee está una de las estrellas cómicas más brillantes de Inglaterra, Ricky Gervais, quien creó y protagonizó la vanguardista serie de televisión “The Office”, para la BBC.
Gervais se sintió atraído al Dr. McPhee porque es exactamente la clase de personaje que se cree demasiado y se toma muy en serio las cosas; el tipo de personalidad que a Gervais no le cuesta nada de trabajo interpretar. “Aquí está, a cargo de este lugar educativo, pero no es muy articulado o lo suficientemente inteligente, ni siquiera para partir la mantequilla”, explica Gervais. “Está intentando administrar bajo mucho control y después se enfrasca en una lucha de voluntades con el ordinario guardia de seguridad, que lo ha estropeado todo y lo frustra continuamente. ¡Existe algo muy divertido acerca de una persona con autoridad que se comporta como niño!”.
Para Gervais fue especialmente divertido la oportunidad de intercambiar observaciones irónicas con Ben Stiller. “Ha sido todo un placer trabajar con Ben, y realmente tenemos una dinámica divertida en cuanto a que los papeles se revierten”, continúa. “Supuestamente es mi subordinado y el tipo de persona que siempre se está metiendo en problemas y yo soy el que está a cargo —pero cuando llega el momento de la verdad, mi personaje se pone todo torpe y nervioso, y Ben se convierte en héroe”.
La misión de Ben por llegar al meollo del misterio en el museo también lo lleva a intimar con una de las docentes más apasionadas del recinto —Rebecca Hutman, quien está investigando fervientemente una tesis de Sacajawea y se siente estimulada por las observaciones inesperadas de Larry con respecto a cuán “viva” la historia parece ser en el museo. Para personificar a Rebecca, los realizadores eligieron a Carla Gugino, cuya diversa carrera incluye haber interpretado a la madre de familia de espías infantiles en la popular serie Spy Kids, y fue vista más recientemente en Sin City, de Robert Rodríguez. Levy habla acerca de la elección: “Carla tiene una combinación de inteligencia, belleza y dignidad que fue una gran combinación para el papel de Rebecca”.
Estaba tan cautivada por la narrativa fantástica, que Gugino no pudo dejar de leer el guión. “Tener un escrito como éste que hace honor a la historia y junta el pasado con el presente de manera tan divertida y emocionante fue realmente único”, comenta. “Tuve la misma sensación que cuando ‘Spy Kids’, que tenía todos los elementos de una historia grandiosa y perdurable”.
El actor novato Jake Cherry, quien obtuvo el papel después de extensas audiciones, también forma parte del reparto, como el hijo de Stiller. Si bien estaba fascinado con haber obtenido el papel, Cherry realmente comenzó a emocionarse con respecto a lo que estaba por venir cuando vio los escenarios de UNA NOCHE EN EL MUSEO. “Había momias y sarcófagos, y guardias chacal, y fue lo más maravilloso que me ha tocado ver en mi vida”, dice en resumidas cuentas.
Otro miembro del reparto ya tenía una relación muy íntima con Ben Stiller —una mujer que es otra leyenda en la historia de la comedia y la madre en la vida real de Stiller: Anne Meara. Meara interpreta al agente de empleos que le consigue a Larry el trabajo en el museo. Si bien Meara apareció en Reality Bites y Zoolander, resulta que ésta es la primera vez en su vida que ella y su hijo han tenido una escena juntos. Stiller comenta: “Es tan divertida y tan talentosa, ¡fue maravilloso poder haber trabajado con ella finalmente!”.
Shawn Levy comenta acerca del reparto del filme. “Este fue el sueño de cualquier director —tener a actores que van desde Ben Stiller a Robin Williams, a Ricky Gervais hasta Dick Van Dyke y Mickey Rooney, simplemente sabes que cada una de las actuaciones destacará por sí misma y será excepcional. Fue como una pelea de peso completo entre gigantes de la comedia”.

