"LAS CRÓNICAS DE NARNIA: EL LEÓN, LA BRUJA Y EL ROPERO"

de Andrew Adamson

 

HACIA NARNIA:
LA SELECCIÓN Y LA CREACIÓN DE LAS CRIATURAS ICÓNICAS DE NARNIA

Una vez que cruzan el umbral del ropero, los hermanos Pevensie se encuentran en un mundo lleno de extraordinarias criaturas que nunca habrían imaginado… Y algunas de ellas se convierten en sus buenos amigos o héroes. Pero forjar esas icónicas criaturas de EL LEÓN, LA BRUJA Y EL ROPERO no requirió simplemente una o dos técnicas de filmación sino una sofisticada y compleja mezcla de actuaciones humanas, efectos prácticos y magia digital.

Los primeros pasos de su creación comenzaron con una meticulosa selección de reparto. Mientras que la directora de reparto Pipa Hall se concentraba en hallar a los cuatro niños protagonistas, su colega Gail Steven estaba a cargo de realizar la audición de talentos para los papeles “no humanos” que tanto contribuyen al film.

El Sr. Tumnus, el Fauno
La primera búsqueda para un papel “no humano” fue la del Sr. Tumnus – el tímido y retraído fauno, mitad hombre y mitad cabra que simpatiza con Lucy pero debe servir a los malvados planes de la Bruja Blanca. El fauno fue una inspiración original de C.S. Lewis para la creación de Narnia – una vez dijo que ‘todo empezó con la imagen de un fauno llevando un paraguas y paquetes en un bosque nevado’ – de modo que los realizadores sabían que este papel era vital para darle vida a Narnia. Y encontraron las legendarias cualidades que estaban buscando en el ascendiente actor escocés James McAvoy. “James captó la siniestra dualidad del Sr. Tumnus”, describe Andrew Adamson. "Y también posee el rostro perfecto para el papel. Más que nada, existía una increíble conexión entre él y Georgie, muy importante para la historia”.

"Cuando era niño, yo amaba estos libros y me emociona recordar cómo me hacían sentir”, cuenta McAvoy. “El Sr. Tumnus siempre fue uno de mis personajes favoritos, así que interpretarlo fue para mí un gran honor”. Para el actor, lo fascinante del Sr. Tumnus es el dilema moral que sufre cuando su misión es la de secuestrar a Lucy para la Bruja Blanca. “Es obligado por las circunstancias a realizar algo en contra de su voluntad”, explica el actor, “y allí yace la dualidad de la que hablamos Andrew y yo. Sr. Tumnus es conflictivo porque en el proceso de secuestrar a Lucy, establece con ella un vínculo y se convierten en muy buenos amigos. Finalmente, se ve obligado a ver quién es él, qué desea y con qué puede vivir, lo cual le resulta muy inesperado”.

Transformar a un joven moderno de 26 años en una anciana criatura mitológica de más de cien años fue una prueba que McAvoy tuvo que soportar: más de tres horas diarias en manos de uno de los más experimentados magos del maquillaje de Hollywood: K.N.B. EFX Group y su co-fundador Howard Berger. "Una vez seleccionado James, lo trajimos desde Inglaterra para una selección en vivo”, explica Berger. “Andrew tenía en mente una idea muy específica de cómo debía lucir el Sr. Tumnus. Deseaba recrear el personaje que estaba en su cabeza cuando era niño y creo que tuvimos éxito al hacerlo”.

Continúa Berger: “Para James esculpimos la pieza de una cabeza que incluía unas pequeñas orejas controladas por radio que se movían y unos cuernos adheridos a una pieza de cráneo. También hay una pieza que es la nariz, otra que es la frente y otras para el cabello, que incluyen una peluca, quijada, barba, cejas y pelaje del cuerpo. A dos de nosotros nos llevaba más de tres horas, todos los días, colocarle esto a James. Fue un proceso muy intenso”.

