"BAJO EL SOL DE TOSCANA"

de Audrey Wells

 

 

 

La vida de la escritora de San Francisco, Frances Mayes (Diane Lane), recién divorciada, está a punto de dar un inesperado pero imprescindible vuelco.  En un intento por que Frances salga de su letargo y su ostracismo provocado por el divorcio, su amiga Patti (Sandra Oh) le ofrece a Frances un regalo con la esperanza de que realice el milagro: un viaje de diez días a Toscana, en el corazón de Italia.  Y justamente allí, bajo el sol de Toscana, ocurre lo más increíble: Frances impulsivamente compra una deteriorada casa de campo llamada “Bramasole” -literalmente, “que añora el sol” - y al hacerlo se precipita a una vida totalmente nueva.  Mientras adopta la forma de vida de la región y se dedica a la restauración de su nueva casa, Frances se encuentra a sí misma estrechando vínculos con la gente que la rodea y poco a poco vuelve a descubrir el placer de la risa, la amistad y el romance.  Entre progresos y traspiés en su incierto derrotero, algo se vuelve muy claro: en la vida existen segundas oportunidades.

            Touchstone Pictures presenta “BAJO EL SOL DE TOSCANA”, dirigida por Audrey Wells, también autora de la historia para la pantalla y el guión.  La película está basada en el libro Under the Tuscan Sun de Frances Mayes.  Los productores son Tom Sternberg y Audrey Wells; los productores ejecutivos son Laura Fattori, Sandy Kroopf y Mark Gill. El film está protagonizado por Diane Lane, Sandra Oh, Lindsay Duncan y Raoul Bova.

 

Acerca de la Producción

 

Under The Tuscan Sun trata sobre alguien que da un arriesgado paso en su vida,  se va a un país extranjero, compra una casa y cambia su vida.  Es sobre una transformación”. (Frances Mayes)

 

Under The Tuscan Sun es una película acerca de una mujer que hace un gran esfuerzo, cambia su vida y descubre que cuando dejas de buscar el amor, el amor te encuentra”.  (Tom Sternberg, Productor de “BAJO EL SOL DE TOSCANA”)

 

            Cuando la escritora de San Francisco Frances Mayes (Diane Lane) se encuentra de pronto divorciada y sintiéndose totalmente perdida, es una casa la que viene a su rescate.

            Más exactamente, es una nueva forma de vida lo que la salva.  Ella decide ser espontánea, incluso audaz con las cosas que la atemorizan.  Casi nada tiene sentido; una oportunidad se presenta.

            ¿Por qué no comprar una casa en Toscana?

            Como una aventurera del corazón, Frances deberá perder el miedo: ser valiente frente a los rayos y truenos, firme ante las paredes que se desmoronan con estruendo, decidida a llenar una casa vacía .... ¿pero con qué?  Aún más difícil, deberá aceptar el amor otra vez.

            Al comienzo, se siente desafiada por el amor de su amiga Patti, que hace todo menos forzarla a aceptar el regalo de un viaje a Italia.  Una vez en Toscana, se siente irritada por las bromas angelicales de una hedonista llamada Katherine (Lindsay Duncan) quien la anima, citando a Fellini, a “vivir en forma esférica”, a aprovechar la vida mientras está al alcance.  Mientras Frances lo intenta, es seducida por Signor Martini (Vincent Riotta), el amable y atractivo agente inmobiliario que la ayuda a comprar “Bramasole”, la prometedora villa que le ha llamado la atención.  También se siente a la vez conmovida y deleitada por la charada medio cómica y medio desesperada del amor joven representado por uno de sus trabajadores, Pawel (Pawel Szajda), junto con Chiara (Giulia Steigerwalt), la hija de un hacendado de la región.  ¿El sufrimiento no es ya bastante fuerte para además tener que enredarse en los dramas de otras personas?

            Cuando el guapísimo italiano llamado - ¿qué más? - Marcello (Raoul Bova) se le cruza en el camino, Frances siente repentinamente que todo su ser está totalmente vivo.  La felicidad llama.  Pero ahora ella realmente tiene de qué estar asustada.

