"LA CAÍDA"

de Oliver Hirschbiegel

 

Si bien el Tercer Reich y su figura rectora, Adolph Hitler, fueron evocados en varias ocasiones por un sinfín de versiones cinematográficas destinadas a desentrañar el oscuro proceder del régimen nacionalsocialista, hasta el momento nadie se había aventurado a reseñar los días finales del Jerarca Nazi fuera del Holocausto en sí. Con mucho criterio e inteligencia, Oliver Hirschbiegel, realizador de "La caída", eligió develar el misterio histórico que rodea la muerte del Führer y sus colaboradores más cercanos a través de una investigación exhaustiva de las fuentes literarias que circulan al respecto y de las declaraciones de los sobrevivientes, en este caso, una joven secretaria de nombre Traudl Junge que perteneció al séquito del mandatario.
Prescindiendo de la problemática judía como fuerza motora del film, "La caída" concibe a Hitler como un hombre más preocupado en sustentar sus convicciones personales que en preservar sus tropas y el ánimo de la nación.
La narración ofrece permanentes paralelismos entre la sublevación en su búnker y el caos reinante en las calles tras la incursión de las tropas Aliadas ya que el acento está puesto en las discusiones político-militares de sus camaradas en oposición al éxodo alemán y a los miles de cadáveres de combatientes de su facción. Alejándose de la convención formal de los 'campos de exterminio', Hirschbiegel muestra otra cara del horror donde vemos a niños integrando el ejército de oficiales de la SS y amputados intentando sobrevivir en un improvisado hospital de campaña. Bruno Ganz (recordado por ser el ángel de "Las alas del deseo") ofrece una interpretación soberbia del desquiciado Adolph Hitler aunque cabe acotar que todo el elenco merece elogios por la austera composición de sus personajes. Inevitablemente, las palmas por mejores interpretaciones secundarias se las llevan Corinna Harfouch y Ulrich Matthes como el siniestro matrimonio Goebbels y Juliane Köhler por su rol de Eva Braun.

Silvia G Romero
 

 

 

TÍTULO ORIGINAL: der Untergang  – ( Downfall )
Nominada al Oscar a la Mejor Película Extranjera


"Creo que ya es tiempo de que los cineastas alemanes tengan el coraje de llevar a la pantalla la página más negra y traumática de la historia de Alemania, después de que tantas veces lo hicieron otros. Es como un mensaje a las nuevas generaciones; señalarles que la intolerancia, el racismo y el fanatismo llevan inexorablemente al abismo”. BERND EICHINGER, productor y guionista de “LA CAIDA”