Además de soportar la agotadora rutina del maquillaje diario, McAvoy pasó varias semanas perfeccionando la voz y el andar de la primera criatura de Narnia que cobraba vida. “En el folklore, los faunos eran los seguidores de Diónisos, el dios griego del vino y la embriaguez. Eran criaturas alegres y traviesas y eso era lo que yo deseaba reflejar”, explica McAvoy. “Pero también hay algo muy inglés en el diálogo de Sr. Tumnus, algo que Lewis realizó a propósito: innegablemente, lo escribió con un cierto tipo de entonación inglesa... Yo tomé el tono de la voz del Sr. Tumnus de la cabra, pero el acento era el de su mitad de hombre”.

De la cintura para abajo, Sr. Tumnus es completamente CGI, pero a fin de emular de la mejor manera posible el andar de un hombre-cabra, McAvoy aprendió a caminar en puntas de pie ante las cámaras. “No podía caminar como un tipo normal porque el torso se vería extraño con ese par de patas de cabra”, explica el actor. “Debí caminar de millones de maneras diferentes, para luego verificar en la computadora cuál de esas formas era la adecuada”.

Para completar la transformación de hombre en fauno, Adamson confió en el talento de los magos de efectos visuales conducidos por el supervisor de efectos visuales Dean Wright. Este proceso, al que Wright simplemente llama “reemplazo de piernas”, fue utilizado por primera vez en el film ganador del Oscar® de 1994 de Robert Zemeckis Forrest Gump (para el personaje del Sargento Dan, el mutilado veterano de Vietnam interpretado por Gary Sinise). Empleando el más nuevo y sofisticado software, Wright utilizó “pantalones de pantalla verde” para McAvoy a fin de crear la ilusión de una cabra de dos patas, combinando el movimiento de sus gráficos en computadora con las peculiaridades de McAvoy.

Aun con toda la preparación que se necesitaba para darle vida a Sr. Tumnus, el director Adamson insistía en que – al igual que una novia antes de la boda – la actriz Georgie Henley no lo viera hasta el último minuto, de modo que sus reacciones de sorpresa y encanto fueran enteramente auténticas. “Andrew siempre quería sorprenderme, así que no permitía que viera al fauno o a la Bruja Blanca para que mi reacción fuera convincente”, cuenta Henley. “¡Y funcionó!”

Jadis, la Bruja Blanca
La villana más grande de Narnia es Jadis, la aparentemente invencible Bruja Blanca que ha maldecido a la tierra que había sido un paraíso para que soportara un eterno invierno. Para interpretar este papel tan malévolo y helado, los realizadores aceptaron la sugerencia del productor ejecutivo Perry Moore de acudir a la veterana actriz escocesa Tilda Swinton, uno de los pilares del cine europeo. “Soy fanático de Tilda desde que la vi en Orlando", dice Adamson de su protagonista femenina, cuya pálida piel y etérea belleza agregaron dimensión dramática a la imponente criatura que interpreta en el film. "Además de su estatura, que le va perfecta al personaje, ella aporta fuerza, intensidad e inteligencia – todas las características que yo deseaba para la Bruja Blanca. Después de todo, la Bruja debe ser tan inteligente, fuerte e intensa como el León Aslan en sus enfrentamientos con él”.

Y continúa: “Creo que el principio rector para ambos fue le de evitar el cliché. Cuando C. S. Lewis escribió este libro, hace cincuenta años, el personaje de la Bruja Blanca era original, pero ahora hemos visto a muchas reinas y brujas malvadas, desde Cruella De Ville en adelante. No queríamos acercarnos a una figura caricaturizada, sino que deseábamos un tipo de maldad más humana, más oscura y real. Yo sabía que Tilda poseía la sofisticación como para expresarlo y fue un gran desafío. En definitiva, Tilda creó a una bruja realmente convincente que evoca pura frialdad”.

A diferencia de la mayoría de sus compañeros de reparto, para Swinton la historia era completamente nueva: “Soy una de las pocas personas que crecieron en el Reino Unido y que no leyeron ninguno de los libros de Narnia en su infancia”, confiesa la actriz. “Llegué a ellos porque Adamson me pidió que estuviera en el film. Entonces le leí las historias a mis hijos de seis años: la prueba de calidad. Y dado que para ellos fue una buena idea, empecé a pensar seriamente en hacer el film. Por supuesto, la máxima premisa era interpretar a la maldad por antonomasia. ¡Quizás haya niños que huyan de mí por el resto de mi vida!”