            ¿Podrá sobrevivir a una segunda y catastrófica decepción amorosa? ¿Y Toscana?

 

***

En noviembre 1998, Tom Sternberg estaba produciendo “The Talented Mr. Ripley” en Italia.  Era la penúltima semana del programa de filmación de diecisiete semanas de la película y el equipo técnico trabajó durante un día en la ciudad Toscana de Pienza.  Luego de terminar el día de filmación, Sternberg se retiró a una cantina de vino cercana con el director Anthony Minghella y el actor Matt Damon.  Fue allí donde el destino intervino, resultando en una secuencia de eventos que reflejan de muchas formas los hilos de la casualidad y la coincidencia que caracterizan la propia historia de Frances Mayes.

“Me llamó la atención una pareja que elegía copas de vino”, recuerda Sternberg.  “Hablaban inglés y entablamos una conversación, sólo para descubrir que eran Frances y Ed Mayes”.  Sternberg había leído y disfrutado un año antes la autobiografía de gran éxito de ventas, y se sintió pasmado al conocer a la autora.  Un éxito internacional, Under the Tuscan Sun de Mayes vendió 2 millones de ejemplares en los Estados Unidos y permaneció 126 semanas en la Lista de Libros Más Vendidos del New York Times.  La obra ha sido traducida a 15 idiomas –están programadas más traducciones- y también ha tenido gran éxito de ventas en el Reino Unido, Australia, Italia, Francia, España, Israel y Holanda.  Pero si bien el productor cinematográfico disfrutó de las cautivantes memorias de una profesora estadounidense de poesía y literatura que se hizo de una nueva vida en las montañas de Toscana,  no las había considerado para un argumento cinematográfico.

Under The Tuscan Sun es un relato de mis recuerdos, de la historia de mi vida en Italia,  y no hubo ningún evento dramático en ella”, afirma Frances Mayes.  “De modo que cuando me hablaron de hacer una película, sugirieron que hubiera un asesinato o algo por el estilo.  Pero yo no quería que eso ocurriera”.

En menos de dos años, en marzo de 2000, Sternberg se reunió nuevamente con los Mayes en Los Angeles, donde los tres fueron como invitados de la Comisión Cinematográfica de Toscana.  En ese momento, Tom Sternberg volvió a leer el libro y vio su potencial como película, una adaptación fiel de las memorias de Mayes.

Sternberg y el productor ejecutivo Mark Gill le dieron el libro a Audrey Wells (“The Truth About Cats and Dogs”, “Guinevere”) y le pidieron su opinión acerca de cómo adaptarlo para la pantalla.  “Audrey vino y dio en el clavo”, recuerda Sternberg.  “Creó una historia cuyos personajes, aunque nacidos totalmente de su propia imaginación, dramatizaban el corazón y la sensualidad que constituían en gran parte el atractivo del libro.  En su opinión, “BAJO EL SOL DE TOSCANA” debería ser una clásica y rica comedia romántica cuyo mensaje es que si dejas de buscar el amor, el amor te encontrará a ti”.

En junio 2001, Wells firmó un contrato para desempeñarse como escritora y directora de “BAJO EL SOL DE TOSCANA” y poco tiempo después viajó a Europa con su familia.  Durante ese tiempo hizo un breve viaje a Cortona en Toscana para encontrarse con los Mayes en Bramasole.  “Frances y Ed nos agasajaron con una cena y fueron sumamente agradables.  Me parecieron  almas tan generosas que el solo hecho de conocerlos fue muy estimulante”.

                                                 

El Guión

 

“Yo quería hacer una película encantadora acerca de las intensas penas de amor”.  (Audrey Wells)

 

            A comienzos de 2002, Audrey Wells empezó a escribir su guión para “BAJO EL SOL DE TOSCANA”.  Desde el comienzo, ella buscó fundir sus propios objetivos con aquellos del libro de Mayes, buscando, como ella dice, “una feliz alianza de ideas”.