Además de ser una extraordinaria película bélica, LA CAÍDA se destaca como una recreación poderosa y de notable jerarquía artística de los últimos días del Tercer Reich; un film destinado a establecer un antes y un después en el arte de plasmar la Historia en el celuloide, y también a generar probablemente una urticante polémica allí donde se exhiba. LA CAÍDA no sólo relata con absoluta fidelidad histórica los eventos de los últimos días de Hitler y su entorno, que transcurrieron en el interior de un bunker subterráneo bajo las calles de Berlín, sino también, en secuencias de batallas realizadas con crudo realismo, los últimos días de los civiles y soldados peleando y muriendo en la ciudad arrasada por el Ejército Ruso, decidido a convertir el lugar en una montaña de ruinas.
La potencia combinada de la pieza de cámara que se desarrolla en el interior del bunker y la pesadilla de la matanza en las calles (que pudo haber sido interrumpida por Hitler en cualquier momento con sólo rendirse ) hace que el film supere el límite de la mera reconstrucción para transformarse en una formidable epopeya histórica. Con su descripción minuciosa y realista de los seres humanos responsables de tales hechos, LA CAIDA bien podría ser considerada la película más importante y trascendente de todas las realizadas sobre la Segunda Guerra Mundial. El guión, escrito con verdadero rigor por el productor BERND EICHINGER (EL NOMBRE DE LA ROSA, LA CASA DE LOS ESPÍRITUS, EN UN LUGAR DE AFRICA), sigue muy fielmente el texto del libro definitivo sobre el tema, “Der Untergang” ("The Downfall: Inside Hitler's Bunker, The Last Days of the Third Reich") (“El derrumbre: en el bunker de Hitler, los últimos días del Tercer Reich”), del renombrado historiador JOACHIM FEST, así como las memorias de la secretaria de Hitler, TRAUDL JUNGE, ("Until the Final Hour: Hitler's Last Secretary"- “Hasta la hora final: la última secretaria de Hitler”), cuya historia también fue plasmada en una excelente entrevista documental bajo el título “BLIND SPOT” (dos fragmentos de ese documental enmarcan la acción dramática de LA CAIDA ). Aunque la joven Junge es una suerte de personaje principal en la película, EICHINGER ha sabido resistir la tentación de inventar personajes no históricos para que el espectador eventualmente pudiera identificarse o simpatizar con alguien. Lo que nos ofrece LA CAÍDA es una ubicación lo más íntimamente cerca posible de lo que sucedió en realidad. La excelencia del elenco es pareja, y la dirección de OLIVER HIRSCHBIEGEL no puede sino ser calificada como brillante. Lo mismo vale para el inspiradísimo trabajo de casting de AN DORTHE BRAKER. De hecho, la diferencia capital entre este film y las otras versiones anteriores de Hitler es que estos actores resultan, todos, absolutamente creíbles como alemanes; no son estereotipos rubios de ojos azules ni tampoco grotescas caricaturas del mal. Es fácil sentir que podríamos tener a cualquier de ellos de vecino. Este es el triunfo artístico de HIRSCHBIEGEL: se cerciora de instalar claramente la idea de que el “rostro del mal” no proviene del espacio exterior sino de nuestro mismo ámbito.”
“JULIANE KOHLER interpreta a Eva Braun con una suerte de bizarra y desquiciada despreocupación; se la ve casi exultante y feliz de poder morir junto a Hitler ( con quien va a casarse en ese mismo instante final ), y al mismo tiempo, estúpidamente, evidencia no tener la menor noción de la destrucción que la rodea. Es como una María Antonieta en vestido tirolés. Cuando Magda Goebbels, interpretada con escalofriante dignidad en su decisión asesina por CORINNA HARFOUCH, envenena a sus hijos motivada por el argumento siniestro y demencial de que no tengan que soportar la tragedia de crecer en un mundo sin NacionalSocialismo, sobrevuela la pregunta si el Tercer Reich no era más una religión que una ideología de Estado.”
“Pero la mayor sensación del film es BRUNO GANZ (LAS ALAS DEL DESEO) en su prodigiosa encarnación de Hitler. Físicamente GANZ se encorva, se encoje, se retuerce, exhibe una mueca distorsionada; son las señales visibles del colapso de Hitler en ese período final, y GANZ captura los rasgos de ese paulatino hundimiento con extrema fidelidad. Y lo que es más importante, no cae ni una sola vez en la caricatura del mal.” Eric Hansen – The Hollywood Reporter.
En otros roles centrales se destacan ULRICH MATTHES (AIMÉE & JAGUAR, EL NOVENO DÍA) como Joseph Goebbels, JULIANE KÖHLER (EN UN LUGAR DE AFRICA) como Eva Braun, HEINO FERCH (NAPOLEON) como Albert Speer y ULRICH NOETHEN como Heinrich Himmler. La fotografía de LA CAIDA es de RAINER KLAUSMANN, el vestuario de CLAUDIA BOBSIN, el Diseño de Producción de BERND LEPEL, el montaje de HANS FUNCK, la música de STEPHAN ZACHARIAS y es productora asociada CHRISTINE ROTHE