También, para una actriz acostumbrada a retratar los finos matices de la emoción humana, era premisa máxima hacerse cargo de un personaje para el cual la emoción es un concepto desconocido. Señala Swinton: “Jadis no es humana, tienes que recordarlo. No posee sentimientos por nada, no es comprensible en ningún nivel normal: ha creado a Narina como un reflejo de su propia mentalidad, helándose en un invierno perpetuo, sin primavera, sin Navidad, sin progreso, sin bondad... Un lugar bastante infeliz hasta que los niños comienzan a transformarlo”.

Swinton se involucró profundamente en la creación de la apariencia de la Bruja Blanca, fundamental para su personaje. “Acordamos en que luciría moderna y bastante atractiva, a su manera. Pensé en mis bellezas de fantasía favoritas como la Bruja Buena en The Wizard of Oz, que se apartaba del cliché de las villanas. No quería ninguna de las marcas distintivas de las brujas: ni el cabello negro, ni los labios rojos ni el delineador de ojos oscuro”.


Y continúa: “La idea con la que trabajamos fue que sería como un termómetro del estado de ánimo, que cambiaría según su humor. Nunca cambia su vestimenta, pero el vestido mismo cambia de forma y de color de acuerdo a cómo le van las cosas a ella. Cuando está en casa, en su Castillo helado, el vestido se infla, y cuando las cosas se ponen más sombrías, es más ajustado y oscuro. Finalmente, cuando la situación se pone muy oscura, el vestido se convierte en completamente negro”.

Al diseñar el vestuario del personaje de Swinton, repleto de encaje realizado a mano, la diseñadora de vestuario Isis Mussenden visualizó “siete cambios de vestuario para representar físicamente la declinación de sus poderes”. Cuando la primavera se adueña de Narnia, la escarcha se derrite y allí se escurre el poderoso reinado de la Bruja Blanca sobre el paisaje helado”.

En definitiva, Swinton se enamoró de Narnia tanto como quienes habían leído los libros en la infancia. Dice: "EL LEÓN, LA BRUJA Y EL ROPERO comenzó a recordarme los grandes filmes familiares con los que crecí, como The Railway Children y The Wizard of Oz. Es una historia clásica en cuanto a que posee una cualidad de antigua, pero al mismo tiempo se siente completamente moderna”.

Aslan, el León
El mayor rival de la Bruja Blanca en Narnia es Aslan, el sabio y majestuoso león quien alguna vez fue su rey. Para crear a este imponente personaje, héroe amado por tantos, Adamson acudió tanto a la magia del CGI como al actor nominado al Oscar® Liam Neeson, quien creó la carismática personalidad de Aslan a través de su voz. “Aslan es todopoderoso y onmisciente, pero posee una vulnerabilidad muy humana”, observa Andrew Adamson. “Creo que C. S. Lewis eligió a un león para Aslan porque inspira temor, pero también respeto. Es el epitome de la fuerza y del poder, pero no un león soñado sino de carne y hueso y eso fue muy importante para nuestra concepción”.

Para los realizadores, la clave de la creación de Aslan fue la utilización de la más moderna magia digital, para que, más que parecer digital, Aslan pareciera una verdadera bestia del bosque, con ojos inteligentes y conmovedora humanidad y un rugido atronador. “Esperamos que Aslan sea el animal generado por computadora más fotorrealista que hayamos visto en una película”, dice el productor Mark Johnson. “Queremos que el público se pregunte cómo logramos hacer que esta peligrosa bestia interactúe tan bellamente con los niños actores”.