CONSTRUYENDO EL MUSEO:
EL DISEÑO DEL FILME

Cuando se trató del diseño visual de UNA NOCHE EN EL MUSEO, Shawn Levy supo que se iba a enfrentar a una tarea de escala monumental. Como lo pone: “!Vaya que es una paleta bastante grande si partes de toda la historia para dibujar!”. Comenzó por conjuntar a un equipo de artistas encabezado por el diseñador de producción ganador del Premio de la Academia Claude Paré y la muy solicitada diseñadora de vestuario Renée April.
Su misión fue nada menos que crear el interior de un museo de clase mundial —de la nada. Si bien la película iba a utilizar el mundialmente reconocido Museo de Historia Natural de Nueva York para los exteriores, no había forma que la producción pudiera desatar el caos de la historia adentro de sus pasillos, saturados con artefactos costosos y antigüedades invaluables. Como Robin Williams señala: “¡No quieres escuchar que acabas de tirar un diván del siglo XIV, perteneciente a Luis XIV!”. Así que se tomó la decisión de crear un set de maravillas sin precedentes en un inmenso foro en los apropiadamente llamados Estudios Mammoth , en Vancouver —uno que sirviera para duplicar una especie de “grandes éxitos” de las exhibiciones de historia natural más fascinantes de la actualidad.
El trabajo para fraguar la visión que Shawn Levy tenía para las entrañas del museo recayó en gran medida en Claude Paré, quien previamente obtuvo un Oscar por el lujoso e histórico diseño de arte de The Aviator, de Martin Scorsese. Sabía que este proyecto iba a ser un cambio de ritmo vertiginoso —aunque no pudo evitar estar emocionado por el inmenso reto que ello implicaba. “Usualmente un diseñador se enfoca en una o dos épocas, pero con UNA NOCHE EN EL MUSEO, existía la oportunidad de abordar muchos tipos de diseño, desde los antiguos templos egipcios a escenas de vaqueros del oeste, y divertirte con cada uno de ellos”, comenta Paré.
Como si fuera un curador inspirado, Paré no le puso límite a cuán lejos podía llevar las cosas. “Igualamos las grandes ventanas arqueadas en el museo de Nueva York para la continuidad del exterior hacia el interior”, explica Paré, “pero salvo eso, desde el momento que entras por las puertas giratorias, estás totalmente en el ambiente que creamos para la película —sin contar la Sala ‘Ocean Life’, que es una composición digital de una exhibición que se encuentra en el Museo de Historia Natural de Nueva York”.
Durante varias semanas consecutivas, los diseñadores de sets de la película se convirtieron en diseñadores temporales de museos, al crear exhibiciones individuales que cuentan historias únicas —desde pescadores Inuit que sobreviven en las capas espesas de hielo hasta los neandertales en su cueva intentando crear fuego. “Cada una de estas exhibiciones tenía que ser ilustrada, planeada, construida y montada de manera individual dentro de cada uno de sus nichos”, explica Paré. “En un momento dado, teníamos a diez diseñadores tan sólo trabajando en los planos para las diversas exhibiciones del museo. La meta era hacer a cada uno de ellos completamente creíble, por lo que le prestamos una atención extrema al detalle”.
Para mantenerse firme, el taller de construcción de la película trabajó 24 horas al día, siete días a la semana, produciendo profusamente estatuas, modelos y miniaturas. Paré incluso puso a su equipo a construir pirámides para la Sala Egipcia, inspirada parcialmente por la venerada exhibición egipcia en el Museo Metropolitano de Nueva York. Si bien las pirámides de Egipto originales requirieron del trabajo de aproximadamente 30,000 personas para cada estructura, Paré tuvo que hacerlo con una fuerza muchísimo menor, pero muy ingeniosa. “Nuestra meta fue establecer la línea entre crear un tipo de set colorido y divertido, como el templo de la perdición, y, al mismo tiempo, procurar que el diseño fuera auténtico con respecto a lo que podrías ver en un museo”, comenta.
Mientras tanto, el equipo se dio a la tarea de esculpir una de las estatuas clave de la película: la famosa escultura de Teddy Roosevelt montando a caballo y blandiendo su espada en el aire, que tuvo que ser reconfigurada para que se asemejara a la ya popular silueta de Robin Williams. Para asegurarse que la estatua se viera justo como el personaje que cobra vida de noche, Williams tuvo que adoptar esa misma posición —lo que significó que el famosamente hiperactivo actor tuvo que permanecer inusualmente quieto— mientras era envuelto en vendajes de yeso para hacer el molde. Más tarde, el molde fue rellenado con fibra de vidrio y se le dieron los toques finales para suministrar la esencia de Roosevelt en la forma de Williams.
Conforme se iban construyendo los inusuales objetos, reclutaron a un sinfín de hábiles modelistas para trabajar en el polo opuesto: tallar las meticulosas miniaturas para los dioramas ultra pequeños del museo, que también cobran vida mágica y vigorosamente, con el objeto de convertir a Larry Daley, personaje que interpreta Ben Stiller, en una especie de Gulliver atrapado en la tierra de los liliputienses.