Al verla no sentí ninguna admiración hacia Hitler, y la misma piedad hacia èl que sentiría por un perro rabioso, en el sentido de entender que debe ser sacrificado. Y si el film no aporta ninguna respuesta ni da cuenta cabal de lo que Hitler verdaderamente hizo, es porque no hay película que pueda darla, y en todo caso ninguna respuesta sería suficiente. Sí experimenté la realidad de la patología Nazi, que ha sido tan atenuada y diluida en tantas películas con villanos nazis de cartón que ya parece más un recurso ficcional que una atroz realidad.
Al contemplar a este Hitler quebrado y patético, comprendemos que no fue sólo él quién creó el Tercer Reich, sino que en él se encarnaron las fuerzas oscuras del racismo y la xenofobia , la locura del poder y el miedo. Hitler fue suficientemente hábil como para explotar esas fuerzas, y para rodearse de estrategas dotados y eficaces propagandistas, pero lejos estaba de ser un gran hombre; se trataba más bien de un hombre minúsculo puesto a desatar la más inimaginable maquinaria del mal. Es útil darnos cuenta de que el racismo, la xenofobia, la locura del poder y el miedo están todavía entre nosotros, y que la eventual derrota de alguna de sus manifestaciones no nos inocula contra las demás. Roger Ebert, CHICAGO SUN-TIMES