Para el supervisor de efectos visuales Wright, insuflarle vida a Aslan le llevó 700 tomas individuales de efectos visuales y casi dos años, pero era la persona indicada para este trabajo. Hay una línea muy fina cuando se toma a un personaje animal y se lo hace hablar y relacionarse con los humanos”, admite Wright. “Definitivamente, nosotros no deseábamos cruzar esa línea y hacerlo como un dibujo animado. El fotorrealismo y el movimiento debían ser casi híper realistas: Aslan actúa como un león, pero puede hacer más que lo que uno espera de un león. Ese fue nuestro desafío”.

Para el trabajo de Wright fue vital permitir que Aslan hablara de una forma orgánica y natural, lo cual implicó trazar los movimientos de su discurso en la musculatura del animal, más allá de la boca, creando así un realismo que lleva a la animación – la creadora de Babe y de otros animales parlantes – hasta nuevos límites. Adamson comenta: “Para mí era esencial que la animación de este film no fuese caricaturizada. Quería que el momento cuando Lucy se arrima al hocico de Aslan provocara algo como ‘Oh, Dios, es niña está acariciando a un león de verdad...’ Debía tener el peso y la credibilidad que usualmente no se encuentran en la animación. Fuimos afortunados porque la tecnología ha llegado a un punto donde esto fue posible”.

Entretanto, a fin de combinar una voz con la poderosa bestia, Adamson acudió a la estrella del cine Liam Neeson porque “Liam posee una bella profundidad y resonancia en su voz. Puede expresar gran calidez y compasión, pero al mismo tiempo posee una fuerza feroz. Cree por completo en el personaje y brinda una interpretación que le da el toque final al proceso de darle vida a Aslan”.

Además del trabajo primario en CGI en la computadora para Aslan, Adamson confió en Howard Berger, de K.N.B., para realizar los tres leones animatrónicos de tamaño real, necesarios para algunas escenas clave. “Una de las versiones es un Aslan de tamaño real que se utilizó para doble de iluminación, como punto de referencia al filmar en el foro”, explica Berger. “El otro es una versión de Aslan para la Mesa de Piedra, a escala completa, de ocho pies de largo. Una pieza magnífica con la cabeza controlada por radio, que sorprende al respirar. Y finalmente, creamos una versión para que Susan y Lucy lo montaran con pantalla verde de fondo. Era enorme y pesaba como 500 libras, si no más”.

Mientras fabricaban estos colosales muñecos, Berger apuntaba también a lograr un realismo palpable. Su prueba final fue ver si los jóvenes actores reaccionaban ante sus muñecos de Aslan con respetuoso temor. "Yo quería realmente que las actrices no pensaran que era un muñeco, que ni siquiera por un instante pensaran que era una pieza de utilería o un efecto de maquillaje, sino que reaccionaran como si de verdad él saliera del zoológico”, señala Berger. “Cuando vimos que esto ocurría, fue maravilloso. Esa fue siempre la visión de Andrew de Narnia: un lugar tan real como Londres, pero mucho más mágico”.


 

EL VIAJE A NARNIA: LA VISIÓN DEL FILM

Hasta ahora, el mundo de Narnia ha existido sólo en la imaginación de millones de lectores. Una vez seleccionados los personajes, el director Adamson se enfrentó a la enorme y atemorizadora tarea de llevar el mundo geográfico de Narnia – desde sus rincones, mágicos faroles y refugios de castores hasta el helado castillo en Cair Paravel – hasta lograr vida palpable, de modo de percibir con todos los sentidos que este mundo existe de verdad.

Antes de clavar un solo clavo, de tomar un pincel o de serruchar una pieza de madera, Adamson pre-visualizó más de la mitad de EL LEÓN, LA BRUJA Y EL ROPERO en la computadora. Con esta enorme ventaja, y armado de su conocimiento íntimo de la historia y la tradición de Narnia, comenzó el trabajo físico de crear las famosas localidades de Narnia como escenarios de tamaño real. Adamson buscó a dos talentos únicos para crear la realidad física de Narnia y dice al respecto: “Yo no podría haber hecho esto sin el diseñador de producción Roger Ford, quien creó los magníficos escenarios que excedieron las expectativas de todos, y sin el director de fotografía Don McAlpine, quien realizó un magnífico trabajo al iluminar el mundo de Narnia”.