“Para los dioramas, primero tuvimos que investigar los temas de cada una de las exhibiciones —desde la cultura maya hasta la historia del ferrocarril en los Estados Unidos”, explica Paré. “Después, nos adentramos en las medidas precisas y trazado de la sala de dioramas, para poder discernir exactamente cuánto espacio iban a necesitar los modelos y después cuánto espacio iba a necesitar Ben para poder interactuar con todas las pequeñas estatuillas”, recuerda Paré. “El trabajo requirió de mucha paciencia y sumo cuidado”.
Si bien la mayoría de los sets y utilería de la película son espectaculares a escala, uno de los elementos de diseño favoritos de Paré es, de hecho, uno de los más sutiles: el sumamente pulido piso del museo, que se convirtió en pieza clave del motivo visual de UNA NOCHE EN EL MUSEO. “El piso podría ser la parte más importante del set”, comenta Paré. “De él, obtienes todos estos maravillosos reflejos que hacen que todo en el museo se vea más grandioso. ¡Y también fue bastante útil para que Ben Stiller se pudiera deslizar sobre él!”.
Una vez que el reparto comenzó a llegar a los Estudios Mammoth, ellos también estaban fascinados con lo que Paré y su equipo montaron. Ricky Gervais comenta: “Entrar el set fue como entrar en la caja de juguetes más grande del mundo”.
Al igual que Claude Paré, la diseñadora de vestuario Renée April se enfrentó a la inusual labor de diseñar el vestuario no solamente para una o dos épocas —sino también para diversos periodos a lo largo de toda la historia, que iban desde las cubiertas de piel que utilizaban los hunos hasta los taparrabos de los mayas, a las armaduras romanas y el uniforme de los soldados de la Guerra Civil, todo hasta llegar a los guardias de seguridad contemporáneos. April, cuyo trabajo anterior incluye la venidera película de acción y aventuras Pathfinder y el exitazo en taquilla The Day After Tomorrow, así como notables películas de época, tales como The Moderns y Mrs. Parker and the Vicious Circle, se sintió atraída por la oportunidad de meterse de lleno en uno de los aspectos de su trabajo que ama especialmente: la investigación histórica.
Después de varias excursiones al Museo de Historia Natural de Nueva York, April encontró la inspiración. No solamente buscaba igualar la diversidad que encontró ahí, sino crear un vínculo entre toda la diversidad de atuendos que se presentan en UNA NOCHE EN EL MUSEO, de tal forma que se vieran como una gran película constantemente cómica. “El reto fue diseñar todos esos distintos vestidos de época para que cada uno funcionara igualmente bien en una comedia”, explica April. “Necesitaba mantener un hilo de autenticidad, pero también quería hacer que todo se viera como algo fuera de lo común”.
Uno de los atuendos más difíciles de la prodigiosa lista de April fue aquel del rey egipcio Akhmenrah, interpretado por Rami Malek. “Debido a que es una momia, tuvimos que crear un atuendo que pudiera ser envuelto en paño”, enfatiza, “pero, no obstante, darle todo el esplendor y la gloria de una gran rey egipcio con un tocado completo y una gran capa dorada. Ese vestuario nos llevó mucho trabajo, y muchas, muchas, muchas cuentas pequeñas”.
Otro vestuario divertido fue aquel de Atila el Huno, de quien, desde luego, no existen fotografías, así que April fue capaz de dejar que volara su imaginación. “Compramos colchas viejas y las rellenamos de piel, y después tallamos nuestra propia armadura de metal y aquellos grandes cascos de pelo de caballo”, comenta. “Quizás y no sean del todo veraces pero son muy coloridos y definitivamente parecidos a los que portaban los hunos”.
Cuando se trató de Teddy Roosevelt, que interpreta Robin Williams, la veracidad histórica fue más fácil. “El vestuario de Roosevelt es probablemente lo más cercano que hay a la realidad histórica porque sabemos prácticamente qué tipo de ropa utilizó, hasta los botones”, comenta April. “Una vez que juntamos todas las piezas y Robin se las probó, estaba perfecto”.
El supervisor en jefe de los efectos de maquillaje Adrien Morot enriqueció todavía más los diseños de April, al añadir toques finales a cada personaje, incluyendo un brillo encerado y traslucido en los rostros de aquellos que interpretaban a esculturas vivientes, y prótesis faciales que transformaban a actores modernos en neandertales y hunos. “En la mayoría de las películas procuras hacer que las cosas se vean más reales. ¡UNA NOCHE EN EL MUSEO planteó el interesante reto de intentar tomar a actores auténticos y hacer que se vieran como estatuas falsas!”, comenta Morot.
Para Shawn Levy, ver a estos artesanos transformar un foro vacío en un museo que había soñado cuando leyó por primera vez el guión fue emocionante. Comenta: “Ver cómo todo cobró vida fue una experiencia increíble. Con un lienzo de tal envergadura, hace que te vuelvas adicto al cine”.