Cuando el escritor y productor BERND EICHINGER tuvo acceso a las pruebas de galera del libro del historiador JOACHIM FEST supo que había dado con la clave dramática del film que había querido hacer por décadas, pero que una y otra vez había considerado como imposible por la magnitud del espectro a cubrir. El libro de FEST se concentra en los últimos días del Reich , y EICHINGER intuyó que la tenebrosa épica de Hitler y su entorno desplegada en sus doce años en el poder se reflejaba, concentrada, en esos últimos doce días en el bunker. “Esos últimos días nos dicen mucho acerca de cómo funcionaba el fanatismo de masas en el apogeo del régimen, y de cómo continuó vigente dominando incluso las siniestras horas finales”, dice EICHINGER, quien había leído también otro libro muy importante: las memorias de TRAUDL JUNGE, la secretaria privada de Hitler ("Until the Final Hour: Hitler's Last Secretary") (“ Hasta la hora final: la última secretaria de Hitler”). “FEST me aportó el marco histórico temporal”, señala EICHINGER, “y TRAUDL JUNGE el personaje alrededor del cual se organizaría todo”
LA CAIDA (“DOWNFALL”)es la primera película alemana en abordar frontalmente el tema y el personaje de Hitler desde DER LETSTE AKT (“El último acto”) de G.W.PABST, de 1956, un film narrado desde el punto de vista de un soldado raso alemán, interpretado por OSCAR WERNER. Dice el director OLIVER HIRSCHBIEGEL.” En términos de la historia del cine alemán, estamos realizando algo enteramente nuevo, dado que no existe ningún parámetro cinematográfico previo que podamos tomar como referencia. Cuando leí el libro comprendí que, si decidía comprometerme con el material, ese compromiso debía ser total y absoluto, lo cual significaba que iba a pasar dos años de mi vida inmerso en el Tercer Reich, rodeado de todos esos personajes y de esa ideología salvaje y primitiva. Era escalofriante. Mi mujer me aconsejaba que no lo hiciera. Hasta que comprendí que, de no hacerlo, jamás volvería a estar en paz conmigo mismo; muy íntimamente siempre había sabido, aún antes de decidirme a llevar adelante el proyecto, que ya me había entregado a él”.
BRUNO GANZ fue la primera opción de HIRSCHBIEGEL para interpretar el rol de Hitler, y lo primero que hizo fue enviarle al actor el guión y una copia del libro de FEST. GANZ vió el film PABST, donde ALBIN SKODA, un famoso actor de teatro, interpretaba a Hitler, y quedó convencido de que era posible encarnar al dictador. “ Habitualmente uno se pone a buscar las diferencias con el personaje real, pero la actuación de SKODA tenía tanta vida propia que esa divergencia quedaba saldada; mientras veía a ese Hitler pensaba: esto no es una parodia; esto es actuar, verdaderamente. Con lo cual pensé que era perfectamente posible acercarme a ese ser abyecto y horrible que había sido Hitler a través de mis propias lecturas, intuiciones y fantasías. Para mi, fue algo decisivo darme cuenta de que eso era posible”. EICHINGER recuerda que durante las audiciones en Munich “BRUNO estaba como preocupado, de modo que le sugerí que confiara en el maquillaje. Y funcionó. Cuando apareció caracterizado, y uniformado – se había preparado minuciosamente para las pruebas – el efecto fue tan impresionante que todos quienes estábamos allí nos quedamos mudos. Cuando después le mostramos el test, se limitó a murmurar, con un dejo de vacilación muy suiza: “Si, creo que debo hacerlo”. Y GANZ coincide: “yo mismo estaba azorado por el parecido; por cómo había logrado acercarme a él, al menos exteriormente. Y entonces me asaltó lisa y llanamente eso que cualquier actor conoce muy bien: la ambición: de repente quería hacer el papel costara lo que costase”.
Pese a ser suizo, GANZ logró captar las modulaciones de la voz de Hitler, no tanto imitando la vociferación habitual del dictador en sus discursos, sino más bien estudiando minuciosamente algo verdaderamente único: una cinta magnética donde se escucha a Hitler en una conversación informal, grabada clandestinamente y sacada secretamente de Alemania durante la guerra. Se trata de la única grabación de Adolf Hitler manteniendo una conversación privada con el Mariscal de Campo Gustaf Mannerheim de Finlandia (país aliado de Alemania). Se creía que no existía otro registro grabado de la voz de Hitler que aquel de sus discursos, hasta que se hizo pública la existencia de este documento notable, que demostraría que su voz en el habla normal era muy diferente. Hitler se hizo presente sin anunciarse para felicitar a Mannerheim en su 75 cumpleaños, el 4 de junio de 1942. Un técnico de la emisora radial estatal finlandesa grabó clandestinamente el encuentro ( Hitler había prohibido que se hicieran grabaciones o se le tomaran fotografías en privado), y obtuvo 11 minutos de la voz de Hitler conversando en un tono relajado, donde el dictador abunda en algunas consideraciones sobre el derrotero de la contienda.
Hitler hablaba con los modismos del lenguaje de las clases medias bajas de Alemania, y sus frases, de construcción algo torpe, revelan su escasa educación. Una de las dos copias de la cinta secreta fue descubierta en 1992, y desde entonces se ha convertido en objeto de estudio de científicos e historiadores. También se ha dicho que Bruno Ganz practicó el peculiar acento de Hitler con la ayuda de un anciano actor, cercano en su juventud al entorno de Hitler.