En sus primeras conversaciones con el diseñador de producción Ford, Adamson explicó sus conceptos acerca de la apariencia del film, que esperaba se correspondiera con lo que había visto en su mente cuando era niño: una visión increíblemente real y cruda de Londres durante la Segunda Guerra Mundial que se convierte en una Narnia invernal, fantástica y finalmente en una increíble explosión de exuberante y mágica primavera, llena de renovada vida y esperanza. Ford sabía que tratar de captar la inventiva y el asombro de la imaginación de un niño sería un enorme desafío. “Creo que lo más difícil de crear en un film que también es para niños es que hay que sorprenderlos. Realmente hay que ir más allá de su imaginación, pero al mismo tiempo, este es un proyecto soñado para un diseñador”.

EL LEÓN, LA BRUJA Y EL ROPERO es la segunda colaboración entre Ford y Don McAlpine, quien fotografió los sets de Ford en el film de fantasía de 2003 de P.J. Hogan Peter Pan. Pero esta vez era diferente: la creatividad de McAlpine llegó hasta nuevos límites, cuando trató de fotografiar un mundo cubierto por una glacial capa de hielo. “Fue una serie de experimentos, algo completamente nuevo para mí”, señala el director de fotografía. “En definitiva, creo que intentamos hacer algo totalmente original. El hielo siempre ha sido un problema en el cine y varias veces se ha intentado trabajar con él; Vertical Limit es un ejemplo, pero creo que esta vez dimos un paso más hacia el realismo y creamos algo que visualmente resultará muy excitante”.

Ford, nominado al Oscar® (Babe) y veterano diseñador cuya carrera se remonta hasta el favorito de culto Dr. Who, diseño y construyó casi cuarenta escenarios para esta producción – muchos de ellos bajo la influencia de los dibujos originales en tinta creados por la ilustradora Pauline Baynes para la edición de la novela de Lewis de 1950. En colaboración con uno de los mejores directores de arte de la industria, el australiano Ian Gracie (Moulin Rouge, Star Wars: Episode III), Ford reunió un equipo de treinta integrantes para su departamento de arte, con más de 300 carpinteros, pintores y demás artesanos, el más numeroso en sus 40 años de carrera.

En la Base Aérea de Hobsonville en Nueva Zelanda, hoy en desuso, los diseñadores transformaron viejos hangares de aviones y helicópteros en escenarios que albergaron espectaculares sets como la Mesa de Piedra (donde Aslan parece ser derrotado), el magnífico patio central de la Bruja Blanca, donde las criaturas se convierten en piedra; la repleta estación de trenes de Londres, desde donde los niños son evacuados durante el blitzkrieg de Londres, y Cair Paravel, el gran castillo de Narnia.

El equipo de diseño también utilizó el Kelly Park, un antiguo centro ecuestre al norte de Auckland donde Lucy da sus primeros pasos hacia el nevado paisaje de Narnia en un set del tamaño de un campo de rugby. Este set masivo, que luego se transformó en nueve áreas diferentes de Narnia, presentó un desafío al fotógrafo Don McAlpine, nominado al Oscar®, quien utilizó una innovadora parrilla de 250 luces que colgaban desde las vigas del edificio a fin de iluminar esa mágica e imaginaria tierra.

Conifer Grove, una zona boscosa cerca de Manukau Harbor, fue elegida por los realizadores para el campamento de la Bruja Blanca, donde Berger (de K.N.B.) y sus hombres transformaron a los extras neocelandeses en minotauros, mino-jabalíes, cíclopes y otras criaturas. Los Estudios Henderson, donde se filman las series de 1TV "Hercules" y "Xena”, albergaron edificios espectaculares como el interior de la casa del Sr. Tumnus, el refugio de los castores, la mazmorra de la Bruja Blanca, un set de exteriores llamado “el lago helado” (donde el personal de Ford creó un sistema de mini-icebergs que se movían y salpicaban bajo el peso de Lucy, Peter y Susan mientras éstos huían de una manada de lobos de Maugrim; el Gran Vestíbulo de la Bruja Blanca y la habitación del ropero, un polvoriento ático donde se encuentra la pieza esencial que da título al libro.