EL MUSEO COBRA VIDA:
LOS EFECTOS

Con los personajes en manos de legendarias y prometedoras estrellas de la comedia y los intrincados sets del museo siendo erigidos por dedicados artesanos, todavía faltaba el último toque de magia que le iba a permitir al Museo de Historia Natural cobrar vida —en este caso, no se trataba de un antiguo hechizo egipcio sino de la magia digital en forma de efectos visuales de vanguardia.
Al principio, Shawn Levy estaba nervioso con respecto al intenso uso de gráficas por computadora de la película —especialmente porque nunca había encabezado una producción con tanta carga digital como ésta. Pero se sintió alentado con el tremendo y sumamente experimentado apoyo que tenía detrás de él. “Desde un inicio recibí muchos consejos de Chris Columbus y Michael Barnathan, mis compañeros productores, quienes, desde luego, habían trabajado en la franquicia de Harry Potter”, explica Levy. “Me dijeron que no me preocupara con todo el vocabulario de alta tecnología. En cambio, me dijeron, ‘la parte importante es realmente saber a exactitud cómo quieres que las cosas se vean en tu cabeza…y después deja que tu equipo te ayude con el ‘cómo hacerlo’’. Así que me lo tomé muy en serio y pasé mucho tiempo trabajando en el storyboard porque sentí que si le podía mostrar claramente a mi equipo qué es lo que quería ver en pantalla, iban a poder descifrar la manera de ponerlo ahí”.
Levy también aportó una perspectiva fresca al departamento de efectos, al infundirles una improvisación cómica. “Con frecuencia, la gente se prepara para las tomas de efectos con mucho tiempo de anticipación, pero lo hicimos de manera totalmente informal”, explica. “Digamos que en una escena Ben debe ser golpeado supuestamente por la cola del Tiranosaurio Rex y deslizarse a lo largo del piso —pero el día que hizo la escena, cambió de opinión, ‘no sería divertido, a cambio, hacer un maroma doble de espaldas y caer en la escalera’. Bueno, siempre quieres que gane la mejor idea. Así que, debido a ello, estábamos cambiando las cosas constantemente y el equipo de efectos especiales tuvo que adaptarse a ello. Dijeron que era, por mucho, la película con efectos en la que más habían tenido que improvisar durante su carrera. Y creo que se debe a que Ben Stiller y yo en realidad no hacemos películas con efectos. Todo lo que hacemos es en aras de hacer el mejor chiste o lograr el mejor momento. Ahora bien, hay que reconocer que todo el equipo apoyó ese edicto”.
Para darle movimiento y vida a las criaturas y estatuas del museo, Levy recayó en el Supervisor de Efectos Visuales Jim Rygiel (trilogía de The Lord of the Rings) y en una de las principales casas productoras de efectos visuales de Hollywood, Rhythm & Hues —famosa por su excepcional trabajo en la creación digital de animales, como se pudo evidenciar recientemente en The Chronicles of Narnia: The Lion, The Witch and the Wardrobe.
De inmediato, los retos fueron literalmente grandes y formidables cuando Rhythm & Hues se dio a la tarea de crear el león que salta de la Sala de Mamíferos Africanos y persigue a Larry Daley. “El riesgo que Larry pudiera tener en estas escenas dependía del hecho de que el león generado por computadora tenía que ser una animal completamente real”, comenta Dan Deleeuw, el Supervisor de Efectos Visuales de Rhythm & Hues. “Pero trabajar con animales reales en gráficas por computadora es difícil porque no cuentas con el tipo de ambiente fantástico que te permite salirte con la tuya con ciertos trucos. Utilizamos un montaje muy original y cuidadoso en esta secuencia, para que realmente se viera cómo las garras del león, por centímetros, no pescan a Larry”.
Otro gran reto para el equipo de Efectos Visuales se presentó al trabajar con objetos verdaderamente pequeños —hacer que ejércitos de dioramas, de unos cuantos centímetros, se vieran como auténticos mayas, romanos y vaqueros luchando entre ellos. “Para los ejércitos de diorama, creamos 89 modelos prototipo que después se convirtieron en la base para cientos de variaciones que creamos en la computadora”, explica Rygiel. “Utilizamos actores verdaderos, los filmamos en varias secuencias de acción y después los duplicamos en su realidad exacta, para que ahora, cuando veas a los vaqueros peleando contra los romanos por todo el piso de un diorama, se puedan percibir cientos de variantes con características individuales”.
Las secuencias de diorama también presentaron problemas potenciales de escala. “Si estás fotografiando algo en el mundo del diorama y la cámara se mueve 60 cms., con la cuestión de la escala, cuando fotografías a un humano en la pantalla verde para intentar igualar el movimiento, de hecho te estás moviendo 15 metros y ¡repentinamente estás por encima del techo en el foro! Así que la fotografía requirió de mucha planeación”, indica Deleeuw.
Con actores, diseñadores y equipo de efectos trabajando de manera conjunta, el material repentinamente fusionó esa realidad, comedia y encanto que Shawn Levy había imaginado desde un inicio. El director recapitula: “Al final, estos hombres fueron capaces de tomar literalmente al museo, y todo lo que sucede en él, para que se viera exactamente igual a como lo soñé en mi cabeza”.