Claro que, en cuanto a hacer el papel de Hitler, la cuestión del acento no fue lo más comprometido. Dice el actor: “Recuerdo claramente una escena en la que tengo en la falda a un chico que canta "Kein schöner Land in dieser Zeit" (No hay tierra más hermosa hoy en dia ). Sabemos que ese chico y sus hermanos van a ser asesinados muy poco después por sus padres, los Goebbels. Y era horrible. Hubo un momento en que tuve el impulso de huir. Y hubo también otras circunstancias difíciles en las escenas y en los diálogos, como por ejemplo las feroces parrafadas antisemitas. Pero cuando decidí aceptar el papel, sabía lo que eso significaba”. El resto del elenco es un verdadero “Quién es Quién” del cine contemporáneo alemán, y cada uno de esos grandes actores abordó su papel con idéntica consideración y cuidado. Para ALEXANDRA MARIA LARA, quien interpreta a TRAUDL JUNGE, la secretaria de Hitler, era una cuestión de comprensión. “ Trataba de imaginarme cómo esa joven mujer, que quería ser bailarina, debió haberse sentido en esos demenciales días finales de la guerra. Y cómo debió haber experimentado el hecho de darse cuenta gradualmente de la magnitud de la espantosa pesadilla de la que era parte; ella, que admiraba a su jefe y lo reverenciaba casi como a un “amigo” paternal.¿Cómo entender a TRAUDL? Tenía que comprenderla para poder interpretarla. Pero, en un contexto de un tema tan delicado, la pregunta resultaba muy difícil de responder. Me fascinaba el desafío de enfrentar la presencia de esa mujer y las características de mi papel y, de algún modo, aportar mis propias ideas y cuestionamientos a este nuevo punto de vista sobre un capítulo tan tenebroso de la historia de Alemania. Y todo me llevaba a autocuestionarme, lo cual siempre es bueno. En su libro, TRAULD JUNGE deja bien en claro que su juventud no era excusa, y que si ella no sabía nada acerca del exterminio de los Judíos, es simplemente porque no quería saber nada. No trató nunca de eludir la responsabilidad y, después de la guerra, nunca se sintió inocente. Yo respeto mucho a TRAUDL JUNGE, porque fue capaz de enfrentarse a sí misma y a reflexionar sobre la verdadera naturaleza de sus actos”
THOMAS KRETSCHMANN, quien interpreta al oficial de las SS Fegelein, sintió que el proyecto era demasiado interesante como para no participar en él. Con la experiencia reciente de haber interpretado también a un oficial nazi en EL PIANISTA, de ROMAN POLANSKI, dice el actor. “En realidad, quería dejar atrás ese tipo de papel, porque sentía que me habían saturado un poco. Pero entonces leí el guión, y vi que era tan bueno, tan acertado, que me sentí virtualmente atrapado por él. Revela claramente la locura imperante en el bunker, en contraposición a la atroz realidad de los sufrimientos de todo un pueblo. Fue una gran satisfacción haber podido ser parte del proyecto”. KRETSCHMANN también dedicó mucho esfuerzo a interiorizarse sobre su personaje: “en su condición de cuñado de Hitler – Fegelein se había casado con la hermana de Eva Braun – se las había arreglado para trepar muy rápida y hábilmente. Era un verdadero miserable. Desde luego, había muchos como él, pero Fegelein era especialmente rapaz. En todo lo que pude leer sobre él, se desprende que su única motivación era el beneficio personal. Era un típico “chico brillante” de esos que adoran las mujeres y los hombres aborrecen”.
Definitivamente soy parte de una generación cuyas familias fueron afectadas directamente por la guerra”, dice CHRISTIAN BERKEL, quien interpreta al Dr.Schenk. “Mi padre era médico militar, y fue hecho prisionero por los rusos, igual que el propio Schenk. La familia de mi madre era judía, y todos ellos, excepto mi abuela y dos primos, fueron exterminados en los campos. Para mí significaba mucho poder participar en este film”.
El rol del ministro de propaganda de Hitler, Joseph Goebbels, fue un verdadero desafío para el actor ULRICH MATTHES. “Incluso en el caso de aquellos personajes que uno imagina como monstruosos, como verdaderas encarnaciones del mal, el actor tiene que ser capaz de interpretarlos como seres humanos. No se puede “actuar” el mal. Goebbels no se consideraba un ser siniestro, y en ello residía la gran dificultad para mí, dejar de lado mi juicio moral sobre él, desde mi lugar de ser humano responsable, para poder interpretarlo verdaderamente”.
CORINNA HARFOUCH explica qué la atrajo de su personaje de Magda Goebbels. “Lo que realmente me interesó es la idea de cómo el amor maternal, el instinto más primordial y más profundo, eso que lleva a proteger a un hijo aún a costa de la propia vida, puede distorsionarse tanto, convertirse en algo tan perverso, a partir de ese fanatismo salvaje. La escena más difícil, desde luego, es aquella donde debo proporcionarle a los chicos el somnífero. Como actriz, debía tomar distancia para verme un poco desde afuera, a ver a donde me llevaba la situación. Recuerdo que no quería hacerla; antes de la primera toma era un manojo de nervios. Fue algo muy intenso”.