LOS HABITANTES DE NARNIA COBRAN VIDA:
EL TRABAJO DE WETA WORKSHOP Y DE K.N.B. EFX

"Una de las cosas más inspiradoras de este viaje a Narnia fue trabajar junto a un artista, narrador y visualizador tan notable como Andrew Adamson. La oportunidad de que
nuestro equipo superara lo realizado en ‘Lord Of The Rings’, con tal diversidad de diseños y de culturas, ha sido un sueño hecho realidad”.
Richard Taylor, WETA Workshop

¿Para qué se crea un mundo por completo, habitado por criaturas imaginarias? Un lugar se ha convertido en una leyenda por la habilidad casi mágica de este departamento: el taller WETA de Richard Taylor, el grupo de artistas con base en Wellington, Nueva Zelanda, quienes diseñaron y crearon los efectos visuales y de maquillaje para los tres capítulos de la obra fundacional de Peter Jackson, la trilogía El Señor de los Anillos. Adamson sabía que debía contar con WETA para que las criaturas de Narnia y todos sus aparejos de batalla – armas, armaduras, etc – se hicieran realidad.

Taylor, cuatro veces ganador del Premio de la Academia®, se sintió emocionado de entrar en otro amado universo de fantasía, con sus desafíos únicos: “C.S. Lewis concibió a Narnia como un mundo de sueños infantiles, donde se reúnen todas las mitologías. Nos brindó maravillosas oportunidades para diseñar harpías, minotauros, centauros y duendes, todos interactuando en el mismo mundo fantástico. También creamos docenas de especies nunca antes vistas en el cine”.

Mientras que WETA había concebido cerca de diez especies para la trilogía de Lord of the Rings, en el caso de EL LEÓN, LA BRUJA Y EL ROPERO fueron responsables de 60 especies diferentes, y la mitad de ellas no suele verse en la Naturaleza. Los artistas de WETA pronto se dieron cuenta de que si bien Tolkien y Lewis suelen compararse, los mundos imaginarios que crearon son totalmente diferentes en estilo y textura. En Narnia, las descripciones menos detalladas de Lewis brindaron mayor libertad.

“En Narnia, entras por el fondo de un ropero en una especie de universo soñado, un mundo mucho más imaginativo y rico”, explica Taylor. “Por lo tanto, no debíamos atenernos estrictamente a un diseño. Por suerte, nos dimos cuenta de que podíamos ir mucho más allá en la fantasía, sobre la rica mitología que ofrecen los libros de C.S. Lewis. Esto nos brindó una paleta de diseño mucho más rica que la que teníamos en El Señor de los Anillos. Las numerosas técnicas visuales que utilizamos se combinaron para crear un mundo de fantasía creado por completo de manera nunca antes vista en el cine. Los artesanos y técnicos llegaron a nuevos extremos de arte en su afán de llevar a Narnia a la pantalla. Esperamos que inspire a una nueva generación, tanto de viejos como de jóvenes, a soñar por sí misma”.

Una de las creaciones más complicadas de WETA para el film fueron los centauros, mitad hombre, mitad caballo (nacidos en la mitología griega) la cual requirió actores humanos con cuerpos animatrónicos de caballos co-diseñados por los artesanos de Taylor y por Howard Berger, de K.N.B. “Los centauros fueron los personajes más complicados”, comenta Berger. “Richard Taylor y yo ya habíamos hecho previamente centauros para 'Hercules' y 'Xena’, pero queríamos que estos fueran mejores”.

Otro desafío para WETA fue la crucial batalla, para la cual la vestuarista Isis Mussenden colaboró con un vestuario y aparejos de más de 1.300 armas, incluyendo espadas, mazas, escudos, y armaduras (150 pecheras de metal y cuero, mallas metálicas hechas a mano y patentadas). La magia estaba en los detalles: “Los toques finales nos dan la sensación de que han sido hechos por los artesanos de Narnia”, señala Taylor. “Todos esperamos haber hacho nuestro pequeño aporte para crear un mundo que se sienta cohesivo, real y vivo para que el público lo disfrute”.