Noche en el Museo:
La Experiencia IMAX — ¡Cobra Vida en IMAX!

Una Noche en el Museo: The IMAX Experience® será estrenada en cines IMAX® de todo el mundo a partir del 22 de diciembre de 2006, de manera simultánea con el estreno de la película en cines convencionales. Esta película ha sido remasterizada digitalmente para conseguir la inigualable calidad de imagen y sonido de The IMAX Experience®, con tecnología del concesionario IMAX DMR® (Remasterización Digital).
Una Noche en el Museo: The IMAX Experience® es la tercera película IMAX con Twentieth Century Fox, seguida de Robots: The IMAX Experience en marzo de 2005 y Star Wars: Episode II Attack of the Clones: The IMAX Experience en noviembre de 2002.
Los cines IMAX brindan imágenes de insuperable claridad e impacto para provocar que el público se adentre virtualmente en la película, mientras observan cómo las exhibiciones del museo cobran vida mágicamente en las pantallas más grandes del mundo, rodeadas por sonido digital surround de vanguardia. Las pantallas IMAX pueden ser tres veces más grandes que la pantalla de 35mm promedio, 4,500 veces más grandes que la pantalla de televisión promedio, y tan ancha como un campo de fútbol americano, para crear un experiencia cinematográfica completamente absorbente.
El director Shawn Levy habla al respecto: “Una Noche en el Museo es un viaje desenfrenado de película. Es absorbente —al participar en la vida secreta de un museo después de que cierra sus puertas. No puedo imaginar un placer más grande para un público que tomar ese turbulento viaje en la magnitud y claridad vívidas del formato IMAX. Lleva a un nuevo nivel la experiencia de ir a ver una película. Hace que una gran película se vea todavía más grande”.
El tamaño total de una pantalla de cine 15/70 combinada con la singular tecnología de proyección IMAX es clave para la nitidez y claridad extraordinarias de las imágenes proyectadas en los cines IMAX.
Para envolver completamente al público asistente a un cine IMAX, el sistema de sonido IMAX es un sistema estéreo de múltiples canales diseñado especialmente para que brinde una claridad y calidad excepcionales para un mayor impacto.
La marca IMAX® es famosa en todo el mundo y representa el entretenimiento filmado de mayor calidad e impacto. Ahora, los visitantes a los cines IMAX ya alcanzan los cientos de millones desde que la tecnología debutó en 1970. Conforme se incrementa el número de salas, se extiende la figura de la marca IMAX —un nombre único en la industria del entretenimiento.
Fundada en 1967, IMAX Corporation es una de las principales compañías de tecnología de entretenimiento en el mundo, y la nueva ventana de distribución para las películas de Hollywood. IMAX brinda las mejores presentaciones cinematográficas del mundo al usar las tecnologías concesionadas IMAX, IMAX 3D y IMAX DMR. IMAX DMR (Remasterización Digital) hace posible que virtualmente cualquier película de 35mm sea transformada a la calidad de imagen y sonido inigualables de The IMAX Experience. La marca IMAX es reconocida en todo el mundo por sus extraordinarias y absorbentes experiencias de entretenimiento. Para el 30 de junio, 2006, ya habían 274 cines IMAX operando en 38 países.
IMAX®, IMAX® 3D, IMAX DMR®, IMAX MPX®, y The IMAX Experience® son marcas registradas de IMAX Corporation. Para mayor información de la Compañía visitar www.imax.com.