            Wells valoraba lo que Mayes había escrito: “una historia autobiográfica muy densa y poética acerca de la compra de una villa en Toscana con su esposo, su restauración y la forma como se sumergieron en la vida italiana.  Su obra está llena de maravillosos detalles, meditaciones personales y atmósfera.  Lo único de lo que carece su libro es el argumento dramático que funciona en el cine”.

            Mayes coincidió en que una exitosa adaptación cinematográfica de su libro implicaría consolidar su trabajo con las ideas de Wells, que aun muy creativas, estaban totalmente de acuerdo con el tema central del libro: la renovación, o hacer de la vida una aventura.  Finalmente Mayes resultó ser una entusiasta partidaria de lo que Wells ha escrito. Afirma la autora: “Me sentí asombrada de encontrar que Audrey creó un argumento que no existe en mi libro, pero donde puedo reconocer al libro y a mí misma.  La película tiene mucha armonía con la estructura de lo que yo escribí”.

            Aquí nuevamente, la providencia entró en juego.  Recuerda Wells: “Cuando leí el libro por primera vez, ya estaba en el proceso de crear una idea para un guión totalmente diferente, acerca de una mujer que se sobrepone a una profunda tristeza.  Me di cuenta, con algo de asombro, que mi idea podía combinarse elegantemente con el mundo que Frances describió”.

            Un audaz cambio estructural que hace Wells, como narradora, es dejar los atroces detalles del divorcio totalmente fuera de la pantalla.  Nosotros nunca conocimos al esposo de Frances.  Nuestro único vistazo de este hombre es un contorno borroso y fantasmal de una vieja fotografía.  Lo que está claro en la foto es que Frances ha perdido la felicidad.  Eso no estaba nada borroso.  En cuanto a lo demás, Wells desarrolla la historia de su heroína desconsolada con exuberante ligereza y rapidez.  En el fondo, lo importante es Frances y su nueva aventura.  Todo lo ocurrido anteriormente fue otra vida.

            Como amante del cine, una experiencia vital en la propia vida de Wells fue la película de Federico Fellini que en 1957 ganara el Premio de la Academia a la Mejor Película en Idioma Extranjero, “Nights of Cabiria”. “Cuando pienso en Giulietta Masina en esa película, especialmente cerca del final, creo que ese es uno de mis momentos favoritos de todas las películas que vi.  Cuando ha sido engañada por un amante una vez más y esta vez lo ha perdido todo.  Allí está ella... destruida.  Eso parece.  Pero luego se recupera, se sacude el polvo, y empieza a caminar, totalmente sola, a lo largo del camino por el bosque, e inclusive en ese momento encuentra la forma de conectarse nuevamente con la vida.  Permanece suficientemente abierta para ser afectada por la dulzura de los jóvenes amantes y los trovadores itinerantes que pasan por allí, a pie y en sus pequeñas motonetas.  Se le puede ver en la cara que está renovada, mientras mira a su alrededor e inclusive nos mira de frente a nosotros.  Ella volverá a vivir otra vez.  ¡Inclusive volverá a fracasar!  ¿Y eso?  Eso, para mí, es absolutamente conmovedor”.

            Lo que Wells ve es una armonía oculta entre lo que sufrimos y aquello en lo que deberemos convertirnos.  “Creo que las cosas dolorosas son cómicas”, señala.  “Aquello que duele es la mina más rica para la comedia: las cosas que más te aterrorizan, que más te asustan.  El camino de regreso de la catástrofe personal está lleno de peligros.  Puede ser estimulante, algo demencial, y como todas las cosas dolorosas, enigmáticamente cómico.  Yo quería presenciar este viaje con atención y humor.

            “De lo que el personaje de Frances se da cuenta en su viaje”, continúa Wells, “es de que tienes que seguir diciendo que , a pesar de la posibilidad de fracasar.  Decirle a experimentar, a lo inesperado, a aquello que te da pavor.  Frances no es ninguna incurable optimista que vive ‘en el mejor de todos los mundos’ -como ninguno de nosotros- pero sigue adelante.  El mero hecho de rehusarse a darse por vencida le produce un tremendo bien, en la forma de una nueva vida.