Una réplica perfecta de todo el bunker fue construida en los Estudios Bavaria, en las afueras de Munich; el mismo estudio donde se había rodado otro gran film sobre la Segunda Guerra Mundial, EL BARCO, de WOLFGANG PETERSEN. Al igual que el submarino en ésta, el bunker de LA CAIDA es un set claustrofóbico. Elenco y equipo debieron pasar semanas virtualmente encerrados en ese laberinto, diseñado y decorado con obsesiva autenticidad. Dice BERND LEPEL, el Diseñador de Producción: “ No había margen para la fantasía, para la interpretación libre. El desafío era ser absolutamente veraces, y lo logramos. El set del bunker era verdaderamente agobiante. Había sido construido con tanta fidelidad que apenas quedaba espacio para los movimientos de la cámara, por lo cual la mayoría de las tomas son cámara en mano. Utilizamos exclusivamente luz natural como fuente de iluminación, dado que el set tenía también cielorraso, lo cual impedía la colocación de aparejos de iluminación. Queríamos que el público percibiera físicamente el clima fétido de ese encierro”.
El mismo concepto de iluminación fue adoptado para las tomas en exteriores. Dice HIRSCHBIEGEL: “ La noche debía parecer verdaderamente noche, y ese fue un verdadero problema. En el Berlín de 1945 no había luces en las calles; la luz provenía de los incendios, del estallido de los cañones y de la luna. Para lograr un efecto de luz natural, utilizamos un único gran globo como fuente lumínica. Afortunadamente, el nuevo material de Kodak para alta velocidad tiene una soberbia sensibilidad”.
Para las escenas en exteriores, los cineastas debieron encontrar locaciones que pudieran asemejarse fielmente al Berlin de abril de 1945: “Recorrimos muchos lugares, incluso en Bulgaria, en la República Checa y en Rumania”, dice EICHINGER; pero fue en San Petersburgo donde encontramos calles casi exactas. Es increíble cómo se parece al Berlín de la Guerra. Aunque no es tan raro si se piensa que muchos edificios son obra de arquitectos alemanes”. A fines de 1941, el ejército alemán logró cortar toda comunicación y vínculo de San Petersburgo, en ese entonces Leningrado, con Moscú. En el invierno de 1941/42, la ciudad quedó completamente aislada, sufriendo consecuentemente una de las más terribles hambrunas de toda la historia de la humanidad. Más de un millón de personas murieron de hambre. Al comienzo de la guerra la ciudad tenía una población de tres millones y medio de habitantes; sólo seiscientos mil sobrevivieron.
Dice EICHINGER, refiriéndose a su experiencia en Rusia: “ Rodar en San Petersburgo fue una aventura. En rigor, filmar en locaciones siempre lo es. Pero en esta oportunidad la experiencia fue más intensa, debido a la terrible destrucción que la ciudad había sufrido a manos de los Nazis”. EICHINGER recuerda especialmente la impresión que le causó ver a 700 extras rusos vestidos con el uniforme nazi recreando la caía de Berlín en las calles de San Petersburgo: “ Habíamos llevado un equipo alemán mínimo, y por ende teníamos numerosos técnicos rusos trabajando con nosotros. Y todos estuvieron maravillosos. Personalmente, pienso que esto dice algo acerca de cómo han evolucionado las cosas; el hecho de haber podido hacer este film juntos, ahora, en esta ciudad, y sobre semejante tema...” Y continúa: “ Queríamos que la película estuviera hablada en alemán, que fuera protagonizada por actores alemanes y dirigida por un alemán. El régimen nazi y los eventos de la Segunda Guerra Mundial son, son ninguna duda, la página más negra y traumática de la historia de Alemania. Los de mi generación nacimos después de la Guerra; sin embargo, se trata de nuestra historia también, y tenemos que hacernos cargo de ella. Creo que ya es tiempo de que los cineastas alemanes tengan el coraje de llevar a la pantalla ese material, después de que tantas veces lo hicieron otros. Es como un mensaje a las nuevas generaciones; señalarles que la intolerancia, el racismo y el fanatismo llevan inexorablemente al abismo”.
Siempre estuve convencido de que era apenas una cuestión de tiempo que en Alemania se hiciera una película sobre Hitler. Hasta hace unos pocos años, la idea hubiera resultado todavía demasiado osada. Pero la decisión de encarar un film como tal no es sino parte del proceso gradual, continuo e inexorable que lleva a contemplar la era de Hitler como un fenómeno histórico; y lo que es aún más importante, aceptar que se trata de algo histórico. Hitler, el dictador, siempre ha atormentado la conciencia histórica de Alemania, y lo sigue haciendo, lo cual es lógico y comprensible. Los hechos ocurridos bajo su régimen y en su nombre inhiben y destruyen , quizás definitivamente, toda relación positiva que en Alemania se pretenda establecer con el pasado. Y podría agregarse que el modo en que la nación ha luchado denodadamente para lidiar con ese pasado turbulento ha sido muchas veces altamente encomiable. Pero los acontecimientos del pasado se ven necesariamente desde otro punto de vista con el paso del tiempo. Ya son parte de la historia. Y esto es corroborable en todas las sociedades. Incluso en la sociedad alemana. Ian Kershaw, biógrafo de Hitler. 17 de setiembre de 2004