UNA GUÍA BREVE DE LAS EXHIBICIONES DEL MUSEO

TEDDY ROOSEVELT: Mucho tiempo antes de que se convirtiera en una estatua de cera, Theodore Roosevelt fue el 26º presidente de los Estados Unidos, y un hombre famoso por su amplia variedad de intereses y logros. Fue historiador, autor de más de 35 libros, hacendado, conservacionista, padre de seis niños y un naturalista que realizó audaces expediciones científicas a Sudamérica y África, para traer consigo exhibiciones de museo como aquellas en UNA NOCHE EN EL MUSEO. Además de su bigote, también es famoso por haber expandido el rol del presidente moderno, por el Canal de Panamá, por las leyes para protección del consumidor, por el “Trato Justo” que proporcionó un salario vital a millones y por haber ganado el Premio Nóbel de la Paz, entre otros reconocimientos.

SACAJAWEA: Una de las legendarias mujeres del oeste americano, Sacajawea fue hija de un jefe Shoshone cuya habilidad e ingenio le permitieron servir como guía e intérprete en la afamada expedición que Lewis y Clark realizaron en el siglo XIX de Dakota del Norte al Océano Pacífico —y también resulta útil al ayudar a Larry Daley a rastrear las fugitivas exhibiciones del museo.

FARAONES EGIPCIOS: Los faraones fueron los reyes del misterioso y poderoso imperio del Antiguo Egipto, que permanecieron desde la Era Neolítica del 3,500 AC. hasta los romanos en el año 100 DC; una de las civilizaciones más perdurables en la historia de la humanidad. Se creía que cada uno de los faraones era la reencarnación del dios egipcio Horus, razón por la cual eran frecuentemente momificados para prepararlos a resumir su poder después de la muerte —¡incluso si el más allá iba a terminar siendo en un museo!

OCTAVIANO: Octaviano fue el primer Emperador de Roma, que gobernó el Imperio Romano durante 40 años. Adoptado como el hijo de Julio César, Octaviano alcanzó el poder en el año 31 AC. y permaneció ahí hasta su muerte, el año 14 DC. Después de terminar con una serie de guerras civiles, introdujo la “Pax Romana” —un periodo fructífero de extensa paz y prosperidad—, cuya calma se ve quebrantada por sus vecinos vaqueros en el museo.

ATILA EL HUNO: Atila el Huno fue rey del Imperio de los Hunos y el famoso guerrero jinete que peleó contra los romanos en el siglo IV. Se convirtió en una figura legendaria por toda Europa por haber formado uno de los ejércitos más feroces y temidos que el mundo, o cualquier pasillo de museo, haya conocido jamás.

NEANDERTAL: El Neandertal fue una antigua subespecie de homo sapiens que habitó por primera vez partes de Europa y Asia, hace 350,000 años. Son conocidos por sus cuerpos pequeños y robustos, cejas pobladas y mentones prominentes —así como por sus habilidades para la caza y el uso de herramientas, sin dejar de mencionar su febril misión por hacer fuego.

CABEZAS DE LA ISLA DE PASCUA: En una de las islas más aisladas del mundo, a 3,200 Km. de cualquier otro lugar en medio del Pacífico Sur, una cultura misteriosa talló más de 800 inmensas cabezas de piedra con un peso de 10 toneladas cada una. Duplicadas en el museo, las cabezas gigantes tienen unos cuantos consejos para Larry Daley.
TIRANOSAURIO REX: También conocido como “T-Rex”, el Tiranosaurio Rex fue un gran dinosaurio carnívoro que vivió a finales del Periodo Cretáceo, aproximadamente hace 85 millones de años. A pesar de sus pequeños brazos, el poderoso cuerpo y largos y puntiagudos dientes hacían del dinosaurio un depredador formidable —pero quizás y lo único que quería era que alguien le aventara una pelota.

MONOS CAPUCHINOS: Los monos capuchinos son especies sumamente inteligentes de primates americanos encontrados en Centro y Sudamérica. A lo largo de los años, han sido entrenados como organilleros, mascotas e incluso como asistentes de gente paralizada —pero son célebres, como Larry Daley pronto descubre, por su naturaleza traviesa e ingeniosa.

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