            “A mí me interesa la resistencia del corazón”, afirma Wells, “cómo las personas encuentran la forma de recuperarse de los desastres emocionales.  Cuando escribí el guión, les di a todos los personajes de la historia un corazón herido.  La peor de todos, por supuesto, es Frances, cuyo matrimonio ha fracasado y cuyo corazón y espíritu han sido destrozados.  Ella apenas tiene valor para enfrentar el hoy.  ¿Cómo podrá enfrentar el resto de su vida?  Ese es el reto y su esfuerzo por recrear su vida y comenzar otra vez es la historia de esta película”.

 

 

 

El Reparto

             Desde el comienzo, la escritora, directora y productora Wells tenía a una sola actriz en mente para interpretar a Frances Mayes, alguien a quien había admirado durante más de 20 años.  “Diane Lane fue mi primera elección”, declara, “y es uno de esos milagros que la persona para quien escribí estuviera disponible”.  Lane acababa de terminar con sus éxitos consecutivos en “The Perfect Storm” y “Unfaithful” (por la que fue nominada al Premio de la Academia), pero Wells había sido su decidida admiradora desde mucho antes: “Diane tiene una presencia muy vibrante, muy moderna”, observa, “y un intelecto ardoroso que le enciende los ojos.  Combinado con su marcada belleza, esto hace que sea fascinante verla”.

            Para Lane fue un encantador encuentro de intelectos: “Estuve interesada desde el momento en que leí el guión”, recuerda, “pero cuando estaba sentada cenando con Audrey, una luz se apagó.  Era muy obvio para mí que no podría rechazar esta oferta”.

            En particular, Lane se sintió atraída e intrigada por lo resuelta, arriesgada y romántica que es Frances, y saboreó el reto de representar sus dramáticos ritos de tránsito: “Me atrajo el espíritu innovador de Frances.  Sus amigos le advierten que está en peligro de no recobrarse nunca de sus terribles experiencias, pero lo más atractivo para mí fue la forma como se levanta por sí misma”.

            La comedia sutil y tierna que impulsa a “BAJO EL SOL DE TOSCANA” también resonó en la sensibilidad de Lane para la comedia:  “Cuando era chica, veía todas las películas de Jerry Lewis o ‘I Love Lucy’ muy tarde por la noche.  Y es muy extraño, porque justo antes de que el guión de ‘Under the Tuscan Sun’ se me cruzara en el camino, me preguntaba si algún día sería posible hacer esa clase de humor en un contexto moderno, porque Lucy era totalmente ignorante y dependiente de su esposo.  Ese prototipo de la mujer de la década de los años cuarenta o cincuenta fue la fuente de una clase de humor que ya no existe.  Y aun así todavía tiene esa inocencia, esa trémula carencia de valor que conlleva la comedia. Yo estaba verdaderamente ansiosa de explotar eso pero no sabía cómo.  Y entonces llegó esta película”.

            Al seleccionar el reparto, Audrey Wells tuvo mucho cuidado de elegir a actores que fueran, como Lane lo explica, “emocionalmente equipados para interpretar la parte de su propia experiencia personal”.  Ella misma se identificó con los temas de la película: la providencia, el destino y la autodeterminación: Dice: “Es cómico cómo la vida a veces vuelve al punto de partida.  Algunas personas están predestinadas a estar en tu vida.  Impera una sincronización y sabes que estás en el camino correcto porque las cosas empiezan a salirte bien.  Eso no quiere decir que no encontrarás obstáculos.  Pero al enfrentarte a esos obstáculos descubres si estás en el camino correcto o no.  La vida de Frances en Toscana es así”.

