"LA CIUDAD DEL PECADO"

de Robert Rodríguez, Frank Miller y Quentin Tarantino

 

 

Concebida en el formato de 'novela gráfica', una innovación de mercado que trascendió los límites del comic tradicional, llega finalmente a la pantalla grande "Sin City", una de las obras claves del llamado 'artifice de la nueva historieta" Frank Miller. Su nombre y apellido remite, por casualidad o no, a quien quiere asesinar al Comisario Will Kane en "A la hora señalada", un western de aquellos. Su larga colaboración con Marvel modificando de manera sustancial el personaje de "Daredevil"; integrando a la acción a "Electra" y envileciendo aún más al siniestro "Kingpin", le sirvió de punto de partida para ejercitar un estilo audaz no exento de la violencia de las grandes urbes. Inspirándose en claros exponentes de la serie literaria negra como Raymond Chandler y Jim Thompson y en los viejos policiales hollywoodenses, esta versión fílmica respeta el texto original con una fidelidad asombrosa no sólo en el registro de los diálogos sino también en la consistencia de los personajes centrales. Cada escena, cada toma remite de manera inequívoca a una viñeta, así como el trabajo con la resolución de los colores tiene una correspondencia exacta con los dibujos del autor donde abundan los blancos y negros contrastados y una saturación en los rojos y amarillos primarios. Algo para tener en cuenta es que nuestro querido Alberto Breccia compartía un gusto común por la oscuridad en los trazos, una técnica muy empleada en hitos de su vasta producción como "Alan Sinner"; "Mort Cinder" y "Los Mitos de Cthulu", lo que nos permite aventurar que Miller pudo haberlo tomado como referencia directa de su espectacular saga (recordemos que 'sinner' significa 'pecado').

 

Sin embargo, si hay un acierto mayor en la trasposición cinematográfica de "Sin City" es la utilización de un tiempo muy gráfico, cuya progresión impide que el espectador se distraiga o disperse. La coherencia en la articulación de las historias y la acertada complementación en cuanto a su continuidad y sentido estético refuerza sin lugar a dudas la celebrada unión con Robert Rodríguez para este añorado proyecto (además de la participación de Quentin Tarantino quien parece comenzar a recomponerse luego de las fallidas e inconexas Kill Bill). 

Por eso, Frank Miller sale airoso de su imaginería tan singular ya que "Ciudad del Pecado" es un film integral por muchas razones. Dos artes se muestran a la vez y su perfecta síntesis se encuentra simbolizada en la actuación del dibujante/guionista interpretando aquí el rol del intrigante cura que confiesa a Marv. Desde ya, los fanáticos queremos en el futuro más furia y brutalidad de este magnífico visionario de metrópolis decadentes.

 

Fabián Sancho

 

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