Junto a WETA y a Adamson, Howard Berger y su equipo de K.N.B. trabajaron estrechamente para realizar la magia de las prótesis, las máscaras y los trajes. Berger, quien se unió a los realizadores en etapas tempranas del proyecto, estuvo completamente a tono con la búsqueda de Adamson del realismo en la creación de este mundo de fantasía. “Estuve junto a ellos desde el comienzo como si estuviéramos creando criaturas vivientes, dándoles vida con la ayuda de los actores. En definitiva, creo que fuimos responsables de veintitrés especies. Creamos 170 personajes para el film y filmamos durante 150 días en Nueva Zelanda y en Praga”, resume Berger.

Entre las creaciones favoritas de Berger se encuentra el minotauro General Otmin, a quien llama “el monstruo más estupendo realizado por K.N.B.”. Con una cabeza animatrónica controlada por radio y operado por gran cantidad de titiriteros, General Otmin tiene su propia personalidad. “En el grupo de los chicos malos, él es una combinación de algunas de mis criaturas favoritas, una mezcla de una criatura de Where the Wild Things Are con un primate. Es muy real”.

General Otmin También requirió uno de los trajes más detallados. “Es un traje fabricado con músculos, venas y tuberías de plástico”, expica Berger. “La grasa está lograda con bolsas llenas de agua, de modo que el pecho y los brazos vibran. Una vez que se construyó la estructura, el departamento de fabricación la recubrió con una piel de spandex, cosida en el traje de músculos. Luego se pintó y el cabello fue colocado a mano en forma individual. La cabeza de General Otmin, manejada por control remoto, tiene labios y una quijada que realizan la mímica del diálogo, los ojos parpadean, las orejas, se mueven... todos los chiches. Unida al traje de músculos, pesaba sesenta libras y al actor le llevaba 45 minutos colocárselo”.

Rangi (el actor que interpreta a General Otmin), James McAvoy y cerca de 200 extras que hacen de faunos, centauros y demás criaturas debieron vestir calzas de spandex teñidas del color verde de la pantalla, lo cual permitió más tarde que los personajes cobraran vida: el supervisor de efectos visuales Wright y sus artistas superpusieron las patas de cabra, carnero, toro o caballo a los humanos que interpretaban a las mitológicas criaturas que habitan el mundo de Narnia.

DETRÁS DE LA MAGIA DE NARNIA: LOS EFECTOS ESPECIALES

“Nos encontramos con gigantescos desafíos. Solo la batalla contó con cientos y cientos de criaturas, como osos polares, leones, tigres, centauros, ogros, etcétera. Simplemente, una tarea tremenda”
Mark Johnson, Productor

La creación de Narnia, en suma, requirió más que una fuerza creativa: también fue necesario el poder masivo de la computadora, combinando los esfuerzos de algunas de las compañías de efectos más innovadoras del mundo, para realzar de manera digital los personajes y paisajes de este universo alternativo.

"Esta es una historia llena de increíbles criaturas”, señala Adamson. “Para dar una idea de su alcance, en la batalla final hay más de 20.000 criaturas, todas ellas creadas en parte con la computadora, pero sin dejar de lado su singularidad. Algunas de ellas son completamente CG; otras, son mitad CG y mitad acción en vivo. Los centauros, por ejemplo, pueden ser humanos en el torso y CG en las patas, mientras que los castores son completamente CG. La idea era fundir todo en un universo cohesivo que se siente completamente real”.

“EL LEÓN, LA BRUJA Y EL ROPERO” es una de las películas más grandes en efectos especiales alguna vez realizada”, agrega el productor Mark Johnson, “y para lograrla, contamos simultáneamente con tres de las mayores y más creativas compañías de efectos del mundo: Rhythm & Hues, Sony Pictures Imageworks y ILM”.