            Para ayudar a Frances a encontrar el camino correcto está Katherine, una belleza etérea que Audrey Wells creó para la historia.  Para el papel de Katherine, la directora de reparto Linda Lowy sugirió a Lindsay Duncan (“Mansfield Park”, “An Ideal Husband”).  En esa época -a mediados de 2002- la actriz nacida en Edimburgo estaba disfrutando de un rotundo éxito de la crítica en Broadway por su actuación en “Private Lives”, por la que posteriormente ganó los premios Tony y Drama Desk.  Wells afirma: “Yo quería seleccionar para el papel a una mujer de cerca de cincuenta años que verdaderamente pudiera aprovechar su sexualidad.  Lindsay era una mujer muy atractiva de New York y estaba obteniendo estupendas críticas: los críticos elogiaban su ingenio y sensualidad.  De modo que todos pensamos: ‘Mmm, ¿no querrá hacer una película?’”

            Y así fue.  Duncan se sintió de inmediato impresionada por la evocadora fuerza del guión de Wells.  “Algunos guiones son imposibles de imaginar”, afirma Duncan, “pero en este, después de unas cuantas páginas, estás allí en Toscana.  Apenas leí el guión, corrí y me alquilé una copia de ‘La Dolce Vita’, porque nunca la había visto en su totalidad.  La vi y me encantó, y luego mi esposo me la regaló”.

            La naturaleza exótica del personaje apeló a las ambiciones de Duncan.  “Katherine es una creación gloriosa y extravagante.  Con certeza, allí está la mano de Fellini, pero muchas de las propias opiniones de Audrey acerca de la vida pueden sentirse muy directamente en la película a través de Katherine.  Audrey creó a alguien muy poco convencional, aún así una mujer independiente, lista para tomar decisiones y, si fuese necesario, pagar por ellas.  No creo que la mayoría de esas decisiones sean particularmente fáciles, pero eso la hace a ella mucho más excéntrica y pintoresca”.

            Para Lindsay Duncan, “BAJO EL SOL DE TOSCANA” es acerca de “aprender a vivir la vida”, de adoptar una actitud positiva que con el transcurso del tiempo se convirtió en algo propio de Katherine.  Ella agrega, “Si encaras al mundo con entusiasmo, te será compensado con creces”.

            Diane Lane coincide en que el misterio de la personalidad de Katherine es el eje central de “BAJO EL SOL DE TOSCANA”: “Puede que Frances al comienzo no supiera qué pensar de Katherine, pero es absolutamente atraída por su fuerza vital desde el momento en que la conoce.  Katherine le enseña a Frances que verdaderamente no existe una única forma de vivir la vida, sino que hay muchas posibilidades”.  De acuerdo con esta idea, Sandra Oh - una premiada actriz y brillante comediante - fue seleccionada como Patti, la mejor amiga de Frances en San Francisco, una mujer afligida que al final sigue a Frances a Toscana.  Oh, actriz canadiense, trabajó anteriormente con la escritora y directora Audrey Wells en “Guinevere” y ambas se convirtieron en muy buenas amigas.  Wells solicitó el aporte de Oh cuando se trató de darle vida a la indomable Patti: “Queríamos llevar al personaje más allá del típico papel de ‘mejor amiga’”, recuerda Oh. “Patti puede parecer muy segura de sí misma, pero está luchando con sus propios demonios y, al igual que Frances, experimenta un viaje de auto-descubrimiento.  Al comienzo es muy firme en sus convicciones, muy tenaz.  Pero rápidamente se da cuenta que Frances no es la única que huye asustada. Cuando llega a Bramasole con ocho meses de embarazo y recién separada, te das cuenta de que también tiene problemas”.

            La persona que quizás podría rehabilitar a Frances y devolverle su amor por la vida es Marcello, un napolitano libre de convencionalismos que conoce de casualidad en Roma.

            Raoul Bova, una establecida estrella de la pantalla italiana, fue seleccionado para esta encantadora y arquetípica figura de romance.  “Raoul es una súper estrella en Italia”, observa Audrey Wells.  “El solo hecho de caminar por la calle con él en Roma es una experiencia surrealista.  El público enloquece en cuanto lo ve.  Y aún así, a pesar de su fama, prácticamente carece de ego del actor.  Es un intérprete puro e intuitivo, que destila una cómoda confianza y carisma.  Estuvo excepcional, muy a la altura de Diane”.