No hay nada en la historia reciente que pueda compararse a los eventos catastróficos de la primavera de 1945. Lo que millones de seres humanos experimentaron y padecieron fue mucho peor que los inevitables horrores de la derrota. Históricamente, la caída de Berlín sólo puede equipararse a la de Cartago. Hay algo en el hecho que excede largamente lo meramente perceptible: los muertos, las montañas de escombros, la ola de destrucción masiva que inundó todo el continente. Y su onda expansiva al mundo entero. Quizás como ocurre inexorablemente con toda debacle verdadera, la misma acarrea un desastre mucho mayor de aquel que puede ser registrado visiblemente”- Joachim Fest.

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“LA CAÍDA” – Título original: DER UNTERGANG – Año: Origen: Alemania-Italia-Austria – Duración: 150 min. Aprox. - Una Producción CONSTANTIN FILMS – EOS PRODUCTION y RAI CINEMA con ARD DEGETO FILM y ORF TELEVISIÓN.
Dirección: OLIVER HIRSCHBIEGEL – Guión: BERND EICHINGER, basado en los libros “Incide Hitler`s Bunker” de JOACHIM FEST y “Until the Final Hour: Hitler’s Last Secretary”, de TRAUDL JUNGE y MARISSA MUELLER – Productor: BERND EICHINGER – Productor Ejecutivo: BERND EICHINGER – Fotografía: RAINER KLAUSMANN – Diseño de Producción: BERND LEPEL – Música: STEPHAN ZACHARÍAS – Casting: AN DORTHE BRAKER – Diseño de Vestuario: CLAUDIA BOBSIN – Montaje: HANS FUNCK – Efectos Especiales: DIE NEFZERS – Diseño de Sonido: STEFAN BUSCH – Sonido: RONALD WINKLE – Mezcla: MICHAEL KRANZ – Línea de Producción: SILVIA TOLLMAN – Asistente de Producción: CHRISTINE ROTHE
Elenco Bruno Ganz / Adolf Hitler - Alexandra Maria Lara / Traudl Junge - Corinna Harfouch / Magda Goebbels - Ulrich Matthes / Joseph Goebbels - Juliane Kohler/ Eva Braun - Heino Ferch / Albert Speer - Christian Berkel / Prof. Schenck - Matthias Habich / Dr. Werner Haase - Thomas Kretschmann / Hermann Fegelin - Michael Mendl / Helmut Weidling - Andre Hennicke / Wilhelm Mohnke - Ulrich Noethen / Heinrich Himmler
 

 

 

 

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