Al principio, los realizadores organizaron “audiciones” para las compañías de efectos relativas a los diversos personajes, como si fuesen actores. Explica Johnson: “Tomábamos a un personaje individual, por ejemplo el Sr. Castor, y le pedíamos a cinco compañías que intentaran realizar la animación de ese personaje. No había indicaciones, simplemente les decíamos: ‘Vamos a ver qué pueden hacer, en un minuto o menos, para demostrar cómo luciría el Sr. Castor’ Así fue como elegimos a las mejores”.

La supervisión del trabajo estuvo a cargo del Supervisor de Efectos Visuales Dean Wright, veterano de las segunda y tercera partes de Lord of the Rings. Wright colaboró con Bill Westenhofer, de Rhythm & Hue; con Jim Berney de Sony y con Scott Farrar de ILM para crear entre 1.000 y 1.400 tomas e imágenes CGI para el film. Dice Adamson: “No hay un solo cuadro, una sola escena, que no hay sido tocada por un efecto especial”. Cerca de 1.000 personas llegaron a trabajar en los efectos y alrededor de 50 terabytes de información sobre el film fueron almacenados en tres diferentes compañías de efectos, las cuales compartieron amplios archivos de imágenes recién creadas para lograr escenas más y más ricas en efectos.

Mientras Sony Pictures Imageworks creaba lobos CGI tan fotorrealistas que podían mezclarse con una manada de animales reales en ciertas secuencias, Rhythm & Hues esculpía la magnífica musculatura de Aslan y ILM experimentaba con cuántos centauros podrían caminar. Luego, los equipos se combinaban y trabajaban en los diversos aspectos del masivo mundo de Narnia. “En cada elemento, el objetivo fue siempre que cada una de las criaturas fuese completamente creíble, junto a nuestro reparto humano”, explica Wright.

En definitiva, todos los elementos del film – desde las locaciones y los diseños hasta los efectos prácticos y la magia digital – se reunieron en la secuencia más desafiante: la crucial batalla por Narnia, donde las tropas de Aslan se enfrentan a las fuerzas de la Bruja Blanca. Andrew Adamson había concebido una espectacular escena con 20.000 personajes en pantalla: “En el libro, la batalla ocupa solo una página y media. Lewis simplemente la describe en términos de ‘tendrías que haber estado allí…’ pero en mi imaginación, siempre fue una increíble batalla entre minotauros, centauros, faunos y sátiros. Teníamos que mostrar la batalla, una batalla increíble como nadie nunca la había hecho...”.

La secuencia fue filmada en Flock Hill Station, en Nueva Zelanda, en una meseta irregular con vistas de montañas nevadas. Allí, el reparto y cientos de extras ataviados con las creaciones de WETA y de K.N.B. interpretaron la batalla por el futuro de Narnia. Luego, Rhythm & Hues empleó el mismo revolucionario software utilizado en las espectaculares batallas de Lord of the Rings –un programa de inteligencia artificial llamado Massive– para multiplicar a los luchadores hasta varias decenas de miles y para controlar los movimientos de cada uno de ellos. “Teníamos entre 20 y 30 criaturas en pantalla a la vez y cada una tenía sus particularidades en cuanto a saltos, carrera, caminata, movimiento y lucha”, observa Dean Wright. “Es un enorme desafío hacer que se vean creíbles, pero con los simuladores por computadora, contamos con las herramientas necesarias para que lucieran lo mejor posible”.

Cuando se completó la batalla, Andrew Adamson sabía que su Narnia había realizado el verdadero viaje, desde la fantástica visión de la imaginación de un niño hasta la pantalla de cine. “Realizar este film fue un ejercicio intimidatorio desde todo punto de vista”, resume Adamson. “Técnicamente, en los efectos y creaciones digitales, y desde la perspectva cinematográfica, en su alcance y diseño. También fue intimidatorio trabajar con cuatro niños como personajes protagónicos. Pero creo que para mí, lo más atemorizador fue la responsabilidad que sentí por esta amada historia. Es algo muy fuerte tratar de estar a la altura de lo que millones de personas han imaginado y soñado con Narnia, por más de tres o cuatro generaciones. Pero esto es lo que nos propusimos hacer”.



 

 

 

 

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