            Para el actor nacido en Roma, entender a Marcello significaba conectarse con la simple filosofía de vida del personaje.  Bova afirma: “Marcello es de Positano.  Es propietario de un restaurante en la playa.  Le gusta trabajar a veces, pero otras veces le gusta sentarse con sus amigos y parientes: un clásico napolitano.  Ama a la gente de Positano y todos ellos aman a Marcello.  Y sí, adora a las mujeres y está buscando el amor verdadero.  De modo que la primera vez que ve a Francesca (Frances), piensa: ‘Esto es, lo encontré’”.

            Trabajar con Diane Lane fue muy fácil para Bova, debido a su venturosa química.  “A veces no sentía que estaba actuando”, afirma.  “Ese es un sentimiento maravilloso para un actor, embeberse así.  El guión de Audrey, tan lleno de emoción y amor, fue también una increíble ayuda. El personaje de Marcello trasciende el estereotipo del ‘amante latino’. Él no es solamente inteligente sino también ligero y gracioso, e igualmente por naturaleza muy capaz de sentimientos profundos.  Rara vez tengo oportunidad de interpretar una comedia, de modo que pueden imaginarse lo mucho que me apasionó este papel y las oportunidades que ofrecía”.

            El otro hombre en la vida de Frances es el amable Signor Martini, el agente inmobiliario que le vende Bramasole.  El actor anglo italiano Vincent Riotta interpreta a Martini.  “Me encanta este personaje debido a su sentimiento”, afirma Riotta.  “Él discretamente se enamora de Frances, pero es un hombre casado y un hombre íntegro.  Él lucha arduamente por mantenerse dentro de la línea correcta.  Hay un momento en que podría haber sucedido cualquier cosa, cuando casi sucumbe.  Pero se las arregla para transformar sus sentimientos en una diferente clase de amor.  Esa es la belleza del papel”.

            Una escena clave en la película es aquella en la que Signor Martini le habla a Frances acerca de una sección de las vías del tren que fue construida en los Alpes, entre Austria e Italia, a pesar de que no existía ninguna locomotora que pudiera cruzar el paso.  Si cimientas el camino para el amor, llegará, insinúa Martini.  Esta, señala Vincent Riotta, es su escena favorita.  “El Signor Martini le habla de fe a Frances y la fe para mí es el corazón de la película.  Martini le da a Frances la esperanza para continuar y ella está muy deprimida en ese momento.  La moral de la historia es que se tiene que compartir la vida con alguien; de lo contrario se vuelve increíblemente solitaria.  Frances ha construido la casa: ahora solamente deberá llenarla”.

            Y así lo hace, al igual que Audrey Wells llena su película con inolvidables personajes y escenas. “‘Under the Tuscan Sun’ trata de cómo permanecer joven de corazón”, afirma Diane Lane. “Tienes que mantenerte abierto y flexible, interesado en otras personas y nuevas experiencias, para estar preparado para involucrarte en las vidas de otras personas.  Tienes que salir de tu propio drama interior.  Esa es la clave”.

                       

 

 

Reflexiones Íntimas Desde el Extranjero

 

“Digo, ¿quién no querría tener una villa en Toscana?  Pero la forma en que mi vida se ha estado desenvolviendo, eso sería una terrible idea”.   [Pero luego continúa mentalmente:] “Una idea - verdaderamente - terrible”.  (Frances, “Under The Tuscan Sun’’)

 

            En el guión de Audrey Wells - como en las memorias de gran éxito de ventas de Frances Mayes - la locación principal es una casa con el carácter de ícono en las montañas Toscanas.  Pero a diferencia del libro de Mayes, esta casa jugaría un papel vital en la revitalización de una vida quebrantada.  De modo que cuando Wells viajó a Italia con su equipo de producción para buscar locaciones de filmación para “BAJO EL SOL DE TOSCANA”, ‘Bramasole’  -proveniente del italiano bramare, anhelar, y sole, sol- era de esencial importancia, el epicentro del viaje de Frances.

            “Empezamos revisando muchos libros acerca de Toscana e Italia para imaginar lo que sería la vida de Frances aquí”, señala Wells.  “De esas referencias buscamos formas de manifestar visualmente su viaje interno y externo.  Intentamos que su descubrimiento de Italia y Cortona en particular, evolucionara de lo meramente turístico a lo casi fantástico”.

            Una vez que el equipo pudo localizar Bramasole en todo su decadencia y maravilloso potencial, todas las demás locaciones - elpueblo de Cortona, la ciudad de Florencia, la animada metrópolis de Roma y el pueblo costeño de Positano - se derivarían de allí como una ola.  Sorprendentemente, la primera casa que vieron fue la que finalmente eligieron.

            Para Wells y el diseñador de producción Stephen McCabe, Bramasole tenía que tener el potencial físico de albergar y reflejar la transformación de Frances en un período de doce meses.  De hecho es otro personaje importante en la historia. Señala Wells: “Bramasole representa a Frances de muchas maneras, de modo que estábamos buscando principalmente una casa que pudiera mostrar ese cambio: una casa misteriosa, con personalidad, que pudiera ser físicamente transformada a lo largo de la película.  Al comienzo, la casa está en muy malas condiciones.  Es como el personaje de Diane.  Ella llega en un estado psicológico deplorable y luego encuentra una nueva vida.  De modo que su transformación y el trabajo en la casa van a la par”.

            Aparte de la casa misma, el jardín de Bramasole - el cual debe reflejar el cambio de estaciones y el paso del tiempo - era otro prerrequisito al elegir la locación.  “Una de las cosas que me atrajeron de la casa era que tenía un viejo jardín”, señala McCabe. “Estaba en ruinas pero la esencia estaba allí.  Tenía paredes de piedra, plantas muy crecidas, enormes arbustos de hiedra y otros buenos elementos visuales.  Así que teníamos la esencia del jardín y además de eso tuvimos que desmontarlo y crearlo, como si fuese un jardín abandonado: diseñándolo igual que en su antiguo estado. Eso también, al igual que la casa, tenía que desarrollarse y simultáneamente atravesar las estaciones del año”.

            Stephen McCabe hizo varias visitas a la real Bramáosle, donde viven Frances Mayes y su esposo Ed.  “Es un tipo de casa muy diferente del que elegimos”, manifiesta.  “Está en una colina muy empinada, muy por encima de la ruta y el jardín es una terraza, pero eso hubiera sido muy difícil de reproducir.  Con certeza no nos hubiera dado la flexibilidad que necesitábamos para la filmación de la película.  Otra vez, la mayoría de las cosas fueron interpretadas de acuerdo con el guión”.

            Una vez que Bramasole fue elegida, Wells, McCabe y el equipo estaban libres para explorar.  “Entonces pudimos ver las pequeñas ciudades de la región que tenían hermosas piazzas o el espacio que necesitábamos para el festival donde se lanzan las banderas”, señala Stephen McCabe.  Este fue finalmente Montepulciano.  “No solamente era una ciudad espectacular sino que también nos daba las vistas altas desde los edificios aledaños, necesarias para ver hacia abajo a la plaza para el evento del lanzamiento de banderas”.

            En otras ocasiones, Stephen McCabe y su equipo de diseño tenían que ser más ingeniosos: si no podían encontrarlo, lo construían.  Un gran ejemplo es la elaborada fuente al estilo Trevi que sirve como fantástico telón de fondo en escenas clave de la película.  “Audrey me dijo que quería una fuente heroica, una especie de fuente Trevi en miniatura”, manifiesta.  “De modo que buscamos fuentes existentes y pensamos en la forma de adaptarlas o qué agregarles.  Pero ninguna resultaba bien o le daba a Audrey la clase de escultura que ella quería, que principalmente serviría como el telón de fondo para el muy exótico y extravagante personaje de Katherine.  Así que decidimos construirla totalmente.  Yo estaba muy consciente de cómo luciría nuestra fuente en comparación a lo que podría encontrarse en Italia, lugar de procedencia de algunas de las más famosas esculturas clásicas del mundo.  Al final, resultó tener mucho éxito.  De hecho, los turistas revisaban sus guías para buscar qué fuente era”.

 

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